No
pasa un día que al hilo del goteo que provocan las reformas
gestionadas en los ministerios de Unidas Podemos, no sean criticadas
por la izquierda a la izquierda del gobierno de coalición por
insuficientes, ante el amplio campo de posibilidad de intervención
que las leyes institucionalizadas por la derecha y neoliberales del
PSOE dejaron. La base ideológica de esta crítica política por
falta de sustento, nace de un radicalismo infantil basado en la
supuesta buena intención de quien la hace, que no entiende de
correlaciones de fuerzas, ni de táctica política, ni sufre de dudas
a pesar de coincidir en la confrontación con las derechas y el
fascismo desde el maximalismo del todo o nada, al tiempo que
tergiversan las contradicciones que el reformismo de izquierda tiene
contra el actual sistema capitalista. Crítica que los medios de
comunicación que apoyan al imperialismo expanden, con las mismas
artimañas y mentiras que vemos en la justificación de la injerencia
contra los pueblos que construyen su socialismo y soberanía, como la
denuncia que Evo Morales hizo del trotskismo, por el apoyo al
imperialismo yanqui-occidental en el derribo de su gobierno.
Tenía
pendiente la adscripción a este infantilismo dogmático, mecanicista
y sectario, que lleva más de cuarenta años con las mismas
doctrinas, de una frase de Juan Luís Arsuaga, catedrático de
paleontología en la Complutense de Madrid y gran comunicador social,
que publicó en su (creo) último libro titulado “Vida, la gran
historia” por la editorial Ediciones Destino, con fuerte contenido
dialéctico y político practico “Como en la famosa carrera de la
Reina Roja y Alicia (en A través del espejo), de lo que se
trata aquí es de correr todo el tiempo para permanecer siempre en el
mismo sitio. El biólogo evolutivo Leigh Van Valen desarrolló en
1973 una teoría -llamada precisamente teoría de la Reina Roja-
para explicar por qué se extinguen las especies. En la gran
competición macroevolutiva no está permitido quedarse atrás, por
lo que la extinción sobreviene cuando, a una línea, su potencial
genético no le da ya más de sí y es incapaz de mantener la
velocidad de cambio. (Esta metáfora de la Reina Roja y la necesidad
de correr sin parar para no extinguirse se utiliza mucho en los
cursos de formación de las empresas, para motivar a los ejecutivos.
Cuando las doy yo lo que cuento es otra cosa: que explorar, innovar y
superar retos y dificultades forma parte de la condición humana, y
que lo inhumano es la estabilidad, la monotonía y el tedio)”
Desde
este medio que suscribe este escrito y otros alternativos para la
comunicación y debate, en
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ya
expusimos las debilidades y sombras que este gobierno tiene con un
programa de izquierdas, tanto internas por la presencia en el
gobierno de personas provenientes del PSOE con fuertes inclinaciones
neoliberales, como externas ante el déficit de tan solo 158
diputados y diputadas, necesitando para alcanzar la mayoría
parlamentaria en las decisiones o leyes, el apoyo de fuerzas
progresistas nacionalistas y de algunas de la derecha como el PNV,
partido de la burguesía vasca, que buscan en la debilidad
parlamentaria y sombras, réditos económicos y transferencias como
la caja de la Seguridad Social, contemplada constitucionalmente como
posible de transferir como la Hacienda Pública. Las mismas
reivindicaciones que ERC, BILDU o BNG están contemplando, al no
centralizar ellos los intereses de la clase obrera por encima de la
independencia para lo que ellos llaman sus pueblos, al representar a
la pequeña burguesía y la clase media aburguesada.
Posiblemente
a esta izquierda agotada, les ratificaría más en su existencia (a
pesar del daño que se causaría a la clase obrera y al pueblo ante
la inexistencia de otra alternativa obrera o popular) que la
representación de Unidas Podemos faltase al programa acordado con el
PSOE, ya que cumplirlo es un ejemplo práctico de superación por la
izquierda al valer un hecho más que mil palabras, por eso no valoran
el paso pequeño del reformismo de izquierda, porque sobre él
argumentan la negación por los demás del grande, como si con ciento
cincuenta y ocho diputados se pudiera gobernar bajo el decreto ley y
no hubiera que ratificarlos con una mayoría parlamentaria.
Posiblemente
la táctica parlamentaria de la izquierda sea pobre en medios, fruto
de la pobreza en su representación parlamentaria y que las leyes que
elaboran o que anulan otros decretos, tengan que ser apoyadas por
partidos como el PNV o ERC, que en ningún momento han dudado en
aplicar privatizaciones en los sectores públicos del estado de
bienestar y que ninguno más sea obrero, es más, uno es el
representante de la oligarquía empresarial y financiera vasca y el
otro de la pequeña burguesía y clase media catalana, deseosas de
escalar socialmente asumiendo más competencias financieras para sus
negocio empresariales y profesionales, porque saben perfectamente que
en la empresa, el negocio y la transición financiera está la
plusvalía, madre del beneficio económico individual, las demás son
y somos, personas inadaptadas socialmente a las que hay que alimentar
por lo menos de momento.
Alonso
Gallardo de los círculos comunistas de Unidas Podemos
marzo del 2020