martes, 31 de diciembre de 2024

Un paso hacia la unificación de los comunistas de Francia


                                         

       

 


Los días 1, 2 y 3 del pasado mes de noviembre tuvo lugar en París la “Conferencia-Congreso” de fusión entre dos organizaciones comunistas francesas, ANC y RC, que han formado la URC (Unión para la Reconstrucción Comunista). Hojas de Debate  reproduce tres de los artículos sobre este inicio de un proceso de unificación comunista en Francia, que fueron publicados el pasado 2 de diciembre firmados por Victoire: 1) “Un paso hacia la unificación de los comunistas de Francia”; 2) “Resolución sobre la situación internacional” y 3) “Resolución sobre organización”.

Manifiesto por la unificación de ANC (Association Nationale des Communistes) y RC (Rassemblement Communiste), París, 1-3 de noviembre de 2024

1: El genocidio en Palestina de 2023-2024, con la complicidad de todas las potencias imperialistas mundiales por un lado y la inacción e impotencia de las Naciones Unidas por el otro, ilustra una vez más el carácter bárbaro del actual orden mundial basado en el imperialismo y su ley del máximo beneficio. Este sistema superado por la historia, irracional teniendo en cuenta las necesidades de la humanidad, socavado por sus contradicciones y su competencia destructiva, solo conduce a la miseria, la ecodestrucción, el fascismo y la guerra. Cuando la humanidad cuenta con la mayor fuerza productiva jamás disponible para satisfacer las necesidades de todos los pueblos del mundo, reinan en todas partes el hambre, la precariedad, el desempleo, la contaminación y la muerte. Esta contradicción hace necesaria y urgente una ruptura sistémica, un cambio en la sociedad, una revolución.

2: Esta necesidad de revolución resuena en cada esquina de nuestro mundo. Desde la valiente resistencia del pueblo palestino hasta las potencias patrióticas de África Occidental, pasando por la heroica resistencia del pueblo cubano al bloqueo destructivo que lo estrangula; desde el combate de Venezuela contra el imperialismo estadounidense hasta la contrahegemonía representada por el BRICS, etc. Son, todas ellas, expresiones de la necesidad de una alternativa al liberalismo y la dominación, una etapa hacia la revolución. También en Francia, desde el movimiento de los chalecos amarillos a las movilizaciones contra la reforma de las pensiones, pasando por la revuelta de los barrios populares, etc., se evidencia la misma necesidad de una revolución anticapitalista y antiimperialista.

3: Toda la historia de la humanidad atestigua que, en tales momentos históricos, la necesidad de la revolución nunca encuentra espontáneamente su respuesta concreta. También nos muestra que cualquier retraso en la materialización de esta respuesta lo pagan caro los pueblos y las clases explotadas y dominadas por el hambre, la guerra y la dictadura del imperialismo, la etapa superior del capitalismo. Si, tarde o temprano, las clases y los pueblos dominados resisten inevitablemente, y si en determinadas circunstancias logran pasar espontáneamente a la ofensiva, a veces a costa de enormes sacrificios, no pueden, sin embargo, imponerse sin una organización nacida en su seno, que sintetice sus intereses y sus luchas, para liderar una ofensiva capaz de derrotar a una clase dominante experimentada, dotada de un aparato estatal burgués a su servicio y un aparato de propaganda masiva. Para responder a esta necesidad, el RC y la ANC decidieron fusionarse en una sola organización con el objetivo de poner en el orden del día la cuestión de la unificación de los comunistas de Francia. Por supuesto, este proceso está abierto y llamamos a todos los círculos, grupos u organizaciones que se proclaman marxistas-leninistas a unirse a esta dinámica.

EL RASGO CARACTERÍSTICO DE NUESTRO TIEMPO SIGUE SIENDO EL IMPERIALISMO

4: Desde que Lenin definió la transición del capitalismo competitivo al capitalismo monopolista (imperialismo) en 1916, nuestro mundo sigue dominado por el poder de los monopolios apoyados por sus respectivos estados (y ejércitos) en su competencia por el máximo beneficio. Desde su nacimiento, el imperialismo se alimenta de dos fuentes: la explotación de los proletarios de los países imperialistas y la opresión de los pueblos y naciones de África, Asia y América Latina [1] . Por eso los intereses de estos proletarios de los estados imperialistas y de estos pueblos dominados convergen hacia un mismo enemigo: el sistema imperialista. La lucha de clases nacional y el internacionalismo son sólo dos facetas de la misma lucha contra el sistema imperialista.

