El dogmatismo y el infantilismo de izquierdas lastran la confluencia de los comunistas.
Este mes de diciembre pasado, organizamos la Plataforma
Comunista, el último acto político con Iniciativa Comunista dentro de la
campaña de conocimiento de los distintos grupos, con la presencia de F.
Pianiski, anteriormente Red Roja con Nines Maestro y Unión Proletaria, hoy
integrada en el Partido del Trabajo Democrático, con la intervención de Miguel
Ángel Villalón actual Secretario general del PTD. Realizado este acto y desde
la experiencia que la Plataforma tenemos por nuestra militancia pasada en el
PCPE, estamos en condiciones de situar en el debate de la unidad, los elementos
centrales de su estado entre los distintos destacamentos citados, sacando
como conclusión el título arriba reseñado.
Política de masas, unidad comunistga y líneas de
demarcación en el proceso revolucionario. En este artículo publicado
en ASTURBULLA en julio del año pasado, concretábamos las cinco principales
líneas de demarcación en el proceso de confluencia y unidad de los comunistas,
no planteamos ninguna jerarquía, en cuanto que en cuatro de ellas, la no
coincidencia implicaría una frontal lucha de líneas política e ideológica donde
el único final posible sería la ruptura, situamos como quinta, la línea
política de masas desde el trabajo en las organizaciones de masas, que al no
ser solo un concepto teórico, sino también metodológico y de praxis, no
antagoniza la contradicción sino que la sitúa en el ámbito del debate entre y
con las masas en las organizaciones de masas, esta línea de demarcación lo
dejaremos para el final, ya que así sirve mejor a los objetivos del
posicionamiento.
El antagonismo sectario que tergiversa lo que nos une,
negando a los demás para vernos como contrarios.
Las primeras organizaciones comunistas revolucionarias que
pretenden romper con el revisionismo instaurado por el XX Congreso del PCUS en
el 1956 en el estado español, vienen del
proceso de ruptura del movimiento comunista internacional de los años 60, desde
entonces, las consecuencias de un proceso histórico de continuado retroceso y
aislamiento en la presencia y representatividad de los marxistas leninistas, se
han ido acumulando según se consolidaba el estado de bienestar pactado por el
PCE y el PSOE con la oligarquía dominante durante la transición democrática en
España, en los últimos años de la década de los setenta.
Estas consecuencias son las que hoy lastramos de
infantilismo de izquierdas y dogmatismo revisionista, en muchos casos, ambas
posiciones juntas rozando la metafísica y en algunos casos instaurándose en
ella, concretándose orgánicamente en una atomización y miniaturización de los
destacamentos marxistas leninistas.
Con la ruptura de los pactos de la transición (estado de
bienestar) por la ofensiva de la oligarquía imperialista, se provoca la ruptura
del bipartidismo por la irrupción electoral de Podemos y el mantenimiento de IU,
EQUO, Bildu junto a otros grupos nacionalistas de izquierdas, toca a los que
nos reivindicamos del marxismo leninismo, ajustarnos nuestras cuentas partiendo
de lo que nos une y trabajar por la confluencia y la unidad.
La experiencia acumulada en nuestra relación con la
militancia de otros destacamentos comunistas, nos advierten de defectos que
revisan las posiciones de nuestros clásicos, quizás el más grave, es la
distorsión que con el tiempo se ha desarrollado, sobre lo que los marxistas
leninistas bajo la experiencia de la dictadura franquista llamábamos trabajo o
línea de masas, siempre centrado en las organizaciones sindicales y vecinales,
en los centros de trabajo, sectores de producción, barrios y pueblos,
independientemente de las ideologías dominantes en su interior.
Para estos mismos destacamentos o en su caso sus
descendientes políticos, el trabajo de “masas” pasa por la participación en
plataformas políticas y movimientos de todo tipo, en cambio, el trabajo en las
organizaciones de masas copadas por los
reformistas, se considera colaboración con el oportunismo burgués, negando con
esta actitud el trabajo cotidiano de lucha por la hegemonía en la clase obrera,
en los centros de producción y barrios.
Dan a esta
intervención, el carácter de construcción de unidad popular y como principal
manera de relacionarse con la clase obrera y el pueblo, confrontando con estos
instrumentos tan débiles con la burguesía dominante. Su símbolo de pureza
revolucionaria la centran en la exclusividad de su trabajo con los sectores
politizados mayoritariamente jóvenes y radicalizados, y toda participación en
otros sectores es dejación de oportunidades en la construcción de partido,
tergiversando las visiones históricas de nuestros clásicos y la experiencia de
lucha en el estado español, de la construcción de un fuerte movimiento obrero
sindical y vecinal por los comunistas bajo la dictadura franquista, creando al
mismo tiempo partido desde el trabajo práctico y no desde el voluntarismo.
