El triunfo electoral de Syriza es una nueva derrota de la hegemonía euroalemana y una victoria popular
El resultado electoral griego ha frustrado a ciertos sectores de la izquierda española más ligados a las posiciones políticas de los escindidos de Unidad popular, que del proyecto inicial reformista que representa Tsipras, ligado a la reforma política de la Comunidad Económica Europea con el objetivo de un sistema capitalista que sea capaz de eliminar las injusticias y desigualdades del actual, tal como en el último escrito publicado, también en Asturbulla, explica http://epuntorojo.blogspot.com.es/2015/09/unidad-comunista-mas-confluencia-popular.html
Cuando trabajamos sin un proyecto político de clase mínimamente planificado estamos al vaivén de los sucesos, lo mismo nos sucede cuando no ligamos nuestros objetivos a los intereses estratégicos de la clase obrera, perdiéndonos en criterios personalista, a veces muy geniales como el del compañero Monereo, emperrado en demostrarnos que Tsipras, está políticamente travestido de unidad popular (pero desde el concepto que Monereo de ella tiene) para acabar con las nuevas construcciones políticas alternativas al capitalismo y echarlas al brazo de la socialdemocracia neoliberal, desprecia lo que el reformismo de Syriza significa y que Podemos pretende representar aquí en España.
Cuando confundimos nuestros deseos con la realidad en política pasa como ha pasado en Grecia, los escindidos de Unidad Popular junto con Varoufakis, con una idea falsamente proyectada de la realidad griega, fuera del planteamiento reformista de Syriza de regeneración del sistema capitalista y fuera de los objetivos más inmediatos de las masas trabajadoras, en absoluto nada revolucionarios, quedan fuera del escenario político por pura voluntad popular.
Tampoco la salida hubiera sido la unión con el KKE, el inmovilismo sectario de los comunistas griegos no ha aportado absolutamente nada hasta ahora a la lucha contra las políticas de austeridad y los memorándum, plagadas de convocatorias en paralelo y separadas de las de las masas en las movilizaciones antes del triunfo de Syriza y con menos apoyo las convocadas contra el gobierno de Tsipras. El estancamiento crónico del KKE y la desaparición de los grupos radicales de izquierdas del parlamento griego lo demuestran y demostrando la separación que tienen de las masas.
Partir de los intereses estratégicos de las masas obreras, implica ir y ver más allá de nuestros deseos, por eso el trabajo de inmersión del indio entre las masas es fundamental y el de jefe, cuando a uno le obligan a representarlo. Solo así podemos ver las necesidades más inmediatas para las masas, proyectarlas políticamente y en la imposibilidad de que el capitalismo dominante acepte concederlas, junto a ellas y nunca en paralelo por muy reformistas que sean, movilizarse ocupando la calle y la fábrica, porque sin la movilización de las masas obreras en la calle, el parlamento y el gobierno son inútiles, porque el poder real político y económico está en la propia infraestructura del sistema capitalista.
No hay apoyo social sin hegemonía, la hegemonía del reformismo actual de Syriza o Podemos, es fruto de la crisis global del sistema capitalista dominante, que fractura el anterior reformismo del estado de bienestar, estado que ya no es posible y que no fue roto en confrontación con el anterior reformismo hecho ya una casta, sino con su claudicación y participación en las políticas de austeridad, recortes y en Grecia memorándum.
Si no trabajamos por esa hegemonía entre las masas, nunca lograremos una mínima representación social, y la lógica del propio sistema dominante en sus crisis, es ir dando más poder económico y mediático al populismo fascista, que es lo que está pasando en Grecia, ante la debilidad política del reformismo de Syriza, incapaz de poder imponer sus políticas a la oligarquía dominante por falta de presión y apoyo por la izquierda de las masas, cede y estas, en este primer envite han ido mayoritariamente a repetir el apoyo a Syriza y a la abstención, pero también situando como tercera fuerza política al fascismo de Amanecer Dorado por el apoyo de la juventud y los más excluidos, que es a donde dirige su trabajo. El voto no ha ido a los comunistas, ni a los radicales de izquierdas, ni a la virtualísima Unidad popular.
Romper la hegemonía euroalemana pasa por una primera victoria ya lograda, la segunda es que en octubre el Partido Comunista Portugués y sus aliados logren romper el bipartidismo en Portugal mandando al destierro al neoliberalismo del PSP, y aquí en este otoño romper por tercera vez el bipartidismo, aunque a alguno le cueste el ego, pero es la única aportación inmediata que podemos en estos momentos hacer y en enero Irlanda y mientras: trabajo de masas.
Alonso Gallardo militante comunista por la confluencia y de la Corriente Sindical de Izquierda