5: La revolución bolchevique de 1917, la construcción de la URSS, las democracias populares establecidas tras la victoria sobre el nazismo, las revoluciones china, coreana, cubana y vietnamita, el vasto movimiento de liberación nacional en Asia, África y América Latina entre el 45 y los años 80, etc., obligaron al sistema imperialista a hacer “concesiones” para no desaparecer. Estas concesiones, llamadas “redistribución”, “estado de bienestar”, “aumento temporal del poder adquisitivo”, “consumo masivo”, “independencia política”, etc., fueron el resultado de una correlación de fuerzas y no una modificación estructural del capitalismo en su etapa imperialista.

6: La traición de Gorbachov y la destrucción de la URSS y de los demás países socialistas de Europa del Este permitieron al sistema imperialista volver a su lógica pura de máximo beneficio con sus resultados lógicos: empobrecimiento, destrucción sistemática de las conquistas sociales, colapso de los servicios públicos, racismo, fascistización, guerras por el reparto del mundo (Irak, Afganistán, Somalia, Libia, Siria, Ucrania, etc.), represión de los movimientos sociales, criminalización de la solidaridad internacionalista, etc.

7: Durante dos décadas, se desarrolló una contrarrevolución bajo el liderazgo del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la OMC, la Unión Europea, el G7, etc., para imponer lo que se llamó “globalización”, es decir los dictados liberales que imponen el levantamiento de todos los obstáculos a la circulación y valorización del capital para maximizar las ganancias. Los resultados no se hicieron esperar: deslocalización y desindustrialización en un polo, sobreexplotación en el otro, políticas de austeridad y colapso de los servicios públicos en todas partes, recolonización económica de países independientes, etc.

8: Sin embargo, poco a poco la resistencia a esta globalización liberal se desplegó primero de manera dispersa y luego con una creciente conciencia de la convergencia de intereses antiimperialistas. La dinámica de los BRICS, los movimientos sociales masivos en los países imperialistas, los movimientos de retirada en Egipto y Túnez, los de afirmación nacional y patriótica en Yemen y el Sahel, la conquista del poder por fuerzas marxistas y progresistas en ciertos países latinoamericanos, la resistencia de países que no han dejado de proclamarse socialistas, los movimientos de revuelta en Nueva Caledonia y en los que comúnmente se llaman DOM TOM (Departamentos y Territorios de Ultramar), etc., todos estos hechos indican una crisis de la hegemonía imperialista y un incremento de las movilizaciones populares antiimperialistas.

9: Por supuesto, el sistema imperialista mundial en general y el imperialismo hegemónico estadounidense en particular no permanecen inactivos ante este impulso de las luchas antiimperialistas globales. Balcanizar a las naciones que se le resisten, cercar a Rusia y a la China Popular, explotar las revueltas populares espontáneas para transformarlas en “revoluciones de colores” o sencillamente provocarlas a través de la maquinaria propagandística, multiplicar las guerras en nombre de los derechos humanos, de la defensa de las minorías o de la lucha contra el terrorismo, etc., todos estos hechos que marcan nuestra actualidad expresan la lucha entre un mundo nuevo que poco a poco va alcanzando su madurez y el viejo mundo que no quiere irse. Conducen inevitablemente, a más o menos largo plazo, a una guerra generalizada. La crisis de sobreproducción y sobreacumulación y la contradicción entre una producción cada vez más socializada y el acaparamiento privado por parte de grandes grupos monopolistas conducen a una guerra mundial del mismo modo que llevaron a la primera y la segunda guerra mundial.

10: Por estas razones, la lucha de clases en cada país, el internacionalismo y la lucha por la paz constituyen, para los comunistas, no tres combates separados sino un mismo combate contra el sistema imperialista.

