Que se
olviden los teóricos del bipartidismo de su renacimiento, murió en el 2014 con
el surgimiento de Podemos y en el descubrimiento de las dos caretas del
neoliberalismo reaccionario, cuando solo es una. Lo desenmascaró la
movilización social contra las políticas austericidas, privatizaciones y la corrupción en las instituciones, por
quienes teóricamente nos representaban por la izquierda con sus políticas de
pactos desde la transición con la derecha neoliberal, aliada a la oligarquía
euroalemana en la estrategia de la construcción de una Europa del capital y del
libre mercado imperialista.
Que se
olviden, porque lo que ha quedado demostrado con la convocatoria de nuevas
elecciones y la negativa al gobierno de coalición con Unidas Podemos demandado
por la clase obrera, es que el PSOE de Pedro Sánchez junto con el PP, Cs, VOX, nacionalistas
y mercenarios de la política, conforman un solo campo neoliberal que alcanza a
todo el entramado ideológico y político existente en España, similar al
movimiento aglutinador del neoliberalismo de derechas, centrista y de
izquierdas del gobierno francés de Macron, dirigente del socialismo francés.
Movimiento en España dirigido por el poder económico y mediático del nuevo
fascismo neoliberal del IBEX 35, cúpula dirigente de las multinacionales, la
banca, grandes empresas y fortunas, provenientes del expolio de los bienes y erario
público, que impiden gobiernos del pueblo mediante métodos autoritarios,
represores, engaños y amenazas.
Vivimos una
etapa de largo recorrido de crisis de beneficios empresariales, que se mantiene
desde los años setenta y que tuvo su última asonada con la burbuja inmobiliaria
en el 2008 y de la cual, occidente aun no la ha superado. En España todos los
indicadores nos sitúan por debajo de esa fecha, con la falsa excepción de la
creación de empleo, basado en la generalización de la precarización del empleo
fijo y cuando, organismos e indicadores oficiales e independientes, aseguran con
escaso margen de tiempo, el aterrizaje de una nueva implosión del sistema
capitalista de libre mercado, por el endeudamiento de las empresas por los
bajos beneficios y de las familias por los bajos salarios. Endeudamiento que
aumenta auspiciado por los bajos intereses con que presta la banca, creando una
burbuja de la deuda privada a la cual hay que añadir el déficit público,
disparado por el pago con dinero público a través de los bonos del estado y cuando no, directamente de la deuda de la
banca privada española fruto de estas burbujas con la banca euroalemana que se
las financió. Con este panorama, el neoliberalismo en todas sus facetas se aúna
entorno al PSOE de Pedro Sánchez, para el bloqueo de un gobierno de coalición
de las fuerzas del pueblo, traicionando así el ideario con el que obtuvo el
apoyo de la afiliación y el voto popular.
Para
garantizar sus intereses, la represión policial y judicial del estado burgués a
la que está sujeto el pueblo movilizado es enorme, con numerosos dirigentes
sindicales, sociales y políticos encausados, multados o en la cárcel, lo que nos
dice mucho del tipo de dictadura democrática burguesa en la que vivimos y no
van a parar, porque las denuncias públicas acaban en barbecho por años en el ámbito
judicial y sin publicidad en los medios y menos, responsabilidades jurídicas y
penales como hemos visto con la sustracción del móvil al equipo de Pablo
Iglesias por las alcantarillas policiales o el encausamiento por parte de un
juez sin competencias, de diputados y diputadas de Unidas Podemos. La Ley del
silencio o la omertá para acallar el acoso y derribo de dirigentes de Podemos,
sindicalistas y activistas sociales es tan clamorosa, como escandalosa la compra
de disidentes bajo apoyo mediático o como la ocultación de la corrupción y así seguiremos,
siempre que no consigan destruir ni a Podemos ni al sindicalismo de lucha, con
los ataques de los montajes policiales y la justicia corrupta un día sí y el
otro también.
Ante esta
situación, los revolucionarios solo tenemos dos caminos; sumarnos a la
confluencia en la defensa del programa mínimo revolucionario de Unidas Podemos
contra la crisis, la austeridad, las privatizaciones, la corrupción y en la defensa de los derechos garantizados por el
estado de bienestar con los servicios públicos, como derechos fundamentales o nos
sumamos con nuestra crítica a los reaccionarios, contra los únicos que a pesar
de sus insuficiencias ideológicas y políticas, se sitúan en el punto de mira de
la oligarquía imperialista euroalemana y estadounidense. Dos caminos tenemos,
el de sufrir la represión de la lucha dentro del campo popular, aportando las
críticas constructivas que sean necesarias desde dentro o situarse en las
esquinas, viendo como el nuevo fascismo neoliberal apoyado por nuestra injusta
crítica, atropella, explota y reprime, a la clase obrera más avanzada y al
reformismo progresista de izquierda, que se atreve a defender los derechos e
intereses populares.
