miércoles, 6 de febrero de 2019

La avaricia del globalismo neoliberal por el área metropolitana asturiana amenaza su desarrollo


IU de Asturias, a falta de vocero principal por exclusión, eligió un nuevo portavoz que reclama desde la autoridad que le da el apoyo mediático empresarial, que la izquierda obrera y popular ovetense asuma la estrategia del capitalismo globalista, centrada en Asturias y en el conjunto de los grandes municipios españoles y del planeta,  en el desarrollo de macrociudades que dejen a la ciudadanía completamente dependientes de las empresas, vendiendo como desarrollo progresista, los intereses económicos e ideológicos de las multinacionales, en pleno acuerdo con el vocero del Gobierno neoliberal asturiano, en la presión política y acoso a las fuerzas populares.

Con la falsedad de las declaraciones del nuevo vocero de IU Aurelio Martín, sobre el carácter progresista del desarrollo del proyecto de Área Metropolitana para Asturias, pidiendo que SOMOS de Oviedo (Podemos) se abstenga, para que pase por mayoría su aprobación en el plenario del Ayuntamiento de Oviedo, junto con las demagógicas declaraciones del Consejero neoliberal del Gobierno asturiano Fernando Lastra, de que Oviedo no puede seguir pensando que no tiene puertos, tiene dos, quieren ocultar dos cuestiones que son fundamentales. Una, que detrás de este proyecto están exclusivamente la clase empresarial y las multinacionales de la comunicación, alimentación y transporte, que solo miran por  sus beneficios, sobre la base de crear una dependencia de la ciudadanía de las empresas transnacionales en todos los ámbitos del consumo, comunicación y transporte, para dejarnos sin capacidad de respuesta social alternativa, porque todo lo darán hecho, siempre que puedas pagarlo y sin posibilidad de otra alternativa autónoma y local, porque nos saldrá más cara al monopolizar las multinacionales el mercado, expulsando la competencia de forma similar a la que usan los grandes centros comerciales, con respecto al pequeño comercio en las ciudades, bajando los precios.

Segunda, el Área Central Metropolitana existe desde hace años bajo la competencia del gobierno asturiano, en convenios con los ayuntamientos y empresas privadas en transportes, planes de urbanismo o comunicación, pero la visibilidad de su utilidad, es ocultada por los medios de comunicación junto a la degradación urbanística, desarrollista y especulativa para beneficio de las constructoras e inmobiliarias, en agresión permanente con la naturaleza y la vida rural, espíritu que se mantiene como lo demuestra el reciente Plan Urbano aprobado en Gijón. Existe, detrás de un fuerte transporte público por ferrocarril degradado y coordinado con el de carretera y urbano, privado en su mayoría y monopolizado por  la familia de la empresa ALSA, que al no dar beneficios por falta de usuarios y quizás por las bajas subvenciones  del gobierno autonómico, ofrece un nulo servicio a la ciudadanía que vive fuera del área central. Existe, en el ámbito de la comunicación telemática, que desde hace años las empresas privadas bajo jugosas ofertas públicas teñidas de corrupción, tejieron una red que abarca  toda el área central asturiana. Pero todo está degradado por  el abandono ejecutado desde los años ochenta, planificado por los poderes económicos y los gobiernos del PSOE y que nos da la explicación, del porqué ahora se habla de otro área metropolitana, porque realmente lo que se pretende obtener de este nuevo área por las multinacionales y sus lacayos políticos, nos sitúa en un plano con una naturaleza completamente diferente.

Las pretensiones de esta nueva área no es acercarnos las nuevas tecnologías de la comunicación, que por su propio carácter no lo necesita, tampoco a las empresas para la venta de su producción, pues ya la tienen por carretera, ferrocarril o puerto de mar. Es para monopolizar la gestión desde un ámbito no elegido ni controlado fiscal ni democráticamente, trasladando las competencias de los ayuntamientos de todo el área central en todos los ámbitos de la subsistencia de las necesidades humanas, a un organismo de gestión opaca y para construir esta nueva área, primero necesitaban crear las necesidades sociales de ellas y de ahí viene el abandono del transporte por ferrocarril (sumado al colapso por la autovía pública y nunca conscientemente resuelto) como eje central económico y ecológico, que sigue manteniendo su carácter público, sirviendo todo esto de justificación por lo abultado de la inversión para la reconstrucción y reformas necesarias, a la entrada del capital y la empresa privada en la autovía y el transporte público por ferrocarril, como partes golosas de la privatización.

Plan maléfico de las multinacionales y partidos que conforman el entramado político monárquico asturiano, que conlleva la dependencia absoluta de la ciudadanía ante las empresas y las multinacionales, donde el abandono de la zona rural asturiana llevará a que su única forma de sobrevivir sea la de ingresar en este nuevo área y donde sus gestores, ante los cambios que se están dando de sujetos políticos en el partido socialista e Izquierda Unida, les puede más las prisa crematísticas que el decoro, ante el fin de sus legislaturas, ni más ni menos.

La clase trabajadora y pueblo asturiano, sí tienen alternativas de progreso desarrollando las infraestructuras existentes de ferrocarril, modernizándolo y reforzando su carácter público, económicamente más competitivo que el privado por carretera, que es socialmente más costoso y contaminante; adecuando el transporte a las necesidades ciudadanas de las alas y  periferias, con subvenciones o con alternativa pública de transporte y llevar las nuevas tecnologías al conjunto de Asturias, para que no se abandone el campo ni la ciudad y puedan regresar las decenas de miles de jóvenes que nos han abandonado por falta de futuro. Desarrollando los potenciales endógenos de la alimentación en ganadería, agricultura o pesca, para una producción sostenible, sana y ecológica para el consumo del entorno geográfico más cercano, potenciando el cooperativismo, la mecanización y la industrialización posible de la producción del campo y la mar, para acercar con el desarrollo de las redes de comercialización, el producto de las zonas rurales y periféricas de las comarcas a los pueblos y ciudades, llevando todos los servicios públicos existentes de enseñanza, sanidad o dependencia, allí donde vive y trabaja la gente y esto implica apostar por sociedades sostenibles solidarias y no por beneficios privados empresariales.

Alonso gallardo de los círculos comunistas de Unidos Podemos                        5 de febrero de 2019