La primera línea de demarcación que nos planteamos en la
unidad con los distintos grupos comunistas, es la concreción del no al pago de
la deuda.
La consigna encierra la construcción de la táctica, tanto como
instrumento de confluencia en la lucha de los comunistas, como de construcción
en el día a día de los objetivos estratégicos, actuar de forma científica no es
tener ideas geniales sobre la unidad popular, es ser capaz de construirla en un
proceso con participación de las masas obreras, situando objetivos a medio y
largo plazo y aquí situamos el debate sobre la táctica.
Todos sabemos, que el
pago de la deuda privada de la banca y empresarios por la clase obrera y el
pueblo, una vez convertida en déficit público, es la parte fundamental de la
estrategia de la oligarquía imperialista española de acumulación de capital
para su dominación, por lo tanto la potenciación de toda movilización de las masas
obreras y populares, que conlleven en su totalidad o en parte, un
enfrentamiento con este objetivo del capital, debe ser una movilización apoyada
tácticamente desde los destacamentos comunistas.
Desde esta premisa podemos decir, que hay plena coincidencia
con Iniciativa Comunista, Red Roja, PCPE y PTD, pero desde el plano de la
movilización concreta (la táctica) la cuestión se vuelve más compleja; con Red
Roja e Iniciativa Comunista coincidiríamos en espacios como el 22M, siempre que
se excluya de él la participación de los sindicatos mayoritarios y que no sean
hegemonizados por IU o Podemos, participar en esta situación se consideraría,
en el mejor de los casos, una pérdida de tiempo. La coincidencia en la táctica
desaparece por entender que las pretensiones del reformismo es engañar a la
gente y no, que la agudización de la lucha de clases obliga al pensamiento
pequeño burgués a radicalizar su mensaje, porque así lo pide su entorno social.
Con el PCPE solo podemos coincidir en el plano teórico, ya
que al considerar estos movimientos espontáneos, independientemente de la
coincidencia táctica en los objetivos, como movimientos instrumentalizados por
la burguesía o el reformismo los rechazan frontalmente. Ellos solo confían en
la movilización que ellos promueven con garantía de pureza total de sus
objetivos políticos.
El espacio compartido en la táctica lo tenemos con el PTD,
coincidiendo tanto en el apoyo al 22M, a los distintos frentes del 15M, a las
movilizaciones de la “cumbre social” o de los sindicatos mayoritarios contra
los recortes sociales. Evidentemente como los demás destacamentos comunistas,
sin dejación de los principios y objetivos.
La misma divergencia la tenemos en el plano electoral,
tácticamente, el apoyo a todas las fuerzas políticas reformistas hegemónicas
entre las masas obreras y populares, con capacidad de representación electoral,
que puedan confrontar con la política de recortes del gobierno del capital en
todo o en una parte, son claves para reducir el impacto en las instituciones
que nos gobiernan de la estrategia bipartidista dominante. En esta línea
situamos a IU, Podemos, EQUO, Bildu, CUP, ER y otros grupos, que supieron
recoger la indignación de las masas obreras y populares ante los recortes y la
corrupción de los gobiernos y de la política. Este apoyo debe favorecer la
ruptura del bipartidismo dominante desde la transición política, como base
fundamental de aplicación de la estrategia de dominación de la oligarquía,
desde el apoyo electoral como base de justificación democrática.
El resultado es similar al de la movilización social,
Iniciativa Comunista y Red Roja se abstienen en las campañas electorales, no
importa la coincidencia táctica en objetivos que no sean planteados al 100%, el
posicionamiento de principios lo marca, ya que ninguno de estos grupos
reformistas sitúan como puntos clave, objetivos más estratégicos o de táctica a
más largo plazo, como es la salida del euro, de la Europa del capital y de la
OTAN.
El PCPE nos sigue garantizando, que solo ellos cumplen todos
estos requisitos, los inmediatos y a largo plazo, pero nunca junto al
reformismo aliado del capital ni junto a las masas atrasadas, presentándose a
las elecciones en soledad y evidentemente sin influir en el día a día (con la
táctica) en las contradicciones del sistema, como si no existieran las
contradicciones o como mucho solo la principal.
La coincidencia entre el PTD y la Plataforma Comunista es
amplia, en la campaña electoral europea pedimos el voto de los trabajadores
para aquellos partidos que combaten con más o menos fortuna los recortes a la
clase obrera por el capital, rompiéndose por primera vez el bipartidismo que
nos gobierna.
