PROTOCOLO PARA LA UNIDAD DE ACCIÓN
COMUNISTA EN EL DESARROLLO DE LA LÍNEA POLÍTICA DE MASAS
El mundo que vivimos.
La profundización de la crisis sistémica
del capitalismo por sobreproducción, en un mundo globalizado y absorbido por
las corporaciones económicas financieras
e industriales continúa sin dilación, pasando del estancamiento a la
deflación, con pequeños brillos de inflación a fuerza del reparto de dinero
público entre la bancada privada, sin asomo de equilibrio ni capacidad de
autoregeneración del sistema, mientras, las clases trabajadoras siguen rotando
desde el empleo precario al paro, observando con resistencia relativa, el
proceso de desmantelamiento del exiguo estado de bienestar logrado, en parte
por la lucha de la clase obrera tras la disolución de la dictadura franquista y
en parte como estrategia del imperialismo para la configuración de la actual
Unión Europea.
Actualmente, la burguesía imperialista
continua su ofensiva de recuperación y acumulación de capital y beneficios, profundizando la ruptura de los
pactos de la transición que tenía con la representación política popular
surgida del franquismo, acometiendo un completo desmantelamiento de las
conquistas anteriores de libertades y de servicios públicos como sanidad,
enseñanza, dependencia, servicios sociales, pensiones, desempleo, justicia, así
como del derecho a un trabajo estable con la desaparición de la negociación
colectiva y el fomento de la contratación y el despido libre, llevando junto a la falta de libertades, el descrédito
y la corrupción propia del sistema capitalista, a amplios sectores de la
dirección de la vieja representación política y sindical de las clases
populares.
La movilización popular confluye
creando nuevos referentes políticos.
Los nuevos referentes electorales del
pueblo, nacidos de las movilizaciones contra los recortes, han roto el bipartidismo por
la izquierda, abriendo un nuevo periodo en la lucha de clases donde las
políticas de bienestar y reparto de las riquezas ya no son posibles en el
capitalismo. Pero las nuevas opciones populares que apuestan por la ruptura con
los pactos de la transición, tampoco se desvinculan del sistema, claman en
nombre de la ciudadanía pero sin organizar a la clase obrera.
Las líneas políticas de demarcación que
sitúan las movilizaciones obreras y populares se han ido concretando, primero en los
choques con las estrategias del capital por su política de recortes a las masas
obreras en derechos y salarios para pagar la deuda privada de la banca y
financiar las guerras imperialistas de conquista de nuevos mercados y en segundo lugar,
por la defensa y profundización del estado democrático, poniendo en cuestión la
monarquía y las instituciones surgidas de la transición por la corrupción de la
política.
Pero todo ello sin poner en cuestión el
sistema capitalista ni el estado de bienestar hasta ahora disfrutado, surgido
de la opresión del imperialismo español a los pueblos. La clase obrera todavía no se
reconoce como clase ni el poder que como ella tiene, careciendo actualmente de
referentes orgánicos en lo político, sindical o popular que lo represente. Esto
sitúa nuestra principal tarea en la actualidad: la reconstrucción del partido
político de la clase obrera.
Confluir los comunistas en la
construcción de los referentes político, sindical y popular.
La clase obrera solo se puede emancipar con su propio esfuerzo,
organización y concienciación política como clase y esto solo se puede lograr
con una línea política revolucionaria de masas, que intervenga directamente en
la construcción de la organización
obrera en los centros de trabajo, sectores de producción, barrios y pueblos
para defender nuestros intereses de clase más inmediatos
y así lograr que el movimiento obrero organizado pueda, por experiencia propia,
independizarse políticamente y comprender que el socialismo es la única salida.
Los comunistas somos parte de la clase obrera, parte de su movimiento, y
nuestra tarea es fusionar el socialismo con el movimiento obrero.
Acuerdo entre ambas organizaciones
comunistas.
La Plataforma Comunista y el Partido del Trabajo Democrático,
nos comprometemos desde esta propuesta a
priorizar y dirigir nuestras fuerzas militantes en el trabajo de masas concreto
en los centros de trabajo, sectores, barrios, pueblos o centros de estudio, potenciando
la participación y concienciación de las masas obreras en la organización
asamblearia de base sindical, vecinal, asociativas de parados, jóvenes y
estudiantes, con el principio de la unidad como máximo exponente de la fuerza
de la clase obrera, desde las
organizaciones sindicales, vecinales, populares y juveniles existentes,
combatiendo la división, el burocratismo y la corrupción, potenciando el
sistema democrático asambleario de base, participativo y sociopolítico, con el
objetivo de la construcción de su partido y del poder obrero y popular para su
emancipación.
Para desarrollar este proceso, las
organizaciones presentes constituimos una Mesa de Coordinación Comunista
para el ámbito de Asturias, abierta al debate y acuerdos con otros destacamentos
comunistas, para organizar la intervención y dirección de la línea política de
masas y preparar a la militancia en el espíritu bolchevique del conocimiento
amplio, la iniciativa política y sencillez personal.
OCTUBRE
DEL 2014