jueves, 4 de mayo de 2017

Sobre el desencuentro entre marxistas revolucionarios y con el populismo: Grecia como fondo


 

Desde los círculos comunistas lanzamos este debate con un nuevo formato para provocarlo. Para ello hemos escogido dos entrevistas y un artículo, una de Costas Lapavitsas titulada “SYRIZA ha traicionado las clases populares y ha matado la esperanza” publicada en Asturbulla. Es dirigente de la Unidad Popular de Grecia, escindida de SYRIZA en los momentos de la rendición a la troika. El segundo, Alberto Garzón en una entrevista titulada “El PCE se autoengañó y engañó a los militantes” publicada en el Periódico. Coordinador de IU, diputado de Unidos Podemos y dirigente del PCE, engarzado en el proceso del XX Congreso del PCE, en superar a IU dentro de un proyecto superior con Podemos y las confluencias y de recuperación del leninismo en el PCE y tercero, un comunicado del colectivo marxista leninista Unión Proletaria, publicado en su blog y titulado “Además de defender el leninismo, los comunistas franceses se atreven a practicarlo” dando su valoración del proceso francés, donde Mélenchon dirigente populista de izquierdas, ha adquirido un gran protagonismo electoral en las actuales presidenciales francesas. Todos publicados también en http://epuntorojo.blogspot.com.es

El hilo conductor del debate, lo situamos en la unidad entre comunistas y la relación de estos con el populismo reformista de izquierdas. Como base de partida, la unidad flexible de criterios dentro del movimiento por las confluencias pero de confrontación dialéctica con las visiones dogmáticas y sectarias, ya que en la interpretación del marxismo pasa como con las huellas dactilares, no puede haber dos iguales, pero con amplitud de límites en los objetivos estratégicos de construcción del poder popular, republicanismo o el socialismo por el que luchamos, todo condicionado por la construcción de la unidad popular. Desde este esquema, el problema que encontramos para el desarrollo de la unidad, lo situamos en la metodología del análisis de la realidad concreta (si somos o no científicos en el análisis y la conclusión) y en la aplicación de los principios ideológicos y el programa al servicio de la unidad de la clase obrera y popular (la táctica al servicio de los objetivos estratégicos) como no podemos exponer la totalidad, situamos aspectos concretos de sus artículos para el debate.

Vemos en la entrevista de Costas Lapavitsas, aspectos contradictorios con la verdad que pretende analizar y transformar y más, visto desde el proceso de vuelta de colaboración con el reformismo populista de izquierdas. El título de la entrevista calificando de traición al pueblo, nos obliga a resolver la primera cuestión ¿Cuándo se situó políticamente SYRIZA, como un partido revolucionario para cometer tal traición? En ningún momento hemos visto en el programa electoral o en acuerdos congresuales de partido, superar la etapa de democratización del sistema capitalista, manifestada en el mantenimiento del viejo pacto social del estado de bienestar y en la democratización de la construcción de la Unión Europea, todo esto, más allá de las posiciones ideológicas de la parte minoritaria (como se confirmó en el congreso donde se excluyeron) que confunden la táctica y el programa que confrontan directamente con las políticas de austeridad de la troika (que es lo revolucionario) con una estrategia revolucionaria clasista de lucha por el poder. Errores como reformistas e idealistas muchos consecuencias del ideario pero no traidores. Falla el análisis de los marxistas revolucionarios, al elaborar una teoría subjetiva paralela a la realidad política, de forma que explicase su táctica de ruptura de la unidad popular.

