Alonso gallardo de los círculos comunistas enero del 2023
Como toda propuesta por la unidad obrera y comunista, esta nueva de Unión Proletaria, Propuesta de Plataforma para la Unidad Obrera desde este colectivo también es bien recibida, haciendo nuestra aportación lo más constructiva posible que podamos y entendiendo su complejidad, por el tiempo que llevamos perdido y lo que es peor, por el aislamiento social que vivimos por nuestros errores y sectarismos. Y este problema entendemos que es el primero que debemos solucionar, porque solo desde la altura, vivencia y experiencia común con el conjunto de las clases sociales y sectores que conforman el pueblo, centraremos las prioridades del programa y la táctica política, desde el debate ideológico y político entorno a nuestros objetivos comunes, donde estén representados los derechos e intereses generales de la clase trabajadora; pero para esto debemos llevar la iniciativa social.
La primera iniciarla definiendo al conjunto del pueblo que incluye a la pequeña burguesía, incluso la mediana patriótica, junto con autónomos, profesionales, técnicos, intelectuales y campesinos, que sumados a la clase obrera somos quienes lo conformamos. Esto define una de las claves que no está planteada en la propuesta: de quienes son los aliados de la clase obrera, para que nuestro trato con ellos, es decir la táctica y el programa de los comunistas los contemple. Igualmente, será necesario situar en relación con nuestros aliados plazos y tiempos, puesto que dependemos de correlaciones de fuerzas y alianzas y siempre, garantizando la independencia ideológica, política y organizativa del partido de la clase obrera, del resto de clases y sectores sociales que conforman el pueblo. El "quienes son los aliados de la clase obrera" define nuestro campo de alianzas, programa y táctica, teniendo su concreción tanto a nivel nacional como europeo e internacional, siendo de obligatorio entendimiento, porque si la propaganda y la agitación no sitúa con claridad quienes son el enemigo principal y quienes los aliados, será inocua, confusa o contradictoria. Es decir, que sitúa una línea de demarcación de la unidad de acción.
Continuamos con la segunda con el ámbito internacional; la propuesta nos parece correcta al situar el conflicto de Ucrania, en el términos de lo que nos une contra el enemigo principal o el peligro de guerra mundial como objetivo del imperialismo para mantener la hegemonía unipolar. Pero también es importante el contexto geopolítico y que lo asumamos, que técnicamente podemos definirlo de quiebra global del sistema de producción capitalista de libre mercado monopolizado y teniendo de alternativa el sistema socialista de libre mercado planificado, eficaz en los países que lo practican como China o Vietnam, y un ejemplo a desarrollar desde sus particularidades en el resto de países socialistas. Si en esto no se logra un mínimo de acuerdo y unidad, la agitación y la propaganda sera unilateral, tendenciosa o falsa por falta de una alternativa mínima unificada, confundiendo al pueblo y la clase obrera más que aclararlo. Esto da una segunda línea de demarcación.
Tercera la perspectiva europea, temática que atraviesa todas las decisiones económicas, políticas o sindicales guste o no, que se tomen en España y que la propuesta tampoco clarifica. Siendo el tema complejo, la base es tener claro el principio fundamental, que está en la defensa de la soberanía de España en las decisiones que le afecten, dentro de un marco de plena igualdad de derechos con los estados que en plena soberanía, deseen la construcción de un espacio económico, político y social común. Es decir, que negar la Europa de los mercaderes y del capital conformada hoy por la actual Comunidad Europea, no es negar procesos de unidad de los países europeos desde la soberanía y la igualdad de derechos. Si en este campo no se dan unos mínimos acuerdos, en general difícil será que la propagando sea útil en la clarificación de nuestra posición sobre la unidad e igualdad de los derechos de la clase trabajadora europea, cada vez con menos fronteras laborales y económicas y en una globalización multipolar menos. Ya tenemos la tercera línea de demarcación.
