Largo es el camino recorrido y para cuatro años van desde que nos sumergimos en el movimiento por las confluencias buscando compañeras y compañeros de lucha y hoy, en estos momentos cruciales de confrontación electoral de las fuerzas populares contra el campo de la oligarquía financiera neoliberal y austericida, volvemos la vista atrás y vemos que el discurso de los distintos grupos que se declaran marxistas leninistas, más minoritarios y fraccionados que nunca, continúan con su dogmatismo sectario contrario a los principios de la estrategia marxista de la unidad popular como base imprescindible de la victoria mañana y sin visos de autocrítica. Por eso lo volvemos a publicar como crítica ante ese vacío que dejan en el campo popular, donde la dirección política del combate contra el imperialismo, las guerras y las políticas neoliberales austericidas, se le deja en su totalidad al reformismo vacilante y sin posibilidad visible en corto tiempo, de una intervención en el campo de la confluencia popular, el que hay, porque otro no tenemos con sus virtudes, deficiencias y liderazgos. Falta un leninismo organizado que plantee la crítica en el interior de las confluencias desde la unidad de la clase obrera, del pueblo y de el movimiento comunista, como hizo Lenin en el partido socialdemócrata ruso hasta que logró la mayoría que lo transformó en el partido de la clase trabajadora.
III Asamblea de la Plataforma comunista: disolución como paso atrás
Una valoración crítica de la unidad comunista desde la confluencia, nos obliga a un paso atrás
III Asamblea de la Plataforma comunista: disolución como paso atrás
Una valoración crítica de la unidad comunista desde la confluencia, nos obliga a un paso atrás
En diciembre de 2009 realizamos la Plataforma Comunista nuestra I Asamblea, fruto de la exclusión colectiva provocada por el surgimiento de un fuerte brote de sectarismo dogmático en la dirección del PCPE, como reacción defensiva ante los recortes al pueblo ejecutados por el gobierno en el 2008, en unidad PSOE y el PP contra los derechos económicos, sociales y libertades de las clases trabajadoras, laminando de un plumazo unos de los procesos más avanzados de unidad y confluencia comunista en Asturias con la unión de la fracción leninista del PCA centrada en Gijón poco más de un año antes, con la militancia del PCPE.
Desde el PCPE
Un proceso sectario y dogmático provocado por la explosión en EE.UU de la burbuja inmobiliaria, con un fuerte impacto de recesión en la economía real, fruto de la economía virtual en la que viven y vivimos, construida por la oligarquía imperialista financiera, para el beneficio económico virtual mientras dure y para combatir la fuerte recesión económica de superproducción (esta real) que la crisis del sistema capitalista internacional enquista, desde el inicio de las pérdidas de beneficios empresariales de los años setenta del siglo pasado.
El salto adelante pegado por el PCPE como una huída política colectiva, es como consecuencia de la realidad adversa de una clase obrera pasiva y sin referentes ideológicos, políticos y sociales, que encubriéndola como ofensiva política, les lleva a construir un discurso, donde el partido de la clase obrera ya lo son ellos y el referente sindical los Comités de Unidad Obrera en fábricas, sectores de producción o barrios; proceso al que no es ajeno el resto de los destacamentos comunistas.
Esto les obligó internamente, a excluir al grueso de la militancia obrera histórica que disiente ante estos cambios por el aislacionismo social que provoca, para centrarse de forma doctrinaria en la juventud, proceso de que se inicia en Asturias teniendo su continuidad en el resto del estado posteriormente.
Conformación de la Plataforma Comunista, motivaciones
La consciencia por nuestra parte, del desfase entre la realidad social que provoca la restructuración por la crisis del sistema capitalista y el nivel de organización obrera tanto en su propia limitación de conciencia clase, como en la subordinación ideológica y política que sufre del pensamiento pequeño burgués, nos obliga a resituarnos en las dos líneas fundamentales, que el PCPE se niega a dar respuesta en su huída ante la adversidad de la realidad política, desde el criterio de que nadie se fuera para casa.