Dice en el análisis textualmente “el gobierno de Tsipras estaba comprometido a permanecer en la UE y se emplearon a fondo a eventuales posicionamientos y reacciones ante los negociadores de la UE. Así se llegó al punto de asfixia total. No se había preparado al pueblo griego para aquel envite” Pero como SYRIZA nunca se situó en el ideario de una confrontación por el poder ¿de quién era la responsabilidad de explicar la situación política al pueblo, para dar una respuesta en la calle a la altura del órdago lanzado por la oligarquía euroalemana vendepatrias? ¿Del reformismo populista de izquierdas que solo sabe dar batallas electorales o de los revolucionarios que apostaban por esa confrontación clasista por el poder? Es evidente que el pueblo no estaba preparado para esa lucha, la máxima movilización al tercer memorándum de la troika la  desarrolló la propia SYRIZA con nulo éxito, el resto, el KKE y fuerzas revolucionarias marxistas y anarquistas, apenas movilizaron contra el memorándum y menos contra la humillación de la troika al pueblo griego. Al revés, se lanzaron con la crítica destructiva al gobierno de SYRIZA, eludiendo las responsabilidades propias en el análisis y encima, abandonan el barco en medio de la tormenta bajo la justificación de que el grueso de SYRIZA no asume (ni asumía) iniciar un proceso revolucionario de salida de la UE, para el que ni ellos ni el pueblo estaba preparado. Error de táctica que dividió a la clase obrera y la unidad popular, alejándolos de los objetivos por los que luchaban.

En la parte del análisis que pone al gobierno de rodillas ante la troika literalmente dice “Cuando SYRIZA propuso enfrentarse a los acreedores europeos y a la UE, el Banco Central Europeo fue utilizado para minar al gobierno de SYRIZA, restringiendo la provisión de liquidez al sistema bancario griego. Le obligó a utilizar todos los fondos disponibles de pensiones, universidades, hospitales….para hacer los pagos, pero esto se agotó y al final tuvo que rendirse. La única opción era crear su propia liquidez, pero esto implicaba salir de la Unión Monetaria” sobre esto último volveremos más tarde. Lo que aquí cuenta, es un relato dramático de cómo la oligarquía autoritaria, extorsiona ilegalmente a un gobierno progresista legítimo y como una izquierda marxista revolucionaria, en vez de salir en apoyo de su gobierno para que mantenga al máximo el tipo y movilizarse contra la oligarquía euroalemana (enemigo principal) cometen el error táctico de darse media vuelta y con el aplauso de los medios de propaganda de la oligarquía, dedicarse a criticar, confrontar y romper SYRIZA debilitando al gobierno legítimo y dividiendo y confundiendo al conjunto del pueblo, que con el triunfo en las siguientes elecciones, demostró que sus pretensiones (reformistas) seguían siendo las de la mayoría social, quedando todas las opciones revolucionarias derrotadas o con escasa representación en el caso de los comunistas dogmáticos y sectarios del KKE. Análisis correcto pero táctica divisionista, infantil y sectaria de los marxistas.

Sobre la alternativa que da Costas Lapavitsas de salida de la Unión Monetaria, discutimos el momento y  forma y más después del análisis relatado por él mismo, que coincidimos. Decir que sin un pueblo y una clase obrera griega organizada y movilizada en millones de personas que luchen por ello, que la única salida sea abandonar el euro, crear un banco público, una moneda paralela y que cuando tengamos soberanía monetaria y los bancos bajo control, crear un banco malo para hacer frente a las deudas, de forma que permita montar un fondo de reserva de entre 10.000 y 12.000 millones de euros para planificar la salida del euro y de la UE, es tan infantil como el sueño de SYRIZA de democratizar el capitalismo. Esta salida así dicha se contradice con su propio análisis de la realidad, donde demuestra la barbarie del sistema capitalista en que vivimos y para llegar a ello (si sigue siendo necesario en su momento) falta el trabajo de concienciación y organización obrera y popular y culpabilizar a SYRIZA, de que en Grecia no se puede crear un plan así por la traición al pueblo, es responsabilizar a los demás de nuestros errores e insensateces, tanto en el análisis, como en la aplicación de los principios de la táctica política al servicio de los objetivos programáticos y estratégicos de la unidad obrera y popular.

