El caso
catalán, sitúa un antes y un después en el proceso de confluencia de los
comunistas, del movimiento obrero sindical y de la izquierda que participa del
movimiento reformista, con la creación de una línea de demarcación en el
interior del movimiento revolucionario, por el apoyo de sectores del
marxismo-leninismo, del movimiento obrero y del marxismo que participa de
Unidos Podemos y las confluencias, a la fractura social causada por la acción
de la burguesía catalana, con la declaración unilateral de independencia, causando
una profunda división del pueblo y favoreciendo que la derecha nacionalista española,
lanzase una ofensiva político ideológica, haciendo norma, legal la intervención
directa bajo la libre interpretación de las leyes constitucionales por los
fiscales, jueces, policías y militares, en la defensa de la unidad de España,
que igual que con la política antiterrorista del caso vasco, quedará en la
legislación como instrumento de represión de la movilización obrera, al tiempo
que normalizó la intervención política entre las masas, de la extrema derecha y
el fascismo.
La historia
del nacionalismo catalán, como la del resto del nacionalismo burgués, siempre
han basculado entre el apoyo al neoliberalismo en la vertiente progresista del
PSOE o conservadora del PP, por su pertenencia a la oligarquía y en la
instauración del régimen del 78 y así ha sido siempre en democracia, lo mismo
con las medidas austericidas tomadas en el 2011 por el gobierno de Rodríguez
Zapatero del PSOE, que la última aprobada por todos ellos en junio de 2017 en
el parlamento español, con el acuerdo con Canadá de libre mercado (CETA)
ratificado este mes de octubre por el senado.
La argumentación
que en los círculos hemos dado de esta confrontación, es que nace de la crisis
económica global del 77, que ha impactado en la economía empresarial,
radicalizando la competencia en búsqueda de un mayor beneficio, fin último del
sistema capitalista. Esto agudiza las contradicciones y las divisiones en el
seno de la burguesía y de cada uno de los sectores corporativos que la componen,
en lucha continua por monopolizar y controlar al máximo un mercado cada vez más
menguado, creando fracturas en la parte más débil de la cadena oligárquica, que
tiene proyección en la base económica productiva y financiera por la
competitividad y en lo político, enfrentamiento y división como hemos visto con
el Brexit en la Gran Bretaña, neoliberales y neofascistas en EEUU, liberalismo
y neofascismo en Francia, liberalismo conservador nacional y nacionalismo
neoliberal periférico en España, que como sabemos, es el déficit de las clases
dominantes en el desarrollo histórico de España como estado.
Hemos
situado sobre el papel los elementos de confrontación entre burguesías, que han
emergido durante estos últimos años de continuada reducción de los beneficios
empresariales y explosiones de burbujas económicas y constatado otras que les
unen, contra la única alternativa política en estos momentos existente, que
pone en peligro la hegemonía neoliberal y conservadora en España, también los
objetivos finales. Definiendo todo esto, como guerra mediática por el control de las masas.
Situamos la
reforma del sistema contributivo catalán para homologarlo al concierto navarro
y vasco, ya aceptado por el ministro de economía. Del cual decimos, que es un
sistema injusto e insolidario con el resto del estado, ya que conjuntamente con
Madrid, conforman las comunidades más
ricas del estado español, al ser las que participan de los arcos de
comunicación industrial y tecnológicos, con la Europa desarrollada y centro de
todas las inversiones públicas y privadas para el desarrollo empresarial y de
empleo, a costa del resto de pueblos de España, que se quedan en una industria
del turismo para abastecerlos de mano de obra barata, precarizada y preparada; situación
que provoca la migración de miles de jóvenes para las zonas en desarrollo de Madrid,
Euskadi, Navarra, Aragón, Cataluña o Europa.
