Antes de
entrar en conocimiento de lo que esconden las declaraciones realizadas por
Ramón Arguelles como coordinador asturiano de IU el 17 de marzo, decir, que lo
que hace en el momento político más difícil para Unidos Podemos, es lanzarse en
brazos de la neoliberal Izquierda Abierta de Llamazares en una asamblea de IU
de Asturias, dedicada expresamente a segar el terreno y anticiparse a la
iniciativa propuesta por el Coordinador General de IU, Alberto Garzón,
sintetizada en la carta publicada el 24 de marzo junto con Pablo Iglesias,
Secretario General de Podemos, para enfrentar las futuras campañas electorales
en unidad, para transformar la realidad de miseria y marginación social en la
que amplios sectores sociales viven y que la movilización en torno a las
desigualdad de género, la pérdida de poder adquisitivo y defensa de la continuidad
de las pensiones públicas, están visualizando.
El contexto
en que se dan las políticas neoliberales desarrolladas por los distintos
gobiernos del PSOE, PP, nacionalistas de derechas más la corrupción, han
generado pérdidas económicas y sociales al conjunto de las clases trabajadoras,
especialmente en la parte social más débil con sus políticas de precarización,
subcontratación y flexibilización horaria y laboral, bajo la amenaza del
despido libre y gratuito y que a pesar de que decenas de miles de jóvenes
abandonan España y Asturias en particular, sigue manteniéndose unos niveles de
desempleo altísimos y una oferta basada en la precariedad, flexibilidad
y la baja remuneración, impidiendo salarios y pensiones dignas. Ante esta
situación económica y social, las capas populares necesitan de una política
nacional que rompa con la austeridad que nos impone la troika europea y
recupere derechos y libertades, cuestión que solo pueden venir en la actualidad,
de la suma de las fuerzas reformistas que en estos años han surgido entre el
pueblo, es decir de Podemos, de la Izquierda Unida de Garzón y las
confluencias.
La
alternativa económica y social de Unidos Podemos y las confluencias, confronta
en líneas generales con los intereses del neoliberalismo, que la combate mediante
la represión policial, judicial y montajes mediáticos que construyen con sus
empresas de prensa, radio y televisión, como la del derecho a decidir del nacionalismo
burgués catalán, que supera en claridad el ecléctico discurso reformista en defensa
de la nación española, por el revisionismo que impregna a la intelectualidad
izquierdista en la construcción de patria para el pueblo (1) desde la
transición del franquismo, que ha permitido que la oligarquía lograra su
primera victoria al situar a dos partidos burgueses neoliberales en cabeza en
Cataluña y es de esperar que aumente con las últimas detenciones de dirigentes
nacionalistas y la represión de las movilizaciones en Cataluña, en una dinámica
que tantos votos les dio en el resto del estado español con la espiral vasca de
represión y terrorismo. De ahí la importancia del acuerdo de las fuerzas
progresistas en torno a Unidos Podemos y sus confluencias, para parar la
reconstrucción de la hegemonía del neoliberalismo en España y Europa, proponiendo
una salida política, económica y social para España como país, por la izquierda
y desde la lucha de clases, superando la lucha identitaria nacionalista que
tanto divide a la clase obrera y al pueblo.
Cuando en un
país desmantelado en lo económico y social por las políticas neoliberales y la
corrupción, con la pretensión del neoliberalismo de reconstruir la hegemonía
perdida mediante batallas identitarias, se da un paso como el dado por Ramón
Arguelles y Gaspar Llamazares, descabalgándose del acuerdo entre Podemos e IU,
con una fraseología pretenciosa y nula de toda racionalidad política, de “ocupar
la centralidad del tablero de la izquierda asturiana” después de cuarenta años de
muletillas de los neoliberales del PSOE, en el desmantelamiento económico, social
y de corrupción en Asturies, con la falacia de “que el pueblo asturiano lo que
tiene es sed de IU” nos dice, que el aparato neoliberal asturiano de IU ha
perdido racionalidad y sentido del ridículo, por mezclar la política con
culines de sidra, pero con la virtud de dejar claro a quién sirve alguno y las
intenciones de otros.
La
estrategia de desmarcarse en la situación de reflujo social y electoral de las
fuerzas reformistas de izquierdas, sirve a Gaspar Llamazares de pago a la banca
que lo ha financiado durante años, debilitando las políticas antiausteridad que
representa Unidos Podemos, especialmente en estos momentos cuando surge un PSOE
asturiano, que puede abrazar una propuesta antiausteridad que lo homologue a
los portugueses y gobiernos municipales progresistas y lograr un gobierno de
izquierdas en Asturias. Pero a este neoliberal se le ha unido las ganas de
comer del resto del aparato regional de IU, al ver, que si alguna posibilidad
de tocar gobierno tienen, será porque lo presida un socialista y para ello
tienen que presentarse por separado de Podemos, para así dar la mayoría de la
izquierda al PSOE, ya que es difícil la representación de cualquier neoliberal
de IU, si quien presidiera el gobierno asturiano fuese quien representase
electoralmente a Unidos Podemos en Asturias, que en su falta, si la división
persiste, esta representatividad recaerá en solitario en Podemos y las
confluencias asturianas.
En esta
situación de reflujo del reformismo progresista, mezclado con los últimos
aletazos políticos de los neoliberales infiltrados en las opciones de izquierdas
como Felipe González, Alfonso Guerra, Susana Díaz, Javier Fernández, el grueso
del grupo parlamentario socialista junto con otros lacayos menores, veremos confluyendo
en la fórmula proyectada por los medios de comunicación tipo Macron francés, en
torno a uno que aquí llaman Rivera, porque todo lo bordea desde el eclecticismo
del sí y del no, para confluir todo el arco político neoliberal electoralmente
en uno solo. Toca a todas y todos, apostar por la única alternativa popular en
la actualidad, que puede confrontar con la política de austeridad, represión y
recortes de derechos y acabar con el
neoliberalismo genocida en este país que llamamos España: el proyecto de Unidos
Podemos y las confluencias.
Alonso
Gallardo militante comunista por la confluencia popular