viernes, 17 de noviembre de 2017

Cataluña como línea de demarcación en la confluencia comunista en España



El caso catalán, sitúa un antes y un después en el proceso de confluencia de los comunistas, del movimiento obrero sindical y de la izquierda que participa del movimiento reformista, con la creación de una línea de demarcación en el interior del movimiento revolucionario, por el apoyo de sectores del marxismo-leninismo, del movimiento obrero y del marxismo que participa de Unidos Podemos y las confluencias, a la fractura social causada por la acción de la burguesía catalana, con la declaración unilateral de independencia, causando una profunda división del pueblo y favoreciendo que la derecha nacionalista española, lanzase una ofensiva político ideológica, haciendo norma, legal la intervención directa bajo la libre interpretación de las leyes constitucionales por los fiscales, jueces, policías y militares, en la defensa de la unidad de España, que igual que con la política antiterrorista del caso vasco, quedará en la legislación como instrumento de represión de la movilización obrera, al tiempo que normalizó la intervención política entre las masas, de la extrema derecha y el fascismo.

La historia del nacionalismo catalán, como la del resto del nacionalismo burgués, siempre han basculado entre el apoyo al neoliberalismo en la vertiente progresista del PSOE o conservadora del PP, por su pertenencia a la oligarquía y en la instauración del régimen del 78 y así ha sido siempre en democracia, lo mismo con las medidas austericidas tomadas en el 2011 por el gobierno de Rodríguez Zapatero del PSOE, que la última aprobada por todos ellos en junio de 2017 en el parlamento español, con el acuerdo con Canadá de libre mercado (CETA) ratificado este mes de octubre por el senado.

La argumentación que en los círculos hemos dado de esta confrontación, es que nace de la crisis económica global del 77, que ha impactado en la economía empresarial, radicalizando la competencia en búsqueda de un mayor beneficio, fin último del sistema capitalista. Esto agudiza las contradicciones y las divisiones en el seno de la burguesía y de cada uno de los sectores corporativos que la componen, en lucha continua por monopolizar y controlar al máximo un mercado cada vez más menguado, creando fracturas en la parte más débil de la cadena oligárquica, que tiene proyección en la base económica productiva y financiera por la competitividad y en lo político, enfrentamiento y división como hemos visto con el Brexit en la Gran Bretaña, neoliberales y neofascistas en EEUU, liberalismo y neofascismo en Francia, liberalismo conservador nacional y nacionalismo neoliberal periférico en España, que como sabemos, es el déficit de las clases dominantes en el desarrollo histórico de España como estado.

Hemos situado sobre el papel los elementos de confrontación entre burguesías, que han emergido durante estos últimos años de continuada reducción de los beneficios empresariales y explosiones de burbujas económicas y constatado otras que les unen, contra la única alternativa política en estos momentos existente, que pone en peligro la hegemonía neoliberal y conservadora en España, también los objetivos finales. Definiendo todo esto, como guerra mediática  por el control de las masas. 

Situamos la reforma del sistema contributivo catalán para homologarlo al concierto navarro y vasco, ya aceptado por el ministro de economía. Del cual decimos, que es un sistema injusto e insolidario con el resto del estado, ya que conjuntamente con Madrid,  conforman las comunidades más ricas del estado español, al ser las que participan de los arcos de comunicación industrial y tecnológicos, con la Europa desarrollada y centro de todas las inversiones públicas y privadas para el desarrollo empresarial y de empleo, a costa del resto de pueblos de España, que se quedan en una industria del turismo para abastecerlos de mano de obra barata, precarizada y preparada; situación que provoca la migración de miles de jóvenes para las zonas en desarrollo de Madrid, Euskadi, Navarra, Aragón, Cataluña o Europa.

Expusimos que Rusia, Gran Bretaña, Alemania y el resto de Europa, participan de la planificación de las estructuras del desarrollo por tierra y mar de la nueva Ruta de la Seda China, con una ingente cantidad de millones de yuanes, moneda que participa de la canasta cambiable del FMI y transformable en cualquier moneda local, invertidas a través del Banco Asiático de China o del Banco de Desarrollo creado por los BRICS, del que participan las potencias europeas, creando un enfrentamiento entre oligarquías dentro de la comunidad europea, que en España se da geográficamente en los  espacios diferenciados de Madrid y Barcelona  por el control, gestión y planificación de las inversiones, en la línea que une la ruta de la seda euroasiática con la Europa central rica en su pase por España, que al mismo tiempo será puente principal, para la entrada de productos para África y salida de la materia prima africana, clave para el desarrollo y crecimiento  de los países industriales euroasiáticos.

Dijimos que la crisis global del capitalismo, nace de la base de la reducción del beneficio del capital productivo, lo cual provocó la expansión de un capital financiarizado, salido de la máquina yanqui del dólar con un criterio especulativo, piramidal y virtual, donde la banca financiarizada es contribuyente en la creación de ese capital, financiando por encima de su capital real y de ahí, una parte de la crisis por la deuda de las hipotecas basura. Este capital que se mueve desde fondos especulativos, son los que controlan todo el movimiento de alquileres y compra de inmuebles de Barcelona y su entorno turístico, al cual la alcaldía de la confluencia y base estratégica de Unidos Podemos en Cataluña, pone pegas administrativas con la pretensión de combatirlos con la construcción de viviendas públicas y de alquiler. Estos fondos de los cuales se financian las oligarquías y burguesías nacionalistas españolas y catalanas representadas por el PP y el PDeCAT, tienen el objetivo común para mantener el parque de viviendas que dan un beneficio rápido, la liquidación política del colectivo de la alcaldesa y de su confluencia en Unidos Podemos, que podría lograr la mayoría en Cataluña, igual que la logró en Barcelona.

