16 de septiembre de 2024
La conclusión alcanzada por los comunistas chinos en 1978 no incumbía solo a su país. Es cierto que el Partido Comunista de China (PCCh) le ha dado una solución propia que ha ido enriqueciendo desde aquel año. Pero la cuestión del mercado y el socialismo era ya motivo de debate en los países socialistas y también ha sido objeto de análisis retrospectivo.
Índice
Otras experiencias asiáticas recientes 1
La situación cubana 2
La República Democrática Alemana 3
Algunas enseñanzas generales de la larga tarea de construcción socialista 3
La larga perspectiva histórica china 6
La reforma económica explicada por Deng Xiaoping 7
1) Otras experiencias asiáticas recientes
Otros países socialistas asiáticos, que entonces estaban en condiciones de menor desarrollo que China, llegaron a conclusiones en esencia similares sobre la edificación económica en condiciones de paz.
En 1979, el Comité Central del Partido Popular Revolucionario de Laos aprobó la Séptima Resolución, que implicaba liberalizar el comercio, emplear el capitalismo de Estado y permitir el desarrollo de la industria privada. También paró la colectivización agrícola (que llevaba un año en curso), puesto que no había condiciones adecuadas para ella en un país con importante producción de subsistencia y ausencia de integración territorial. En 1986 Laos aprobó el Nuevo Mecanismo Económico y desde entonces profundiza en las reformas de mercado. Laos continúa siendo un país socialista liderado por un partido marxista-leninista que afronta el bajo nivel de desarrollo con la vista puesta en el objetivo comunista.
Vietnam también hizo algunas modificaciones en el mismo sentido en 1979, en el campo y en la gestión empresarial. En 1986, el Partido Comunista de Vietnam (PCV) hizo una autocrítica similar a la china en el ámbito económico y aprobó la “Renovación”. [1] El actual Subjefe del Comité de Organización Central del PCV, Nguyen Quang Duong, lo explica: “Antes del proceso de renovación, el PCV no era plenamente consciente de que la transición al socialismo era un proceso histórico relativamente largo que tenía que pasar por muchas etapas con pasos intermedios; por lo tanto, se encontró con los pensamientos apresurados, subjetivos y voluntaristas, que forzaban a la realidad a ajustarse a las características del socialismo en la forma de una estructura completa del futuro”. [2]
Desde entonces, Vietnam ha realizado varias exploraciones y reformas, hasta definirse por la construcción de una “economía de mercado orientada al socialismo”. La agencia vietnamita The Voice of Vietnam (VOV) expone así lo esencial de este objetivo: “La definición de la economía de mercado con orientación socialista se dio en el IX Congreso del PCV, en 2001. Se trata de una economía mercantil multisectorial que se mueve en consonancia con el mecanismo del mercado, bajo la gestión del Estado y según las orientaciones socialistas. Esta conclusión fue el resultado de 15 años de cambiar la forma de pensar, estudiar y acumular experiencias en la práctica, gracias a las lecciones sintetizadas tras el séptimo y el octavo Congreso del Partido”. [3]
La República Democrática de Corea no sigue la misma política de reformas de China, Vietnam y Laos. Ha efectuado algunas modificaciones en el mismo sentido, pero de menor calado. Desde los años 90 ha fundado Zonas Económicas Especiales. Durante el siglo XXI ha reforzado la remuneración según el trabajo, ha aumentado los márgenes de la iniciativa individual en la producción agrícola y en la gestión de los pequeños negocios urbanos, y ha realizado reformas en las empresas públicas para hacerlas más competitivas.
2) La situación cubana
En otro continente, el proceso de Cuba ha sido algo más tardío que el de China, Vietnam y Laos.
Comenzó a atraer inversión extranjera desde los años noventa, ante la desaparición del enorme apoyo que aportaba la URSS, recién destruida. De esta década data la explotación intensa del turismo en la isla (también mediante empresas mixtas con inversión extranjera), así como la venta de productos farmacéuticos y biotecnológicos a otros países.
La aprobación por parte de EEUU de la Ley Helms-Burton en 1996 vino a debilitar las posibilidades de Cuba de atracción de inversiones y de apertura al mercado internacional.
Tanto Cuba como la República Democrática de Corea, así como otros países (y a diferencia de China, Vietnam y Laos), enfrentan un duro bloqueo económico estadounidense. Además, su localización geográfica y su pequeño territorio, población y recursos, la sitúan en condiciones especialmente difíciles.
