miércoles, 19 de junio de 2024

Por qué el imperialismo e Israel no pueden ganar la guerra de Gaza.



 Junio del 2024

Entrevista a Leila Ghanem por Ángeles Maestro para Con-Ciencia de clase



  1. Lo que golpea y subleva a las masas es el grado de salvajismo y los crímenes perpetrados en Gaza que muchos historiadores consideran sin precedentes en la historia, una barbarie declarada y confirmada por la mayoría de los dirigentes occidentales. ¿De dónde viene esto?

Para responder a esta pregunta, hay que remontarse a la historia, empezando por los amerindios. En su libro «Le précurseur de l’aube» (escrito para conmemorar los cinco siglos de la gran masacre de los pueblos indígenas de América), estima que el continente amerindio estaba mucho más poblado que las cifras dadas por los historiadores blancos (10 millones como máximo), y que al final del periodo precolombino, en 1492, los amerindios eran 50 millones de personas. La mayoría de los habitantes de este continente fueron diezmados. Algunos dirigentes, en Texas y California por ejemplo, insatisfechos con la limpieza étnica, lanzaron guerras de exterminio.

Uno de los líderes indígenas expresó su apoyo al pueblo gazatí: «mi pueblo – declaró– sufrió el mismo terrible destino y los torturadores son los mismos»; «no sólo cometieron genocidio y confiscaron nuestras tierras; en las regiones donde nos hicieron retroceder, nos quitaron todo el acceso a la tierra y al agua para producir nuestros propios alimentos»…

El colonialismo europeo también fue responsable del comercio de esclavos traídos encadenados del continente africano. Según algunas fuentes, en los tres siglos transcurridos entre 1550 y 1850 fueron esclavizados 100 millones de africanos. Se calcula que sólo el 30% de los esclavos llegaron a su destino.

En la historia más reciente, los pueblos colonizados han experimentado la terrible violencia del dominio colonial, con muertes, expropiaciones, privación de libertad y, sobre todo, una profunda negación de la dignidad humana a través de la dominación política, económica y cultural.

Para facilitar el saqueo sistemático de los recursos del continente africano, los colonialistas sometieron a las poblaciones civiles a trabajos forzados, con el resultado de miles de víctimas.

 Algunos de los genocidios cometidos por ese mismo colonialismo en África Oriental siguen siendo desconocidos para el gran público. El ejemplo más llamativo es el del Estado Libre del Congo (actual República Democrática del Congo). En este inmenso territorio, posesión privada del rey Leopoldo II de Bélgica y rico en inmensos recursos, toda la población fue esclavizada y obligada con métodos inhumanos a producir riquezas para enviarlas a Europa. Se calcula que al menos 10 millones de personas perdieron la vida entre 1885 y 1908; algunas fuentes recientes elevan la cifra a 20 millones.

Ya por entonces, figuras como Mark Twain y Joseph Conrad denunciaron el horror.

Otro genocidio africano, olvidado durante mucho tiempo por la historia, fue el del pueblo herero en Namibia. Namibia, un vasto territorio en el suroeste de África con vistas al océano Atlántico, era entonces una colonia alemana. Entre 1904 y 1915, más de 80.000 hereros fueron masacrados por las tropas comandadas por el general Lothar von Trotha. El método utilizado fue especialmente cruel: las tribus herero fueron conducidas por las tropas alemanas al desierto de Omahaheke, donde todos los pozos habían sido envenenados. Los soldados recibieron órdenes de matar a cualquier hombre, mujer o niño que intentara escapar del desierto.

Las cifras de este periodo hablan por sí solas. 

También se produjeron muertes cada vez que la población intentó liberarse del yugo colonial. En Madagascar, en marzo de 1947, el ejército colonial francés masacró a la población malgache, con un balance de entre 20.000 y 100.000 muertos. O en Argelia (apodada el país del millón de mártires), donde el levantamiento de Sétif, el 8 de mayo de 1945, fue sofocado a sangre y fuego, dejando cerca de 45.000 muertos.