La primera sitúa la apuesta por la reconstrucción de los referentes sindicales y sociales, instrumentos orgánicos colectivos que permitan ir reconstruyendo la cultura y la memoria histórica de la clase obrera en el estado español, en su experiencia de lucha y especialmente de la reconstrucción del movimiento sindical y vecinal bajo la dictadura franquista en las fábricas, sectores de producción y barriadas obreras, experiencia que supera al sindicalismo corporativo y economicista del tradeunionismo.
Apuesta política estratégica para los comunistas, que se identifica por situar en la centralidad del tablero político, el debate de la lucha y movilización del movimiento obrero por su independencia del pensamiento radical pequeño burgués y su emancipación en el socialismo.
Una experiencia sindical, que tiene capacidad de un discurso y una intervención política trasversal en el grueso de la problemática global de la clase obrera, como es el sindicalismo sociopolítico, asambleario, de base, autónomo y democrático instaurado por las comisiones obreras de los años sesenta y setenta, desarrollado por la militancia del PCE del interior no exiliada, los núcleos del marxismo leninismo y el grueso del movimiento obrero revolucionario, que lo mantiene actualmente en versión reformista CC.OO y con más consistencia revolucionaria, los sindicatos alternativos de clase.
La segunda, avanzar en la unidad de los comunistas, trabajando incansablemente por su confluencia en paralelo al objetivo primero de construcción de referentes sindicales, desde la perspectiva de añadir en la confluencia, a todos los que participan del sindicalismo alternativo revolucionario de clase, uniendo a este proceso de construcción del partido, lo más avanzado en conciencia de clase de la clase obrera, con la unidad de los comunistas y del movimiento obrero revolucionario en un solo partido, desde el respeto a la pluralidad histórica del movimiento comunista y revolucionario en el estado español.
Al mismo tiempo, esta pluralidad de la experiencia comunista y revolucionaria histórica no puede ser un límite para su unidad, el objetivo es superarla con el trabajo de masas realizándolo de forma científica, desde el trabajo político práctico con la línea política de masas como instrumento, bajo un debate con planes de trabajo y evaluación política colectiva, sintetizado en la decisión de toda la militancia de volcarse en el trabajo en las organizaciones de masas de la clase obrera, sindical o vecinal, con el desarrollo del sindicalismo sociopolítico en los centros de trabajo, sectores de producción, barrios obreros y centros universitarios, creando organización social, como futuros instrumentos del poder popular y centralidad de todas nuestras tareas políticas.
Marcarnos estos objetivos implicó un mayor esfuerzo, donde no solo estaba el trabajo de masas, también el esfuerzo por el conocimiento y la relación con otras organizaciones comunistas. Esto nos llevó, tras la segunda asamblea a nuevos contactos desde la experiencia de la Coordinación de Unidad Comunista, compuesta por Unión Proletaria, Colectivo Comunista 27 de Septiembre y el PTE-ORT, disuelta meses antes de la II Asamblea de junio de 2011 de la Plataforma Comunista, por la integración de Unión Proletaria en el PCPE.
Comenzamos la nueva etapa, profundizando la relación con un grupo excluido en esos momentos de Corriente Roja por la militancia trotskista del PRT bajo el nombre de Red Roja, teniendo en primera instancia dos coincidencias importantes: la apuesta por la unidad de los comunistas en la construcción del partido, sobre la base del reconocimiento y respeto a la pluralidad del movimiento comunista español y segundo, la importancia del trabajo en los sindicatos de la clase obrera, aunque en este caso con los camaradas de Red Roja, circunscrito solo a los sindicatos alternativos de clase.
Sobre Red Roja
La profundización de la crisis y la consiguiente movilización social, mayoritariamente bajo la influencia de las fuerzas reformistas como el 15M, los viernes negros, las mareas, la Cumbre Social y el 22M, aceleró el proceso de aislamiento de las masas del grueso de las fuerzas comunistas y revolucionarias, también en el nuevo grupo de contacto y trabajo, que reacciona desarrollando un discurso ideológico y político sectario y excluyente, tanto con las fuerzas políticas como con las sociales que no superan el umbral de la pureza revolucionaria, con ellas ni confianza ni relación política.
