jueves, 6 de marzo de 2025

Lecciones de Siria para China- Cuidado con las hordas tártaras!

NOTA: China ha invertido en Siria, especialmente en los puertos de Tartus y Latakia, como parte de su Iniciativa del Cinturón y la Ruta, pero la presencia del Partido Islámico de Turkestán, que opera junto con HTS y cuenta con miles de militantes, incrementa los riesgos de seguridad asociados con estas inversiones. En 2023, el presidente Assad realizó una visita histórica a China, marcando su primer viaje en casi 20 años.

Durante su encuentro con Xi Jinping, ambos líderes anunciaron una “Asociación Estratégica China-Siria”, subrayando el apoyo chino a la reconstrucción de Siria. Estos vínculos históricos también fueron resaltados durante su visita, donde se destacó el reconocimiento temprano de Siria a la República Popular China. A medida que China intenta fortalecer su influencia en la región, los recientes acontecimientos presentan una realidad desafiante. El avance de HTS y el golpe de estado complican los objetivos económicos de China, al mismo tiempo que limitan su capacidad para liderar en el ámbito global. Expertos advierten que la influencia china, basada principalmente en su poder económico, es insegura frente a los esfuerzos estadounidenses y el impacto de grupos terroristas en la región.

Con la creciente actividad de extremistas uigures relacionados con el Partido Islámico de Turkestán, China enfrenta la necesidad de reevaluar su estrategia exterior, considerando que cambios en el panorama político en Siria podrían afectar su enfoque tradicional de “esperar y ver”.

Durante 13 años, la dirigencia del presidente Assad en Siria ha resistido una guerra imperialista, reaccionaria y separatista. Sin embargo, el mes pasado, el gobierno de Assad se derrumbó tras el avance de HTS (Hay’at Tahrir al-Sham), primero hacia Alepo y luego hacia Damasco.

La nueva situación en Siria plantea una amenaza importante para China, así como para los países de la región que resisten la agresión estadounidense. En el plano económico, China ha realizado inversiones en la región, en particular en Tartus y Latakia, como parte de su Iniciativa del Cinturón y la Ruta (BRI). Tal vez aún más crítica que las preocupaciones económicas sea la presencia del Partido Islámico de Turkestán (TIP), que opera junto con HTS. Según algunos informes, este grupo terrorista, que consta de hasta 20.000 personas, incluidas familias, plantea un importante riesgo de seguridad para China.

Una visita histórica después de 20 años

Volvamos al año 2023. Los XIX Juegos  Asiáticos celebrados en la “ciudad celestial” china de Hangzhou tuvieron un invitado destacado: Bashar al-Assad. Esta visita marcó el primer viaje de Assad a China en casi 20 años, desde 2004. Tras su reunión con el líder chino Xi Jinping, los dos países anunciaron el establecimiento de una “Asociación Estratégica China-Siria”, y Xi hizo hincapié en una solución política a la crisis siria “bajo el liderazgo y la responsabilidad de Siria”.

El vuelo de regreso de Assad desde China fue un claro indicador de las alianzas regionales. El avión que transportaba a Bashar al-Assad y a su esposa entró en el espacio aéreo paquistaní en su camino de regreso y fue escoltado hasta Karachi por aviones de combate J-10 de Pakistán. Después de abandonar el espacio aéreo paquistaní, el avión se dirigió hacia el Mar Arábigo, donde aviones de combate iraníes lo escoltaron hacia el Golfo Pérsico. Desde allí, aviones de combate de Arabia Saudita acompañaron al avión de Assad hasta la frontera jordana. Finalmente, aviones de combate rusos escoltaron el avión cuando entró en el espacio aéreo sirio, lo que garantizó un aterrizaje seguro en el aeropuerto de Damasco.

China, Pakistán, Irán, Arabia Saudita y Rusia: durante el vuelo de casi 6.000 kilómetros del presidente Assad de un extremo a otro de Asia, se formó una “alianza de defensa en el aire” para garantizar el regreso seguro del líder sirio a Damasco.

Lazos históricos entre China y Siria

Retrocedamos un paso más. Siria fue uno de los primeros países en reconocer a la República Popular China, lo que le ha otorgado un “lugar especial” en la memoria de la dirigencia del Partido Comunista y del pueblo chino. Durante la visita de Assad, los medios de comunicación chinos destacaron los vínculos históricos entre Siria y China, haciendo hincapié en que Siria reconoció a China ya en 1956. Las relaciones entre Siria y China fueron mencionadas con frecuencia en los informes de los periódicos y la televisión, y se describió a la República Árabe Siria como un “viejo amigo”.

