III Asamblea de la Plataforma comunista: disolución como paso atrás
Una valoración crítica de la unidad comunista desde la confluencia, nos obliga a un paso atrás
Una valoración crítica de la unidad comunista desde la confluencia, nos obliga a un paso atrás
En diciembre de 2009 realizamos la Plataforma Comunista
nuestra I Asamblea, fruto de la exclusión colectiva provocada por el surgimiento
de un fuerte brote de sectarismo dogmático en la dirección del PCPE, como
reacción defensiva ante los recortes al pueblo ejecutados por el gobierno en el
2008, en unidad PSOE y el PP contra los
derechos económicos, sociales y libertades de las clases trabajadoras,
laminando de un plumazo unos de los procesos más avanzados de unidad y
confluencia comunista en Asturias con la unión de la fracción leninista del PCA centrada en
Gijón poco más de un año antes, con la militancia del PCPE.
Desde el PCPE
Un proceso sectario y dogmático provocado por la explosión
en EE.UU de la burbuja inmobiliaria, con un fuerte impacto de recesión en la
economía real, fruto de la economía virtual en la que viven y vivimos,
construida por la oligarquía imperialista financiera, para el beneficio
económico virtual mientras dure y para combatir la fuerte recesión económica de
superproducción (esta real) que la crisis del sistema capitalista internacional
enquista, desde el inicio de las pérdidas de beneficios empresariales de los
años setenta del siglo pasado.
El salto adelante pegado por el PCPE como una huída política
colectiva, es como consecuencia de la realidad adversa de una clase obrera
pasiva y sin referentes ideológicos, políticos y sociales, que encubriéndola
como ofensiva política, les lleva a construir un discurso, donde el partido de
la clase obrera ya lo son ellos y el referente sindical los Comités de Unidad
Obrera en fábricas, sectores de producción o barrios; proceso al que no es
ajeno el resto de los destacamentos comunistas.
Esto les obligó internamente, a excluir al grueso de la
militancia obrera histórica que disiente ante estos cambios por el
aislacionismo social que provoca, para centrarse de forma doctrinaria en la juventud,
proceso de que se inicia en Asturias teniendo su continuidad en el resto del
estado posteriormente.
Conformación de la Plataforma Comunista, motivaciones
La consciencia por nuestra parte, del desfase entre la
realidad social que provoca la restructuración por la crisis del sistema
capitalista y el nivel de organización obrera tanto en su propia limitación de
conciencia clase, como en la
subordinación ideológica y política que sufre del pensamiento pequeño burgués,
nos obliga a resituarnos en las dos líneas fundamentales, que el PCPE se niega
a dar respuesta en su huída ante la adversidad de la realidad política, desde
el criterio de que nadie se fuera para casa.
La primera sitúa la apuesta por la reconstrucción de los
referentes sindicales y sociales, instrumentos orgánicos colectivos que
permitan ir reconstruyendo la cultura y la memoria histórica de la clase obrera
en el estado español, en su experiencia de lucha y especialmente de la
reconstrucción del movimiento sindical y vecinal bajo la dictadura franquista
en las fábricas, sectores de producción y barriadas obreras, experiencia que
supera al sindicalismo corporativo y economicista del tradeunionismo.
Apuesta política estratégica para los comunistas, que se
identifica por situar en la centralidad del tablero político, el debate de la
lucha y movilización del movimiento obrero por su independencia del pensamiento
radical pequeño burgués y su emancipación en el socialismo.
Una experiencia sindical, que tiene capacidad de un discurso
y una intervención política trasversal en el grueso de la problemática global
de la clase obrera, como es el sindicalismo sociopolítico, asambleario, de
base, autónomo y democrático instaurado por las comisiones obreras de los años
sesenta y setenta, desarrollado por la militancia del PCE del interior no
exiliada, los núcleos del marxismo leninismo y el grueso del movimiento obrero
revolucionario, que lo mantiene actualmente en versión reformista CC.OO y con
más consistencia revolucionaria, los sindicatos alternativos de clase.
