Sobre Podemos, Syriza y su importancia actual en el
combate contra el imperialismo Euroalemán.
Y como crítica al hipercriticismo y al disparar sin
apuntar.
Asistimos a la consolidación política de Podemos en el
estado español, junto al avance de Syriza en Grecia, con la formación de un
Gobierno con fuerte apoyo popular que, en lo fundamental busca llevar las
riendas de la toma de decisiones políticas en Grecia, hasta ahora secuestradas
por la troika como forma de soberanía, ejecutando mínimas políticas sociales
pero con impacto y en principio paralizando las políticas de austeridad y
recortes al pueblo. Este decir y hacer por la dignidad del pueblo griego de Syriza,
influye y es importante para Podemos, que lo sitúa no como un ejemplo aislado
en el continente europeo, sino como un movimiento de masas democrático, de
resistencia y oposición al desarrollo actual de las políticas de recortes al
pueblo y de la corrupción de los políticos y las instituciones, que recorre con
fuerza todo el sur de Europa.
El atractivo de Podemos es amplio en grandes sectores del
marxismo revolucionario leninista no sectario, pero sin obviar lo positivo que
en la actualidad Podemos representa para la confluencia de masas en la lucha
contra la austeridad y los recortes que nos obligan los gobiernos PSOE-PP de la
oligarquía bancaria, primero debemos resolver algunas cuestiones sobre si la
“táctica” que representa Pablo Iglesias es leninista tal como plantean muchos
comunistas, como justificación del apoyo o participación en Podemos.
Es importante que tengamos una idea bastante aproximada del
motivo, nacimiento y procedencia política del grupo promotor de Podemos, más
allá del conocimiento personal en lo profesional o universitario previo existente
entre ellos, que condicionó (sino determinó) la espantada planificada de
Izquierda Unida, siendo esto planteado en el artículo publicado por Asturbulla
el 27 de enero del 2014, fruto del debate en la Plataforma Comunista http://www.asturbulla.org/index.php?option=com_content&view=article&id=23957:sobre-pablo-iglesias-y-los-comunistas&catid=124:opinion&Itemid=180.
Este artículo tenía unas pretensiones iniciales claras en su
desarrollo, solo hay que añadir un detalle para actualizarlo, que, al
aislamiento social que inicialmente otorga a IU el impacto de Podemos,
solamente IU se lo ha ganado por no democratizar su estructura, que fruto de la
parálisis por los compromisos internos de poder de cada sector y también
camarilla, Cayo Lara (la dirección) no expulsan inmediatamente a todos los comprometidos
e implicados de IU en la corrupción. Y no solo esto, sino que a la normal
histeria del conservadurismo reaccionario del PP y PSOE contra Podemos y en
especial con el caso de Monedero, la ceguera política de Cayo Lara le hace
pedir explicaciones a Podemos; incluso, hasta la alternativa de IU para
combatir a Pablo Iglesias, Alberto Garzón, tímidamente entra exigiendo aclaraciones
de ese cobro no claro del Gobierno Venezolano: Solo desde la estupidez y la
ceguera política pueden ver la paja en
ojo ajeno y no las tremendas vigas de robusto acero y cemento en las suyas, que
atraviesa al gobierno de Andalucía del cual ellos son copartícipes y de su
participación en el asunto Bankia de Madrid, entre otras muchas más cosas.
Pongo a colación como respuesta a todas las críticas desde
la izquierda (algunas de cretinismo profundo) lo que otro señor muy televisivo
dijo en su programa de la Sexta sobre el tema de Monedero, poniéndolo ante
cinco tesituras políticas y morales, situando él como primera la que era por sí
suficiente y final, que si era legal o ilegal el proceder del señor Monedero
con respecto Hacienda, soltando ya como primera conclusión que no era ilegal
pero tampoco ético. Señor Wyoming si no es ilegal, sobra entrar en las demás
cuestiones sobre el tema y si la ley no es ética, que cambien la ley porque a
ella se apuntan como un bombardeo, todos los empresarios y profesionales
incluidos los mediáticos, que viven como dios con esta ley elaborada por el PP
y el PSOE.