En parecida situación nos pone Alberto Garzón, en la pretensión de recuperación y regeneración  del PCE con el titular de su entrevista “el PCE se autoengañó y engañó a los militantes” Sacar esta conclusión del papel jugado por el PCE en todo el proceso de transición, es negar que solo la verdad nos hace revolucionarios. Si la pretensión es recuperar el leninismo, debemos empezar por recuperar la metodología científica (materialismo dialéctico) para el análisis de la realidad concreta y poniendo una fecha para el análisis, que no es la del inicio del proceso de revisión del marxismo por el PCE, pero sí cuando Santiago Carrillo fue elegido Secretario General del PCE en el VI Congreso de 1960 en Roma. Desde ese momento con la política de la reconciliación nacional y el tránsito pacífico al socialismo, se inicia un proceso que afecta al movimiento comunista y a la clase obrera española, completamente meditado, reflexionado y puesto en práctica por Santiago Carrillo y el grueso del Comité Central del PCE, para que, por las buenas o por las malas (de forma autoritaria la mayoría de las veces) se impusiera sin debate el sí a la constitución española. Solo recordar otro sí entre otros muchos, el de la Ley de Amnistía de 1977, apoyada por el PCE y declarada ilegal por la ONU por los delitos contra la humanidad (el genocidio lo es) que no prescriben. No es autoengaño pero sí engaño a la militancia y no reconocerlo así es una falsedad histórica. Más amplitud en el informe de aportación al XX Congreso del PCE (1).

Centrándonos en el análisis político del proceso de transición, donde dice “Carrillo no fue un traidor al comunismo, pero creo que se equivocó al apostar por la moderación. La relación de fuerzas era la que era, había un clima de violencia insoportable y se hizo lo que se pudo. Ser responsable para cambiar la imagen que el franquismo había hecho del comunismo” La moderación como táctica, no tenía relación con la incapacidad de hacer más por la ruptura, sino que fue por todo lo contrario, por coherencia y consecuencia con los objetivos estratégicos acordados en el VI Congreso del PCE, de reconciliación nacional y de tránsito pacífico al socialismo. La desmovilización del movimiento obrero se inicio en los años setenta, según se consolidaba el proyecto de legalización del PCE, porque este era el precio de su integración en la democracia parlamentaria burguesa y lo hacía, bajo la tutela de los reformistas del gobierno franquista y las organizaciones empresariales, que aceptaban los pactos que con ellos firmaban por encima de las decisiones y acuerdos de las asambleas obreras, en lucha por los derechos fundamentales de huelga, negociación colectiva, libertades con democracia en los centros de trabajo y amnistía para el pueblo exiliado y represaliado. Ventaja que le permitió copar las cúpulas del movimiento de las comisiones obreras, para que dentro del pacto social del estado de bienestar, imponer al pueblo los recortes incluidos en los Pactos de la Moncloa. Una aplicación correcta de la táctica al servicio de los objetivos estratégicos de la nueva oligarquía neoliberal que surgía en Europa.

La táctica tuvo como consecuencia la división del movimiento obrero, su la derrota ideológica y política y la burocratización del movimiento obrero y vecinal. La táctica era la correcta para su objetivo de legalización bajo el parlamentarismo burgués, pero contraria a un proyecto emancipador de la clase obrera, cuestión que ahora vemos y que los objetivos del XX Congreso del PCE nos dan como afirmativa la respuesta sin autocrítica. La violencia vivida desde la derrota ideológica y política de lo más avanzado de la clase obrera, por la falta de derechos y libertades en los centros de trabajo y con el paro y la precariedad en la calle, es la que nos ha traído a la situación actual donde en el quehacer diario político, el pueblo no ve diferencia entre la izquierda y la derecha en lo político y lo sindical. Se falla en el análisis de la realidad, se falsean las conclusiones y se obvia que la táctica solo sirvió para fortalecer al opresor.

