El nuevo ciclo político inaugurado con las europeas, de rompimiento de la estrategia bipartidista de la oligarquía para la aplicación de las políticas de austeridad, recortes y privatizaciones, se refuerza con el resultado electoral en este segundo envite de las municipales y autonómicas, que ahonda la profundización de la ruptura del bipartidismo con una pérdida de más de tres millones de votos en relación con las anteriores del 2011, con pérdidas de importantes plazas en ayuntamientos y comunidades autónomas, por los gobiernos políticamente compartidos del PP y el PSOE.
Las fuerzas reformistas nucleadas en torno a Podemos, junto con IU en muchas e importantes localidades de forma unitaria, son las artífices, como en las europeas, de este mayor ahondamiento en los municipios y comunidades de la ruptura de la estrategia bipartidista de las políticas de austeridad, privatizaciones y recortes contra las clases trabajadoras y el pueblo, auspiciados por la oligarquía financiera imperialista española.
Debemos apostar, para este tercer envite electoral que nos viene dado de elecciones generales en otoño, a que la fuerza reformista de IU, apueste por la confluencia unitaria con Podemos, y mucho más viendo el triste papel jugado en Madrid y muchas otras ciudades y comunidades en estas elecciones municipales y autonómicas, restando votos y presencia a las candidaturas de unidad popular y a Podemos, una vez ya demostrada la inutilidad de IU en los hechos, como fuerza reformista del pueblo.
La apuesta de todo comunista o revolucionario en estos parlamentos y ayuntamientos debe ser la de influir, para que se lleguen a acuerdos entre las distintas fuerzas reformistas, impidiendo que la derecha gobierne, con acuerdos de gobierno o no con el PSOE cuando sea necesario, solo a cambio de una rectificación de 180 grados, con candidato impolutos y bajo compromiso concreto de aplicación de un programa para el pueblo, tanto paliativo en lo inmediato de las precarias condiciones de vida de las personas excluidas, rendición de cuentas y puesta en manos de la justicia de los culpables de la corrupción, con la devolución de lo robado así como la suspensión inmediata de las políticas de austeridad, privatizaciones y recortes a las clases trabajadoras y al pueblo.
Situando en paralelo, como base de funcionamiento de estos acuerdos, la recuperación del sistema democrático para ponerlo al servicio de la ciudadanía con la devolución del poder al pueblo, y con iniciativas políticas y económicas que superen las tremendas desigualdades sociales, que anulan el carácter democrático de nuestra sociedad.
Desde estos criterios como mínimo, deben partir los acuerdos programáticos para un gobierno para el pueblo, superando los históricos pactos de izquierdas del PSOE e IU, que han llevado desde su degeneración semántica, a las miserias y desigualdades actuales, por la adaptación al sistema de estas fuerzas políticas, que con la corrupción y los privilegios, se pusieron al servicio de las políticas de austeridad y recortes de la oligarquía financiera.
Es fundamental que se visualice públicamente, que las exigencias programáticas de las distintas fuerzas de unidad popular locales y de los que pretendemos tener un gobierno del pueblo, son elementales y necesarias para la recuperación de la igualdad, la justicia social y la democracia participativa y que las políticas de austeridad y recortes son las que se rechazan categóricamente, esta apuesta, es sobre la que determinadas fuerzas como las socialistas mayoritariamente, tienen que posicionarse, si quieren gobernar donde tengan mayoría como fuerza de izquierdas que se reclaman.
Para nosotros, la experiencia del gobierno griego, sitúa los límites en los que se mueve la hegemonía del reformismo político, para conseguir las reformas que le permitan seguir existiendo políticamente y ante esto, las fuerzas comunistas y revolucionarias no podemos seguir situándolas por su pensamiento pequeño burgués, como el enemigo principal en el seno del pueblo, debemos superar desde la crítica, las tácticas de división por apuestas estratégicas por la unidad del pueblo como arma fundamental para la victoria, que pasa obligatoriamente por la conformación de gobiernos de unidad popular, a las medidas que actualmente se puedan.
Esta debe ser la apuesta desde el sindicalismo de clase y desde los movimientos sociales y populares alternativos, con la recuperación de la movilización continuada, sumando miles de luchas concretas reivindicativas, con movilizaciones generales en defensa de los servicios públicos, los derechos democráticos y las libertades que quieren arrebatar al pueblo, como guerra de posición estratégica.
La movilización social y de masas, en torno a la aplicación del grueso de medidas paliativas inmediatas que debemos exigir a los que gobiernen en las instituciones, junto a la amnistía para todas y todos los trabajadores multados, imputados y encarcelados por luchar por un puesto de trabajo con que alimentar a su familia, marcarán el futuro del éxito o fracaso del reformismo, por eso, iniciativas como las de la Corriente Sindical de Izquierda, de situar diez medidas paliativas de aplicación inmediata al gobierno asturiano y ayuntamientos, son la línea a seguir desde la movilización sociopolítica sindical y de masas del conjunto de los movimientos sociales alternativos.
Pero todos los comunistas y revolucionarios debemos tener claro lo que nos jugamos en esta batalla, que no es sólo la importancia que tiene en estos momentos el apoyo crítico a las fuerzas reformistas desde la movilización de masas, también tenemos que ser conscientes, que el fracaso del reformismo en la actual correlación de fuerzas con la clase obrera desorganizada y desideologizada, la alternativa no es el movimiento revolucionario, ni aquí ni en Grecia por mucho que nos duela, el color del amanecer será dorado, mientras la clase obrera no se independice políticamente del pensamiento burgués y luche desde la Unidad Popular, por su emancipación bajo el socialismo y la autodeterminación de los pueblos.
Alonso Gallardo por la Plataforma Comunista