Estos son sólo algunos ejemplos de cómo la «civilizada» Europa llevó a cabo un genocidio en suelo africano.

En 1955, en su Discurso sobre el colonialismo, Aimé Césaire explicaba por qué la colonización es una «negación de la civilización, un crimen, una barbarie intolerable”: “Hablo de millones de hombres arrancados de sus dioses, de su tierra, de sus costumbres, de su vida, de su danza, de su sabiduría. Hablo de millones de hombres a los que se les ha inculcado hábilmente el miedo, los complejos de inferioridad, el temblor, el arrodillamiento, la desesperación, el larbinismo«.

  1. ¿Es la batalla librada por Hamás una batalla por el Islam, como afirman Netanyahu y Occidente, o una batalla por la liberación nacional?

Una de las mayores paradojas de esta guerra genocida en Gaza es la mendaz ideología utilizada por Occidente para encubrir los bárbaros crímenes allí cometidos.  Para servir mejor a sus intereses, el imperialismo ha decidido desde 2007 (elección de Hamás) excluir a Palestina de todo análisis político e incluirla en el del «choque de civilizaciones». Por otra parte, la decisión anunciada por los dirigentes israelíes de expulsar a los palestinos de Gaza o de reducir su número a la mitad, tomada antes del 7 de octubre, ha sido pasada por alto, en silencio.

Para lograrlo, primero fue necesario demonizar a los combatientes tratándolos de «terroristas» que encarnaban el mal absoluto, lo que inevitablemente significaba erradicarlos. Este relato de los acontecimientos del 7 de octubre fue fomentado por la CIA y el Mossad», según Jacques Baud en su libro “Le déluge d’El-Aqsa ; la défaite du vainqueur” [El diluvio de El-Aqsa, la derrota del vencedor]. Aunque este relato fue posteriormente totalmente desmentido, la avalancha de burdas mentiras propagandísticas y prejuicios racistas vertidos por los profesionales de los grandes medios de comunicación sigue haciendo mella en la mente. Este es otro frente de esta guerra.

En Europa, como señala Alain Gresh en su último libro, «Palestine, un peuple qui ne veut pas mourir” [Palestina un pueblo que no quiere morir], el enfoque sobre la cuestión palestina ha experimentado un giro que, en su opinión, se remonta al 11 de septiembre de 2001: “hemos pasado, paso a paso, del análisis político de Palestina como ”un hecho colonial» (De Gaulle) al caso de la «defensa del derecho internacional», en los años setenta, a una Palestina que forma parte de la guerra contra «el peligro terrorista» y, en particular, «el peligro del Islam», es decir, la guerra contra los bárbaros.

Esta elección no es aleatoria, sino que se sitúa en el centro de la elección política de una clase dirigente capitalista depredadora sin escrúpulos que se ensaña contra las conquistas sociales desde hace más de 3 décadas y que prosigue su labor de dividir a la sociedad y a la clase obrera para mejor explotarlas y controlarlas, lo que ha sido el terreno predilecto de la extrema derecha fascista en Europa. Así es como Palestina interfiere hoy en el corazón de la lucha de clases en Occidente.

Lo paradójico es que, en un momento en que se acusa a Hamás de librar una guerra religiosa en nombre de Alá, una avalancha de declaraciones de dirigentes occidentales (no sólo estadounidenses, sino también de quienes defienden un laicismo feroz en Francia y Alemania), nos hablan de derechos divinos de los israelíes y de «promesas de los dioses» refiriéndose a creencias religiosas supersticiosas y citando la Torá, el Talmud…

 Muchos estadounidenses consideran los libros sagrados del Antiguo Testamento como los fundamentos de su superioridad étnica y civilizatoria (si hemos de creer las declaraciones de Biden, Blinken y muchos otros, como Mike Janson, citado por el historiador Jean Pierre Fillou en su libro «Comment la Palestine fut perdue et pourquoi Israël n’a pas gagné» [«Cómo se perdió Palestina y por qué Israel no ganó»], en el que explica las razones históricas del conflicto israelo-palestino y demuestra que «el sionismo fue durante mucho tiempo cristiano antes que judío» y que la colonización de Palestina debe mucho al apoyo de Occidente, en particular del Reino Unido y de Estados Unidos… )

Así que estos israelíes en la narrativa occidental, a pesar de Kant y los filósofos de la ilustración, son «los elegidos de Dios», lo que de nuevo les da «un derecho divino a defenderse», incluso si están perpetrando los crímenes más sórdidos conocidos por la humanidad desde su nacimiento.

