martes, 29 de julio de 2025

Cuba: ecos del X Pleno de su Partido Comunista


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Al finalizar el 2024, propuse: primero, crear un grupo de trabajo liderado por nuestro Partido Comunista y el protagonismo de la Contraloría y la Fiscalía de la República de Cuba —más otros organismos gubernamentales y el activismo popular— destinado a controlar el cumplimiento cabal de las políticas públicas y la pulcritud de nuestros dirigentes; puntualmente, lo que deviene muro de contención de las indisciplinas, ilegalidades, burocratismo, corrupción, nepotismo…

Y segundo —interrelacionado con el anterior—, encargar a un determinado observatorio social que desarrolle una labor mediática similar a la que despliega “Chapeado” con la conducción de Arleen Rodríguez Derivet; específicamente, destinado a precisar la concreción de la “Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública” y, en paralelo, enfrentar/desmontar falsos positivos y fake news que circulan en la Red de redes, y actuar/informar inmediatamente cuando se trate del prestigio de nuestros dirigentes y familiares cercanos. Todo ello —transparentar, es asunto de Seguridad Nacional—, en la dialéctica de una máxima del compañero Raúl Castro Ruz: “suprimir el exceso de secretismo [y] mantener un lógico secreto en algunos asuntos” (1).

En este momento, ratifico esas propuestas, todavía más porque aprecio el siguiente razonamiento autocrítico de nuestro líder partidista y estatal, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en su discurso de clausura del X Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba efectuado los pasados días 4 y 5 de este mes, a saber;

“Lo que el pueblo está esperando de nosotros, sus principales representantes y servidores públicos, son acciones concretas e inmediatas que ayuden a superar la profunda crisis económica que tanto daño está haciendo al tejido espiritual de nuestra nación./ Hoy más que nunca se reafirma que esas soluciones dependen por entero de nosotros, en un contexto altamente desafiante y amenazador”.

“En el enfrentamiento a tendencias negativas existentes en la sociedad hay que reconocer que no hemos logrado incidir con toda la fuerza que demanda su necesaria prioridad./ Se acumulan peligrosamente problemas y conductas que atentan contra la construcción socialista y algunos alcanzan magnitudes y niveles que ya son inadmisibles./ La causa fundamental es la falta de control de lo aprobado, que conlleva a una implementación deformada de las políticas, leyes, decretos y otras normas jurídicas”.

No obstante, asimismo Díaz-Canel significó una variable que no pocos conciudadanos/as subestiman y/o la colocan en tela de juicio:

“Somos un país en guerra. Cuba vive y resiste hace más de 60 años bajo condiciones de guerra. Todos los días caen a nuestro alrededor las bombas de la guerra económica que bloquea, que obstaculiza, que frena o ralentiza todos los esfuerzos, y las bombas de desinformación, de distorsión y de odio que envuelven a las primeras” (2).

Todas estas ideas, constituyen el referente principal de la tesis que transmito a continuación: estamos en medio de una Guerra —multilateral, para ser preciso— y, en correspondencia, las acciones de la conducción de nuestro Socialismo tienen que responder a la típica situación bélica en lo económico-social y en lo ideo-político, en base y ponderando su legitimidad constitucional.

Es decir, urge que el accionar político-administrativo cubano jerarquice todavía más y se concentre en la relación causa-efecto de nuestra tragedia; al tiempo que haga realidad tangible el vínculo de la agenda partidista y gubernamental con la agenda del grueso de nuestra población. Dígase, no tener deudas con los ganaderos, para evitar el desvío de la leche al mercado informal y la consiguiente afectación para dietas y menores de siete años —apenas una muestra del desorden.

Todo, en consulta con expertos científicos; específicamente con los de las Ciencias Políticas, Económicas y Sociales —sin despreciar la utilidad de aquellos ¿contrarios? a nuestra Revolución. Todo, sin que tiemblen las manos en el momento de sancionar a cualquier sujeto cuya actitud atente contra las mayorías —sea una actor partidista, estatal, no estatal o persona común. Todo, en suma, contra las diversas manifestaciones que estimulen/puedan conducir a la reversibilidad de nuestro Socialismo.

En este entramado, deben ser consultadas, recurrentemente, las alertas de Fidel Castro —exactamente, una de dos décadas atrás: “Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra” (3).

En paralelo, asumo con carencia de casualidad que este X Pleno haya aprobado el Programa Conmemorativo por el Centenario de Fidel Castro Ruz que “contiene acciones en todos los ámbitos de la vida del país y que se enmarcará desde el próximo 13 de agosto hasta el 4 de diciembre de 2026”; y que entre “sus premisas está reflejar el hondo sentimiento de gratitud del pueblo cubano hacia quien, con su pensamiento y accionar revolucionario, inculcó una manera de hacer que hoy constituye la esencia teórica y práctica de la Revolución” (4).

Entretanto, acredito que escapa a la eventualidad que, con vista al 9no. Congreso de nuestro Partido —lo realizaremos del 16 al 19 de abril de 2026, como acontecimiento de todo el pueblo—, se encuentre:

“Son prioridades ineludibles: el incremento de las producciones nacionales con énfasis en los alimentos; en las vías para aumentar la obtención de divisas; la recuperación del Sistema Electroenergético Nacional; el fortalecimiento de la empresa estatal socialista, el logro de la estabilidad macroeconómica, la adecuada relación entre el sector estatal y el no estatal; la reducción de la inflación; la participación de la inversión extranjera, la eficiencia y el ahorro”.

“El fortalecimiento de la unidad, el perfeccionamiento de la labor ideológica, el aseguramiento político al Programa de Gobierno, y la rectificación de desviaciones y tendencias negativas presentes en la sociedad cubana, [aspectos que también] constituyen prioridades en el trabajo del Partido Comunista de Cuba” (5).

Concluyo: como ecos del X Pleno de nuestro Partido Comunista, reconozco la autocrítica/determinación de salir adelante; al paso que encuentro decisivo que se fundan la proyección/quehacer de nuestros directivos políticos y administrativos con las mayores necesidades del pueblo cubano. Ello, a resguardo del Programa Conmemorativo por el Centenario de Fidel Castro y de la perspectiva que genera el venidero 9no. Congreso de nuestra vanguardia revolucionaria. ¡Amén!

*El autor es Dr. C. Profesor de Teoría Política. Presidente de la Cátedra Honorífica de Estudio del Pensamiento y Obra de Fidel Castro Ruz perteneciente al Instituto de Marxismo, Historia y Seguridad Nacional de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, Cuba.

Noel Manzanares Blanco

Referencias:

  1. https://www.cubainformacion.tv/la-columna/20241228/113138/113138-cuba-bases-para-regenerar-en-2025.
  2. http://www.cubadebate.cu/opinion/2025/07/05/la-tarea-mas-importante-es-el-aseguramiento-al-programa-de-gobierno-para-eliminar-distorsiones-y-reimpulsar-la-economia/.
  3. https://www.cubainformacion.tv/la-columna/20240813/110830/110830-fidel-castro-alertas-inaplazables.
  4. http://www.cubadebate.cu/noticias/2025/07/05/el-centenario-del-comandante-en-jefe-una-oportunidad-para-fortalecer-la-obra-revolucionaria/.
  5. https://www.granma.cu/cuba/2025-07-05/propuesta-de-convocatoria-al-9no-congreso-del-partido-comunista-de-cuba.