martes, 18 de noviembre de 2025

La batalla por la verdad frente al imperialismo

  

Me parece correcto, pero fundamental verlo en paralelo a la construcción del partido y entendiendo, que no se crea de la noche a la mañana y que nunca será con la capacidad de financiación de los del capital, pero siempre como un instrumento fundamental de los comunistas en la construcción del partido y las organizaciones de masas de la clase obrera allí donde trabajan, viven y estudian. Esto quiere decir que el trabajo de masas creando organización obrera, es fundamental en la estrategia del desarrollo de una información y una cultura alternativa, que aspire a la hegemonía social y a la transformación de los instrumentos de poder del estado. Julio Anguita lo llegó a entender demandándolo para el partido como una prioridad, que el hacer política social de masas es dar la batalla económica contra el poder burgués y que darla, es hacer política con mayúscula por delante de la labor institucional, ya que hacerlo sin apoyo de masas es solo institucionalismo pero el partido todavía no lo ha entendido. Nota de Alonso Gallardo 


 Foro Internacional de Medios: Verdad contra el neo-fascismo

La construcción de una contrahegemonía comunicacional no es un lujo ni una tarea secundaria, es un deber político y ético.

   

(*)   10/11/2025

                               Foro Internacional de Medios: Verdad contra el neo-fascismo | Fuente: kprf.ru

La lucha comunicacional es central. El imperialismo no solo despliega ejércitos: despliega narrativas, manipula imágenes, inventa enemigos y criminaliza a los pueblos soberanos. La mentira se convierte en un arma de guerra, y la verdad en un acto revolucionario. Combatir la propaganda es un deber internacionalista; nuestra voz, firme y clara, debe contrarrestar el ruido de los medios que buscan dividirnos y someternos.

Es en este terreno donde se libra la batalla más importante: la de la conciencia de los pueblos. Cada artículo, cada reportaje, cada comunicado crítico frente a la manipulación mediática es un acto de resistencia, un paso hacia la construcción de un mundo más justo y soberano.

La jornada del 6 de noviembre en el Foro Internacional sobre la Verdad contra el neo-fascismo[1], nos recordó que la batalla por la paz no se libra solo en discursos ni en documentos, sino en la acción concreta, en la solidaridad de cada voz que se levanta frente a la mentira globalizada.

El 7 de noviembre en el marco del 108 Aniversario de la Revolución de Octubre y bajo la atenta mirada del monumento a Marx, Guennadi Ziugánov, secretario general del Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR) recordó que frente al ruido de los medios de propaganda occidental, nuestra fuerza debe radicar en la unidad internacionalista, en la claridad de nuestros mensajes y en la capacidad de organizar y movilizar a quienes creen en la justicia, la paz y la soberanía de los pueblos. Un llamamiento a fortalecer la red de solidaridad entre movimientos, partidos y defensores de la verdad; a intensificar la lucha comunicacional contra la desinformación; a mantener viva la memoria histórica y a no ceder un centímetro frente al imperialismo que pretende silenciar la voz de los pueblos.

Por eso, cada acción, cada artículo, cada palabra que difundimos es un acto de resistencia y de construcción de un mundo donde la paz no sea un ideal abstracto, sino una realidad defendida con conciencia, coraje y compromiso político.

La trinchera de la comunicación y de la solidaridad internacionalista es nuestra arma más poderosa. Que nadie dude: seguiremos luchando, hombro con hombro, hasta que la mentira pierda y la dignidad de los pueblos prevalezca.

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Intervención Marta Martín en el Foro Internacional: La verdad contra el neo-fascismo:

“La verdad como trinchera frente al fascismo mediático”

Camaradas,

En primer lugar me gustaría dar las gracias a los camaradas del Partido Comunista de la Federación Rusa, por impulsar y organizar este Foro tan imprescindible, por la invitación y por la acogida.

Hablar hoy de la oposición informativa contra la propaganda occidental es hablar de una de las batallas más decisivas de nuestro tiempo.

Porque —como advierte Ignacio Ramonet— ya no se libran solo guerras de ideas, sino guerras de percepción. Y en esas guerras, el enemigo no busca convencer: busca confundir, dividir y desmovilizar. 

Vivimos en una época en la que el poder mediático —esa red global de corporaciones al servicio de los intereses de Washington y de la OTAN— no se limita a informar. Fabrica realidades. Modela conciencias. Y normaliza la violencia imperial.

Ramonet lo ha llamado el pensamiento único: un discurso uniforme que presenta al neoliberalismo como si fuera la única opción posible. Es la dictadura del relato. El dominio total de la palabra, del sentido, de lo visible.

Esa propaganda, que se disfraza de “información objetiva”, es la que divide el mundo entre  “Occidente como la democracia y lo demás, la barbarie”. Es el mismo guion que justificó la destrucción de Yugoslavia, de Iraq, de Libia o de Siria. Y es el mismo guion que hoy se utiliza contra China, contra Cuba, Venezuela o Palestina. 