Volviendo a la cuestión que tanto apasiona a amplios sectores
del marxismo revolucionario sobre el supuesto leninismo de Pablo Iglesias, no
encontré otro artículo más interesante para analizarlo que está entrevista realizada el 22 de febrero del 2015, ya
diputado http://www.nuevatribuna.es/articulo/espana/cambio-politico-espana-posible-y-podemos-sera-determinante/20140914120019107102.html,
recién llegado de Israel intentando visitar Gaza, lo cual se lo prohibieron.
No voy a entrar en su inteligencia y astucia, que aunque son
características de Lenin, no forma parte del leninismo, sino del carácter
humano que lo utilizamos para lo bueno y lo malo, como concepto moral
previamente desarrollado por el “ser social” que somos desde hace ya centenares
de miles de años y no por la supuesta “esencia cristiana” por mucha usurpación
que de este concepto hayan hecho las religiones.
Tampoco por el hecho de ser los primeros (este es su éxito)
que mediáticamente pusieron en la picota a toda la clase social política que
hizo la transición desde el franquismo a la actualidad. De facto, hoy se asume
con plena conciencia este hecho desde el momento que el señor Zapatero,
presidente del gobierno por el PSOE, se sacrifica por el bien de “España” (la
de los oligarcas) y ejecuta los recortes más graves contra las clases
trabajadoras y el pueblo. Los primeros en cargar con el muerto fueron las
derechas conservadoras del PP y neoliberales del PSOE (el orden es aleatorio)
obligados por la banca y multinacionales, que observaron que a esta clase
política había que sacrificarla, para romper el pacto social existente desde la
transición de estado de bienestar, para poder así legislar todas las leyes que
han permitido ir desmantelando todo el sector público y entramado legal que
protege al mundo del trabajo y al grueso del ciudadano consumidor, en un
proceso que inicialmente era lento (su inicio lo marcaron los Pactos de la
Moncloa entre la oligarquía dominante y los dirigentes de la entonces oposición
PSOE y PCE) pero actualmente se aceleró por presión de la crisis capitalista,
marcando el ritmo de sacrificios las distintas fechas de convocatorias
electorales. Pero utilizar el materialismo histórico y dialectico no hace a uno
marxista.
Atendamos, un
leninista criticaría el modelo de la transición negociada por el PCE y PSOE con
la oligarquía actualmente dominante, fundamentalmente (aunque no solo por eso)
por la traición y venta que hicieron de la clase obrera (ellos la
representaban). Una persona inteligente y reformista como Pablo Iglesias,
critica y confronta con aquello que más le molesta del sistema capitalista, que
en principio son maldades como la
avaricia, la corrupción y la ineptitud de los que nos gobiernan y gestionan
desde hace tantos años, esto le (les) obliga a creer con firmeza que las
políticas de austeridad y recortes ejecutadas por órdenes de la troika, son
moralmente condenables y que las políticas de reformas para superar la crisis,
pueden realizarse al servicio del ciudadano.
Desde la perspectiva ideológica, en su construcción interna (también en el
núcleo duro de Podemos) se observa un discurso importado en sus claves, que
introduce dos conceptos inequívocos de su reformismo y revisionismo. El primero
sobre la existencia de la clase obrera, nunca dicen que la clase obrera no
existe (bueno algunos/as burdamente a la hora de construir el dicho, sí lo
manifiestan) sino, que la clase obrera ya no es el sujeto revolucionario,
siendo sustituido por los nuevos y viejos movimientos sociales, bombardeo al
cual Julio Anguita también se apunta, tal como consta en la carta enviada a la
dirección del Frente Cívico, donde pide el apoyo a la confluencia política,
parte con la cual los comunistas no sectarios estaríamos plenamente de acuerdo.
Aquí, en esta concepción sobre la clase obrera, encontramos otro aserto revisionista. La clase
obrera ya no es el sujeto revolucionario por su precariedad y descomposición en
distintos grupos y subgrupos, fruto de los cambios en los modelos de producción
y superación del sistema fordista de producción, eliminando las grandes
fábricas.
