jueves, 21 de febrero de 2019

Ante el colapso del sistema y la guerra el debate de línea política entre comunistas una necesidad


Aunque el tema venga de largo por parte de los dos colectivos comunistas, bueno es reincidir al publicar de nuevo Unión Proletaria, el llamamiento (que apoyamos) a la unidad de los marxistas leninistas bajo  tres ejes: la comunista, con la clase obrera y con las clases y sectores sociales que forman el pueblo (1) En paralelo nos sitúan, la crítica a la declaración de los círculos comunistas sobre que la izquierda debe elegir entre las políticas identitarias o la clase trabajadora y el pueblo (2) en temas como el carácter de clase de Unidos Podemos, el espontaneismo economicista de la lucha sindical, el papel de vanguardia de la clase obrera industrial o las causas del debilitamiento de la lucha obrera y popular (3) motivándonos al debate público, para conformarle más cuerpo si se suman otros colectivos comunistas.

Como cuestión previa sitúo, que no es asumible que el análisis de la realidad social pueda venir de las respuestas que dieron nuestros clásicos en su momento, cuando solo puede venir de nosotros desde la misma metodología y concepción del mundo con la que Marx y Lenin lo analizaron y a partir de ahí, conformar el cuerpo teórico de nuestros análisis desde el principal principio político del marxismo: la lucha de clases. Esto implica separar lo metodológico y conceptual, el materialismo histórico y el materialismo dialectico (legado de Marx a la humanidad como concepción de la realidad y teoría del conocimiento) de la teoría política marxista leninista, que es la que nos toca hacer a nosotros, utilizando la misma arma metodológica y conceptual que nuestros clásicos en el análisis de la realidad, en la cual introduciremos de forma lógica y dialéctica el saber de la historia de la lucha de clases del movimiento obrero (legado de Marx a las clases explotadas) La confusión o mezcla entre la concepción filosófica del mundo y la teoría política de Marx o Lenin, acaban haciendo un dogma de sus teorías políticas, lo cual es un grave error conceptual inducido por las concepciones revisionistas del XX Congreso del PCUS en los años sesenta, que ha llevado al movimiento comunista internacional al dogmatismo, sectarismo y a la suplantación de las tareas de las masas por el partido, como base del dominio ideológico y político del revisionismo burocrático socialdemócrata.

Sobre el carácter de clase de Podemos decir lo mismo que del PSOE, IU, CCOO o UGT, que más allá de sus políticas sustentadoras del sistema capitalista neoliberal, por su composición social y su historia, forman parte del campo popular bajo la influencia revisionista del pensamiento ideológico pequeño burgués, indicativo por su línea política, pero son de la clase obrera por la venta que hacen de su fuerza de trabajo, por el salario que reciben y por el lugar que ocupan en las relaciones de producción. La parte material es la que nos determina el lugar que ocupamos en la lucha de clases como explotados y en línea política, no creo que estén a la derecha del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso de Lenin, pero son en la actualidad como él, lugar de encuentro y confluencia de las corrientes de pensamiento que representan al pueblo y a la clase trabajadora y lugar donde los comunistas, podemos confrontar con el pensamiento revisionista del reformismo social hegemónico al no haber unidad sin lucha, hasta lograr la mayoría que Lenin obtuvo, por sus aciertos teóricos y tácticos y por el inquebrantable trabajo militante bolchevique en las organizaciones de masas de los sindicatos en fábricas, sectores y barriadas obreras, con una visión teorizada y planificada del trabajo en las organizaciones obreras. Instrumentos básicos del poder popular futuro y elemento esencial de la línea política de masas.

Para comprender al espontaneismo economicista en la lucha sindical, primero analicemos dos cosas; por un lado, las movilizaciones del sindicalismo institucional en ningún momento han intentado combatir la ruptura del pacto social del estado de bienestar, realizada por el gobierno socialista de Zapatero en el 2011 con sus políticas de austeridad, recortes y privatizaciones. Atados ideológicamente al pensamiento burgués neoliberal, estas cúpulas en los órganos del sindicato, solo se embarcan en los objetivos que les mantienen las condiciones de vida de privilegios, actuando siempre a la defensiva y desideologizados, y las movilizaciones que surgen en paralelo al movimiento sindical, nacen de la ineficacia de los sindicatos mayoritarios y minoritarios en esos ámbitos, siendo ocupados esos espacios por el espontaneismo reivindicativo, en muchos casos antisindical, radical y corporativo. El movimiento de las pensiones o chalecos amarillos, son un buen reflejo de lo expuesto. El sindicalismo como base de la política popular, no es economicista de por sí, lo es el que la practica como el del revisionista que no pretende ir más allá o la del revolucionario que por carecer de línea política de masas es incapaz de expresarla. Lenin y los bolcheviques, construyeron el partido teniendo como base el sacrificado trabajo en las organizaciones de masas de la clase obrera allí donde vive y trabaja, combatiendo tanto al economicismo menchevique que paralizaban la lucha del movimiento obrero al  despolitizarlas, como a los que la consideraban de por sí economicista despreciándola, pretendiendo llegar a las masas trabajadoras exclusivamente desde el debate teórico, desde afuera de la clase obrera.