En 1921, el imperialismo tenía necesidad de comerciar con la Rusia socialista. En la actualidad, no puede prescindir de sus relaciones con el enorme mercado chino. Sin embargo, respecto a la Cuba soberana ―ejemplo para la América Latina revolucionaria―, el imperialismo no tiene más interés que su desaparición.
Bajo este duro contexto, el país lleva casi dos décadas de nuevas exploraciones en la construcción socialista. Se han llevado a cabo una serie de regulaciones parciales sin que por el momento se haya logrado un desarrollo reseñable. Se transita de la economía centralmente planificada a una planificación estratégica combinada con una mayor autonomía de la empresa pública, el desarrollo del cuentapropismo y la reaparición de la empresa privada y el trabajo asalariado. Las búsquedas continúan. [4]
3) La República Democrática Alemana
Como se sabe, en la URSS y Europa del este, a finales de los años ochenta e inicios de los noventa, en lugar de efectuar las necesarias reformas económicas socialistas, se llevó a cabo la contrarrevolución capitalista. Pero este resultado no niega que, incluso en países socialistas industrialmente mucho más avanzados que China, se habían tomado medidas que impidieron a estos países crecer más rápido que los capitalistas. Y no hay que olvidar que este crecimiento es la base económica de la lucha decisiva entre ambos sistemas.
En 2001, el marxista-leninista alemán Ulrich Huar (1924-2008) publicó un artículo titulado “La democracia socialista en la RDA. Su nacimiento, su revolución y su destrucción por los contrarrevolucionarios”.[5] En él sometió a crítica que en 1972 en la República Democrática Alemana se llevara a cabo “la transformación en propiedad del pueblo (VEB, Volkseigener Betrieb) de las empresas complementarias, las empresas privadas y las cooperativas industriales de producción artesanal (PGH). […] Con esta decisión, el Comité Central destruyó la base económica de la alianza con los partidos amigos. […] Esta medida tuvo como resultado que numerosos representantes de los partidos del Bloque en la Cámara Popular terminasen por desinteresarse de toda forma de colaboración en la construcción del país. Estudios sociológicos efectuados en los años 80 concluían que sus actividades «no correspondían completamente a las posibilidades existentes». […] La dirección del partido tomó también toda una serie de decisiones que limitaban la autonomía de las cooperativas agrícolas. […] Una plétora de circulares […] limitaron considerablemente el sentido de la iniciativa de los agricultores”.
Otros problemas de la rigidez de la planificación económica en la RDA han sido identificados en un análisis más reciente del Instituto Tricontinental de Investigación Social: “Una política económica y social nacional al servicio del bienestar de la población solo puede llevarse a cabo sobre la base de un alto porcentaje de propiedad pública. En la RDA el porcentaje era extremadamente alto, lo cual a su vez perjudicaba la iniciativa privada en el ámbito de la artesanía, la pequeña empresa y el comercio al detalle. Otro problema económico era la tensión, frecuentemente excesiva, entre la planificación y el balance de las cuentas, que dejaba poco margen para tomar decisiones imprevistas”. [6]
Lo dicho hasta el momento es solo un breve repaso para mostrar que las conclusiones fundamentales del PCCh toman cuerpo en otras partes del mundo. Y que el PCCh no rectificó solo sobre la base de la experiencia china, sino también tras analizar la situación de los diversos países.
En 1978 los comunistas chinos comprobaron que, mientras aquellos años se producía un fuerte crecimiento económico y renovación tecnológica en los países capitalistas, el crecimiento era más lento en los socialistas. Y llegaron a la conclusión de que, si esta situación se mantenía, tarde o temprano conduciría a la derrota del socialismo.
En este reducido artículo no pretendo hacer un balance del socialismo. Semejante tarea es mucho más ambiciosa y profunda. Tampoco pretendo afirmar que todos los problemas del socialismo tuviesen por base la subestimación del mercado en la etapa inicial y que, por norma, más mercado hubiese tenido como resultado un mejor socialismo. La historia es mucho más compleja. Hay infinidad de cuestiones a tener en cuenta.
