jueves, 24 de septiembre de 2020

Gobierno asturiano lacayo neoliberal al servicio de la empresa y la banca

 

En el acto de banderas de Pedro Sánchez con la Ayuso, es posible que haya mucha táctica compleja que desde una perspectiva de la clase trabajadora sea difícil de interpretar y mucho más, desde el silencio de Unidas Podemos con un tema fuera del tablero político al ser ajeno a sus ministerios. Así vamos perdiendo la capacidad del dominio del relato y de nuestra relación con los de "abajo" o si no, que nos lo cuente la izquierda dividida de Asturias con una IU apoyando desde el inicio a la presidencia del Barbón neoliberal del PSOE, al que sigue en todos sus juegos malabares y a un Podemos atrapado por las marañas identitarias neoliberales de nacionalismo y género, lejos del criterio de la lucha de clases o del simple punto de vista populista de pueblo.

El relato de lo que le pasa a la clase trabajadora asturiana, es el relato en general de lo que pasa en el conjunto de la España trabajadora, solo que no es lo mismo un millón de personas en medio de media docena de ciudades asturianas, que cerca de siete millones en un entorno como Madrid. Pero como Asturias es más pequeña, como ejemplo también es bastante más comprensible.

Porque es completamente incomprensible, que una comunidad gobernada teóricamente por la izquierda y con una mayoría absoluta teórica de la izquierda como en el parlamento asturiano, siga con la misma línea genocida de tratamiento de la pandemia que una comunidad como Madrid, que por las miserias y estupideces oportunistas de la izquierda, una derecha neoliberal y fascista la gobierna con mayoría. Por claridad y síntesis, parto especialmente de tres supuestos fácilmente identificables y generalizables al conjunto de la economía productiva asturiana y española.

Es impresentable que a estas alturas en el ámbito del transporte público, la banca y la sanidad, los trabajadores no se hayan incorporado con todas las medidas de seguridad necesarias al proceso productivo, cuando el grueso de la clase trabajadora está incorporada y masificada en sus medios de transportes públicos, aislada de la gestión y control de sus salarios y pensiones en los bancos y los centros de salud blindados ante el ciudadano por la pandemia, separando al médico y a la enfermera de lo fundamental de su trabajo: sanar al enfermo arriesgando si es necesario su propia salud, como hacen todos aquellos sanitarios que atienden a los que sufren la pandemia en las salas de urgencia y por los cual, durante muchos días aplaudíamos a rabiar a las ocho de la tarde.

Es impresentable que el gobierno asturiano presidido por Barbón, siga permitiendo a estas alturas que la empresa privada ALSA y la pública RENFE, ésta en abandono terminal para los beneficios de la otra, que gestionan la mayoría absoluta del transporte público asturiano, sigan operando ambas con regulaciones de empleo a costa del erario público de todas y todos los españoles, que somos quienes pagan sus salarios, operando la primera solo con las líneas más económicas masificando el poco transporte que funciona para que de beneficios y la pública del ferrocarril, abandonando líneas por falta de empleados, recursos y financiación, todo para el beneficio de la primera. Y esto, consentido por la izquierda política y sindical, más preocupada por la financiación en la formación, las comisiones de los pactos de creación de empleo, eso sí bajo los criterios de igualdad de género, pero no la de cambiar la legislación laboral que es quien nos mata y especialmente quien mata a la mujer trabajadora y sin olvidarnos tampoco, de las comisiones de trabajo para la cooficialidad de una lengua que a todos gusta más o menos, pero que muy pocos la hablan y menos tener que hablarla para poder trabajar y menos, tener que pagarla con nuestros impuestos.

Es impresentable que el gobierno asturiano y la izquierda social y política que lo sustenta, permita que la banca siga a estas alturas con las oficinas cuasi cerradas y la clase obrera casi al completo al pie del cañón en sus centros de trabajo. Es impresentable que obliguen al grueso de la clase obrera y pensionista a una atención telemática, mientras los empleados están regulados por un ERTE que pagan los fondos del estado y encima cobrando por la gestión de la nómina, la pensión o la tarjeta. Es impresentable que una amplia mayoría de la clase obrera asturiana envejecida y pensionada, no tenga atención personalizada en el banco y que en un comercio o un chigre sí y que la banca, con el apoyo del gobierno asturiano, realice una reestructuración encubierta sin negociación colectiva, sin respeto a la clase obrera y personas mayores y encima, en base a la obligación administrativa de tener una cuenta bancaria, cobrarte por ella.

Es impresentable que los centros de salud, como base de la medicina preventiva con sus médicos y enfermeras como principal baluarte para el combate contra la pandemia, lo blinden contra ella dejando al conjunto de la población a merced del virus, al separar a quienes tienen que cuidar y curar al ciudadano con su trabajo preventivo de cuidados y rastreo de los pacientes, pero no, cuando estos más los necesitan, el gobierno asturiano los blinda para que pacientes y familiares inunden los servicios de urgencias que aún en muchos casos y lugares, siguen sin el material y la protección suficiente. Práctica genocida utilizada por la derecha en Madrid y otras comunidades, negando la asistencia a las personas mayores en los centros de salud y hospitales y especialmente, los asistidos en geriátricos privados y públicos. En vez de contratar más personal que atendiese directamente en consulta y especialmente en los domicilios con capacidad de rastreo, para que los enfermos y familiares no contaminasen a sus convecinos y poder ser localizados inmediatamente para aislarlos y atenderlos, pues no, como se hizo en Laviana, su pueblo señor presidente, que día tras día los jóvenes contaminándose y pasándoselos a sus mayores y ni un puñetero centro de salud que les hiciera seguimiento, control, aislamiento y saneamiento de enfermos, ahora lo otro del postureo con dureza y medidas restrictivas, prohibitivas y represoras todas gratuitas, muchas.

Señor Barbón Presidente del gobierno asturiano, salga usted del armario y declárese neoliberal burgués, al tiempo, convoque elecciones con la consigna de lo que usted y su partido están haciendo en Asturias, que en el combate contra el coronavirus lo primero que hay que salvar es al empresario, que la clase obrera tiene a la sanidad privada que funciona al cien por cien pagando. Convoque elecciones que deseamos botarle a usted y a su partido, porque aunque ganase la derecha por el eclecticismo político de la otra izquierda, difícil que se atrevan ponerse a la derecha de ustedes, porque podrían ser todavía más tontas que la Ayuso, pero más mala imposible.

Alonso gallardo de los círculos comunistas de Unidas Podemos            septiembre 2020