Desde
los círculos comunistas y en mi persona, agradecer a Unión
Proletaria (UP) la persistencia durante todos estos años, por
mantenerse firme en el largo camino por la unidad de los comunista en
España, la cual siempre defenderemos. La aportación la sitúo
poniendo como base la entrevista que publican en su blog para el
Bloque del Este, así como los pronunciamientos públicos hechos
durante el proceso de unidad de los distintos destacamentos
comunistas, del que participan junto al PCPE, IC y Red Roja, abiertos
al grueso de partidos. Entrevista
a Unión Proletaria
Que
nos encontramos en el movimiento comunista español. En el debate
con las organizaciones marxistas leninistas españolas, el principal
problema que hemos encontrado siempre ha estado en la concepción del
marxismo para la búsqueda de la verdad y la respuesta, dicho de otra
manera, el marxismo leninismo como teoría política de la clase
obrera y las clases oprimidas, para transformar la realidad política,
económica y social mediante lucha de clases o además añadimos la
concepción materialista y dialéctica del mundo. De la respuesta
nace la diferencia y la forma en que debemos enfocar el debate como
por ejemplo, la relación en la construcción del partido y las
organizaciones de masas las cuales los destacamentos las ponen en
segundo plano, cuando Lenin lo rebatió dando todo el poder a los
Soviet o la experiencia leninista en la Rusia zarista del trabajo
partidista en los sindicatos incluidos amarillos, lo mismo que aquí
en la España franquista. La experiencia dice que el crecimiento es
en simbiosis entre las organizaciones de masas de la clase obrera y
de su partido.
El uso
del marxismo leninismo por muchos destacamentos, parte de no separar
la concepción del mundo y la metodología que nos enseña el
materialismo histórico y dialéctico, como aportación de Marx a la
humanidad, de la teoría política y económica para transformar la
realidad, partiendo de los principios de la teoría marxista como
aportación de Marx a las clases oprimidas, de los cuales el
fundamental es la lucha de clases, transversal en el desarrollo y
comprensión del resto, del estado, las clases sociales o el
imperialismo. De ahí viene el buscar la verdad por algunos en los
libros que Marx y Lenin escribieron, convirtiendo sus palabras en
dogmas con respuestas para todo y otros, partiendo de la metodología
y concepción del mundo que Marx y Lenin nos legaron, analizar la
realidad desde la lucha de clases y principios de la teoría política
y económica marxista, buscando la verdad en los hechos mediante la
práctica y el estudio de la realidad política y económica.
El
motivó de estas reflexiones. Está al encontrar en el texto de
la entrevista a UP un cambio clave para la unidad comunista, cuando
afirman que lo importante es la unidad entorno al programa y la línea
política, o “táctica” añado. Esto es poner la fe en los hechos
y no en los dogmas, permitiendo así superar ese ideologismo basado
en tener una única concepción del marxismo leninismo para la
unidad, que creo que ha sido el principal error en los procesos en
los que participó UP, desde la época de la Coordinación Comunista,
con la que colaboré desde la Plataforma Comunista creada en el 2009
cuando fuimos excluidos del PCPE. Al disolverse Coordinación
Comunista por el proceso de unidad de UP con el PCPE, iniciamos un
proceso de trabajo, unidad y colaboración con varios destacamentos
comunistas, como Red Roja, UP, PTD e Iniciativa Comunista. Los tres
últimos por tener presencia en Asturias y con Red Roja, por el
conocimiento que teníamos de Nines Maestro, en la formación del ala
de izquierda en IU y el PCE, pero una vez rota su alianza con el
trotskismo.
Creo
que los motivos de la exclusión del PCPE y de la colaboración como
Plataforma Comunista con Red Roja, son claves para la comprensión
del comportamiento actual de ambos partidos, al pivotar el problema
sobre el mismo eje. El cambio del PCPE nació en el 2008 con la
explosión de la burbuja inmobiliaria en EE.UU, con fuerte impacto en
lo económico y político en España gobernada por el PSOE, que toma
fuertes medidas contra la clase trabajadora para financiar a la banca
y empresas, llevando a la dirección del PCPE a la toma de decisiones
desde la verticalidad del ordeno y mando, excluyendo a los
considerados débiles ideológicamente según sus consideraciones,
para la toma del cielo por asalto como sucursales bancarias o
oficinas de empleo. Salto al vacío que sustituía como partido, no
solo las tareas en las organizaciones sindicales y sociales de la
clase obrera, sino también como síntoma de lo más grave, a las
masas por su reformismo y apatía.