En Rusia, la burguesía fue desde el inicio enemiga acérrima de la revolución. A finales de los años veinte la burguesía agraria, los kulaks, desataron una grave actividad contrarrevolucionaria. Destruyeron ganado y cosechas. Acapararon productos. Atacaron a las granjas colectivas (koljoses) y a las instalaciones del Estado socialista, así como a miembros de las cooperativas y a funcionarios del partido y de los soviets. En cambio, en China la burguesía nacional fue una de las clases que, pese a sus ambivalencias, contribuyó a la victoria de 1949, y luego, tal y como explicó Mao, fue asumiendo la dirección del PCCh. [7]
La naciente Rusia socialista, agrícola y débil, aislada frente al mundo capitalista, estuvo bajo continua amenaza bélica. A unos meses de su surgimiento, en 1918, fue invadida por 14 países imperialistas para “matar al niño en la cuna”. El pueblo trabajador ruso venció en la guerra civil y la intervención extranjera en 1923 pero, tan solo 12 años más tarde, en 1935, se dibujaban los contornos de la siguiente guerra imperialista. Esta se desató abiertamente en 1939. En 1941, la Alemania nazi invadió la URSS. Sin la industrialización socialista acelerada, dirigida por los planes quinquenales encabezados por Stalin, la URSS nunca habría podido resistir y vencer al nazismo. Dichos planes, llevados a cabo desde 1928, desarrollaron enormemente la economía del país. Y, junto a la vasta experiencia revolucionaria del pueblo ruso (1905, 1917, 1919-1923), impulsaron la actividad de los trabajadores (el stajanovismo surgió a mediados de los años 30). En cambio, la revolución china contó con un campo socialista ya existente, y durante el siglo XX logró verse libre de la amenaza militar de las potencias imperialistas (amenaza que se abalanzó sobre Corea, Cuba, Vietnam, Yugoslavia; dio golpes de estado y formó contrainsurgencia en toda América Latina, Angola, Mozambique, Afganistán, etc.).
Hay otros aspectos a tener en cuenta. Por ejemplo, durante buena parte del siglo XX, más mercado podía rápidamente convertirse en más poder para la burguesía (para desatar la corrupción y fortalecer la contrarrevolución). En cambio, actualmente los medios que tiene un Estado socialista para supervisar y controlar todas las actividades de intercambio son muy superiores.
La situación y posibilidades internas de cada país socialista difieren. Ni siquiera la situación internacional de una misma época les afecta por igual. Cada país, cada etapa, cada situación concreta impone un método para hacer avanzar el socialismo. Pero en muy resumidas cuentas, la ya rica historia de la superación del capitalismo demuestra algunas cuestiones esenciales que conviene no pasar por alto.
1) La contradicción imperialismo-socialismo es un proceso de más de un siglo. En este marco conflictivo, tiene lugar la construcción del socialismo en los países que han logrado romper la cadena imperialista. Estos han sido, por el momento, países que no se encontraban entre los más desarrollados de su época. Estos países tienen la necesidad y la obligación, nacional e internacional, de hacer prosperar el socialismo. No se puede minusvalorar lo extensa que es la construcción del socialismo y el dilatado periodo de existencia al que se ven obligados estos países junto al imperialismo, así como todas las consecuencias derivadas de esta situación.
2) Bajo la dictadura del proletariado, y la influencia y autoridad del partido comunista bien asentadas en su respectivo país, y más aún en tiempos de construcción socialista pacífica y sin bloqueo económico capitalista, el desarrollo de las fuerzas productivas de los países socialistas puede ser impulsado también mediante diferentes estrategias de mercado e incluso mediante el uso de la empresa privada, así como de la inversión extranjera capitalista; todo ello supeditado al proyecto socialista y a la dictadura del proletariado. En este sentido, conviene recordar que cuando se debatía el paso a la Nueva Política Económica (NEP), precisamente una de las cosas que enfatizaba Lenin era el poder comunista capaz de controlar cierto desarrollo de la economía privada. [8]
Hoy, por ejemplo, el PCCh está mucho más arraigado en la sociedad china que el partido bolchevique en 1921 [9] ; ha demostrado a todo el pueblo chino que le conduce y le puede conducir a la prosperidad. [10]
Por otro lado, en el curso de la historia, cabe prever más zigzags entre la planificación y el mercado. Lo crucial es avanzar en el fortalecimiento del país guiado por la dictadura del proletariado. [11]
La historia demuestra que este fortalecimiento no siempre depende de no dejar nada de terreno interno a la producción capitalista. En determinadas condiciones, es posible dejarla desenvolverse bajo cierta regulación, para que contribuya a la conversión de un país agrícola en un país desarrollado. Con ello, es posible lograr un mayor crecimiento del poder económico del país, así como del volumen de la clase obrera y de la confianza de la población en el partido comunista. Esto puede preparar las condiciones para pasos superiores en el camino socialista.