Las líneas de demarcación dibujadas por Red Roja, sitúan las direcciones políticas desde elementos certeros de combate contra la estrategia del capital imperialista, pero el reformismo de las masas trabajadoras y el pueblo, les lleva a despreciar la escasa estructura de combate de los sindicatos reformistas y alternativos, por no situarse en el ámbito de las líneas de demarcación centradas hasta estos momento, en el no pago de la deuda, la salida del euro, de la Europa del capital y la OTAN.
Hoy están situando como propuesta política alternativa a este sistema capitalista, proyecciones de la unidad del pueblo concretadas en Comités de Unidad Popular en centros de trabajo y barrios, de exclusiva participación revolucionaria y exclusión del pensamiento reformista, por lo tanto de las masas.
Esta decisión les excluye de la línea política de masas de trabajo en las organizaciones populares y sindicales, para el combate contra la visión reformista mayoritaria entre las masas trabajadoras, desde esta perspectiva la colaboración con Red Roja se convierte en confrontación interna de líneas, opción la cual, el comunismo no sectario ya la tenemos excluida de nuestros pensamientos, dejando otra colaboración política en manos del tiempo.
De nuevo nos centramos en el quehacer diario del trabajo sindical de masas, reflexionando sobre como intentamos dar una nueva concreción al otro aspecto fundacional de la Plataforma Comunista, la unidad desde la confluencia de los comunistas españoles.
En este proceso organizamos el acto con la dirigente de Red Roja, Nines Maestro y mantenemos la asamblea de la Plataforma Comunista abierta a la participación de todas y todos los comunistas no sectarios, recuperando la participación de Unión Proletaria recientemente excluidos del PCPE, junto a otros camaradas, relación que hasta ahora continuó, aunque sin superar nunca el formalismo de la representación.
También justo antes de su fusión con el Partido del Trabajo Democrático, organizamos un acto político donde intervino el actual Secretario General del PTD, Miguel Ángel Villalón, donde desde el comunismo no sectario valoramos positivamente las amplias coincidencias que con el PTD teníamos.
Paralelamente a este proceso de debate unitario con Unión proletaria con participación en nuestras reuniones, surge la posibilidad de añadir el contacto y relación con un núcleo nuevo de jóvenes comunistas en Asturias escindido de las filas del PCPE, que se integran en Iniciativa Comunista.
Sobre Iniciativa Comunista
La propuesta es inmediata a los nuevos camaradas y les ofrecemos su participación en nuestras reuniones y asambleas, centradas en el debate práctico del trabajo de masas en las organizaciones de masas y debates políticos generales, con el único requisito de respeto a las distintas posiciones de los camaradas, teniendo en cuenta tanto la pluralidad de la misma Plataforma Comunista, como la de los miembros del PTD que participan en nuestras asambleas, como recomendaciones a los que pretendemos incorporar de Iniciativa Comunista desde la unidad en la confluencia. Sin mucho éxito participaron en forma de delegación en varias ocasiones.
Es de reconocer, que sin cogernos de sorpresa las posiciones políticas de la militancia de IC, de confrontación directa con todo lo que suene a reformismo y sus organizaciones políticas o sociales y de confrontación también directa con todos aquellos que participen en las estructuras reformistas sociales y sindicales, impidieron toda mínima relación seria con respecto a la Plataforma Comunista. Con respecto al PTD, sencillamente no superó el estadio de las relaciones de confrontación política, de competencia partidaria y malinterpretaciones continuadas.
Aún así y con mucho esfuerzo, logramos hacer un acto político con un miembro de la dirección central de IC, F. Pianiski, el cual con su impetuosidad verbal, nos llevó a la imposibilidad de un discurso mínimamente unitario. Las líneas de demarcación del carácter comunista y revolucionario planteadas por los camaradas de IC, son líneas de diferenciación para con los demás destacamentos comunistas y su relación con las masas pasa, exclusivamente por el contacto directo con los trabajadores que luchan y las organizaciones políticas, sindicales y movimientos sociales que excluyan directamente al reformismo.
Ante esta circunstancia y el verbo encendido de los camaradas, calificando de reformismo cualquier relación con los reformistas, excluía cualquier posibilidad de debate mínimamente racional y propositivo para una relación política de unidad, ni tan siquiera en la de la unidad de acción. Actualmente realizan una definición sobre la unidad popular en los mismos trazos que Red Roja o PCPE, comités populares con lo más puro ideológicamente en fábricas y barrios.