La segunda línea de demarcación sitúa la principal
contradicción a nivel internacional, entre el imperialismo agresivo actualmente
dominante de EE.UU y sus aliados y los países agredidos en su soberanía.
Creemos que esta síntesis recoge los principios de la
solidaridad y el internacionalismo proletario, sin marcar diferencias por el
carácter de clase de los distintos sistemas políticos de los estados y pueblos,
teniendo aquí plena coincidencia teórica con Iniciativa Comunista, Red Roja y
PTD; en general solemos situar a los distintos estados y pueblos nuestra
solidaridad desde ésta contradicción principal internacional.
Pero con el PCPE surgen distensiones, percibidas durante la
intervención de la potencia económica y militar emergente de Rusia en Ucrania
(potencia emergente en cuanto su oligarquía fue capaz de independizarse del
imperialismo yanqui, desarrollando de forma independiente su economía y no bajo
los dictados del FMI) el matiz es importante, no por la crítica a Rusia (si
cabe aquí) de potencia económica y militar, sino por situar al mismo nivel de
peligrosidad, la estrategia defensiva de Rusia ante la agresión militar y
económica sufrida, que la política imperialista agresora de EE.UU, Europa y
otros países. Este matiz cruza la raya y desde luego, con esta crítica el PCPE
no se sitúa en un campo de independencia política de las distintas potencias
imperialistas o económicas como ellos pretenden hacer ver, sino que se sitúan
en un campo bajo las influencias del imperialismo occidental, que debilita y
divide el frente antiimperialista que lucha contra las agresiones del
imperialismo dominante y agresivo hegemonizado por EE.UU.
Se repite la situación con la táctica por parte de
Iniciativa Comunista, Red Roja y PCPE por su aislamiento de las masas. Para debilitar
la estrategia peligrosa e imperialista de EE.UU que nos lleva a la guerra, queramos
o no, la confluencia pasa por unirnos en la movilización junto a Podemos,
Izquierda Unida, EQUO, CC.OO, UGT y
demás, junto a las plataformas y movimientos que ellos y nosotros generamos, en
una movilización contra la guerra imperialista, que como táctica para sumar es
lo normal y como objetivo imprescindible.
Desde esta visión de utilización de la táctica para alcanzar
los objetivos estratégicos, nos volvemos a encontrar en la movilización de las
masas junto a los reformistas, el PTD y la Plataforma Comunista.
La tercera línea de demarcación, la conquista del
socialismo como única revolución pendiente.
Que todos coincidimos en que el objetivo final es la
conquista del socialismo como única revolución pendiente, es una obviedad
teórica, la coincidencia es plena con Iniciativa Comunista, Red Roja, PCPE y
PTD, pero de nuevo las divergencias surgen en el día a día. Con el PCPE
desaparecen todas las coincidencias, no existe la táctica porque no existen aliados, ni otros grupos comunistas, el
socialismo es el socialismo y no existen atajos ni componendas con otros grupos
ni clases sociales, para ellos, la única república la socialista, etapas intermedias
¿para qué?
Con Iniciativa Comunista y Red Roja, las coincidencias
tácticas son más amplias, pero se van diluyendo según van acumulándose
reformistas en las convocatorias, es decir, Podemos, Izquierda Unida, CC.OO,
UGT o sus plataformas, no es que no vean plazos según las correlaciones de
fuerzas, es que a los que las masas actualmente apoyan y representan con
opciones de gobierno, para ellos solo son unos reformistas vendidos al capital.
Con el PTD hemos
compartido no solo posición, sino también la representación, al excluirnos
voluntariamente de la participación en las distintas plataformas políticas
unitarias, evitando la sopa de letra de comunistas, al vernos suficientemente
representados por Iniciativa Comunista y el PTD.
Como cuarta línea de demarcación, el sistema democrático
de relación orgánica: el centralismo democrático.
La principal característica del revisionismo, es que para
aplicar el oportunismo político desde los dogmas, necesita quitar al
centralismo la democracia. Para los dirigentes soviéticos salientes del XX
congreso del PCUS en 1956, el comunismo ya estaba instaurado en la Unión
Soviética superándose la lucha de clases, hoy ya está demostrado, no que no
existía el comunismo en la URSS, sino que era un dogma. En el PCE, los revisionistas
españoles para poder imponer el dogma de la superación de la lucha de clases en
la transición, anularon la democracia del centralismo, desangrándolo de la
militancia más honesta y culta con exclusiones y expulsiones.
