jueves, 4 de abril de 2019

Razones del porqué el único voto útil de la clase trabajadora es el de Unidas Podemos


Porque el mundo en que vivimos está en una situación límite, en el final de un cambio de era después de quinientos años de dominación del liberal sistema capitalista de producción, proceso que puede ser más lento o rápido, dependiendo del apoyo que obtenga el campo popular y del desarrollo orgánico de su fuerza social, sindical y política. Proceso codirigido por los países socialistas, potencias emergentes y países con economía independiente de las potencias imperialistas. En España, el liderazgo depende de Unidas Podemos y del apoyo que obtenga en la convocatoria del 28 de abril como movimiento político que nació contra la austeridad, la defensa de lo público y la regeneración política, línea que confronta contra el núcleo central de la política imperialista de acumulación de capital y que tiene como opciones ante la crisis global de descenso de beneficios empresariales desde los años setenta del siglo pasado dos salidas; la democrática, que abra un proceso constituyente con una economía planificada al servicio del pueblo o la confrontación político militar donde nadie saldrá ganando, porque no es una crisis más de superproducción, es global del sistema en lo político, económico y ecológico y su resolución estará en la toma del poder del gobierno de la propiedad y la plusvalía, bien para la conquista de la igualdad o bien para la regresión a la esclavitud del Medioevo y al desastre ecológico definitivo del planeta.

Porque en su nacimiento aceptó sin sectarismo ni dogmas, que el campo popular lo conforman fuerzas políticas con lagunas ideológicas, nacidas de un alma débil forjada desde el revisionismo ideológico,  político y cultural hegemónico desde los años sesenta, que da una comprensión limitada y egocéntrica del mundo por el individualismo liberal de estos últimos cinco siglos, arrinconando el ser social humano. De ahí que el PSOE socialmente mayoritario, siga atravesado por grupos de presión neoliberales que han sido dominantes hasta la llegada de Pedro Sánchez, teniendo dos almas y una dependencia económica de la oligarquía neoliberal, que ha gobernado España con el bipartidismo desde la transición. Esa doble alma en la que viven los socialistas, es la que representa al conjunto de la clase media española en su desideologización y despolitización, incapaz de reconocerse en la clase obrera ni de entender, que sus salarios son por la venta de su fuerza de trabajo, en absoluto nada voluntario y también, la que en parte atraviesa Unidas Podemos con su fragmentación y división. Además debemos entender, que trabajar por mantener a los socialistas en el campo popular, también es  porque sin ellos en lo inmediato no hay mayoría posible y lo  más determinante, sin una correlación de fuerzas suficientes de las confluencias, el PSOE sería arrastrado por su alma débil y sus deudas con la banca, a gobernar en alianza con el ahora centrista Ciudadanos, pero que en su nacimiento era neofascista, un espacio cedido al PP y a la nueva criatura de VOX, indicando la invisibilización mediática del neoliberalismo globalista imperialista y que el fascismo de Casado y Abascal solo son caricaturas. Aquí en España el fascismo está detrás del IBEX 35 con su poder económico y mediático y en cada momento decide quién políticamente lo representa.

Y porque la cuestión está en desarrollar la táctica política y el programa, de forma que se fortalezcan y cohesionen los distintos componentes políticos e ideológicos internos, pero para eso primero debemos asumir la realidad política económica y social expuesta y las debilidades y fortalezas que tenemos en el campo popular, necesario para dar la respuesta correcta a las necesidades de los distintos sectores y clases que componen el pueblo y para eso tenemos el programa con que Podemos, Izquierda Unida y EQUO, lograron el apoyo de las mayorías sociales que los auparon al gobierno en muchas localidades, hace ahora cuatro años. Pero esto solo se logrará, si se transmite socialmente un discurso cohesionado y global sobre las políticas económicas y sociales, situándolo como un referente prioritario de programa en el discurso político de Unidas Podemos, porque son la respuesta que necesita el pueblo trabajador ante la pérdida del estado de bienestar, de precariedad social y laboral y de falta de libertades en los centros de trabajo y la calle. Pedro Sánchez jugó con dos barajas para mantenerse en el tablero político, uno de presión a la oligarquía globalista con el chantaje de ellos o las confluencias de Unidas Podemos y el otro, en la unidad de la izquierda como opción de progreso para el pueblo. La oligarquía globalista pactará con los socialistas solo si sigue la política de austeridad o porque el que nada cambie, implica un desgaste de Unidas Podemos. La última vez que vimos el juego con el alma popular, fue en el fallido acuerdo presupuestario del 2019 y con la de su alma débil, el pretender forzar a Unidas Podemos al acuerdo en los Pactos de Toledo para recortar las pensiones, acusándonos de su ruptura y de aquí viene como ejemplo, que solo con un resultado electoral de Unidas Podemos que sumado a los socialistas sea suficiente, forzará a que las fuerzas del campo popular puedan gobernar sobre la base del programa.

Terminar recordando, que un gobierno de las fuerzas populares en España no sería tratado por el Ejecutivo europeo como el gobierno de derechas del italiano Salvini, si en un espejo nos tenemos que mirar será en el del griego Tsipras y muy conscientes del fuerte entramado de leyes construido por el neoliberalismo globalista en España. Con una mayoría suficiente se puede desmontar políticas que atentan a las libertades y derechos sociales, pero para recuperar el grueso de las económicas del estado de bienestar, se necesitan mayorías tan amplias, que solo desde una movilización ciudadana sostenida conseguiríamos las fuerzas, para reformar la constitución en todo aquello que blinda a la propiedad privada por encima de la pública y a las estructuras del fascismo en el Estado con la monarquía, el parlamento, la justicia, la policía y ejército por encima de la igualdad y la democracia y también, sin revocar el artículo 135 de la constitución, nunca podremos convertir en derechos fundamentales los derechos del estado de bienestar social, financiado con los impuestos públicos como estado de igualdad social y de derechos y de ahí, que solo la movilización popular por un proceso constituyente en unidad con otros pueblos de Europa, nos garantizan la victoria para el progreso de la humanidad. Por eso y para poder seguir avanzando, el único voto popular que tiene utilidad es el de Unidas Podemos. 

Alonso Gallardo de los círculos comunistas de Unidas Podemos         abril del 2019