Por último, simbolizando en el colectivo de Unión Proletaria (UP) al grueso de colectivos comunistas que siguen despreciando al reformismo populista de izquierdas, cuando son los que han sido capaces de captar las necesidades sociales y económicas de las masas  obreras (ante la falta del sujeto colectivo revolucionario) por la ruptura del pacto social de estado de bienestar por la oligarquía neoliberal, dando expresión política a la confluencia populista, como alternativa al bipartidismo neoliberal en España.

Para los colectivos marxistas leninistas, la Francia Insumisa de Mélenchon, SYRIZA o Podemos, representan los intereses democráticos de la pequeña burguesía, activada estos años desde América Latina con los procesos bolivarianos. Dicen “que no debemos hacernos ilusiones porque su carácter de clase no es proletario, aunque lo sostengan las masas proletarias. Son las consecuencias tras el suicidio revisionista de la URSS, ni en Francia ni en muchos países existe un partido marxista leninista con arraigo entre las masas obreras y populares” Continúan en general coincidentes con otros destacamentos “Los nuevos ideólogos pequeñoburgueses nos cuentan cuentos, donde muchos comunistas piensan que la doctrina del proletariado está algo envejecida y necesita rejuvenecerse con las innovaciones de la pequeña burguesía” o “donde los medios llegan a eclipsar los objetivos” Así, con esta caracterización del reformismo populista vemos dos cosas. La primera, que es cierto objetivamente que el populismo no es un proyecto revolucionario de clase (ni se lo proclaman) son en abstracto, un proyecto popular que se desarrolla en general, en los países donde no existe un proyecto de clase, lo cual es su debilidad. Si los proyectos populistas surgen así y estamos de acuerdo ¿porqué la crítica es sectaria y peyorativa con el reformismo populista de izquierdas o nacional patrióticos, sustentados por las masas proletarias? Lo que el pueblo necesita es la crítica constructiva, que construya unidad de clase obrera y popular en un proceso de organización y concienciación política, para superar la hegemonía reformista (que solo pretende ganar elecciones burguesas para hacer reformas) y centrarse en el combate contra el enemigo principal: la oligarquía euroalemana vendepatrias. Análisis correctos, conclusiones erróneas y táctica divisionista de la unidad obrera y popular, más allá de los arreglos de cuentas entre destacamentos.

Vemos la proyección de objetivos por los que luchan, sintetizados en una expresión para la toma del poder político que es un objetivo ya en sí “Se necesita un ejército político formado por masas, no masas cualesquiera, sino masas preparadas para la revolución socialista y no solo para defenderse” en eso todos de acuerdo pero con matices, la experiencia de los marxistas nos dice que esta necesidad comienza (con lo cual nos facilita introducirla) con la defensa de sus intereses más inmediatos, como manifestación que es, de la lucha de clases en los centros de trabajo y en los barrios donde viven, por eso, ante las protestas tenemos dos opciones o nos fundimos en ellas sin complejos y con seguridad para  elevarlas políticamente, construyendo organización de masas sindicales y políticas  autónomas e independientes del resto de clases sociales o montamos academias con la pretensión de competir con los medios burgueses públicos y privados. La teoría revolucionaria no es solo una teoría, es una conclusión del conocimiento que nos da el estudio de la realidad socioeconómica, la práctica social y de ahí y no antes, la suma de la experiencia histórica. Solo desde la línea de masas, merece la pena intervenir en el ámbito de la política parlamentaria institucional burguesa, dando el apoyo a las fuerzas populistas de izquierdas o nacional patrióticas, allí donde carecemos de partido de masas, desde los principios de la unidad de la clase obrera y popular y desde la crítica constructiva. Tal como explicáis del Polo de Renacimiento Comunista en Francia, un ejemplo a seguir para la lucha contra la austeridad, la regeneración democrática y la unidad obrera y popular, como consta en el programa que presentan.


                                                                                                           Mayo del 2017

círculos comunista por la confluencia popular