En este proceso para el segundo objetivo planteado de unidad en la confluencia de los comunistas, solo nos quedaba los que ya estaban participando, los camaradas del PTD.
Con el PTD hicimos la campaña de las europeas del 2014, con una resolución muy acertada con el objetivo de la ruptura del bipartidismo, pidiendo el voto para los que no nos recortan en los parlamentos y que institucionalmente conforman la representación popular, participando ambos del resultado con los mismos análisis, realizando actos públicos y también unitariamente acciones en movilizaciones con hojas sectoriales de reparto y comunicados.
Construimos para el ámbito de la intervención en las organizaciones de masas, la Mesa de Coordinación Comunista, con el objetivo de hacer el trabajo y el debate político desde la línea de masas en las organizaciones de masas de forma colectiva y unitaria, compartiendo espacio y sectores en la CSI.
Todo iba relativamente bien, aunque evidentemente había un campo mucho más amplio que nos hubiera permitido ir mucho mejor, pero ante la propuesta en la Mesa de Coordinación Comunista de repetir lo realizado en las elecciones europeas para estas municipales y autonómicas del 2015, nos encontramos con un impedimento por parte de los camaradas y del Comité Central del PTD, que niega la posibilidad de realizar actos de unidad y confluencia regionales previos a la planificación central del PTD, condicionando cualquier acto al posterior posicionamiento público del Comité Central del PTD como partido estatal, y siempre bajo la petición regional por el PTD, de que sí existe motivo que permita el pronunciamiento con otras organizaciones políticas locales, recalcándose que son un partido estatal.
Sobre el PTD
Nuestras reflexiones sobre el PTD por la especial relación tenida, deben ir más allá de las posiciones políticas que nos comentaban en las reuniones y esto solo lo podemos discernir si nos atenemos a los hechos, por encima de ideas preconcebidas o subjetivas de la realidad que sobre ellos podamos tener, por el conocimiento y la experiencia histórica tenida con los camaradas del PTD, por unos, desde su primera etapa en el PCPE y otros posteriormente, desde su actuación como Unión Proletaria.
Desde el Comité de Dirección de la Plataforma Comunista, iniciamos ya una reflexión en su momento, no pública y a espera de consecuencias prácticas, del artículo publicado por el Secretario General del PTD, Miguel Ángel Villalón el 29 de marzo del 2015 en su web, titulado “Para que necesitamos el Partido Comunista” artículo que se remitió desde la PC a toda la militancia para su lectura. Fundamentalmente señalaba dos elementos que fragmentaron, bajo nuestro punto de vista, todo el discurso anterior que conocíamos de autocrítica y reflexión contra el dogmatismo y el izquierdismo desde su inicio de crítica y autocrítica en Unión Proletaria.
El primero sobre la idea de partido; el PTD ya no se concibe como un destacamento comunista más que busca la unidad y la confluencia desde el comunismo no sectario, es ya el núcleo de partido sobre el cual debe construirse la unidad comunista en competencia con el resto, con las mismas armas.
En segundo lugar, la concepción sobre el sindicalismo o economicismo y su papel en los procesos revolucionarios, donde ocupa un lugar marginal, insuficiente, literalmente enseñarles la teoría socialista a las clases trabajadoras desde afuera del sindicalismo, desde fuera del trabajo de masas, desde fuera de la práctica.
Dos concepciones importantes porque llueve sobre mojado, llueve sobre los dos errores fundamentales que los marxistas leninistas han cometido en la Europa del estado de bienestar, uno consecuencia del otro: el dogmatismo como medio de aislamiento de las masas que nos lleva al izquierdismo o al oportunismo de derechas.