Dicho esto, vemos que todos los destacamentos, Iniciativa
Comunista, Red Roja, PCPE y PTD, parten de la defensa del centralismo
democrático como funcionamiento interno, compartiendo rasgos comunes.
Bajo nuestro criterio, la dirección ejecutiva del PCPE
desarrolló a partir del 2008 (paralelo a la constatación de la tremenda
recesión económica global del capitalismo) una deriva autoritaria revisionista
interna, necesaria para consolidar los dos principales dogmas que a partir de
ese momento nutre su estrategia política, la teoría de que ellos ya son el
Partido Comunista en España y que la conquista del socialismo es solo un
problema de confianza de la clase obrera en su partido, para ello como sus
predecesores en el PCE, no dudaron en desarrollar el ejercicio interno de la
exclusión, la marginación y la expulsión. Las consecuencias son, que en todos
los destacamentos comunistas actuales, hay antiguos militantes de este partido.
La experiencia con Red Roja, aplicando el centralismo
democrático de forma abierta y desde el respeto a las experiencias y
procedencias históricas de cada núcleo adscrito a la Coordinadora estatal son
muy positivas, la cuestión que oscurece su funcionamiento, deriva posiblemente
de cierta dualidad de dirigentes y militantes por su adscripción o relación con el
círculo inicial constructor o núcleo duro del partido. Lo cual conlleva
pronunciamientos y desarrollos de experiencias no debatidas ni consensuadas en
los órganos de dirección y coordinación por los distintos núcleos adscritos a
Red Roja.
No vemos que se puedan dar, dos aplicaciones diferenciadas
del centralismo democrático en una misma organización, la relación horizontal
de confianza entre militantes y dirigentes de un mismo partido, no pueden
generar mecanismos de acuerdos ni decisiones por encima de los órganos de
decisión del partido.
Desde el desconocimiento del funcionamiento interno de
Iniciativa Comunista, creemos que la claridad, confianza y respeto por la
militancia, está ligada al funcionamiento del centralismo democrático, por eso
pensamos, que el secretismo con la realización del IV Congreso de Iniciativa
Comunista y su ocultación (con sus justificaciones) al conjunto de los
destacamentos comunistas implica un déficit democrático.
El secretismo en el funcionamiento interno de una
organización democrática, solo sirve para la ocultación de realidades internas
y si conlleva la exigencia de una disciplina rígida en la relación de
camaradería entre militantes de distintos destacamentos comunistas, solo
siembra recelos. Solo la confianza y el respeto a los demás destacamentos,
puede abrir el proceso de debate y confluencia de los comunistas, para ello el
centralismo democrático tiene que tener un funcionamiento claro y abierto al
conocimiento del resto de la militancia comunista, el movimiento comunista lo
formamos todos, el error de uno nos afecta a todos.
Con la militancia del PTD llevamos años compartiendo trabajo
de masas en la CSI y debates sobre la problemática de Asturias, participan en
nuestras asambleas, sus reflexiones son públicas y compartidas con nosotros
tanto la experiencia del núcleo proveniente de Unión Proletaria con el PCPE, como con las del resto de sus componentes,
tenemos muchas coincidencias en las explicaciones y visiones que tienen del centralismo
democrático. Creemos que la experiencia unitaria de Mesa de Coordinación
Comunista que estamos desarrollando con ellos, son vitales para el futuro,
por el conocimiento mutuo y la confianza que crea.
Quinta línea de demarcación: la línea de masas como instrumento
de trabajo en las organizaciones de masas.
Decíamos cuando acordamos esta definición, que no hay
posibilidad de elaborar una teoría revolucionaria sin estar en la realidad
concreta que viven las masas que deben hacer la revolución, y que la gran línea
de masas que aupó al PCE a la hegemonía en la transición, no vino dada por la
aportación de la dirección del PCE en el exilio, sino por la apuesta de los
dirigentes del interior, de dirigir el movimiento de las comisiones obreras y
vecinales, que surgía de lo más profundo de las necesidades de la clase
trabajadora en las fábricas, centros de trabajo, sectores, barrios y pueblos,
por la línea de masas heredada del Partido Comunista de España de José Díaz.
En este planteamiento, la divergencia con Iniciativa
Comunista, Red Roja y PCPE, se sitúan con nuestra concepción de línea política
de masas, de la necesidad de militar y trabajar en la actualidad, en todos los
sindicatos de masas, reformistas y radicales, en el centro de trabajo, sección
sindical y sector del sindicato que mejor se valore, junto al movimiento en
barrios, como planteamiento táctico a largo plazo, de construcción de la unidad
de la clase obrera para la unidad sindical y la unidad popular, con la
construcción de partido.