Expusimos
que Rusia, Gran Bretaña, Alemania y el resto de Europa, participan de la
planificación de las estructuras del desarrollo por tierra y mar de la nueva
Ruta de la Seda China, con una ingente cantidad de millones de yuanes, moneda que
participa de la canasta cambiable del FMI y transformable en cualquier moneda
local, invertidas a través del Banco Asiático de China o del Banco de Desarrollo
creado por los BRICS, del que participan las potencias europeas, creando un enfrentamiento
entre oligarquías dentro de la comunidad europea, que en España se da
geográficamente en los espacios diferenciados
de Madrid y Barcelona por el control, gestión
y planificación de las inversiones, en la línea que une la ruta de la seda
euroasiática con la Europa central rica en su pase por España, que al mismo
tiempo será puente principal, para la entrada de productos para África y salida
de la materia prima africana, clave para el desarrollo y crecimiento de los países industriales euroasiáticos.
Dijimos que
la crisis global del capitalismo, nace de la base de la reducción del beneficio
del capital productivo, lo cual provocó la expansión de un capital
financiarizado, salido de la máquina yanqui del dólar con un criterio
especulativo, piramidal y virtual, donde la banca financiarizada es contribuyente
en la creación de ese capital, financiando por encima de su capital real y de
ahí, una parte de la crisis por la deuda de las hipotecas basura. Este capital
que se mueve desde fondos especulativos, son los que controlan todo el
movimiento de alquileres y compra de inmuebles de Barcelona y su entorno
turístico, al cual la alcaldía de la confluencia y base estratégica de Unidos
Podemos en Cataluña, pone pegas administrativas con la pretensión de combatirlos
con la construcción de viviendas públicas y de alquiler. Estos fondos de los
cuales se financian las oligarquías y burguesías nacionalistas españolas y
catalanas representadas por el PP y el PDeCAT, tienen el objetivo común para
mantener el parque de viviendas que dan un beneficio rápido, la liquidación
política del colectivo de la alcaldesa y de su confluencia en Unidos Podemos,
que podría lograr la mayoría en Cataluña, igual que la logró en Barcelona.
También unió
a la oligarquía en su competencia por naturaleza, la visibilización mediática
imposible ya de ocultar incluso por los propios medios que ellos apadrinan, del
descubrimiento judicial continuado de la corrupción de los restos del régimen
del 78. De ahí, que una vez acabada la cuestión vasca, incapaces de reventar el
alto de fuego de ETA y su desarme a pesar de la represión y cárcel de la
juventud vasca, construyen en poco tiempo por necesidad y oportunidad política,
el caso de la trama catalana como construcción mediática, que ha servido al PP,
PDeCAT, PSOE y la monarquía, para la ocultación de resoluciones judiciales
sonoras sobre los casos de corrupción que los jueces investigan, tanto en
relación del enriquecimiento de la familia Pujol Ferrusola, del 3% del PDeCAT,
de la casa real, del caso Gürtel del PP con la implicación del propio
Presidente del Gobierno o los EREs del PSOE en Andalucía, más otros como la
aprobación del CETA, la venta del Banco Popular al Santander para salvar su
quiebra por un euro o la condonación a la banca de más de 40.000 millones de
euros entregados para su rescate.
Como primer objetivo
político de este proceso de movilizaciones promovidas por la oligarquía, tiene
el de la liquidación como proyecto político de masas a Podemos, Unidos Podemos
y las confluencias. Los únicos que con sus defectos y virtudes, fueron los que
rompieron el bipartidismo como forma de gobierno en las últimas europeas del
2014 del PSOE-PP, que siempre gobernaron con apoyo en cada momento de los
satélites periféricos del nacionalismo burgués del ahora PDeCAT-PNV-UPN-CC-FORO.
Como segundo
objetivo político y fundamental, el cumplimiento con la función por el cual la
banca les paga y los financia, en una situación de crisis económica global y de
guerras imperialistas; el de ejecutar las políticas extractivas genocidas de
recortes, privatizaciones y puesta en el mercado, de todo aquello que está
situado en el ámbito de lo público en sanidad, enseñanza, dependencia,
justicia, servicios sociales, energía, agua, transporte, comunicaciones y con el
recorte de libertades necesario.