También unió a la oligarquía en su competencia por naturaleza, la visibilización mediática imposible ya de ocultar incluso por los propios medios que ellos apadrinan, del descubrimiento judicial continuado de la corrupción de los restos del régimen del 78. De ahí, que una vez acabada la cuestión vasca, incapaces de reventar el alto de fuego de ETA y su desarme a pesar de la represión y cárcel de la juventud vasca, construyen en poco tiempo por necesidad y oportunidad política, el caso de la trama catalana como construcción mediática, que ha servido al PP, PDeCAT, PSOE y la monarquía, para la ocultación de resoluciones judiciales sonoras sobre los casos de corrupción que los jueces investigan, tanto en relación del enriquecimiento de la familia Pujol Ferrusola, del 3% del PDeCAT, de la casa real, del caso Gürtel del PP con la implicación del propio Presidente del Gobierno o los EREs del PSOE en Andalucía, más otros como la aprobación del CETA, la venta del Banco Popular al Santander para salvar su quiebra por un euro o la condonación a la banca de más de 40.000 millones de euros entregados para su rescate.

Como primer objetivo político de este proceso de movilizaciones promovidas por la oligarquía, tiene el de la liquidación como proyecto político de masas a Podemos, Unidos Podemos y las confluencias. Los únicos que con sus defectos y virtudes, fueron los que rompieron el bipartidismo como forma de gobierno en las últimas europeas del 2014 del PSOE-PP, que siempre gobernaron con apoyo en cada momento de los satélites periféricos del nacionalismo burgués del ahora PDeCAT-PNV-UPN-CC-FORO.

Como segundo objetivo político y fundamental, el cumplimiento con la función por el cual la banca les paga y los financia, en una situación de crisis económica global y de guerras imperialistas; el de ejecutar las políticas extractivas genocidas de recortes, privatizaciones y puesta en el mercado, de todo aquello que está situado en el ámbito de lo público en sanidad, enseñanza, dependencia, justicia, servicios sociales, energía, agua, transporte, comunicaciones y con el recorte de libertades necesario.

Esta política austericida la van a aplicar en unas condiciones de un desempleo que supera el 20% de la clase obrera, con un nivel de precariedad en el trabajo, incluido el sector público, que supera el 30%, situación que ha creado enormes bolsas de marginación social, con lo que conlleva de sufrimiento y muerte por inanición y abandono del pueblo, dentro de una economía que se ha mantenido durante estos dos últimos años, por la compra de los bonos de deuda de los estados, que periódicamente el Banco Europeo hace para mantener el mercado, cosa que por acuerdo de la troika europea, para enero del 2018 se acabará con esta política de subvención de la economía, iniciándose la del mal llamado libre mercado, dentro del acuerdo CETA, que nos deja en manos del monopolio de las multinacionales.

Esta es la base de la estrategia del capital monopolista, oligárquico y financiero y de la utilidad de la trama del nacionalismo catalán, sintetizado en la destrucción del proyecto alternativo popular de Podemos, Unidos Podemos y las confluencias, para reconstruir la hegemonía neoliberal conservadora, que posibilite la imposición legislativa de políticas austericidas a las masas obreras, para la acumulación de capital y mantenimiento de sus intereses imperialistas, con el sometimiento y explotación de la clase obrera y los pueblos del mundo, ante el avance de las potencias económicas emergentes.

Como marxistas, no dejamos de reconocer que la movilización y objetivos que desarrollan las fuerzas reformistas, no superan el objetivo de la humanización del sistema capitalista, pero sabemos que el capital es imposible de humanizar y que la propia lógica de la lucha de clases en una crisis global del sistema de producción de libre mercado, le llevará cada día, a más exigencias de libertad e igualdad.

Debemos ser conscientes, de que si la movilización iniciada en el 2011 en el estado español, fue una movilización espontanea dirigida por el reformismo, ésta lo es por una burguesía y una clase media radicalizada, por el proceso de proletarización que la crisis conlleva, que ven, cómo desde unas condiciones más ventajosas de riqueza que el resto de pueblos de España, cada día se cercenan más sus posibilidades de desarrollo formativo y profesional, lo cual ha provocado, una grave división de la clase obrera, que ante la debilidad de las organizaciones obreras comunistas y revolucionarias, se han dividido entre el apoyo a las movilizaciones de la burguesía catalana, que encubre sus objetivos económicos bajo el manto democrático del derecho a decidir y la defensa de una cultura, que la burguesía  ha hecho popular y que las masas hacen suyas como seña de identidad y la de una derecha conservadora y extrema, que hace suya la cultura heredada de la unidad de la patria franquista.

Esta ha sido la capacidad de juego de la burguesía neoliberal y conservadora, para conseguir sus objetivos dentro de sus intereses entrecruzados, pero si les ha ido sencillo, ha sido por la debilidad ideológica de la clase obrera dirigida por el reformismo y por la tremenda debilidad de los marxistas, que han permitido que unas reivindicaciones que tienen resolución pacífica y democrática en el marco burgués, se utilicen para dividir y derrotar a lo más avanzado de las clases populares, posicionándose no ya en defensa de los derechos democráticos y a decidir de los pueblos, si no directamente, a favor del nacionalismo y la independencia bajo la dirección política del neoliberalismo genocida, por encima de la unidad, derechos e intereses estratégicos de la clase obrera, convirtiendo este posicionamiento político revisionista que divide a la clase obrera y el pueblo, como nueva línea de demarcación, situándose ellos mismos por su seguidismo radicalista, en el campo del enemigo con su ejercicio de trotskismo infantil.

Alonso Gallardo militante comunista por la confluencia  popular          noviembre del 2017