Los
distintos destacamentos revolucionarios tienen que superar los prejuicios tópicos
públicos, con la que manifiesta su superioridad
sobre el reformismo, como el jactarse de que Podemos en el gobierno no
podrá hacer nada y que solo buscan sillón. Pero con esta frase hecha, estos
revolucionarios no demuestran absolutamente nada, ni siquiera crean
contradicciones y sobre todo, nada en absoluto comparado con lo que está
llegando a los ojos y oídos de las masas obreras, del odio y rechazo que destila
la burguesía parasitaria española, incluidos dirigentes y cuadros de la
socialdemocracia del PSOE, con el objetivo de impedir que entre en el gobierno
una fuerza reformista de izquierdas coherente y honrada, con un programa que
sintetiza el “pan, trabajo y libertad” de Lenin, concretado en el rechazo a las
políticas de austeridad, privatizaciones, corrupción y de regeneración de la
política y la odian, porque ha demostrado su honestidad con el rechazo a acuerdos
de gobierno sin un programa mínimo para el pueblo o no aceptando en nombre de
la gobernabilidad recortes para la clase obrera, como hicieron rompiendo el
Pacto de Toledo ante la posibilidad de que recortasen las pensiones.
Otro tópico
negativo, es la exposición pública sin visión táctica política, de que Pedro
Sánchez y el PSOE son neoliberales de derechas, por la obviedad de las
prácticas de gobierno desarrolladas hasta ahora. Pero la táctica de los
revolucionarios no puede ser el insulto ni a los dirigentes ni al conjunto del
partido, porque de lo que se trata no es de apilarlos en bloque entorno a sus
dirigentes, es hacerles ver a su afiliación y votantes, que es a quienes nos
dirigimos cuando les hablamos, que si hoy no hay gobierno de izquierdas, es
porque la actual dirección y Pedro Sánchez no han querido, porque han cedido a
las presiones de los oligarcas representados por el IBEX 35. Lo mismo que si mañana
no garantizan como derecho fundamental constitucional las pensiones, la
sanidad, la enseñanza, la vivienda o los servicios sociales o si no se anulan
las reformas laborales que nos precarizas. Esto, solo lo lograremos hacer ver a
las masas obreras, hundiéndonos hasta el cuello en el fango de la política en
las instituciones burguesas, con la táctica de demostrarlo mediante los hechos,
que son los dirigentes socialistas los que no quieren llegar a acuerdos con
Unidas Podemos como fuerza del pueblo. No hay otras formas y mucho menos
viéndolas pasar cómodamente desde nuestra esquina, de cambiar la correlación de
fuerzas.
Otro tópico
es llenarnos la boca con el calificativo en modo peyorativo, de que los de
Podemos son unos reformistas que solo se dedican a las instituciones, sin
querer saber nada de la clase obrera. Pero es que son eso, populistas
reformistas de izquierdas, que solo tienen táctica y las instituciones son su estrategia
desde la pura fuerza de la voluntad y no lo niegan, pero aportan dos elementos
centrales que son parte de la ética de los revolucionarios; una honradez a prueba
de balas y un programa mínimo revolucionario que rompe lo fundamental de la
línea de demarcación de la oligarquía, en la aplicación de las políticas de
acumulación por explotación y extracción de los bienes públicos y del pueblo.
Pero con respecto a la clase obrera que nos hincha de orgullo solo con nombrarla
¿Cuantos destacamento de comunistas están trabajando en el sindicato de su
centro de trabajo, aquel que sea valorado como el más adecuado para organizar a
la clase obrera y politizarla con el debate, la asamblea y la movilización o en
la asociación de vecinos del barrio o pueblo o centro de estudios? Ninguno lo
hace de forma colectiva, planificada y organizada como lo hacían los comunistas
hasta finales de los años setenta incluido el PCE del interior, ahora solo
trabaja como mucho, algún militante de forma individual para su defensa.
La actual
tarea estratégica de organizar el poder popular, está en la construcción de las
organizaciones sindicales, vecinales y sociales en el centro de trabajo, fábrica,
barrio, pueblo y centro de enseñanza y es la que nos toca a nosotros hacer en
la actual situación ideológica, política y organizativa de la clase obrera, ya
que nadie la va hacer, si no es desde la conciencia de clase revolucionaria o
comunista y la convocatoria electoral de este 10 de noviembre, ante el tremendo
acoso para el derribo y liquidación de Podemos como única fuerza representativa
del pueblo, que demuestra que el trabajo institucional en esta etapa el
reformismo lo hace bien, un buen motivo de encuentro de comunista y
revolucionarios en la construcción de la confluencia en la unidad popular.
Debemos tener claro que un mal resultado electoral de Unidas Podemos, indicará
que no se conseguirán ninguna de las propuestas del pueblo que están encima de
la mesa, como pensiones, reforma laboral, sanidad, enseñanza, vivienda o
libertades y que solo un buen resultado de Unidas Podemos, impedirá o por lo
menos moderará, la nueva oleada de recortes, privatizaciones y represión,
escudada en la nueva asonada que viene y las recomendaciones de los organismos
europeos e internacionales y que solo si hacemos trabajo sindical en las organizaciones
de masas, podremos superar su espontaneismo en la movilización, que seguro
habrá.
Alonso
Gallardo de los círculos comunistas de Unidas Podemos septiembre del 2019