La segunda, avanzar en la unidad de los comunistas,
trabajando incansablemente por su confluencia en paralelo al objetivo primero
de construcción de referentes sindicales, desde la perspectiva de añadir en la
confluencia, a todos los que participan del sindicalismo alternativo
revolucionario de clase, uniendo a este proceso de construcción del partido, lo
más avanzado en conciencia de clase de la clase obrera, con la unidad de los
comunistas y del movimiento obrero revolucionario en un solo partido, desde el
respeto a la pluralidad histórica del movimiento comunista y revolucionario en
el estado español.
Al mismo tiempo, esta pluralidad de la experiencia comunista
y revolucionaria histórica no puede ser un límite para su unidad, el objetivo
es superarla con el trabajo de masas realizándolo de forma científica, desde el
trabajo político práctico con la línea política de masas como instrumento, bajo
un debate con planes de trabajo y evaluación política colectiva, sintetizado en
la decisión de toda la militancia de volcarse en el trabajo en las organizaciones
de masas de la clase obrera, sindical o vecinal, con el desarrollo del
sindicalismo sociopolítico en los centros de trabajo, sectores de producción,
barrios obreros y centros universitarios, creando organización social, como
futuros instrumentos del poder popular y centralidad de todas nuestras tareas
políticas.
Marcarnos estos objetivos implicó un mayor esfuerzo, donde
no solo estaba el trabajo de masas, también el esfuerzo por el conocimiento y
la relación con otras organizaciones comunistas. Esto nos llevó, tras la
segunda asamblea a nuevos contactos desde la experiencia de la Coordinación de
Unidad Comunista, compuesta por Unión Proletaria, Colectivo Comunista 27 de
Septiembre y el PTE-ORT, disuelta meses antes de la II Asamblea de junio de 2011
de la Plataforma Comunista, por la integración de Unión Proletaria en el PCPE.
Comenzamos la nueva etapa, profundizando la relación con un
grupo excluido en esos momentos de Corriente Roja por la militancia trotskista
del PRT bajo el nombre de Red Roja, teniendo en primera instancia dos
coincidencias importantes: la apuesta por la unidad de los comunistas en
la construcción del partido, sobre la base del reconocimiento y respeto a la
pluralidad del movimiento comunista español y segundo, la importancia del trabajo
en los sindicatos de la clase obrera, aunque en este caso con los camaradas de
Red Roja, circunscrito solo a los sindicatos alternativos de clase.
Sobre Red Roja
La profundización de la crisis y la consiguiente
movilización social, mayoritariamente bajo la influencia de las fuerzas
reformistas como el 15M, los viernes negros, las mareas, la Cumbre Social y el
22M, aceleró el proceso de aislamiento de las masas del grueso de las fuerzas
comunistas y revolucionarias, también en el nuevo grupo de contacto y trabajo,
que reacciona desarrollando un discurso ideológico y político sectario y
excluyente, tanto con las fuerzas políticas como con las sociales que no
superan el umbral de la pureza revolucionaria, con ellas ni confianza ni
relación política.
Las líneas de demarcación dibujadas por Red Roja, sitúan las
direcciones políticas desde elementos certeros de combate contra la estrategia
del capital imperialista, pero el reformismo de las masas trabajadoras y el
pueblo, les lleva a despreciar la escasa estructura de combate de los
sindicatos reformistas y alternativos, por no situarse en el ámbito de las
líneas de demarcación centradas hasta estos momento, en el no pago de la deuda,
la salida del euro, de la Europa del capital y la OTAN.
Hoy están situando como propuesta política alternativa a
este sistema capitalista, proyecciones de la unidad del pueblo concretadas en
Comités de Unidad Popular en centros de trabajo y barrios, de exclusiva
participación revolucionaria y exclusión del pensamiento reformista, por lo
tanto de las masas.
Esta decisión les excluye de la línea política de masas de
trabajo en las organizaciones populares y sindicales, para el combate contra la
visión reformista mayoritaria entre las masas trabajadoras, desde esta
perspectiva la colaboración con Red Roja se convierte en confrontación interna
de líneas, opción la cual, el comunismo no sectario ya la tenemos excluida de nuestros
pensamientos, dejando otra colaboración política en manos del tiempo.