El imperialismo, que se reviste mendazmente de democracia, laicismo republicano y modernismo, es capaz de adoptar creencias ilógicas (como son todas las religiones), en el ejercicio expansionista de conceder a pueblos elegidos, reinos y estados usurpando las tierras de los pueblos.

Es innegable que esta ideología civilizacional les sirvió como arma pesada no sólo para crear Israel, sino también para desgarrar a la Unión Soviética, derrotar a los movimientos de liberación del Sur global y dominar el orden mundial.

Jacques Baud explica en su libro que Israel y Estados Unidos se aferran a la legitimidad religiosa histórica de Israel, porque de hecho este Estado colonial carece de legitimidad desde el punto de vista de las convenciones internacionales. Ni siquiera la decisión de las Naciones Unidas de conceder un Estado a los judíos basta para legitimar un regalo de tierras de un pueblo a otro; y para recuperar la legitimidad debería haberse organizado en su momento un sufragio, que se evitó porque en 1947 la población palestina seguía siendo mayoritaria (dos tercios de la población).

Hamás es una organización de liberación nacional con un trasfondo efectivamente islámico, pero su principal objetivo es la liberación de Palestina del colonialismo, no el establecimiento de un Estado islámico en Tierra Santa. Todos los dirigentes de Hamás (que han sido asesinados por Israel) son hijos de refugiados que fueron deportados de sus aldeas a Gaza en 1948. La nueva dirección de Hamás se ha distanciado de los Hermanos Musulmanes y considera que representa a «todo el pueblo palestino en toda su diversidad étnica». Su actual dirigente, Yehya Assenwar, ve en Hamás «la continuidad del movimiento de liberación nacional desde su nacimiento con Arafat hasta Oslo, y la del FPLP de George Habash». La lista de presos que serán liberados a cambio de rehenes incluye a los líderes de Fath y del FPLP, así como a George Ibrahim Abdallah.

En un discurso dirigido a los combatientes con motivo del Día de Al Quds, Yehya Assenawr dijo:

Este día es flor y llama

«Este es el día de los amantes de Palestina;

Liberadores capaces de sacrificarlo todo para liberar la tierra

Este es el día de los túneles y las ametralladoras

Y de los combatientes que se empujan unos a otros 

para ganar el honor del martirio«.

  1. ¿Qué significa que, a pesar de su supremacía, Israel, EEUU y la OTAN sean incapaces de ganar la guerra?

Una de las escenas más memorables de la historia moderna es la entrada triunfal de los talibanes en Kabul pacíficamente con ametralladoras al hombro y la retirada con las manos vacías del ejército estadounidense tras un cuarto de siglo de ocupación.

En su libro La défaite de l’occident [La derrota de Occidente], Emmanuel Todd afirma que la cuestión de quién gana y quién pierde en la historia no se mide por el número de víctimas. En Afganistán hubo 100.000 víctimas afganas y 4.500 soldados estadounidenses, y sin embargo fue Estados Unidos quien salió perdiendo, con un coste de guerra asombroso pagado por los contribuyentes;

También en Irak, Estados Unidos salió vencido a pesar de la destrucción del país y de 800.000 muertos iraquíes.

En Gaza, el ejemplo es más bien legendario: 30.000 combatientes siguen luchando descalzos con armas improvisadas fabricadas en túneles, los famosos morteros, y sin cobertura aérea ni satélites, contra el ejército más poderoso y tecnológicamente moderno dirigido por el ejército estadounidense y sus servicios de inteligencia.