Parecido
sucedió con Red Roja tres años más tarde, cuando toda colaboración
o trabajo dentro de los sindicatos de clase alternativos o
mayoritarios y organizaciones sociales, sindicales y partidos
reformistas, resultaban ser una traición a la causa, centrándose
todo en la construcción interna de un núcleo militante duro. Salto
al vacío motivado por las medidas tomadas contra el pueblo, por el
gobierno de Zapatero en diciembre del 2011, de austeridad, recortes
de derechos y privatizaciones que levantaron de forma espontanea a la
clase trabajadora, por encima de los sindicatos y partidos
revisionistas, del que nació un movimiento espontaneo de masas
reformista, que al dotarse de forma política tres años más tarde,
arrasó con el bipartidismo político heredado del proceso de
transición. Entre todas las resoluciones tomadas, la de la
explicación de los motivos de disolución de la Plataforma Comunista
en el 2015, es la que mejor sintetiza todo este proceso de un debate
siempre necesario. III
Asamblea de la Plataforma comunista: disolución como paso atrás
Metodología
para los procesos de unidad.
La unidad no se puede situar en abstracto y debe tener un plan de
trabajo y objetivos, que permitan enderezar un debate retorcido por
el fracaso de los cincuenta años que llevamos los marxistas
leninistas, pretendiendo dar el sorpasso al revisionismo
eurocomunista, al que el movimiento reformista de Podemos ha pasado
por la izquierda en solo tres años, al seguir hundidos en el fango
de la corrupción del régimen del 78. Unidad son principios y
planificación y cuales mejores, que los que están implícitos en la
táctica política definida por UP en Por
una línea de rectificación en el Movimiento Comunista de España
como
son la unidad con la clase obrera, la unidad del pueblo y la unidad
comunista en un partido, independiente del resto de clases sociales
para su emancipación.
De
donde nos viene el revisionismo que nos mata. Una línea de
acuerdo para el proceso unitario UP la sitúa en la visión del
derrumbe de la URSS, por ser el lodo de los polvos del XX Congreso
del PCUS con la vía pacífica al socialismo y la superación de la
lucha de clases, bases ideológicas del eurocomunismo para el pacto
social con la burguesía heredera del franquismo. Esta autocrítica
no está explícita en unos destacamento y en otros, no está basada
en la reflexión y la autocrítica, sino en la exclusión del
revisionismo y de sus errores del campo comunista, cuando son
revisionistas precisamente por eso, porque formaban parte de él y no
es un juego de palabras, porque es clave para entender la naturaleza
diferenciada del nuevo reformismo, que no proviene ideológicamente
del marxismo, ni se reclama del comunismo. La crítica que Laclau y
Mouffe hicieron al marxismo leninismo, era una crítica al dogmatismo
mayoritario en la URSS y en el movimiento marxista. Del prefacio a la
segunda edición española de “hegemonía y estrategia
socialista” en el año 2000 “El resultado fue que nos
dimos cuenta de que el campo de la teorización marxista era mucho
más ambivalente y diversificado que el travestido monolítico que el
marxismo-leninismo presentaba como la historia del marxismo”.
El revisionismo occidental, es el padre en el marxismo leninismo del
dogmatismo burocrático y la corrupción en la URSS y este
reformismo, es el hijo ideológico del liberalismo eurocomunista y de
sus nuevos sujetos identitarios, para anular la centralidad de la
clase obrera en los cambios sociales, situándola así al nivel de
los feminismos, el ecologismo y los nacionalismos progresistas
surgidos por la Europa liberal de los años setenta.