3) El empleo de estas estrategias económicas entraña riesgos políticos e ideológicos, pero el atraso de las fuerzas productivas también conlleva peligros para el socialismo. Por tanto, los partidos comunistas no pueden guiarse de manera dogmática en uno u otro sentido. Necesitan solventar la contradicción principal de cada momento y dar respuesta a las contradicciones secundarias. Todo ello con vistas a asegurar el poder de los países socialistas y así profundizar en la crisis general del capitalismo.
El leninismo ya dio la clave de la cuestión: máxima fidelidad a los principios; máxima flexibilidad en la táctica. Esto es lo que reclama de los comunistas la enorme, dilatada y variada tarea creadora del socialismo. “En la obra nueva, extraordinariamente difícil, hay que saber comenzar desde el principio varias veces. Si después de haber comenzado uno se ve en un atolladero, comienza de nuevo, y así diez veces si es necesario, hasta que uno se salga con la suya.” [12]
5) La larga perspectiva histórica china
En “Fundamentos del leninismo” (texto cuya actual falta de estudio no se puede dejar de lamentar), Stalin expuso en 1924 los dos rasgos característicos del estilo leninista de trabajo: 1) “el ímpetu revolucionario ruso”, que brinda la perspectiva de avance y rompe con toda rutina y 2) “el sentido práctico norteamericano”, que empuja a llevar a término todas las tareas del trabajo que se propone. [13]
Mediante la unión de ambos rasgos, los comunistas logran avanzar en las grandes metas del socialismo a través de las tareas cotidianas. No obra como leninista quien olvida el indispensable trabajo diario y se recluye en las grandes frases revolucionarias. Tampoco quien se deja dominar por la rutina de las pequeñas tareas y pierde el punto de vista revolucionario.
Para la etapa actual, considero que estos rasgos han venido a enriquecerse con uno tercero: la larga perspectiva histórica china.
Este rasgo universalmente necesario se les ha iluminado especialmente a los comunistas chinos. En sus tareas, ellos se han puesto al frente de una sociedad con varios milenios de historia (la única gran civilización de la Antigüedad que aún pervive). Han dirigido a cientos de millones de personas (ahora 1400) en condiciones muy disímiles y en un vasto país. Han abordado la tarea socialista partiendo de un débil desarrollo de las fuerzas productivas. Para el momento de su llegada al poder, el socialismo ya contaba con algunas décadas de experiencia histórica. Han persistido en el camino ante la caída del Bloque del Este y el fortalecimiento mundial del capitalismo. Llevan varias décadas de construcción socialista en situación de paz interna.
Bajo todas estas condiciones, la larga perspectiva histórica china tenía que evidenciarse como necesidad.
Esta perspectiva no se hace ilusiones sobre la aparición inminente de crisis revolucionarias generalizadas (no meramente económicas) en los países capitalistas, y del éxito proletario en ellas. Estas crisis inevitablemente llegarán, incluso en las grandes potencias, pero pueden retrasarse por un tiempo; y la debilidad del movimiento revolucionario occidental puede dejar pasar varias oportunidades antes de lograr templarse.
Tampoco se hace ilusiones respecto a una fácil y rápida construcción del socialismo hacia el comunismo. Entiende que este proceso es un largo camino lleno de etapas, e inspira a manejar en cada una de ellas tantos mecanismos como sea posible para asegurar el avance. Precave contra el revolucionarismo fraseológico y el esquematismo. Con una paciencia solo aparente, moviliza todas las fuerzas que preparan un nuevo escenario. Suelda las aspiraciones milenarias del pueblo chino a una vida de paz y bienestar general (“el sueño chino”) con la vía efectiva hacia su realización: el socialismo rumbo al comunismo. Y lo suelda como tarea incesante de generaciones. Empuja a identificar con claridad, y afrontar con decisión, la contradicción principal de una época, y no teme a las contradicciones secundarias que necesariamente vayan a brotar durante las varias décadas en que una enorme sociedad asciende cierto peldaño decisivo.