SALIR DE LA UNIÓN EUROPEA PORQUE ESTA SOLO PUEDE SER IMPERIALISTA

11: Desde sus primeros pasos, la construcción europea fue concebida como una herramienta al servicio del sistema imperialista global para luchar contra el campo socialista, contra el progreso del movimiento comunista y el movimiento de liberación nacional de los pueblos oprimidos. Esta dinámica se vio reforzada por la firma del Tratado de Maastricht en 1992, que, al imponer de facto y de iure una austeridad presupuestaria como dictado de su política fiscal, impide a los países miembros ejercer su soberanía en temas cruciales: seguridad social, pensiones, servicios públicos, educación, etc. Bruselas se ha articulado enteramente como respaldo a la formación en Europa de grandes grupos industriales y bancarios monopolísticos, a través de un conjunto de medidas destinadas a facilitar la valorización del capital financiero y el aumento de la tasa de beneficio. Esto da lugar a nivel europeo a una lógica de armonización desde abajo, ya sea en materia de salarios, edad de jubilación, derechos sociales, etc. También resulta, a nivel internacional, en una política depredadora hacia las antiguas colonias europeas: acuerdos de partenariado económico con África (APE), franco CFA, intervenciones e injerencias militares conjuntas, propaganda contra todos los Estados progresistas antiimperialistas o contrahegemónicos, apoyo financiero y protección a las fuerzas contrarrevolucionarias acogidas en Europa, etc.

12: Basada en la ley del máximo beneficio, la CEE y luego la Unión Europea estuvieron y están inevitablemente afectadas por profundas contradicciones. La primera contradicción es con el imperialismo hegemónico estadounidense. La Unión Europea, a la vez aliada dominada y competidora de Estados Unidos, navega entre ambiciones de autonomía estratégica (cada vez más débiles a medida que la lógica de la guerra se desarrolla a escala internacional) y subordinación a los intereses y estrategias estadounidenses. En última instancia, sin embargo, siempre el alineamiento atlantista ha prevalecido en las decisiones internacionales importantes.

13: La segunda contradicción es entre los países miembros, como en cualquier unión entre piratas. Si durante mucho tiempo la línea seguida por la Unión Europea estuvo dictada por los dos imperialismos más poderosos, Francia y Alemania Occidental, la anexión de la Alemania socialista por la RFA y la extensión de la zona de influencia alemana hacia los países del Este impusieron la hegemonía alemana de manera cada vez más clara. Las decisiones en Bruselas se toman ahora esencialmente en función de los intereses del capital financiero alemán. La instauración del euro no es otra cosa que la imposición de una política monetaria que permita la deflación salarial según el modelo alemán, que fue el principal beneficiario.

14: Una Europa así y una moneda así no pueden reformarse en la dirección de los intereses populares. El mito de una “Europa social” es peligroso porque siembra ilusiones sobre la posibilidad de reformar una máquina estructuralmente reaccionaria. Vasalla del imperialismo hegemónico estadounidense o nueva superpotencia rival de él, o incluso como hoy aliada y rival de él, la Unión Europea sólo puede ser reaccionaria. O no es realizable o será reaccionaria, como ya decía Lenin en 1915.

15: Una Europa así es un cártel de burguesías europeas bajo la dirección de la más poderosa de ellas, la burguesía alemana. Explotando el pacto de estabilidad, que limita en particular el gasto público, sólo puede conducir a decisiones de armonización a la baja, de cuestionamiento de las soberanías nacionales dentro de las cuales fueron arrancadas gracias a la lucha todas nuestras conquistas sociales y democráticas. Oponerse a la Unión Europea y exigir la salida de ella es esencial para defender los intereses de los trabajadores y de las capas populares.

16: Finalmente, si hay un ámbito en el que Europa se ha alineado completamente con el imperialismo hegemónico estadounidense, es el de la “defensa”. La máquina de guerra que es la OTAN es la herramienta militar de la contrarrevolución global. Lejos de ser una herramienta de “defensa”, la OTAN es un instrumento de agresión contra todos los intentos de resistir al sistema imperialista global. Con sus aliados, constituye el “campo de la guerra” que se opone a un “campo de la paz” integrado por todos aquellos que cuestionan la hegemonía estadounidense. Por eso no solo debemos luchar por salir de la OTAN, sino también exigir su disolución.