Mao nos cuenta en sus cuatro tesis filosóficas, algo muy importante sobre la teoría del conocimiento, concretamente en el apartado sobre la práctica “Descubrir la verdad a través de la práctica y, nuevamente a través de la práctica, comprobarla y desarrollarla. Partir del conocimiento sensorial y desarrollarlo activamente convirtiéndolo en conocimiento racional; luego, partir del conocimiento racional y guiar activamente la práctica revolucionaria para transformar el mundo subjetivo y el mundo objetivo. Practicar, conocer, practicar otra vez y conocer de nuevo. Esta forma se repite en infinitos ciclos, y, con cada ciclo, el contenido de la práctica y del conocimiento se eleva a un nivel más alto. Esta es en su conjunto la teoría materialista dialéctica del conocimiento, y esta es la teoría materialista de la unidad entre el saber y el hacer”
Los camaradas posiblemente hicieran un buen ejercicio de reflexión y autocrítica del dogmatismo y el izquierdismo internamente, pero cuando se realiza como un ejercicio teórico y no como un debate practicado entre y con las masas obreras, nunca cambiamos el fondo de las cosas en nuestro interior, solo las formas externas.
Por lo tanto, si a las dificultades que en el trabajo de masas lleva encontrar una relación democrática y de equilibrio con los reformistas, izquierdistas y pensamientos directamente burgueses de las masas, para un buen ejercicio de la crítica constructiva con contenido político, le añadimos por concepción, que el sindicalismo que realizamos los comunistas como mucho por su economicismo, no puede superar en su que hacer el amarillismo economicista, simplemente quedándonos, aquí por lógica se rechaza el trabajo de masas, donde se concreta la práctica y nace la experiencia. El ejercicio que se está haciendo con esta concepción, es el de retomar por la puerta de atrás el dogmatismo, que en el debate teórico habíamos abandonado públicamente.
En ningún momento ni Marx ni Lenin, manifestaron que la asunción del socialismo a la clase obrera había que hacerla desde afuera de la lucha sindical o económica, lo que si dejan claro, es que la idea del socialismo no es una idea que surja de la propia lucha económica, sino que surge desde la intelectualidad al servicio de la única clase, que reúne las condiciones históricas de asumirlas por el lugar que ocupa en las relaciones de producción, en la lucha de clases antagónica al capitalista, por eso es la clase que mejor puede asumir la teoría del socialismo, porque se proyectan en él todo su derecho a su emancipación.
Tampoco Lenin en su combate contra el economicismo en las filas socialdemócratas, planteó nunca el abandono de la lucha económica por los revolucionarios, ni su carácter secundario, al revés, planteó siempre trabajar con fuerza y empeño en los sindicatos que acumulaban en su interior lo más avanzado de la clase obrera, y que solo si los comunistas se ponían al frente de la lucha económica, situándola en el ámbito político que corresponde dentro de la lucha de clases, serían capaces de elevar la conciencia política de los trabajadores, es decir, que en una gran parte, solo podemos elevarles la conciencia de clase desde el compromiso de trabajo concreto de masas de los comunistas, desde la práctica, construyendo organización y dirección política planificada de las organizaciones obreras.
Difícil será, como plantea equivocadamente el artículo, sacando de contexto las frases de Lenin, que nos podamos traer a nuestras filas lo más granado de la clase obrera por nuestra capacidad intelectual y no por el compromiso concreto de representación que los comunistas obtengamos en la lucha económica, para así elevarla a la lucha política general, como los comunistas españoles bajo la dictadura franquista hicieron, uniendo a la lucha por el derecho de negociación colectiva y de sindicatos obreros, a las libertades políticas y a la amnistía por todos y todas las personas represaliadas por la dictadura.
Las conclusiones del artículo del camarada, son las que llevan a la militancia del PTD a priorizar toda actividad para el partido, eludiendo todo compromiso sindical o economicista que le evada de la principal tarea para ellos de construcción de partido, haciendo antagónica la contradicción entre la militancia partidaria y la sindical, cuando debieran ser complementarias para el mayor ejercicio de un revolucionario: su fusión con las masas, aprendiendo, absorbiendo y proponiendo en lenguaje llano y creíble, las principales reivindicaciones de las masas trabajadoras, desde una posición ideológica y política del interés general de la clase obrera, a la cual solo se puede llegar desde dentro.
La historia del movimiento obrero español nos demuestra (como la de la Europa industrializada) que la tarea de construcción del partido solo es posible, desde nuestra unión con las masas obreras en los centros de trabajo, barrios y sectores de producción, dirigiendo la lucha económica para elevarla políticamente, ganándonos a los más granados con el trabajo y el sacrificio de la militancia, cuadros y dirigentes. Y solo así es posible, que las otras tareas políticas de propaganda y debate entre las clases trabajadores por la militancia del partido, asuman credibilidad entre las y los más conscientes.
