miércoles, 11 de marzo de 2020

Como contestación a Carlos G. Osto en su escrito en Rebelión ¿es infantilismo enseñar la raíz de los actos políticos del Gobierno? (1)



Pues no señor Carlos G. Osto, enseñar o hacer crítica de los actos políticos del gobierno es una obligación ética para la gente de izquierda, pero sí lo es en su fase superior de cretinismo, cuando tergiversamos los hechos y las palabras para adecuarlas a nuestro relato. Como cuando usted dice en su escrito que el acuerdo programático de gobierno se acoge a las directrices de los “poderes”, negando que sean fruto de una correlación de fuerzas parlamentarias y sociales y ajustados a la Ley. O usted piensa, que dos fuerzas reformistas con un programa de izquierda pueden plantear así de entrada, un programa revolucionario y aceptarlos los “poderes” sin más. Hicieron igual que como lo hacemos los revolucionarios, que al carecer de “poderes” no nos queda más remedio que acatar la constitución por imperativo legal, para poder presentarnos a las instituciones.

Pues esta expresión, que sí es una afirmación gratuita por falsa y ajena a una realidad, que todas y todos visualizamos en los cincuenta puntos del acuerdo de gobierno y en los decretos hasta ahora publicados, los cuales habrá que hacerlos ley por mayoría parlamentaria en estos próximos meses, en ninguno de ellos están recogidos los intereses de los poderes y sí los de las reivindicaciones de las últimas movilizaciones de la clase trabajadora, pensionistas o feministas, aunque es evidente que limitados por los imperativos legales y correlaciones de fuerza, tanto en la parte que afecta a lo económico, social o al estado autonómico en relación a los nacionalismos burgueses. Se puede hacer crítica evidentemente, en la validez de los límites que cada una de las partes valora en la correlación de fuerzas y en lo que permite la Ley Presupuestaria, pero guste o no guste se tienen que ajustar a la Ley, si queremos tener unos presupuestos que recojan las reivindicaciones de las movilizaciones, lo mismo que para hacer Ley los decretos aprobados en Consejo de Ministros y pedir que se los salten si que es maximalismo , porque es pedírselo a dos fuerzas reformistas y es una propuesta completamente ajena a la actual correlación de fuerza de la clase obrera.

Pues no, no somos de izquierda por lo que decimos, ni usted será de izquierdas por lo que escribe, si no por nuestros actos y la verdad de nuestros argumentos. Yo utilizo la expresión de gobierno de izquierdas por el acuerdo de cincuenta puntos de gobierno porque recogen las reivindicaciones principales de la clase trabajadora en estos momentos y porque los decretos leyes resueltos hasta ahora, ratifican esa línea política de izquierda y popular y esto dicho desde el movimiento de pensionistas, el feminista, el ecologismo y los sindicatos de clase. ¿Pero toda crítica es legítima en el seno del pueblo? No, la crítica destructiva, que divide a la clase obrera, al pueblo y a la unidad de las fuerzas políticas, sindicales o sociales que la representan, aunque tengan una base correcta por nuestros errores no son legítimas. Solo podemos apoyar y apoyarnos en aquellas que ayudan al desarrollo de la unidad y fortalecimiento del movimiento obrero y popular en general, en sus bases ideológicas, políticas y organizativas. Las críticas desde dentro del campo popular, deben servir al campo popular en su unidad y fortaleza, si no son así, solo sirven al enemigo principal del pueblo, hoy representado por la oligarquía financiera neoliberal española, vasca y catalana.

Posiblemente usted, solo entienda como pueblo o izquierda a aquello que coincide con su visión de las cosas, pero los comunistas mínimamente serios debemos acotar quienes formamos parte del pueblo de una forma sociológica, para plantearnos tácticas para su unidad y concienciación política, no desde la abstracción para unirme solo con el que piensa igual que yo, sino desde las realidades sociales y políticas en que los distintos sectores sociales se han concretado desde la lucha de clases y así lo tengo publicado en documentos y artículos en mi blog; que el pueblo lo representa la clase obrera y sus organizaciones sociales, sindicales y políticas, los comunistas, socialistas, anarquistas, reformistas, demócratas y progresistas de sentimiento antineoliberales y los partidos que representan a la pequeña burguesía, mediana o grande que mantengan posturas nacionalistas patrióticas, contrarias al neoliberalismo globalista en cualquiera de sus facetas.

Creo que en lo fundamental, que ajusto mi escrito al texto original en la contestación a su escrito en todo aquello que directamente le afecta, porque en el resto de su artículo usted aprovecha para soltar su visión de las cosas y del mundo, desde una perspectiva de la cual ni entro ni salgo y que en absoluto puedo entender que entran dentro de la contestación a mi artículo, ya que por mucho que siga pasando el Pisuerga por Valladolid, por Asturias de momento no pasa y por lo tanto no creo que sea válida cualquier cosa.

Atentamente un saludo

Alonso Gallardo de los círculos comunistas de Unidas Podemos marzo del 2020