17: Salir del euro, de la Unión Europea y de la OTAN son tres condiciones esenciales para defender los intereses de los trabajadores y la revolución social que está por venir.

LA BURGUESÍA FRANCESA: UN ESLABÓN DÉBIL

18: Como todas las burguesías europeas, la burguesía francesa se ha lanzado alegremente a la globalización capitalista. Al igual que sus homónimas, percibió el fin de la URSS, y con él el fin de todos los equilibrios resultantes de la victoria contra el fascismo, como el signo de un retorno a la lógica pura del capitalismo en su etapa suprema imperialista, prolongadamente obstaculizada por la existencia del enemigo rojo. Durante las últimas cuatro décadas se ha esforzado por ser un “buen alumno” de Bruselas en la aplicación de las políticas (deslocalización, austeridad, etc.) de desmantelamiento de las conquistas sociales y democráticas obtenidas por los combates de clase.

19: Sin embargo, esta vasta ofensiva reaccionaria se ha venido enfrentando en el caso de la burguesía francesa a un obstáculo menos presente en otros lugares: la existencia de un sindicalismo de clase resistente y una tradición de lucha radical. Recientemente, los chalecos amarillos, el movimiento contra la reforma de las pensiones y la revuelta en los barrios populares nos han recordado la importancia de esta herencia. De diferentes formas, todos estos movimientos expresan los intereses de diferentes segmentos de la clase trabajadora, todos afectados por las políticas reaccionarias en vigor y todos herederos de luchas sociales radicales anteriores, de la Comuna de París a mayo del 68.

20: El desarrollo desde hace más de una década de una nueva oleada antineocolonial en el mundo, y más particularmente en África, ha añadido una segunda dificultad al imperialismo francés. Los movimientos contra el franco CFA, contra los “Acuerdos de Partenariado Económico”, los nuevos regímenes patrióticos en África occidental, etc., afectan a una de las bases esenciales de la acumulación capitalista imperialista francesa. Recordemos que en el momento de las independencias, la burguesía francesa negoció su lugar en el sistema imperialista mundial asumiendo la función de policía de los intereses imperialistas en África. Lo mismo se aplica a su lugar dentro de la Unión Europea. El cuestionamiento de este “lugar africano”, ilustrado por la expulsión de soldados franceses de Níger, Malí y Burkina Faso, es un duro golpe para el capital financiero francés.

21: La respuesta de la burguesía francesa a estos movimientos sociales y estas luchas antineocoloniales fue lógicamente la de la fascistización. Imponer por la fuerza lo que no se puede obtener mediante la propaganda es una constante de todas las clases dominantes. Esta fascistización tomó como primera forma una política destinada deliberadamente a promover el avance del partido fascista que era el Front National (Frente Nacional) y que hoy es el Rassemblement National (Agrupación Nacional), retomando y legitimando sus temas, sus consignas, sus argumentos, sus demandas, etc. Tomó como segunda expresión el desarrollo del racismo y la xenofobia con el fin de dividir a los trabajadores. La instrumentalización del secularismo y del peligro “terrorista” con fines de división provocaron una explosión del racismo que ya existía entonces en las colonias hacia las poblaciones musulmanas o así consideradas (islamofobia). La explotación del pseudo-peligro migratorio o de la “invasión migratoria” con los mismos fines conduce al racismo negrofóbico, al racismo anti-romaní… El mismo proceso se aplica a las luchas obreras, lo que lleva a un cuestionamiento de los derechos democráticos y a una represión sin parangón desde hace tiempo de manifestaciones, la criminalización de luchas y activistas, etc.

22: Esta fascistización expresa a la vez la crisis de legitimidad que afecta al gobierno, el miedo a nuevos levantamientos populares que puedan frenar el plan de destrucción de todas nuestras conquistas sociales y democráticas, y la necesidad de tocar a rebato para reconquistar el terreno cedido en África y en todo el mundo. Es, en cierto modo, una preparación, invocando razones de seguridad, para un posible recurso al fascismo si la defensa de los intereses del capital financiero lo exigiera.