Definir como la vanguardia a la clase obrera industrial española, es un error que parte de una visión genérica del movimiento obrero sin análisis previo concreto. Es el sector del mundo del trabajo que más masas de trabajadores acumulan en un espacio con contratos fijos, que han adquirido con el tiempo la experiencia y la organización necesaria para construir secciones sindicales, permitiéndoles alcanzar unas mejores condiciones de vida y trabajo que al grueso de la clase obrera. Pero el capital también trama sus estrategias, aprendiendo de los errores cometidos en la implementación del pacto social del estado de bienestar en occidente y uno clave en desactivar esta vanguardia, fue contemplado en el derecho fundamental a la negociación colectiva, con el reconocimiento del derecho individual al empresario al convenio de empresa y al acuerdo individual con el trabajador técnico, hoy por encima de la negociación colectiva. En Francia contemplaban introducir este derecho individual empresarial en la reforma laboral de Macron para debilitar la negociación colectiva, cosa que en España ya la tenemos desde la transición y mayoritariamente en convenios provinciales. En la negociación colectiva en España, nunca participó la mediana empresa ni la grande, al tener todas convenio propio y pacto individual entre el personal técnico y la empresa, de ahí, que hoy los sindicatos reivindiquen por ley, que el convenio colectivo se sitúe como mínimo para el individual o de empresa. En las únicas luchas que fueron vanguardia ha sido en las de reconversiones, pero desviadas en general por el sindicalismo reformista o economicista a la mejora de la condición de la baja voluntaria y la prejubilación, vendiendo así su conciencia de clase y el futuro de sus hijos sin posibilidades de empleo o trabajo digno. Desde la transición en España, la movilización la han marcado sectores provinciales como el metal o construcción en picos altos de trabajo y limpieza, hostelería o comercio, cuando sus condiciones salariales y de trabajo han caído a condiciones paupérrimas o sea pequeña empresa y mediana del sector servicios.

Situar la falta de fuerza política de las reivindicaciones del movimiento obrero como principal problema de la izquierda, creo que es eludir el problema de fondo, de que la izquierda en general no trabaja en las organizaciones de masas. Las cúpulas del sindicalismo institucional gestionan los mecanismos que garantizan la existencia del sindicato, como la interlocución social obligatoria, la negociación colectiva o la función institucional, con las cuales logran el reconocimiento y la financiación necesaria para su subsistencia con escasa crítica interna y en el sindicalismo de clase, con escasas excepciones , apenas interviene porque está falto de motivación ideológica y línea política, desprecian intervenir en lo que esté dirigido por la burocracia sindical, desprecian organizar los sindicatos por sectores y comarcas para dar entrada a la clase obrera precarizada o en paro, prefieren organizarse por colectivos movimentistas con su grupo de colegas, en los ámbitos de feminismo, ecología, precariedad, desempleo etc. Esta práctica mayoritaria en los sindicatos alternativos de clase con excepciones, se ha multiplicado como teoría de la diversidad desde la ofensiva del neoliberalismo globalista en el 2011 por la ruptura del pacto social del estado de bienestar, con el lanzamiento por el poder mediático y el reformismo neoliberal, de situar en el movimiento obrero y popular las luchas identitarias, centradas en España en la violencia de género y soberanismo en la izquierda sindical, política y el feminismo, situándolos desde el interclasismo y fuera de la lucha de clases . Este debate, es en el que la izquierda sindical está desde la ruptura del bipartidismo por Podemos e IU en la europeas del 2014, donde no ponemos en duda el derecho a la identidad ni al de autodeterminación de los pueblos, lo que sí ponemos en duda, es que para la clase obrera el discurso identitario independentista tenga base científica alguna, habiendo sido introducido en España por el revisionismo en los setenta, para abrazar posiciones burguesas y mucho menos, desde la minoría social que son a pesar de la represión del nacionalismo burgués españolista. El derecho a decidir de Cataluña, Euskadi o cualquier comunidad siempre bajo proceso legal, democrático y votado.

La falta del partido comunista de la clase trabajadora, visible en todas las insuficiencias de la lucha social contra el capitalismo y la crisis global, no puede paralizar la línea de masas porque su nacimiento no surge de la inanición ante el espontaneismo reformista, ni del debate teórico exclusivo entre comunistas como bien lo demuestra la experiencia de Unión Proletaria, solo puede construirse desde la unidad de acción y el debate práctico, de cómo llevar la línea política revolucionaria al sindicalismo de masas, allí donde vive y trabaja la clase obrera, hoy bajo la hegemonía ideológica y política del revisionismo y el espontaneismo despolitizado. El rechazo al trabajo militante práctico, sitúa una línea de demarcación sectaria del grueso de grupos marxistas leninistas y difícil de superar en el plano teórico (4) Creo que la construcción del partido puede iniciarse de muchas maneras, pero siempre desde la base del trabajo de masas en las organizaciones de masas y sin idealización del partido como ente unido en lo ideológico, sin la experiencia práctica revolucionaria, porque lo determinante para la vivencia orgánica en la vida partidaria, se sitúa en la unidad de acción en la táctica política de masas, que se rompe o se une según acierto u error y que solo podemos valorarlo en relación al interés general de la clase trabajadora, si son o no beneficiosos socialmente o si potencian o no, la fuerza y unidad de la organización de las masas y al partido. Creo que se puede estar de acuerdo o no con esto, que todo es matizable y mejorable y por lo tanto debatible al ser nuestras las conclusiones y no las de Marx o Lenin.

Como conclusión, que en todo momento se respetan los tres principios de la unidad: la comunista, con la clase trabajadora y con el conjunto que conforma el pueblo, más allá de que las cosas pocas veces suceden como nos la imaginamos y sobre todo, cuando algunas importantes socialmente aun no están definidas políticamente, como la de quienes pueden ser nuestros aliados dentro de la burguesía, no pertenecientes a la oligarquía neoliberal globalista o proteccionista, cuestión básica en el programa de lucha contra la políticas austericidas, la guerra y la defensa de la soberanía y libertades democráticas.

Alonso gallardo de los círculos comunistas de Unidos Podemos                15 de febrero de 2019