Cuarta desde el plano nacional, además de lo dicho en el primer punto sobre quienes conforman el pueblo, surge una nueva línea de demarcación con la propuesta del derecho de autodeterminación de los pueblos de España, al asumir de facto con esta propuesta, la definición del estado confederal o federal para España, obviando los derechos ciudadanos para los residentes que se consideran españoles en estas comunidades, provenientes de una España vaciada por la migración provocada por la oligarquía dominante, durante el franquismo y el posfranquismo de esta democracia liberal monárquica, mediante la expropiación de propiedades del pequeño campesino y la sobreexplotación de la clase obrera, para invertir en los nacientes arcos de desarrollo europeos, que penetrando por el norte el Arco Atlántico llegó hasta Bilbao y el del Mediterráneo hasta una Barcelona, que apenas ha sobrepasado, el tercer arco de desarrollo es autóctono de Madrid como financiero central. Todos en la actualidad son los centros políticos neoliberales y nacionalistas que amenazan con la ruptura de España, siendo Madrid, el mejor ejemplo de saqueo de los presupuestos públicos e inversiones de Europa y de paso, dividen a la clase obrera, al pueblo y su vanguardia en identidades nacionales.
La quinta sobre la propuesta de agitación y propaganda; algo difusa o confusa. Está bien el llegar a las organizaciones de masas para hacerles ver nuestras propuestas, sobre temas concretos políticos o programáticos allí donde no tengamos presencia militante, pero el objetivo como bolcheviques, no es dar la tabarra del paracaidista. Es la planificación del trabajo de captación de militantes, para que con el ejemplo y la práctica política democrática y solidaria, organizarlos para elevarlos sindical y políticamente desde el lugar de trabajo, estudio o residencia. Las organizaciones de masas de la clase trabajadora no son el instrumento para la revolución, que es el partido, pero forman parte del poder popular, siendo fundamental por eso el dotarlas de una dirección revolucionaria, para lograr los comunistas la hegemonía ideológica, política y cultural en el seno de la clase obrera. Así nace la línea política de masas, a las que debemos llevar nuestras propuestas para el debate directo con la clase obrera y recogerlas de nuevo, inspiradas con el saber popular y de sus necesidades. Aunque no tiene forma antagónica, la propuesta manifiesta una línea de trabajo de tendencia revisionista de "ir a enseñar a la clase obrera en vez de aprender de ella" explicándoles la teoría socialista.
Como sexta, la intervención en la lucha electoral e institucional que es clave en la sociedad actual, porque en las masas domina la visión reformista de delegar la toma de decisiones y de gobierno, pero las formas de intervenir pueden ser variadas y centrarse solo en la táctica de presentación de candidaturas comunistas, nos hace perder la perspectiva estratégica de que todos nuestros actos deben servir a la unidad del pueblo y de su superior organización. Puede ser correcto si nuestra presencia está garantizada en las instituciones, cosa que actualmente ni todos juntos sucedería o si en el programa de los reformistas, no estuvieran contemplados los intereses inmediatos de la clase trabajadora, pero estos en lo fundamental los reformistas los contemplan. La realidad político social nos obliga a contemplar los dos elementos fundamentales de ella en el que hacer; en primer lugar el peligro de guerra mundial, donde poca capacidad tenemos de influir en ella por nuestra debilidad social, más que ser constante en nuestro hacer de la denuncia de la agresión imperialista, ya que la lucha ideológica con la clase obrera influenciada por el reformismo nunca se abandona y segundo, que la alternativa al gobierno progresista del PSOE y Unidas Podemos, es por la derecha extrema y el fascismo, que acabará no solo con todas las conquistas de este gobierno, sino que impondrá un gobierno que acabe con el escaso estado de bienestar que queda, más los derechos y libertades que aun con muchos problemas siguen en pie. Es decir que los comunistas no tenemos ningún camino intermedio: o potenciamos un gobierno lo más progresista posible o nos hundirnos en la miseria con él, porque junto con los reformistas de Podemos e IU, irán también comunistas y el sindicalismo de clase. La táctica de cuanto peor mejor ni es revolucionaria ni sirve al pueblo porque es quien paga.
Camaradas, valoramos positivamente vuestras intenciones y las apoyaremos más allá de nuestras posibilidades, poniéndonos en este combate a vuestra disposición y a participación en convocatorias para este debate tan necesario, de unidad comunista y de la clase obrera.