23: Por eso las luchas contra el racismo en todas sus formas, por la unidad de la clase obrera y por la defensa de los derechos democráticos son un imperativo para la defensa de los intereses de los trabajadores y el allanamiento del camino a la revolución venidera.

LA NECESIDAD DE UN PARTIDO COMUNISTA

24: Ante esta brutal ofensiva de la burguesía francesa, el proletariado y las clases trabajadoras en su conjunto se encuentran objetivamente sin un estado mayor común. Se libran luchas valientes, pueden producirse explosiones sociales masivas, decenas de activistas pueden ser criminalizados sin que exista una respuesta común a su represión. Las huelgas pueden lograr victorias parciales o incluso constituir luchas ofensivas, pero son y serán incapaces de pasar a una etapa revolucionaria que pueda transformar verdaderamente la sociedad, si no se dispone de un estado mayor general. Frente al estado mayor de la clase dominante, la cuestión de construir un estado mayor de los trabajadores en toda su diversidad es una cuestión que se plantea y que debe resolverse.

25: Durante mucho tiempo, el Partido Comunista Francés, sección de la Internacional Comunista, fue ese estado mayor y ello se tradujo en una lucha de clases a la ofensiva y la consecución de numerosas conquistas sociales y democráticas.

26: La expansión del reformismo y más tarde su preponderancia en el seno del PCF llevaron a este último a convertirse en un partido socialdemócrata, un doble del partido socialista. La trampa de “la unión de la izquierda”, la defensa de la Unión Europea, el abandono de todas las referencias de clase, etc., han llevado a la destrucción planificada de este instrumento indispensable de la clase obrera transformándolo en un obstáculo objetivo para la organización de nuestra clase. En el plano internacional, la adhesión de facto del PCF al euroatlantismo lo lleva a apoyar el fascismo ucraniano y condenar la resistencia palestina.

27: Por supuesto, contra esta desviación y la completa deriva reformista se desarrollaron movimientos de resistencia. En el interior del PCF, y después fuera de él, no pocos comunistas lo combatieron. Progresivamente, surgieron grupos comunistas que abandonaron el PCF en diferentes momentos y por distintos temas de ruptura, a los que se unieron nuevos militantes más jóvenes que no provenían del PCF. Cada uno de estos grupos ha desarrollado su propia experiencia e identidad. Aunque estos grupos comunistas en su conjunto deben resaltarse como manifestaciones de una reacción de resistencia a la destrucción del estado mayor obrero, tropiezan inevitablemente con lo que Lenin llamó “el espíritu del círculo”, que hace pasar las diferencias y divergencias entre unos y otros sobre los puntos en común y las convergencias.

28: La cuestión de la unificación de estos grupos para avanzar hacia la reconstrucción de un partido comunista es, por tanto, otra de las que se plantean y que está por resolver. Esta unidad a construir no puede ser una simple proclamación abstracta. Es una lucha que requiere una confrontación fraternal sobre la base de un trabajo de debate científico y de acciones comunes para lograr una unidad sólida. Sin la afirmación de este doble principio (la urgencia de la unificación y la exigencia de confrontación fraternal y de una práctica común que la haga posible), la tan necesaria unificación será un fracaso. Por supuesto, no tenemos que esperar a estar unidos en cada coma o en armonía en todas las tácticas para lograr la unidad organizacional. Semejante concepción simplemente hace que la unificación sea imposible. En muchos aspectos, las posiciones a adoptar serán decididas por la vida democrática y la centralización de la acción de la futura organización común.

29: En línea con los puntos desarrollados anteriormente, la ANC y el RC deciden conjuntamente formar una nueva organización con el nombre de “Unión para la Reconstrucción Comunista (URC)”

30: También deciden llamar a todas las organizaciones que se fijan como objetivo la reconstrucción comunista a entablar encuentros y discusiones con nosotros para desarrollar acciones comunes inmediatas y crear así las condiciones para nuestra necesaria fusión hacia un partido comunista de Francia.

Victoire

Fuente: Asociación Nacional de Comunistas (ANC) de Francia, 2 de diciembre de 2024.