La larga perspectiva histórica china, al igual que los dos rasgos que indicó Stalin, tomada unilateralmente también puede degenerar. Puede conducir a la postergación de las tareas socialistas; a olvidarse de avanzar. Por eso es solo un rasgo que necesita estar integrado con el ímpetu revolucionario y el sentido práctico, para llevar al socialismo a la victoria final y al comunismo. Esta advertencia ya la ha expresado Xi Jinping: “El comunismo no es tan simple como ‘patatas con carne’, no se puede obtener de inmediato ni lograr de un solo paso. Pero no debemos pensar que el ideal comunista es un espejismo solo porque es un proceso largo y difícil de alcanzar. No debemos dejar de ser un leal miembro del Partido Comunista. El ideal revolucionario es más alto que el cielo. Lograr el comunismo es el ideal supremo de los comunistas, y este ideal supremo requiere el esfuerzo continuo de generación en generación. Si todos piensan que es algo intangible e inalcanzable, y no hay necesidad de luchar y sacrificarse por ello, entonces el comunismo realmente nunca se logrará. Nuestro esfuerzo actual por persistir y desarrollar el socialismo con características chinas es un esfuerzo concreto hacia ese ideal supremo”. [14]
6) La reforma económica explicada por Deng Xiaoping
Si seguimos las explicaciones del principal dirigente de la reforma y apertura, veremos que la tarea económica de esta nueva orientación consistió en transitar de la economía planificada a la economía de mercado socialista.
En enero de 1980, a un año de las primeras iniciativas, Deng Xiaoping indicaba que era necesaria “la puesta en juego del papel auxiliar del mercado como factor regulador bajo la guía de la economía planificada”.
En octubre de 1982, cuando se habían llevado a cabo las primeras reformas exploratorias, insistía en profundizar en ellas: “La superioridad del socialismo sobre el capitalismo consiste precisamente en la capacidad para hacer de todo el país un único tablero de ajedrez, concentrar fuerzas y asegurar lo prioritario. Pero su deficiencia consiste en no saber valerse del mercado, en que su economía no es dinámica. ¿Cómo resolver el problema de la interrelación entre la planificación y el mercado? Una solución acertada favorecerá el desarrollo económico, y una infortunada traerá consecuencias negativas”.
En julio de 1983, Deng subrayaba la posibilidad de valerse de la apertura al exterior para propiciar la transferencia tecnológica y el aumento de ventas, compras, ingresos fiscales y salarios: “Con lo inmenso que es el mercado de China, muchos países quieren cooperar y comerciar con nosotros, lo cual tenemos que aprovechar como es debido”.
En agosto de 1985, en una entrevista con el Primer ministro de Zimbabue, Robert Mugabe, Deng Xiaoping resumió la coyuntura que afrontaba la reforma y apertura: “Hemos sintetizado la experiencia acumulada en decenios de construcción socialista. En el pasado no comprendíamos con toda claridad lo que significaban el socialismo y el marxismo. Al marxismo también se le llama comunismo. Por el comunismo venimos luchando desde hace años. Nuestra convicción y nuestro ideal consisten en hacer realidad el comunismo. Nunca, ni en los momentos más difíciles, el ideal comunista dejó de ser nuestro soporte moral, y ¡cuántos hombres no dieron su vida para hacerlo realidad! El comunismo significa ausencia de todo sistema de explotación del hombre por el hombre, suprema abundancia de productos y vigencia del principio de «de cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades». Sin una gran abundancia de productos como condición material, es imposible llevar a cabo la segunda mitad de este principio. A fin de hacer realidad el comunismo, es indispensable cumplir las tareas de la etapa del socialismo. Son muchas estas tareas, pero la fundamental es el desarrollo de las fuerzas productivas para echar los cimientos materiales del comunismo. En base al desarrollo de las fuerzas productivas, el socialismo debe mostrar su superioridad sobre el capitalismo. Sin embargo, durante mucho tiempo descuidamos el desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad socialista, que se hizo demasiado lento a partir de 1957.”
En aquella entrevista con Mugabe, Deng mostró su confianza en que China podía conjurar los riesgos: “quisiera subrayar el poderío que posee el aparato de nuestro Estado socialista. Cada vez que se descubra una desviación del rumbo socialista, este aparato va a intervenir y a rectificarla. Es posible que la política de apertura nos exponga a ciertos riesgos, pues junto con ella pueden infiltrarse fenómenos decadentes del capitalismo. Así y todo, nuestra política socialista y el aparato de nuestro Estado son lo suficientemente fuertes para sobreponerse a ello. Por eso, no hay por qué temer.”