De nuevo nos centramos en el quehacer diario del trabajo
sindical de masas, reflexionando sobre como intentamos dar una nueva concreción
al otro aspecto fundacional de la Plataforma Comunista, la unidad desde la
confluencia de los comunistas españoles.
En este proceso organizamos el acto con la dirigente de Red
Roja, Nines Maestro y mantenemos la asamblea de la Plataforma Comunista abierta
a la participación de todas y todos los comunistas no sectarios, recuperando la
participación de Unión Proletaria recientemente excluidos del PCPE, junto a
otros camaradas, relación que hasta ahora continuó, aunque sin superar nunca el
formalismo de la representación.
También justo antes de su fusión con el Partido del Trabajo
Democrático, organizamos un acto político donde intervino el actual Secretario General
del PTD, Miguel Ángel Villalón, donde desde el comunismo no sectario valoramos
positivamente las amplias coincidencias
que con el PTD teníamos.
Paralelamente a este proceso de debate unitario con Unión
proletaria con participación en nuestras reuniones, surge la posibilidad de
añadir el contacto y relación con un núcleo nuevo de jóvenes comunistas en
Asturias escindido de las filas del PCPE, que se integran en Iniciativa
Comunista.
Sobre Iniciativa Comunista
La propuesta es inmediata a los nuevos camaradas y les
ofrecemos su participación en nuestras reuniones y asambleas, centradas en el
debate práctico del trabajo de masas en las organizaciones de masas y debates
políticos generales, con el único requisito de respeto a las distintas
posiciones de los camaradas, teniendo en cuenta tanto la pluralidad de la misma
Plataforma Comunista, como la de los miembros del PTD que participan en
nuestras asambleas, como recomendaciones a los que pretendemos incorporar de
Iniciativa Comunista desde la unidad en la confluencia. Sin mucho éxito
participaron en forma de delegación en varias ocasiones.
Es de reconocer, que sin cogernos de sorpresa las posiciones
políticas de la militancia de IC, de confrontación directa con todo lo que
suene a reformismo y sus organizaciones políticas o sociales y de confrontación
también directa con todos aquellos que participen en las estructuras
reformistas sociales y sindicales, impidieron toda mínima relación seria con
respecto a la Plataforma Comunista. Con respecto al PTD, sencillamente no
superó el estadio de las relaciones de confrontación política, de competencia
partidaria y malinterpretaciones continuadas.
Aún así y con mucho esfuerzo, logramos hacer un acto
político con un miembro de la dirección central de IC, F. Pianiski, el cual con
su impetuosidad verbal, nos llevó a la imposibilidad de un discurso mínimamente
unitario. Las líneas de demarcación del carácter comunista y revolucionario
planteadas por los camaradas de IC, son líneas de diferenciación para con los
demás destacamentos comunistas y su relación con las masas pasa, exclusivamente
por el contacto directo con los trabajadores que luchan y las organizaciones
políticas, sindicales y movimientos sociales que excluyan directamente al
reformismo.
Ante esta circunstancia y el verbo encendido de los
camaradas, calificando de reformismo cualquier relación con los reformistas,
excluía cualquier posibilidad de debate mínimamente racional y propositivo para
una relación política de unidad, ni tan siquiera en la de la unidad de acción.
Actualmente realizan una definición sobre la unidad popular en los mismos
trazos que Red Roja o PCPE, comités populares con lo más puro ideológicamente
en fábricas y barrios.
En este proceso para el segundo objetivo planteado de unidad
en la confluencia de los comunistas, solo nos quedaba los que ya estaban
participando, los camaradas del PTD.
Con el PTD
hicimos la campaña de las europeas del 2014, con una resolución muy acertada
con el objetivo de la ruptura del bipartidismo, pidiendo el voto para los que
no nos recortan en los parlamentos y que institucionalmente conforman la
representación popular, participando ambos del resultado con los mismos
análisis, realizando actos públicos y también unitariamente acciones en
movilizaciones con hojas sectoriales de reparto y comunicados.