El
socialismo por el que luchamos. De este dogmatismo revisionista
surgen afirmaciones que no necesitan explicaciones, como “la teoría
marxista leninista desde el punto de vista bolchevique” que nadie
puede poner en duda por ser una verdad absoluta, cuando no deja de
ser una frase que cae sola al ampliar el campo de visión y ver, que
leninistas son también los comunistas chinos, coreanos, vietnamitas
o cubanos. En los procesos revolucionarios triunfantes vemos los
errores y los aciertos en la construcción del socialismo y que a
pesar de las experiencias distintas, todas son complementarias al no
encerrar ninguna la verdad absoluta, teniendo que descubrirlas cada
uno al calor de su realidad, desde la base experimental del error y
acierto.
Los
procesos de construcción socialista nos dicen, que cuanto más se
desarrollan más se integran y homologan, como dejan manifiesto las
experiencias de China, Vietnam o recientemente Cuba, la que por ser
coincidente con el desarrollo industrial y cultural occidental, su
experiencia desde la caída de la URSS es crucial en nuestro estudio,
para dotarnos de una idea del socialismo por el que luchamos amplia e
integral, al estar creando las formas de funcionamiento del sistema
socialista de producción más humano, racional e integrado en la
naturaleza. Los marxistas leninistas tenemos la alternativa para las
masas de una sociedad superior en su funcionamiento, basada en la
economía socialista de mercado planificada, como ha demostrado la
lucha del estado socialista, poniendo los instrumentos públicos al
servicio del pueblo, para vencer la pandemia y la crisis global
capitalista de libre mercado, manteniendo empleo, producción y el
bienestar social común. Esta es la verdad demostrada en los procesos
de construcción del socialismo en países soberanos y a ellos
debemos también, lo fundamental en la lucha contra la guerra
imperialista yanqui-occidental, al situarse con otros países
soberanos en la primera línea de combate. La crítica siempre es
necesaria pero nunca subordinada y a la cual Fidel Castro dijo
“dentro de la revolución todo, contra la revolución nada”.
Si
la unidad del pueblo es un principio, definamos quién lo forma.
Unidas Podemos representa sociológicamente a una clase media
española, que ve que sus condiciones de vida y trabajo peor que las
que vivieron sus padres, visibilizándose esta conciencia política a
partir de los procesos de movilización del 2011, por las políticas
de austeridad impuestas por el bipartidismo neoliberal dominante en
el gobierno de España. Pero por encima de esa definición ecléctica
nada marxista, todos en general forman parte de la clase obrera por
la venta que hacen de su fuerza de trabajo, por el lugar que ocupan
en las relaciones de producción y por los beneficios económicos que
obtienen por su trabajo y aquí entra cerca del ochenta por ciento de
la población. Si son clase obrera, que lo somos todos
independientemente de nuestras ideas, forman parte del pueblo junto
con el resto de clases sociales que tienen intereses antagónicos con
la gran burguesía neoliberal financiera y si entrásemos a
definirlos, veríamos incluso al burgués patriota. La clave está en
situar las línea de demarcación en los campos de confrontación
económica y política, no en la ideología y la unidad, en las
coincidencias de programas que defendemos cada uno.
Sobre
la crítica y la autocrítica. Siempre es clave en los procesos
revolucionarios en cualquiera de sus fases, pero las críticas a los
errores de los aliados que forman el pueblo, tienen que partir de
hechos reales no de nuestra subjetividad, ser constructiva y servir a
la declaración de principios de fortalecer la unidad y la
organización del pueblo, a la clase obrera y a su partido. Pero las
que realizamos actualmente están dividiendo a la clase obrera y al
pueblo de forma sectaria, sin haber hecho un mínimo esfuerzo de
análisis marxista para definir quienes lo formamos y cual es la
táctica comunista para trabajar por su unidad. Podemos es un
movimiento reformista que por su programa es de izquierdas, al
confrontar con lo fundamental de la estrategia neoliberal y eso es lo
que le convierte en revolucionarios ante la oligarquía y ante el
pueblo, al contrario que nos pasa a nosotros, que el maximalismo
excluyente nos convierte ante el pueblo en una secta.