De este aserto salen dos errores: el primero circunscribe la
adscripción a la clase obrera solo la de aquellos que trabajan en la industria
y no por el lugar que ocupan en las relaciones de producción, por la venta de
su fuerza de trabajo y los dineros que reciben. Nuestros reformistas nunca
entendieron por su separación del mundo del trabajo, que la concentración de
trabajadores en una fábrica, por la profesionalidad y la formación concreta que
necesita la ejecución de las tareas, obliga al empresario a tener los
obreros/as con contratos de trabajo fijo y estable. Esta estabilidad ha creado
históricamente unos lazos de complicidades y de solidaridad en su relación como
explotada, que les convirtieron en vanguardia de la clase obrera. El glorioso
proletariado de Lenin, que tan bien Engels y Gramsci describieron y que hoy en
día siguen siéndolo, a pesar del sueño en que viven de estado de bienestar por
sus mejores condiciones de trabajo y no se sitúen aún al frente de la
movilización.
El segundo error es
considerar, que el capitalismo en su actual fase de desarrollo de las fuerzas
productivas de diversificación, externalización y deslocalización de la
producción, haya llevado a la desaparición de la gran industria. Cualquier
análisis estadístico de las distintas industrias y sectores productivos, de
servicios o terciarios, existentes en todas las comunidades autónomas, ministerios
y bancos, demostrarán que dentro de una tremenda restructuración y
planificación monopolística, la grande y mediana industria sigue siendo
determinante, aunque como siempre nunca mayoritaria en empleo directo y sí en
crearlo, los expertos calculan hasta más de cuatro empleos indirectos por cada
uno directo, por eso hoy en día, cuando despierten seguirán siendo la vanguardia
de la clase obrera, el análisis que aquí realizo sigue sin hacernos marxista,
aunque la metodología nos acerque.
El segundo concepto inequívoco de su reformismo y
revisionismo, es el papel que cumple la clase obrera en el proceso de
consolidación de las reformas dentro del sistema capitalista. Es posible hacer
reformas dentro del capitalismo, pero para mantenerlas es necesaria una
constante lucha para que el sistema capitalista en su continua profundización
de la crisis global en que vive, no te las arrebate.
Todos los clásicos del marxismo, desde Marx a Lenin, Rosa
Luxemburgo o Gramsci, situaron que la única posibilidad de una transformación
real de la base productiva del sistema y de la conquista de la igualdad en la
libertad, vendría de una clase obrera organizada en las fábricas, centros de
trabajo, barrios, formando organizaciones sindicales, vecinales y de
solidaridad, conformando un poder obrero y popular alternativo al actual
parlamentario burgués, capaz de confrontar en lo político y lo militar si es
necesario, con el apoyo de las amplias masas, las embestidas que más tarde o
más temprano acometerán las hordas fascistas, encomendadas por las oligarquías
imperialistas euroalemanas y yanquis, como en Siria, Palestina, Cuba, Venezuela,
los Balcanes o Ucrania. Esto es marxismo revolucionario leninista, porque todo cambio
o transformación lo ligamos a una clase social y la emergente desde que se
instauró el capitalismo (no hace doscientos años) hasta ahora que alcanzó la
globalidad, es la clase obrera a la cual no solo nos adherimos, sino que
también pertenecemos.
Pablo Iglesias no es leninista por su concepción sobre la
clase obrera y por situar al pensamiento abstracto interclasista dominante
mayoritario en los movimientos sociales, como el nuevo sujeto revolucionario.
Tampoco Podemos puede ser la Unidad Popular personificada, porque sin la clase
obrera organizada en sindicatos, asociaciones y partidos que la represente no
se puede dar la unidad popular (porque así lo dice la experiencia histórica).
En lo que si estamos de acuerdo los comunistas, es que en la actual confluencia
que todas y todos deseamos de Podemos, Izquierda Unida y otros sectores
sociales reformistas similares, como EQUO o Bildu en el único plano posible hoy,
el electoral, no estaría la Unidad Popular con mayúscula por la que luchamos
incansablemente los comunistas, pero sí lo más aproximado a ello. Por eso
nuestro compromiso de apoyo y potenciación social a toda la confluencia
política hoy posible de cara a las futuras convocatorias electorales.