Esta
política austericida la van a aplicar en unas condiciones de un desempleo que
supera el 20% de la clase obrera, con un nivel de precariedad en el trabajo,
incluido el sector público, que supera el 30%, situación que ha creado enormes bolsas
de marginación social, con lo que conlleva de sufrimiento y muerte por inanición
y abandono del pueblo, dentro de una economía que se ha mantenido durante estos
dos últimos años, por la compra de los bonos de deuda de los estados, que
periódicamente el Banco Europeo hace para mantener el mercado, cosa que por
acuerdo de la troika europea, para enero del 2018 se acabará con esta política
de subvención de la economía, iniciándose la del mal llamado libre mercado,
dentro del acuerdo CETA, que nos deja en manos del monopolio de las
multinacionales.
Esta es la
base de la estrategia del capital monopolista, oligárquico y financiero y de la
utilidad de la trama del nacionalismo catalán, sintetizado en la destrucción
del proyecto alternativo popular de Podemos, Unidos Podemos y las confluencias,
para reconstruir la hegemonía neoliberal conservadora, que posibilite la
imposición legislativa de políticas austericidas a las masas obreras, para la
acumulación de capital y mantenimiento de sus intereses imperialistas, con el
sometimiento y explotación de la clase obrera y los pueblos del mundo, ante el
avance de las potencias económicas emergentes.
Como
marxistas, no dejamos de reconocer que la movilización y objetivos que
desarrollan las fuerzas reformistas, no superan el objetivo de la humanización
del sistema capitalista, pero sabemos que el capital es imposible de humanizar
y que la propia lógica de la lucha de clases en una crisis global del sistema de
producción de libre mercado, le llevará cada día, a más exigencias de libertad
e igualdad.
Debemos ser
conscientes, de que si la movilización iniciada en el 2011 en el estado español,
fue una movilización espontanea dirigida por el reformismo, ésta lo es por una
burguesía y una clase media radicalizada, por el proceso de proletarización que
la crisis conlleva, que ven, cómo desde unas condiciones más ventajosas de
riqueza que el resto de pueblos de España, cada día se cercenan más sus posibilidades
de desarrollo formativo y profesional, lo cual ha provocado, una grave división
de la clase obrera, que ante la debilidad de las organizaciones obreras
comunistas y revolucionarias, se han dividido entre el apoyo a las
movilizaciones de la burguesía catalana, que encubre sus objetivos económicos
bajo el manto democrático del derecho a decidir y la defensa de una cultura,
que la burguesía ha hecho popular y que
las masas hacen suyas como seña de identidad y la de una derecha conservadora y
extrema, que hace suya la cultura heredada de la unidad de la patria franquista.
Esta ha sido
la capacidad de juego de la burguesía neoliberal y conservadora, para conseguir
sus objetivos dentro de sus intereses entrecruzados, pero si les ha ido
sencillo, ha sido por la debilidad ideológica de la clase obrera dirigida por
el reformismo y por la tremenda debilidad de los marxistas, que han permitido
que unas reivindicaciones que tienen resolución pacífica y democrática en el
marco burgués, se utilicen para dividir y derrotar a lo más avanzado de las
clases populares, posicionándose no ya en defensa de los derechos democráticos
y a decidir de los pueblos, si no directamente, a favor del nacionalismo y la independencia
bajo la dirección política del neoliberalismo genocida, por encima de la
unidad, derechos e intereses estratégicos de la clase obrera, convirtiendo este
posicionamiento político revisionista que divide a la clase obrera y el pueblo,
como nueva línea de demarcación, situándose ellos mismos por su seguidismo
radicalista, en el campo del enemigo con su ejercicio de trotskismo infantil.
Alonso
Gallardo militante comunista por la confluencia
popular noviembre del
2017