miércoles, 5 de noviembre de 2025

Puestos a aprender de China, aprendamos bien






                                                                                     Marx y Engels

27 de octubre de 2025  Síguenos en Hojas de Debate

Como es sabido, la propia gestación del marxismo-leninismo tuvo lugar contra el oportunismo de la II Internacional y sus penosas consecuencias. Durante los 100 años largos transcurridos desde entonces, las raíces económicas de la desviación oportunista de derechas en el movimiento comunista han seguido siendo las mismas: se abre camino con más facilidad en las sociedades imperialistas, con un sector de aristocracia obrera, y en fases de desarrollo interno relativamente pacífico.

Hace unas semanas se publicó en España un texto que buscaba extraer aprendizajes del Partido Comunista de China, pero que era bastante malo en lo que se refiere a las reflexiones propias que aportaba y a la forma de intentar asimilar la autocrítica de dicho partido. Allí se decía lo siguiente:

«Es curioso cómo doctos marxistas, que aplican el ‘materialismo dialéctico’ a la hora de comprender la sociedad, se dan a la metafísica y al idealismo al explicar su propia organización. Aunque nunca aceptarían que, por ejemplo, la evolución de la Edad Media en Europa se debió a los cambios doctrinales en la Iglesia, acuden a los giros ideológicos del Partido para explicar sus éxitos o fracasos».

Obviamente, esto no es un argumento científico. Es un mero golpe de efecto y un muñeco de paja. Tiene el objetivo de neutralizar la idea, clara y probada, de que el abandono del marxismo-leninismo ha sido catastrófico para los partidos comunistas occidentales.

Como es sabido, la propia gestación del marxismo-leninismo tuvo lugar contra el oportunismo de la II Internacional y sus penosas consecuencias. Durante los 100 años largos transcurridos desde entonces, las raíces económicas de la desviación oportunista de derechas en el movimiento comunista han seguido siendo las mismas: se abre camino con más facilidad en las sociedades imperialistas, con un sector de aristocracia obrera, y en fases de desarrollo interno relativamente pacífico.

Si rascamos debajo de la citada falacia, cualquiera entenderá que es diferente la relación que hay entre, por un lado, la ideología cristiana y la vida social de la Edad Media y, por otro, dos elementos de la superestructura: el marxismo-leninismo y un partido comunista. La naturaleza de la primera relación y la naturaleza de la segunda no son equiparables. Y, por supuesto, tampoco la ideología cristiana y el marxismo-leninismo son equiparables, pues, aunque ambas correspondan al mundo de las ideas, su relación con la práctica es muy diferente.

Son archiconocidas las caracterizaciones del marxismo-leninismo como herramienta de análisis concreto de la realidad concreta y como guía para la acción. Por tanto, ¿a que juegan nuestros escritores? ¿No ha mostrado la historia, ya varias veces, lo que puede esperarse de un partido comunista que abandona o deforma su herramienta de análisis y su teoría guía? Como sabemos, le sigue un periodo declinante hasta la desaparición o la conversión en otra cosa, o hasta el reencuentro con lo abandonado.

Pero, puestos a aprender de China, dispongámonos a aprender bien. ¿Qué dicen los más respetados académicos y dirigentes chinos sobre por qué cayó la URSS?

Wang Weiguang: «La razón fundamental del fracaso del socialismo en la Unión Soviética y Europa del Este fue la desviación y abandono del marxismo, cuya manifestación más significativa fue la desviación y abandono del leninismo».

Cheng Enfu y Lu Baolin: «El Partido Comunista Soviético, liderado por Mijaíl Gorbachov y Boris Yeltsin, traicionó conscientemente al marxismo-leninismo, lo que provocó que la Unión Soviética y los países socialistas de Europa del Este, con excepción de Bielorrusia, regresaran al capitalismo».

Xi Jinping: «Los ideales y convicciones son la base para fundar y fortalecer al Partido, así como el fundamento vital de los cuadros y militantes. Numerosos hechos demuestran que, cuando un partido pierde sus ideales y convicciones, pierde también su lazo espiritual, se convierte en una muchedumbre desorganizada y, al enfrentar tempestades, se dispersa como aves y bestias; cuando un cuadro o militante pierde sus ideales y convicciones, pierde su alma política y, al enfrentar pruebas, sucumbe. Para que los jóvenes cuadros tomen bien el relevo, lo más importante es, como señaló el camarada Deng Xiaoping, tomar el relevo del ‘espíritu valeroso de mantener la dirección de la lucha revolucionaria’, es decir, heredar la fe en el marxismo y la lucha por el gran ideal del comunismo y por el ideal común del socialismo con características chinas. Si las personas que formamos dejan de creer en el marxismo y el comunismo, y dejan de enarbolar la bandera del socialismo con características chinas, se producirá la tragedia de los cambios drásticos en Europa del Este, el colapso del PCUS y la disolución de la Unión Soviética, ‘patria antigua, insoportable de recordar bajo la luna brillante’». [1]

¿Son los comunistas chinos idealistas o los autores del falso argumento se han dejado olvidada la dialéctica y se entregan al materialismo más mecanicista para justificar lo existente?

Notas

Notas
1Xi Jinping cita un verso del último emperador de la dinastía Tang del Sur, Li Yu (937-978). Artista, más que líder político, llegó al poder al fallecer el último de sus hermanos mayores. El poema se titula «Yu mei ren», «La bella Yu», y fue escrito cuando Li Yu ya llevaba 3 años cautivo bajo la dinastía Song. Sus lamentos literarios por la patria perdida fueron considerados sediciosos y unos meses más tarde de escribir este poema fue condenado a beber veneno.