jueves, 11 de septiembre de 2025

La mitad del cielo ignorada


Publicado el 
 / Por 

Por Iñaki Urdanibia

No me corto ni un pelo, ya de entrada, en afirmar sin ambages que con estos dos libros de Marga Sánchez Romero (Madrid, 1971) nadie se aburriría, además de que aprenderá cantidad de aspectos, técnicos y especializados acerca de nuestras antepasadas, y verá la huella que ciertos comportamientos del pasado han permanecido en nuestro hoy, marcándolo, sin obviar que las interpretaciones históricas, antropológicas y arqueológicas desde una óptica androcéntrica han supuesto la eliminación de cualquier presencia femenina, reducidas a la quietud frente a sus pares, o impares, masculinos siempre entregados a la acción, a la creación, a la movilidad, etc. Así pues, los dos libros de la autora que presento hacen bueno aquello de enseñar deleitando…suponiendo unas lecciones de arqueología, de historia y de feminismo.

La mujer no nace sino que se hace y aplicando a su feminismo, la autora de los libros, sostiene que ella no nació feminista, sino que se hizo, al ver la ausencia de las mujeres, lo que reforzó su conciencia a través de los estudios y el trabajo de arqueóloga al constatar que se falseaba la historia y ante ello, y usando la arqueología como arma de verdad, emprendió la tarea de desmitificación: así, no se priva, a la hora de señalar que su libro es plenamente reivindicativo al tiempo que científico. Los ejemplos no faltan, tanto de excavaciones como de visitas a museos; en concreto en el caso del museo de Almería , que es el que más presencia femenina ostenta, le presencia femenina es del 33%. Tal escasa presencia, que en otros lugares es bastante menor, va acompañada de una serie de extendidos estereotipos, la pretensión de, adoptando una óptica feminista, poner los puntos sobre las íes es tildado de inmediato de política, como si la sobre-representación de unos, masculinos, frente a la ausencia de otras, femeninas, no fuese una política bien determinada y escorada. En las páginas no faltan las anécdotas personales (demenciales censuras en facebook, entre otras) y el recurso a diferentes ejemplos, como el de la célebre serie televisiva, Los Picapiedra, y otras, en los que las diferencias de roles están presentes a tope. Salta a la vista igualmente la relación estrecha que en las representaciones femeninas se da entre los cuerpos, sexuados, y la maternidad, como las dos características esenciales, casi exclusivas, de las féminas.

Se pregunta Marga Sánchez Romero cuándo y cómo se inició esta palpable desigualdad de trato y de representación, que a la vez supone marginación y opresión, y niega la versión consagrada por el uso, y el abuso, de que los hombres iban a cazar y a pelear, mientras que las mujeres, se mantenían quietas, paradas, en las labores domésticas, como si ellas nada tuvieran que ver en el conocimiento, y su transmisión acerca de los valores de los diferentes alimentos, su tratamiento y su transformación…deteniéndose en la teoría de la existencia del matriarcado, que más que darse en la realidad se ha confundido con la matrilinealidad y la geolinealidad, que ciertamente sí que han funcionado. La interpretación sesgada de algunos descubrimientos en diferentes excavaciones son aclarados por la autora que subraya enterramientos en los que junto a restos femeninos se hallaban armas -lo que daba cuenta de que las mujeres también participaban en la caza- u otros hallazgos en los que se hallaban algunas mujeres engalanadas como si fuesen personajes destacados a los que se les rendía honores…en ambos casos, y en algunos más, la versión oficial(?) siempre ha tendido a mantener que las armas eran patrimonio masculino y los honores también – patriarcado obliga- considerando los casos mencionados excepciones o hasta como pertenecientes a seres travestidos o proponiendo una hipótesis, realmente aventurada hasta lo chirene, de la existencia de un tercer género. Sucede lo mismo con las pinturas rupestres que siempre han sido consideradas como obras de los hombres, visión que se constata igualmente en las representaciones en el desarrollo de los humanos en las que se ve en la línea evolutiva hombres que van desde el aspecto primitivo y encorvado a un, proceso de caminar erguido hasta la actualidad…siempre hombres. Se aportan también datos de los hombres que practicaban la costura, cosa normal si en cuenta se tiene que en sus actividades podían romperse sus vestidos y debían repararlos in situ. Y los desplazamientos a diferentes yacimientos: Suecia, Vix, Normandía, Atapuerca, Egtved, Laetoli, varios lugares andaluces…mostrándose diferentes ejemplos y casos que dejan constancia de que las mujeres también se movían no solamente en busca de compañeros, sino en otras empresas, y que los lazos de comunidad y del sentido de la maternidad ampliada a los dos géneros era algo normal…las idas y venidas desde los tiempos de los Neandertales, Cromañones…la edad de Hierro, de Cobre, de Bronce…y cuestiones relacionadas con la transmisión oral de conocimientos con respecto a la cocina, la elaboración de utensilios, cerámica, modos de socialización, etc. son sacadas a la palestra, quedando subrayado que tan importante era la fabricación de una flecha como la elaboración de un buen guiso; si bien la mirada androcéntrica ha valorado una e ignorado, o minusvalorado, la otra. Espacio se dedica igualmente a los aspectos relacionados con el sanar, fármacos, amuletos, el bienestar, la solidaridad o cohesión socialización, etc.