Construimos para el ámbito de la intervención en las
organizaciones de masas, la Mesa de Coordinación Comunista, con el objetivo de
hacer el trabajo y el debate político desde la línea de masas en las organizaciones
de masas de forma colectiva y unitaria, compartiendo espacio y sectores en la
CSI.
Todo iba relativamente bien, aunque evidentemente había un
campo mucho más amplio que nos hubiera permitido ir mucho mejor, pero ante la
propuesta en la Mesa de Coordinación Comunista de repetir lo realizado en las
elecciones europeas para estas municipales y autonómicas del 2015, nos
encontramos con un impedimento por parte de los camaradas y del Comité Central
del PTD, que niega la posibilidad de realizar actos de unidad y confluencia
regionales previos a la planificación central del PTD, condicionando cualquier
acto al posterior posicionamiento público del Comité Central del PTD como
partido estatal, y siempre bajo la petición regional por el PTD, de que sí
existe motivo que permita el pronunciamiento con otras organizaciones políticas
locales, recalcándose que son un partido estatal.
Sobre el PTD
Nuestras reflexiones sobre el PTD por la especial relación
tenida, deben ir más allá de las posiciones políticas que nos comentaban en las
reuniones y esto solo lo podemos discernir si nos atenemos a los hechos, por
encima de ideas preconcebidas o subjetivas de la realidad que sobre ellos
podamos tener, por el conocimiento y la experiencia histórica tenida con los
camaradas del PTD, por unos, desde su primera etapa en el PCPE y otros
posteriormente, desde su actuación como Unión Proletaria.
Desde el Comité de Dirección de la Plataforma Comunista,
iniciamos ya una reflexión en su momento,
no pública y a espera de
consecuencias prácticas, del artículo publicado por el Secretario General del
PTD, Miguel Ángel Villalón el 29 de marzo del 2015 en su web, titulado “Para
que necesitamos el Partido Comunista” artículo que se remitió desde la PC a
toda la militancia para su lectura. Fundamentalmente señalaba dos elementos que
fragmentaron, bajo nuestro punto de vista, todo el discurso anterior que
conocíamos de autocrítica y reflexión contra el dogmatismo y el izquierdismo
desde su inicio de crítica y autocrítica en Unión Proletaria.
El primero sobre la idea de
partido; el PTD ya no se concibe como un destacamento comunista más que busca
la unidad y la confluencia desde el comunismo no
sectario, es ya el núcleo de partido sobre el cual debe construirse la unidad
comunista en competencia con el resto, con las mismas armas.
En segundo lugar, la concepción sobre el
sindicalismo o economicismo y su papel en los procesos revolucionarios, donde
ocupa un lugar marginal, insuficiente, literalmente enseñarles la teoría
socialista a las clases trabajadoras desde afuera del sindicalismo, desde fuera
del trabajo de masas, desde fuera de la práctica.
Dos concepciones importantes porque llueve sobre mojado,
llueve sobre los dos errores fundamentales que los marxistas leninistas han
cometido en la Europa del estado de bienestar, uno consecuencia del otro: el
dogmatismo como medio de aislamiento de las masas que nos lleva al izquierdismo
o al oportunismo de derechas.
Mao nos cuenta en sus cuatro tesis filosóficas, algo muy
importante sobre la teoría del conocimiento, concretamente en el apartado sobre
la práctica “Descubrir la verdad a través de la práctica y, nuevamente a
través de la práctica, comprobarla y desarrollarla. Partir del conocimiento
sensorial y desarrollarlo activamente convirtiéndolo en conocimiento racional;
luego, partir del conocimiento racional y guiar activamente la práctica
revolucionaria para transformar el mundo subjetivo y el mundo objetivo.
Practicar, conocer, practicar otra vez y conocer de nuevo. Esta forma se repite
en infinitos ciclos, y, con cada ciclo, el contenido de la práctica y del
conocimiento se eleva a un nivel más alto. Esta es en su conjunto la teoría
materialista dialéctica del conocimiento, y esta es la teoría materialista de
la unidad entre el saber y el hacer”
Los camaradas posiblemente hicieran un buen ejercicio de
reflexión y autocrítica del dogmatismo y el izquierdismo internamente, pero
cuando se realiza como un ejercicio teórico y no como un debate practicado
entre y con las masas obreras, nunca cambiamos el fondo de las cosas en nuestro
interior, solo las formas externas.