La maquinaria mediática, como nos recuerda Fernando Buen Abad, mata con palabras antes de que las bombas caigan. Porque la guerra mediática es la antesala del fascismo. El fascismo no empieza con tanques, empieza cuando la prensa burguesa convierte al supuesto enemigo en monstruo, cuando se ridiculiza la esperanza.

El fascismo del siglo XXI se viste de “democracia liberal”, se propaga a través de los algoritmos, de los grandes conglomerados mediáticos, de los llamados fact-checkers que censuran cualquier discurso que no se ajuste al dogma atlántico. Y frente a eso, nuestra respuesta no puede ser el silencio ni la resignación.

Por eso, la oposición informativa, la construcción de una contrahegemonía comunicacional, no es un lujo ni una tarea secundaria: es un deber político y ético. Informar es resistir. Resistir al discurso único. Resistir al silencio impuesto. Resistir al monopolio de la verdad que intenta imponer el capital mediático global.

Necesitamos una “revolución de la comunicación”: una insurgencia que devuelva la palabra al pueblo. Porque el fascismo mediático se alimenta del miedo y del aislamiento, como está ocurriendo en Europa con la colaboración de los líderes europeos, mientras que la comunicación emancipadora se basa en la organización, la conciencia y la solidaridad.

No basta con denunciar las mentiras de los grandes medios de comunicación. Tenemos que construir nuestras propias narrativas, con nuestras voces, nuestras imágenes y nuestras redes. Tenemos que crear espacios donde la verdad del pueblo pueda circular sin filtros, donde la historia de los oprimidos no sea borrada por el ruido de los poderosos.

Es imprescindible una comunicación de resistencia que recupere el espíritu crítico y que desobedezca el guion imperial. Es en este sentido, la lucha informativa se convierte en un acto de defensa de la humanidad.

Hoy, frente al renacimiento del fascismo —que se expresa en el racismo institucional, en el odio al pobre y al migrante—, la batalla por la verdad es inseparable de la batalla por la justicia social. 

El fascismo necesita mentiras para sobrevivir.  Necesita falsificar la historia, ocultar las causas del sufrimiento humano, presentar la dominación como libertad y la sumisión como democracia.

Nuestra tarea, como pueblos, como movimientos, como organizaciones obreras, es desenmascarar esa farsa. Es afirmar que la verdad no pertenece a los dueños de los medios, sino a los pueblos que luchan. Cada palabra digna, cada testimonio recuperado es un golpe contra el imperio de la mentira.

Porque el fascismo es global, pero también puede serlo la resistencia. Y solo con una conciencia mediática colectiva podremos frenar su avance.

Porque no hay libertad posible si la comunicación está en manos del capital. Por eso, la oposición informativa no es un debate técnico: es una forma concreta de lucha política.

Necesitamos alfabetización mediática y pensamiento crítico en nuestras comunidades, en nuestras escuelas, en nuestros movimientos y en nuestras organizaciones obreras.

Necesitamos desmontar la mentira estructural que dice que “la OTAN defiende la paz”, que “las sanciones son humanitarias”.

Camaradas:

Defender la verdad es defender la vida. En un mundo donde la mentira se organiza desde los grandes centros del poder, decir la verdad, ya es un acto revolucionario.

La información es el nuevo campo de batalla contra el odio organizado. Por eso, oponerse a la propaganda occidental no es solo un ejercicio intelectual. Es un compromiso con la humanidad. Es construir memoria frente al olvido y dignidad frente al fascismo.

¿Qué tareas tenemos por delante?

1. Fortalecer los medios alternativos y populares, articulando redes entre periodistas, movimientos sociales, plataformas críticas y nuestras organizaciones obreras para que rompan el cerco del silencio.

2. Impulsar la alfabetización mediática y la conciencia crítica en los espacios educativos, sindicales, comunitarios y en los centros de trabajo, para que el pueblo aprenda a leer el discurso del poder y a defender su propia voz.

3. Crear espacios de comunicación antiimperialista, que den visibilidad a las voces que el sistema margina o criminaliza.

4. Defender la soberanía informativa, impulsando medios públicos, cooperativos y comunitarios libres de los intereses de las corporaciones.

5. Tejer alianzas internacionales entre medios populares y movimientos sociales de América Latina, África, Asia y Europa, para que la verdad también se globalice.

Camaradas:

Que nuestras palabras sean semillas de conciencia. Que nuestra comunicación sea arma de paz. Y que la verdad —esa verdad colectiva, rebelde y profundamente humana— sea la bandera con la que derrotemos el nuevo fascismo mediático.

Y así hacer realidad el NO PASARÁN de nuestra camarada Dolores Ibárruri, Pasionaria, y que en forma de internacionalismo solidario trajo hasta aquí, en la batalla de Stalingrado, nuestro camarada y Héroe de la Unión Soviética, Rubén Ibárruri.

Muchas gracias camaradas.

¡No Pasarán!

Nota:

[1] El Foro Internacional de Medios: Verdad contra el neo-fascismo, se ha celebrado en Moscú el 6 de noviembre de 2025 y es la tercera parte del Foro Internacional contra el neo-fascismo impulsado por el PCFR (Partido Comunista de la Federación Rusa

(*) Adjunta a la Secretaría de Relaciones Internacionales del PCE.