La parafernalia y simbología de banderas rojas desarrolladas por el oportunismo histórico de derechas, con el único fin de confundir y ocultar las conclusiones dogmáticas y revisionistas del XX congreso del PCUS, son las prioridades que fundamentalmente desarrollan los actuales destacamentos comunistas, tanto los que se reclaman del marxismo leninismo como los sectores que aun se integran en la ortodoxia del PCE, cada militante una bandera, compitiendo en ser los primeros en las manifestaciones y los más vistosos, esto es lo que en la práctica acabarán priorizando los camaradas del PTD con sus conclusiones y en su competencia partidaria con el resto de destacamentos comunistas, confundiendo la agitación y la propaganda entre las masas por su vistosidad y comodidad de hacerlo como pandilla, con el trabajo de masas en las organizaciones de masas, más sacrificado y menos vistoso.
Esto también nos da una explicación política, de que la Mesa de Coordinación Comunista entre el PTD y la PC nunca pasara del mismo estadio que la asistencia por delegación a las reuniones de la PC, y aclaran la nula voluntad de la planificación y la evaluación del trabajo sindical, como única forma de método y trabajo de masas que tenemos los comunistas, por eso los camaradas nunca plantearon un plan de trabajo en las dos áreas donde participaban sindicalmente (una de ellas compartiendo sindicato y sector en la CSI) y por eso el protocolo de declaración de la conformación de la Mesa de Coordinación Comunista, los camaradas nunca tuvieron voluntad de cumplirlo ni de decírnoslo.
También por eso, los camaradas del PTD en las elecciones autonómicas y municipales, optaron por dar prioridad a la intervención en la superestructura política con su participación en las candidaturas electorales, que en la base económica donde se daba la batalla de las elecciones sindicales. La prioritaria para el PTD, participar en una candidatura sectaria que dividió el voto popular en Avilés, en confrontación con la de Somos de Podemos que fue la triunfadora, restándole votos e impidiendo si ya no su victoria, sí sumar la mayoría con la de IU y en la secundaria para ellos, una exigua campaña en las elecciones sindicales en justicia, que manteniendo el resultado que ya se tenía, da una pérdida de votos por falta de presencia directa y compromiso militante.
A modo de conclusiones
Este balance, es la clave de la convocatoria de la III Asamblea de la Plataforma Comunista, donde buscamos respuestas y lugares de trabajo con coincidencias para la confluencia de los comunistas, ante la formación de nuevos sectores revolucionarios que emergen, en un nuevo contexto de la correlación de fuerzas sociales y políticas, bajo la hegemonía y la iniciativa política de las fuerzas reformistas.
Respuestas también desde la experiencia griega, para buscar la interacción unitaria con ellas de los comunistas, apoyándonos en la línea política de masas en las organizaciones de masas, como clave de la confluencia de la unidad de los comunistas y conjuntamente con el movimiento obrero sindical revolucionario en la construcción del futuro Partido Comunista.
Con la conclusión de que no existen condiciones para la unidad de los comunistas en la confluencia, queremos expresar dos elementos; el primero, que la lectura que debemos sacar no debe ser que este objetivo es un error, si no que descubrimos, que teníamos una visión idealista de los distintos destacamentos comunistas, donde no se dan las condiciones en la actualidad por su dogmatismo sectario y por nuestra falta de fuerza militante, en segundo lugar que la otra pata en la que se mueve nuestra estrategia, la de la línea política de masas desde el trabajo de masas, se muestra como el único instrumento que conocemos, que cubre la función de la capacidad de unir pluralidades dispares desde la unidad de acción, como el trabajo sociopolítico con los revolucionarios de la CSI lo demuestra.
Esto nos obliga a dar un paso atrás al no poder cumplir el objetivo por el que construimos la Plataforma Comunista, como instrumento para la confluencia y la unidad de los comunistas, lugar de participación, debate y unidad en la acción de los comunistas independientemente del partido que militen, ante esta imposibilidad un paso atrás desde el trabajo de masas, es el acuerdo que refrendamos con la disolución de nuestro colectivo: la Plataforma Comunista.
Asturies junio de 2015