Por lo tanto, si a las dificultades que en el trabajo de
masas lleva encontrar una relación democrática y de equilibrio con los
reformistas, izquierdistas y pensamientos directamente burgueses de las masas,
para un buen ejercicio de la crítica constructiva con contenido político, le
añadimos por concepción, que el sindicalismo que realizamos los comunistas como
mucho por su economicismo, no puede superar en su que hacer el amarillismo
economicista, simplemente quedándonos, aquí por lógica se rechaza el trabajo de
masas, donde se concreta la práctica y nace la experiencia. El ejercicio que se
está haciendo con esta concepción, es el de retomar por la puerta de atrás el
dogmatismo, que en el debate teórico habíamos abandonado públicamente.
En ningún momento ni Marx ni Lenin, manifestaron que la
asunción del socialismo a la clase obrera había que hacerla desde afuera de la
lucha sindical o económica, lo que si dejan claro, es que la idea del socialismo
no es una idea que surja de la propia lucha económica, sino que surge desde la
intelectualidad al servicio de la única clase, que reúne las condiciones
históricas de asumirlas por el lugar que ocupa en las relaciones de producción,
en la lucha de clases antagónica al capitalista, por eso es la clase que mejor
puede asumir la teoría del socialismo, porque se proyectan en él todo su
derecho a su emancipación.
Tampoco Lenin en su combate contra el economicismo en las
filas socialdemócratas, planteó nunca el abandono de la lucha económica por los
revolucionarios, ni su carácter secundario, al revés, planteó siempre trabajar
con fuerza y empeño en los sindicatos que acumulaban en su interior lo más
avanzado de la clase obrera, y que solo si los comunistas se ponían al frente
de la lucha económica, situándola en el ámbito político que corresponde dentro
de la lucha de clases, serían capaces de elevar la conciencia política de los
trabajadores, es decir, que en una gran parte, solo podemos elevarles la conciencia
de clase desde el compromiso de trabajo concreto de masas de los comunistas,
desde la práctica, construyendo organización y dirección política planificada
de las organizaciones obreras.
Difícil será, como plantea equivocadamente el artículo,
sacando de contexto las frases de Lenin, que nos podamos traer a nuestras filas
lo más granado de la clase obrera por nuestra capacidad intelectual y no por el
compromiso concreto de representación que los comunistas obtengamos en la lucha
económica, para así elevarla a la lucha política general, como los comunistas
españoles bajo la dictadura franquista hicieron, uniendo a la lucha por el
derecho de negociación colectiva y de sindicatos obreros, a las libertades
políticas y a la amnistía por todos y todas las personas represaliadas por la
dictadura.
Las conclusiones del artículo del camarada, son las que
llevan a la militancia del PTD a priorizar toda actividad para el partido,
eludiendo todo compromiso sindical o economicista que le evada de la principal
tarea para ellos de construcción de partido, haciendo antagónica la
contradicción entre la militancia partidaria y la sindical, cuando debieran ser
complementarias para el mayor ejercicio de un revolucionario: su fusión con las
masas, aprendiendo, absorbiendo y proponiendo en lenguaje llano y creíble, las
principales reivindicaciones de las masas trabajadoras, desde una posición
ideológica y política del interés general de la clase obrera, a la cual solo se
puede llegar desde dentro.
La historia del movimiento obrero español nos demuestra
(como la de la Europa industrializada) que la tarea de construcción del partido
solo es posible, desde nuestra unión con las masas obreras en los centros de
trabajo, barrios y sectores de producción, dirigiendo la lucha económica para
elevarla políticamente, ganándonos a los más granados con el trabajo y el
sacrificio de la militancia, cuadros y dirigentes. Y solo así es posible, que
las otras tareas políticas de propaganda y debate entre las clases trabajadores
por la militancia del partido, asuman credibilidad entre las y los más
conscientes.