En octubre de 1985, Deng le exponía al redactor jefe de la revista Time por qué los comunistas chinos estaban tomando aquellas medidas de mercado: “No hay contradicción esencial entre el socialismo y la economía de mercado. De lo que se trata es de cómo desarrollar con mayor eficacia las fuerzas productivas. […] Combinando la economía planificada con una economía de mercado se pueden emancipar aún más las fuerzas productivas y acelerar el desarrollo económico. […] La superioridad del socialismo tiene que expresarse, en último análisis, en un mejor desarrollo de las fuerzas productivas.”
Para febrero de 1987 las conclusiones continuaban madurando: “En otros tiempos, al aprender de la Unión Soviética, practicábamos una economía planificada. Más tarde, pasamos al planteamiento de hacer de la economía planificada el sector principal. Ahora, debemos dejar de hablar en ese sentido”. “Tanto el mercado como la planificación son métodos. Todo lo que contribuya al desarrollo de las fuerzas productivas lo podemos aprovechar en nuestro beneficio. Es socialista si sirve al socialismo, y es capitalista si sirve al capitalismo”.
Como se aprecia, se habían sentado las bases para que surgiera el concepto de “economía de mercado socialista”.
En el siguiente artículo veremos su gestación, nacimiento y desarrollo.
Notas
⇧1 | “Renovación: Misión más importante del Partido Comunista de Vietnam durante las últimas 3 décadas”. https://vovworld.vn/es-ES/xii-congreso-del-partido-comunista-de-vietnam/renovacion-mision-mas-importante-del-partido-comunista-de-vietnam-durante-las-ultimas-3-decadas-401486.vov |
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⇧2 | Nguyen Quang Duong, diciembre de 2012, “Creatividad teórica del Partido Comunista de Vietnam sobre el socialismo y el camino al socialismo en el proceso de renovación”. https://es.tapchicongsan.org.vn/mega-story/-/-/asset_publisher/hIzgG1nBN4tD/content/creatividad-teorica-del-partido-comunista-de-vietnam-sobre-el-socialismo-y-el-camino-al-socialismo-en-el-proceso-de-renovacion |
⇧3 | “La economía de mercado en Vietnam y el papel trascendental del Partido Comunista”. https://vovworld.vn/es-ES/enfoque-de-actualidad/la-economia-de-mercado-en-vietnam-y-el-papel-trascendental-del-partido-comunista-925989.vov |
⇧4 | Como ilustración del momento actual, es interesante esta entrevista a un pequeño empresario cubano leal a la Cuba socialista, publicada a finales de 2023: https://jovencuba.com/alfonso-larrea-decepcionados/ También en el programa Cuadrando la Caja, “una propuesta televisiva para debatir, cuestionar y llegar a consensos desde el socialismo cubano”, pueden conocerse debates contemporáneos sobre la reforma económica en Cuba: https://www.youtube.com/watch?v=qmF7nrPXlok |
⇧5 | Ulrich Huar. “La democracia socialista en la RDA. Su nacimiento, su revolución y su destrucción por los contrarrevolucionarios”. El texto se encuentra fácilmente en Internet. Se publicó en 2001 en Études Marxistes, nº 52, Bruselas. |
⇧6 | “Renacer de las ruinas: El surgimiento y la consolidación de la sociedad y la economía socialistas en la RDA”. https://thetricontinental.org/es/estudios-1-rda/ |
⇧7 | Mao, 1957, “Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo”: “En nuestro país, la contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional hace parte de las contradicciones en el seno del pueblo. La lucha de clases entre la clase obrera y la burguesía nacional es, en general, una lucha de clases en las filas del pueblo, porque la burguesía nacional de China tiene doble carácter. En el período de la revolución democrático-burguesa, ella tenía en su carácter tanto un lado revolucionario como otro conciliador. En el período de la revolución socialista, al tiempo que explota a la clase obrera obteniendo ganancias, apoya la Constitución y se muestra dispuesta a aceptar la transformación socialista. La burguesía nacional difiere del imperialismo, la clase terrateniente y la burguesía burocrática. La contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional, que es una contradicción entre explotados y explotadores, es de suyo antagónica. Sin embargo, en las condiciones concretas de China, esta contradicción antagónica entre las dos clases, si la tratamos apropiadamente, puede transformarse en no antagónica y ser resuelta por medios pacíficos. Pero la contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional se convertirá en una contradicción entre nosotros y el enemigo si no la tratamos como es debido, es decir, si no aplicamos la política de unidad, crítica y educación respecto a la burguesía nacional, o si ella no acepta esta política nuestra.” |