Ciertamente el / los libro /s, no me importa repetirme, tienen un interés para descubrir aspectos que para cualquier neófito, como servidor, resultan poco menos que milagrosos: el análisis de los isótopos, del ADN, los estudios de antropología física y bio-antropología, la aplicación del carbono con el fin de datar, el análisis del sarro dental para detectar el tipo de alimentación, la lactancia, el momentos del destete…y más de una veintena de imágenes que acompañan, y complementan, la lectura que resulta atractiva y sin complicaciones a pesar de lo especializado de los temas abordados.

Si Prehistorias de mujeres ha vendido, según señala la editorial, 15000 ejemplares, en la continuación, Lo que el cuerpo nos cuenta, queda clara la intención que persigue como señala la propia autora: «Mi propósito e estas páginas es seguir conociendo a las mujeres de la prehistoria y, por tanto, a nosotras mismas. Quiero hacerlo a través del análisis de los cuerpos desde múltiples perspectivas perfectamente imbricadas y a veces hasta imposibles de entender de unas sin las otras; desde lo biológico[…] o desde la cultura». Y si Ortega y Gasset decía que lo que nos pasa es que no sabemos lo que nos pasa, Marga Sánchez Montero presenta con sus cavilaciones «como una forma de reflexionar en voz alta sobre lo que nos pasa a nosotras, tal es el objetivo esencial del libro saber lo que nos pasa».

Así si en anterior quedaba claro que la mirada al pasado, no era por el mero placer de conocerlo, sino que a la vez suponía una mirada al presente, con el fin de mostrar que el tiempo pasa, pero que ciertos aspectos permanecen, habiendo sido forjados, y reforzados, al paso de los años, cuestión presente en diferentes disciplinas y en las interpretaciones escoradas que ofrecen, en la presente entrega se sigue la misma senda; obviamente manteniendo el firme pulso feminista y siendo consciente de que en tales terrenos hay ocasiones en los que hay que recurrir al terreno de las hipótesis, no alocadas sino cabales. En ambos libros se ofrecen unas tablas cronológicas demás de amplísimas referencias bibliográficas.

Casi una treintena de capítulos que a modo de deslumbrantes flashes, nos conducen del paleolítico a la actualidad con ejemplos, casos, derivas que alegran la travesía, en una variedad que van desde hallazgos en excavaciones varias a noticias de rabiosa (grrrrr) actualidad. Conocemos diferentes hallazgos, y nos es abierto en amplio abanico una serie de constataciones sobre el empleo del color en las pinturas, excavaciones en las que se hallaron restos de personas de diferentes géneros, representaciones de mujeres en estatuas, diferentes experimentos e inventos en el campo de la medicina, reflexiones personales sobre la perimenopausia, sobre lo que comían y sobre lo que comemos, y muestras de los dientes como herramienta, y…los tacones la reina Leticia, y los problemas que cierto calzado produce en los pies, o la honda preocupación por el vestido de Cristina Pedroche, y muchas historias, cavilaciones y anécdotas realmente significativas acerca de los cuerpos femeninos, adornados, tatuados, marcados, violentados, envejecidos, cuerpos reivindicados, considerados en algunos casos como floreros…y somos llevados a museos y a hallazgos arqueológicos a lo largo y ancho del planeta Tierra: Almería, Australia, Deir-el-Medina, Murcia, Bélgica…sin obviar ciertas incursiones sobre etimologías varias.

Mi recomendación es clara: si quieres aprender, divertirte y caminar por bien diversas sendas del saber, aliñado todo ello con un fino sentido del humor, la ocasión la pintan calva… para acercarte a estos libros de la catedrática Marga Sánchez Romero y disfrutar, que cumple con aquello que dijese Wittgenstein: lo que se quiere expresar se puede expresar claramente.