La parafernalia y simbología de banderas rojas desarrolladas
por el oportunismo histórico de derechas, con el único fin de confundir y
ocultar las conclusiones dogmáticas y revisionistas del XX congreso del PCUS,
son las prioridades que fundamentalmente desarrollan los actuales destacamentos
comunistas, tanto los que se reclaman del marxismo leninismo como los sectores
que aun se integran en la ortodoxia del PCE, cada militante una bandera, compitiendo
en ser los primeros en las manifestaciones y los más vistosos, esto es lo que
en la práctica acabarán priorizando los camaradas del PTD con sus conclusiones
y en su competencia partidaria con el resto de destacamentos comunistas,
confundiendo la agitación y la propaganda entre las masas por su vistosidad y
comodidad de hacerlo como pandilla, con el trabajo de masas en las
organizaciones de masas, más sacrificado y menos vistoso.
Esto también nos da una explicación política, de que la Mesa
de Coordinación Comunista entre el PTD y la PC nunca pasara del mismo estadio
que la asistencia por delegación a las reuniones de la PC, y aclaran la nula
voluntad de la planificación y la evaluación del trabajo sindical, como única
forma de método y trabajo de masas que tenemos los comunistas, por eso los
camaradas nunca plantearon un plan de trabajo en las dos áreas donde
participaban sindicalmente (una de ellas compartiendo sindicato y sector en la
CSI) y por eso el protocolo de declaración de la conformación de la Mesa de
Coordinación Comunista, los camaradas nunca tuvieron voluntad de cumplirlo ni
de decírnoslo.
También por eso, los camaradas del PTD en las elecciones
autonómicas y municipales, optaron por dar prioridad a la intervención en la
superestructura política con su participación en las candidaturas electorales,
que en la base económica donde se daba la batalla de las elecciones sindicales.
La prioritaria para el PTD, participar en una candidatura sectaria que dividió
el voto popular en Avilés, en confrontación con la de Somos de Podemos que fue
la triunfadora, restándole votos e impidiendo si ya no su victoria, sí sumar la
mayoría con la de IU y en la secundaria para ellos, una exigua campaña en las
elecciones sindicales en justicia, que manteniendo el resultado que ya se
tenía, da una pérdida de votos por falta de presencia directa y compromiso
militante.
A modo de conclusiones
Este balance, es la clave de la convocatoria de la III
Asamblea de la Plataforma Comunista, donde buscamos respuestas y lugares de
trabajo con coincidencias para la confluencia de los comunistas, ante la
formación de nuevos sectores revolucionarios que emergen, en un nuevo
contexto de la correlación de fuerzas sociales y políticas, bajo la hegemonía y
la iniciativa política de las fuerzas reformistas.
Respuestas también desde la experiencia griega, para buscar
la interacción unitaria con ellas de los comunistas, apoyándonos en la línea
política de masas en las organizaciones de masas, como clave de la confluencia
de la unidad de los comunistas y conjuntamente con el movimiento obrero
sindical revolucionario en la construcción del futuro Partido Comunista.
Con la conclusión de que no existen condiciones para la
unidad de los comunistas en la confluencia, queremos expresar dos elementos; el
primero, que la lectura que debemos sacar no debe ser que este objetivo es un
error, si no que descubrimos, que teníamos una visión idealista de los
distintos destacamentos comunistas, donde no se dan las condiciones en la
actualidad por su dogmatismo sectario y por nuestra falta de fuerza militante,
en segundo lugar que la otra pata en la que se mueve nuestra estrategia, la de
la línea política de masas desde el trabajo de masas, se muestra como el único
instrumento que conocemos, que cubre la función de la capacidad de unir
pluralidades dispares desde la unidad de acción, como el trabajo sociopolítico
con los revolucionarios de la CSI lo demuestra.
Esto nos obliga a dar un paso atrás al no poder cumplir el
objetivo por el que construimos la Plataforma Comunista, como instrumento para
la confluencia y la unidad de los comunistas, lugar de participación, debate y
unidad en la acción de los comunistas independientemente del partido que
militen, ante esta imposibilidad un paso atrás desde el trabajo de masas, es el
acuerdo que refrendamos con la disolución de nuestro colectivo: la Plataforma
Comunista.
Asturies junio de 2015