⇧8 | “La otra [tarea] consiste en hacer efectivas, en los límites máximos, la libertad de intercambio económico para el campesino y la reanimación de la pequeña industria, a fin de dar cierta libertad al capitalismo que crece sobre la base de la pequeña propiedad y del pequeño comercio, y no temer a ese capitalismo, pues para nosotros es totalmente inofensivo. En virtud de la coyuntura económica y política general que ahora ha surgido, cuando el proletariado tiene en sus manos todas las fuentes de la gran industria, cuando es inconcebible toda desnacionalización, no hay razón para temer ese capitalismo. Y cuando sufrimos principalmente a causa de la más completa escasez de productos, a causa de nuestro total empobrecimiento, es ridículo temer que constituya una amenaza ese capitalismo asentado sobre la pequeña agricultura mercantil. Temerlo equivale a no tener en cuenta para nada la correlación de fuerzas de nuestra economía”. Lenin, 26 de mayo de 1921, “Informe sobre el impuesto en especie”. “Es una situación sin precedentes en la historia: el proletariado, la vanguardia revolucionaria, tiene poder político absolutamente suficiente, y a su lado existe el capitalismo de Estado. El quid de la cuestión consiste en que nosotros comprendamos que este es el capitalismo que podemos y debemos admitir, que podemos y debemos encajar en un marco, ya que este capitalismo es necesario para la extensa masa campesina y para el capital privado, el cual debe comerciar de manera que satisfaga las necesidades de los campesinos”. Lenin, 27 de marzo de 1922, “Informe político del Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia”. |
⇧9 | “La satisfacción de los chinos con su Gobierno alcanza el 93%, según un informe de Harvard”. https://espanol.cgtn.com/n/2021-04-26/EffAEA/la-satisfaccion-de-los-chinos-con-su-gobierno-alcanza-el-93-segun-un-informe-de-harvard/index.html |
⇧10 | Compárese con las preocupaciones de Lenin en 1922: “‘Pero los capitalistas, a pesar de todo, sabían abastecer. Y vosotros, ¿sabéis? No, vosotros no sabéis’. Estas son las voces que se oían el año pasado, en la primavera ―no siempre con claridad―, pero que abonaron el terreno para toda la crisis de la primavera del año pasado. ‘Sois personas excelentes, pero no sabéis hacer la obra que habéis comenzado, la obra económica.’ He aquí la crítica más simple y contundente que el año pasado dirigieron contra el Partido Comunista los campesinos y, por el conducto de ellos, toda una serie de sectores obreros. […] En el transcurso de este año hemos demostrado con entera claridad que no sabemos administrar la economía. Esta es la enseñanza principal. O en el año próximo demostramos lo contrario, o el Poder soviético no podrá existir.” Lenin, 27 de marzo de 1922, “Informe político del Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia”. |
⇧11 | “Hemos comenzado a construir la nueva economía de una manera completamente nueva, sin tomar en consideración nada de lo viejo. Y si no la hubiéramos comenzado a construir, nos habrían aplastado por completo en los primeros meses, en los primeros años. Pero esto no quiere decir que nos obstinemos en que, debido a haberla comenzado con tamaña audacia, la debamos continuar sin falta de esta manera. ¿De dónde se desprende esto? De ninguna parte”. Lenin, 27 de marzo de 1922, “Informe político del Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia”. |
⇧12 | Lenin, 27 de marzo de 1922, “Informe político del Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia”. |
⇧13 | Stalin, 1924, “Los fundamentos del Leninismo. IX El estilo en el trabajo”. https://www.marxists.org/espanol/stalin/1920s/fundam/fundam9.htm |
⇧14 | 习近平:共产主义决不是“土豆烧牛肉”那么简单 [ “Xi Jinping: El comunismo nunca es tan simple como «carne con patatas»”] https://baijiahao.baidu.com/s?id=1767186234534753264&wfr=spider&for=pc |