Que no
se identifiquen ideológicamente con la clase obrera, no quita que en
el proceso de la lucha de clases ante la imposibilidad del
capitalismo de aceptar reformas por la crisis global sistémica, no
puedan evolucionar a posiciones revolucionarias y esa debe ser
nuestra tarea en estos momentos, en la unidad de acción con el
reformismo y los sectores más avanzados de la clase obrera. Y esto
es lo que nos exige la actual situación económica y política y de
la que debemos partir con la táctica a aplicar, al ser conscientes
de la imposibilidad de la oligarquía de hacer concesiones
importantes al reformismo, como con los revisionistas en los Pactos
de la Moncloa, bajo el señuelo del estado de bienestar europeo.
Cualquier parecido con aquel momento en sujetos y de realidad
económica y política, es un invento para seguir justificando el
error de no ver dos realidades diferentes y seguir confundiendo así
al reformismo de izquierdas, con el revisionismo eurocomunista,
demostrándose una vez más con los hechos, que quien más nos divide
y debilita es el infantilismo de izquierdas.
El
objetivo es ser hegemonía entre la clase obrera no la alternativa a
Podemos. Porque no son
nuestros enemigos, son nuestros aliados y porque ser la mayoría,
solo lo lograremos mediante la demostración empírica de que la
burguesía dominante, no va admitir ninguna reforma que pueda poner
en peligro su control de la economía y del estado como instrumento
de represión para mantener su hegemonía ideológica, política y
cultural. Y la clave la tenemos en nuestro programa mínimo, que debe
servir para unir a la clase obrera y al pueblo entorno a una
movilización de masas, que ante la negativa constante a ceder a las
exigencias democráticas de la mayoría, se imponga la necesidad de
tomar el poder del estado burgués, para sustituirlo por un estado
soberano y democrático, cuyas características las determinarán las
correlaciones de fuerza internas dentro del campo popular y donde la
república sera el instrumento para resolver las variables históricas
del desarrollo de España como estado y nación, desde una
perspectiva de clase con el nacionalismo periférico burgués, en lo
ligado a los derechos históricos de lengua y costumbres. El derecho
de autodeterminación de los pueblos los comunistas solo lo podemos
apoyar, desde los intereses estratégicos de la clase trabajadora que
son quienes construirán con su trabajo y sudor la España como
estado y nación soberana. El resto de las culturas de reinados con
sus historias de poder absolutista, feudal y religioso, sera a
destruir junto con el estado burgués.
Programa,
programa, programa. El camino republicano y socialista, lo
marcará la capacidad que tengamos de imponer con la movilización
popular, la soberanía de un estado que garantice la igualdad,
mediante el desarrollo de unos servicios públicos contemplados
constitucionalmente como derechos fundamentales, en los ámbitos de
la sanidad, enseñanza, justicia, dependencia, servicios sociales,
vivienda, electricidad, gas, agua, transporte, comunicaciones. Todo
garantizado con impuestos progresivos sobre las entidades
financieras, banca, multinacionales, empresas, grandes fortunas y
profesionales junto con la nacionalización de la industria y
servicios estratégicos y una banca pública, gestionado todo
mediante una economía de mercado planificada al servicio del pueblo
y la naturaleza. Esto es lo que urge como programa en la actual
batalla del pueblo contra la pandemia y la crisis global del
capitalismo de libre mercado, con un estado roto por diecisiete
burocracias autonómicas al servicio de la oligarquía neoliberal
europea, que en absoluto significó descentralización democrática,
sino que fueron creadas para dividir al pueblo, al estado y
privatizar los servicios públicos del bienestar. Solo si recuperamos
las funciones normales de un estado soberano e independiente al
servicio del pueblo, garantizaremos un futuro de “pan, trabajo y
libertad” para nuestros hijos e hijas, de trabajo con derechos
y de vida en igualdad, seguridad y libertad y solo desde esta
seguridad y estos derechos, podemos entre todas y todos, enfrentar el
reto de la unidad de la Europa del trabajo y los pueblos.
Alonso
Gallardo de los círculos comunistas de Unidas Podemos abril
del 2020