El motivo táctico político es claro y sencillo, la actual correlación
electoral de fuerzas permite el rompimiento del bipartidismo de las mayorías
absolutas, estrategia con las cual la oligarquía ha sacado sin oposición apenas
todas las medidas legislativas de opresión y recortes a las clases trabajadoras.
Esto es lo que en el pensamiento social mayoritario entre la clase obrera y el
pueblo sintetiza, de todas las movilizaciones desarrolladas en estos últimos
cuatro años y que expresa el máximo anhelo que las masas aspiran a obtener en
estas elecciones: el fracaso electoral de las oligarquías que hasta ahora las
han representado y la posibilidad de recuperar todo lo perdido desde la entrada
de las políticas de austeridad, recortes y privatización de lo público a la
dignidad.
Poco hemos aportado colectivamente a esta movilización de
masas los comunistas, poco por nuestra escasa influencia, atomización, división
y sectarismo. Pero existimos y si queremos influir aunque sea escasamente,
deberemos intervenir desde lo concreto (sin dejar la línea política de masas) igual
que en el trabajo entre las masas obreras buscamos la unidad de todas y todos
en el centro de trabajo, barrio o universidad para lograr nuestras
reivindicaciones, hagámoslo también en las batallas electorales. No les pidamos
el cielo, no son comunistas, pidámosles exactamente coherencia con sus
proclamas, ellos no piden el socialismo, piden democratizar el sistema
capitalista ¡¡apoyémosles!! Porque esa voluntad de más democracia y respeto
para el pueblo bajo este sistema, es un ansia legítima de todas las clases
oprimidas y todas y todos los ciudadanos.
Tanto Syriza como Podemos, sitúan su hacer político en la
recuperación de lo perdido del estado de bienestar, son pequeñas reformas,
muchas alcanzables dentro del sistema, pero nosotros los marxista revolucionarios
leninistas, somos conscientes de que en el sistema capitalista, el dominante
imperialismo Euroalemán no va a permitir por las buenas que la crisis de su
sistema capitalista la paguen ellos, por eso harán lo indecible para hacer
fracasar la política de reformas de los reformistas y por eso, porque esas
pequeñas reformas tanto en parte como en su totalidad, confrontan con la
estrategia de la oligarquía dominante, nosotros los comunistas debemos
apoyarles para que mantengan su coherencia y resistan los ataques cada vez más
brutales.
Si mañana por el buen hacer nuestro, consolidamos nuestra
presencia desde la línea política de masas de trabajo en las organizaciones de
masas, ante la imposibilidad demostrada ampliamente de poder aplicar las pequeñas
reformas políticas a que aspira actualmente el pueblo en este sistema de
democracia parlamentaria burguesa, los revolucionarios, con la fuerza que nos
den las masas en lucha, lograríamos la única posibilidad de avanzar en un
proceso de verdadera unidad popular, que confronte con el actual sistema
parlamentario que no permite que el pueblo ejecute las políticas que
mayoritariamente han decidido.
Solo si jugamos el partido rentabilizaremos algo, aunque
solo sean los balones perdidos, pero si nos mantenemos al margen y es más, si
nos reímos de sus limitaciones y fracasos como con Syriza, que con solo cuatro
días de gobierno, satirizamos todas las iniciativas de los reformistas y con
nuestra crítica destructiva debilitamos a nuestros aliados de clase (¡¡no son
la oligarquía!!) ante el enemigo principal de todas y todos, no tendremos un
amanecer republicano, sino el dorado de la sangre de la clase trabajadora
revolucionaria y de muchos demócratas honrados, porque veámoslo o no, de esta
crisis o salimos republicanos o esclavizados. La experiencia gloriosa para los
comunistas la tenemos en el 1936, y viendo como viene el asunto del fascismo
por Europa, Oriente Medio o América Latina, estemos preparados los comunistas.
Aprendamos de estos lugares de resistencia, observemos como construyen partido
y unidad popular desde la crítica y la unidad los comunistas ucranianos,
palestinos, kurdos… y dejemos el hipercriticismo para el pozo aséptico del cual
nunca debería haber salido.
Alonso Gallardo miembro de la Mesa de Coordinación Comunista