Durante las reuniones en Hangzhou, Xi Jinping declaró:

“China se opone a la injerencia externa y a la coerción unilateral contra Siria y apoya la reconstrucción del país. China está dispuesta a fortalecer la cooperación con Siria a través de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta”.

Y Xi añadió:

“China apoyará a Siria en su reconstrucción, mejorando su capacidad para combatir el terrorismo y promoviendo una solución política al problema sirio basada en los principios de ‘liderazgo sirio y propiedad siria’”. Después de la caída del presidente Assad, estas palabras de Xi, por supuesto, están siendo cuestionadas.

Estados Unidos perturba la estrategia de China en Asia occidental

Mientras China estaba invirtiendo en la reconstrucción de Siria y ampliando su presencia regional, el avance de HTS en Damasco y la caída de Assad inevitablemente obligan a China a suspender estos objetivos.

Las inversiones de China en Siria dieron prioridad a los puertos de Tartus y Latakia, que revisten importancia estratégica debido a su proximidad a centros de contenedores clave para la Iniciativa del Cinturón y la Ruta, como El Pireo en Grecia, Haifa en Israel y Trípoli en el Líbano.

Algunos expertos sostienen que, tras la caída de Damasco, la influencia de China en la región, que se basa principalmente en su “poder económico”, es inherentemente limitada. Otros destacan que el eje Estados Unidos-Israel también ha socavado el papel de liderazgo de Pekín en el Sur Global a través de organizaciones como los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS).

Separatistas del Turkestán Oriental

Otra de las grandes preocupaciones de China es el Partido Islámico de Turkestán, que opera dentro del HTS y está reconocido por las Naciones Unidas como organización terrorista. En 2017, el embajador de Siria en China, Imad Mustafa, declaró que había hasta 5.000 militantes uigures en Siria.

Los separatistas del Turkestán Oriental, bajo el liderazgo de Hasan Mahsum (también conocido como Abu Muhammad al-Turkistani), crearon el Partido Islámico del Turkestán en Pakistán, con base en Afganistán. Después de que Hasan Mahsum muriera en una operación militar paquistaní en 1998, el grupo enfrentó una crisis de liderazgo, pero luego se consolidó durante la invasión estadounidense de Irak.

En 2013, el grupo había trasladado a sus militantes a Siria, principalmente a la región de Idlib, donde pasó a formar parte de HTS (antes conocida como Al Nusra) bajo el nombre de “Brigadas de Turkestán” (Katibat Turkistani). Tras el golpe de estado del presidente Asad en diciembre, el grupo publicó un vídeo en el que se comprometía a continuar su “yihad” en la región autónoma china de Xinjiang-Uigur, incluidas ciudades como Kashgar, Aksu y la capital, Urumqi. El líder de HTS, Abu Muhammad al Jolan, declaró: “El Partido Islámico de Turkestán ha estado en Siria durante varios años y nunca ha participado en ninguna acción que amenace al mundo exterior”.

Un momento de decisión para China

La estrategia china de “esperar y ver”, ejemplificada por el principio de Deng Xiaoping de “priorizar el desarrollo silencioso”, sigue teniendo una influencia significativa. Sin embargo, bajo el liderazgo de Xi Jinping, Beijing ha asumido un papel más activo, presentándose como una alternativa política y financiera al sistema occidental para el mundo en desarrollo.

La estrategia estadounidense de aumentar las tensiones en Taiwán, Xinjiang, el Tíbet y Hong Kong, combinada con su cerco de China a través de aliados asiáticos tradicionales como Japón, Filipinas, Australia y Corea del Sur, limita la capacidad de China de adoptar una postura de política exterior más activa.

Por lo tanto, China se encuentra en una encrucijada en la que necesita cambiar su estrategia estructural en política exterior, ya que la caída de figuras como Gadafi o Assad también contribuye a su asedio. China tiene mucho que aprender de Siria en su política exterior, empezando por la oportunidad de revisar su tradicional enfoque de « esperar y ver » o de « primero la economía » en las relaciones internacionales.

Fuente: Por Orçun Göktürk, Beijing / China

Traducido por la redaccion

@albagranadanorthafrica