Alonso gallardo militante comunista agosto del 2022
La izquierda reformista de Unidas Podemos, ha optado dentro del gobierno una vez superada la sorpresa de la intervención rusa en Ucrania, por el doble discurso que les garantice por un lado a Yolanda Díaz, la rentabilización de su hacer en el gobierno como Ministra de Trabajo, con creación de empleo mediante la regularización del trabajo ilegal, ante la presión de la inspección de trabajo que ha obligado al empresario negrero, ha legalizar y hacer fijos a cientos de miles de puestos de trabajo, dando una relativa tranquilidad y seguridad a millones de trabajadores, que ante la falta de control legal y sindical habían hecho de la empresa un sayo de libertinaje y explotación empresarial. Por el otro, construye una razonada táctica pero incorrecta visión de la intervención rusa en Ucrania bajo la influencia del discurso ideológico de la oligarquía globalista (la cual ha demostrado de sobra su imperialismo), una argumentación eurocéntrica y supremacista en cultura, democracia y ética, de Europa y Occidente sobre Rusia, donde el NO a la OTAN queda completamente nublado, ante un discurso que en muchas ocasiones raya la rusofobia, visibilizándose solo la insolidaridad con los pueblos que luchan por su soberanía, donde la posición favorable a Rusia de los gobiernos de más del ochenta por ciento de la población de este planeta, lo corroboran con la colaboración económica y comercial con Rusia.
Se supone que este equilibrio, es fruto de un análisis donde mantener en el gobierno a Unidas Podemos, es una cuestión fundamental de cara a la rentabilización de la nueva marca electoral de SUMAR y por ello, el costo de la acatación de la subida del presupuesto militar con el abandono del pueblo saharaui ordenado por EEUU, contraviniendo la legalidad internacional de la ONU (lo cual puede llevar a una futura confrontación militar con Argelia, Mali y otros países del Magreb), más el apoyo a la guerra imperialista nazifascista en Ucrania provocada por los EEUU, para mantener su hegemonía unipolar mundial en confrontación con la China socialista, que es apoyada por los países socialistas, países soberanos e independientes y aliada económica y militar de Rusia, es secundario. Nos preguntamos algunos por las consecuencias de este análisis, el cual presupone que para recibir el apoyo electoral del pueblo, se debe poner por encima el pan a la ideología, dando por hecho que en estos momentos el pueblo necesita pan, aunque sea a costa de apoyar guerras y ser partícipes de ellas, por encima de la solidaridad, la justicia y la igualdad de la gente y los pueblos. El resultado no está claro, puede que el pragmático pueblo soberano viendo lo que hay lo acepte, pero la izquierda consciente y revolucionaria, que se bate en los centros de trabajo y barrios creo difícil que lo acepte, porque la dignidad y la ética que los mantiene en la lucha del día a día, es ideología muy ligada a la solidaridad y al internacionalismo, la misma que abandona Unidas Podemos por use pragmatismo eurocéntrico sin ideología de clase obrera ni popular, sino todo lo contrario.
La situación es compleja para la izquierda y mucho más, cuando el gobierno de Pedro Sánchez da muchas de arena por una de cal como la última de los impuestos a la banca, que sino mejora en su trámite es fácil que el coste lo pague el consumidor. De ahí que la izquierda viva un proceso de gran confusión con la alternativa electoral de SUMAR; Unidas Podemos ya está liquidada y en teoría es secundaria la participación partidaria en su construcción, dependiendo todo de Yolanda Díaz y su equipo, que sin estructura nacional organizada propone hacer un programa elaborado escuchando a la gente y que se supone que su equipo le dará forma y a unas candidaturas, que nadie sabe como le dará estructura jerárquica. Del asamblearismo movimentista anarcoliberal es fácil pasar al estado contrario, sobre todo, cuando la experiencia democrática de la organicidad colectiva es desconocida por la militancia y porque el inmediatismo de por sí en el frenesís diario, sobrepone la autoridad individual del responsable que conoce el camino a la colectiva y democrática.
Un posicionamiento constructivo por parte del movimiento comunista y revolucionario, debe partir de la cruda realidad: que a la izquierda del PSOE, la única que puede optar a una representación en el parlamento, que permita mantener las conquistas logradas en el ámbito social y laboral es el proyecto de Yolanda Díaz, con todas sus limitaciones, insuficiencias y contradicciones es el único y el resto; desde los núcleos marxistas leninistas sus posibilidades son inexistentes y los nacionalistas de "izquierda", antepondrán sus intereses nacionales antes que los de la clase obrera. No hay otra alternativa para mantener las conquistas logradas y que no se den pasos atrás como con Zapatero y Rajoy, que lograr mantener la correlación de fuerzas y mejorar si es posible el pacto de gobierno, aunque solo sea con menos fisuras y más corresponsabilidad socialista con lo pactado.
La histórica respuesta de la necesidad de intervenir los comunistas en la campaña electoral, es una justificación para ocultar el sectarismo infantil y la incapacidad de relacionarse con los que piensan de una forma diferente desde la izquierda, porque nosotros, desde los círculos comunistas de Unidas Podemos y antes como Plataforma Comunista, hicimos campaña electoral a favor de la izquierda reformista como lo menos malo o como se quiera definir, desde la crítica de lo que consideramos negativo apoyándonos en lo positivo, con la participación de cuadros y dirigentes de Podemos e IU de Garzón y esto, desde la defensa de la necesidad de reconstruir el Partido Comunista de España de José Díaz y no solo que se complementa, sino que en buena lid entre revolucionarios y reformistas, es necesaria esa competencia para demostrar ante la clase obrera y el pueblo que teoría es la más válida, la que planteamos los comunistas de necesidad de acabar con el estado capitalista y construir uno nuevo republicano al servicio de la clase trabajadora con el socialismo como objetivo, o la del reformismo, de que otro capitalismo más democrático, libre y justo es posible.
También desmentir por errónea, la crítica al reformismo desde el movimiento comunista como los desmovilizadores o inhibidores de la lucha de la clase obrera; crítica que solo sirve para ocultar la incapacidad por el movimiento comunista y revolucionario, del trabajo en los sindicatos de clase, reformistas o amarillos, el que mejor posibilite el trabajo sindical en el centro de trabajo o sector de forma organizada, como el PCE en la dictadura y antes Lenin explico. Y esta, no es solo la tarea de los comunistas en estos momentos de tremenda debilidad organizativa, política y aislamiento social por nuestros errores y sectarismos políticos, es la tarea principal y la otra, la de intervenir en la vida institucional y en campañas electorales, hagámoslo en unidad y colaboración estratégica con el reformismo, porque sinceramente, tendremos los cuadros y dirigentes políticos necesarios para ello, cuando nuestra militancia dirija y organice las movilizaciones y las generalice desde los lugares donde trabajamos, vivimos o estudiamos y así, evaluaremos quien es cuadro, dirigente o militante, no en abstracto, sino en el proceso de construcción de las organizaciones revolucionarias de la clase obrera, de su partido y del frente popular de todo el pueblo, como la respuesta unitaria contra el principal problema de la humanidad: el dominio de la oligarquía aliada al imperialismo yanqui globalista, que está iniciando apoyándose en la fuerza militar de la nazifascista OTAN, la tercera guerra mundial para derrotar a Rusia y China y dirigir ellos la crisis global del sistema capitalista de libre mercado, para seguir manteniendo las riendas del poder militar y económico global, bajo la tiranía de sus reglas de esclavización de la humanidad y sepultura del derecho internacional.