El PCPE, no entra en que sindicato debe estar el militante,
solo contempla que tiene que formar parte de los Comités de Unidad Obrera, que
es una construcción diferenciada de los sindicatos, con lo que más bien, dan la
impresión que instrumentalizan a los que participan, relacionándolos
directamente con el partido.
Con Iniciativa Comunista y Red Roja, coincidimos en el
trabajo en los sindicatos alternativos o radicales, pero ellos desde un planteamiento de segundo plano, no
como eje central del trabajo de masas, sino como cierta necesidad asumida históricamente
por la clase obrera en la defensa de sus intereses económicos, rechazando de
plano la intervención y afiliación en los sindicatos mayoritarios CC.OO y UGT.
Red Roja también incorpora en su planteamiento la creación de Comités Contra la
Crisis en los centros de trabajo, sectores y por extensión barrios y pueblos,
en contraposición a los sindicatos tanto reformistas como alternativos.
La Plataforma Comunista y el PTD, relacionamos directamente
la línea política de masas con el trabajo en las organizaciones de masas, tanto
en las radicales como las que están bajo el dominio del reformismo, de hecho,
es la base del acuerdo de creación de la Mesa de Coordinación Comunista.
Para nosotros, el trabajo en las organizaciones de masas de
centros de trabajo, sectores, barrios y pueblos, desde la línea de masas, forma
parte principal de la estrategia revolucionaria para la conquista del poder.
Con la creación de instrumentos de referencia orgánica de la clase obrera y el
pueblo, sindical, vecinal y de partido,
construimos los elementos centrales del poder popular futuro, para situarlo
como alternativo al poder institucional parlamentario de la burguesía
(actualmente hegemónico entre las masas) desarrollando en paralelo, los
principios y bases de la teoría revolucionaria para transformar la realidad
política y económica actual, siempre asentados sobre la base de la unidad de la
clase obrera y la unidad del pueblo como principios de la estrategia.
Construir las bases de esta unidad estratégica de la clase
obrera y el pueblo, que hoy transita mayoritariamente bajo la influencia del
pensamiento pequeño burgués, es el objetivo de la línea política de masas de
trabajo en las organizaciones de masas, y de ahí, la táctica de unir en lo
concreto desde los centros de trabajo, sectores, barrios y pueblos, a la clase
obrera y al pueblo en la lucha reivindicativa de pequeñas reformas y conquistas
económicas o sociales, que confronten con la política de recortes del gobierno,
para pagar la deuda de la banca y empresas del capital, uniéndola pacientemente
con el discurso día tras día, a que la única alternativa que tenemos la clase
obrera para tener derechos sin guerras y explotación es el socialismo. Para
nosotros la unidad obrera y popular, sola es unidad si viene organizada desde
la base, unidad orgánica para la movilización y el combate, que van conformando
la unidad popular a través de sus organizaciones políticas y de masas.
Iniciativa Comunista, Red Roja y PCPE, tienen una
coincidencia bastante amplia en saltarse la táctica, solo el sectarismo
heredado por el aislamiento histórico de las masas que arrastramos los
marxistas leninistas, impide que estos partidos tengan una relación más amplia
entre sí y con los demás, este comportamiento al que ellos se han condenado para
ser consecuentes con el no reconocimiento como comunistas a los demás, es un
circulo vicioso como el de la pescadilla que se muerde el rabo, impidiendo la
relación y unidad entre comunistas.
La movilización de masas está mayoritariamente paralizada,
esperando que los resultados electorales
de este año resuelvan los problemas que las políticas reaccionarias del actual
gobierno provocan entre las clases populares, sintetiza este sueño del pueblo
entorno al triunfo electoral de Podemos, Izquierda Unida y el nacionalismo de
izquierdas, la influencia entre las masas del instrumentos de la clase
dominante de poder, del parlamentarismo burgués. Por eso el gobierno, baja los
impuestos directos al pueblo y da dinero a la banca y a los medios
empresariales de comunicación, para que siembren brotes verdes en este año
electoral, para así poder mantener su hegemonía, los comunistas tendremos que
aprovechar para trabajar por nuestra confluencia y unidad para el futuro
poselectoral de combate que se nos presenta. Que sirvan estas reflexiones
críticas sobre el estado del movimiento comunista en el estado español, para un
mejor debate y una mayor comprensión entre
comunistas.
Plataforma Comunista. Enero de 2015