Desde el día después del 7 de octubre hasta el mes pasado, se firmaron 100 contratos de armamento.  El Tsahal ha recibido 110 millones de proyectiles155 a un coste de 1245 millones de dólares, así como 1800 bombas MQ84, de media tonelada cada una; 1000 bombas MQ80, de media tonelada cada una.

Sobrevolando la frontera libanesa hay 23 satélites que detectan todos los movimientos de los combatientes Aradwan de Hezbollah.

Otro ejemplo sorprendente de resistencia popular fue el de los combatientes yemeníes, capaces de resistir durante 8 largos años mientras su país estaba sometido a un bloqueo occidental, con una población hambrienta y enferma de cólera, frente a las fuerzas sobrearmadas de Arabia Saudí, que pudo reclutar mercenarios y unidades especiales de empresas privadas con sus petrodólares.

Occidente, en decadencia, arremete violentamente contra los pueblos del mundo para recuperar un poco de respiro. Será derrotado

Georges Orwel en 1984: «Si quieres una imagen del futuro, imagina una bota pisoteando un rostro humano…. »

¿Está Occidente en declive?

Muchos autores han hablado recientemente del declive del imperio estadounidense, que arrastrará consigo a los países de Occidente.

Todd cree que la desaparición del Estado-nación  en Occidente ha llevado a su «desintegración», mientras que en Rusia el Estado-nación se está consolidando, y en Ucrania se está «descomponiendo», porque está siendo manipulado por la OTAN y la «rusofobia» occidental. Para él, esto explica el nihilismo estadounidense, que se caracteriza por una preferencia inmediata por la violencia y la guerra.

En un libro que se ha convertido en un bestseller en Estados Unidos, «Por qué Occidente no puede ganar», Fadi Lama, un estratega libanés, predice que el colapso de la ya extremadamente frágil estructura financiera mundial será tan doloroso como el 11 de septiembre. En su opinión, el neoliberalismo ha conducido a una concentración de la riqueza sin precedentes en la historia, en la que el 10% más rico de la población posee alrededor del 70% de la riqueza mundial.

Que el crack puede ser fácilmente provocado por una serie de actos financieros orquestados por un grupo de especuladores o como resultado de acontecimientos geopolíticos, como el aumento de las tensiones en el suroeste asiático, que desembocaría en un ataque contra Irán. Un probable cierre del estrecho de Ormuz podría disparar los precios del petróleo hasta 200 dólares o más el barril. La marcha hacia la desdolarización del Brics, que ya ha comenzado, es un presagio de este colapso.

Explica que en previsión de esta gran depresión, que sin duda provocará problemas sociales, los depredadores que han promulgado leyes para establecer gobiernos policiales en Occidente, ya están preparando un marco legal para la estructura financiera mundial. Ya sabemos que las fuerzas policiales occidentales se han militarizado cada vez más desde 2001, especialmente con la Patriot Act y leyes equivalentes en la UE.

  1. ¿Por qué, a pesar del desequilibrio de poder, Israel no puede ganar la guerra? ¿Qué repercusiones tuvo el 7 de octubre en su situación económica, militar y social y en su posición internacional?

Podemos decir que Israel ya ha perdido la guerra en Gaza, a pesar del desequilibrio de fuerza entre los combatientes.

En el frente político

– El diluvio de Al-Aqsa del 7 de octubre desestabilizó profundamente al establishment israelí, poniendo en tela de juicio su doctrina de seguridad y socavando la noción de refugio seguro para los judíos sobre la que se construyó el proyecto sionista. Desde 1947, Israel ha sido capaz, gracias a su «industria del Holocausto», según la expresión de Norman Fienckilshtine, y a la ayuda que recibe de Occidente (7.000 millones de Estados Unidos desde los Acuerdos de Camp David y 3.000 millones de los lobbies, además de 6.000 millones de Europa), de reunir a cerca del 45% de los judíos del mundo, con lo que el número de judíos en la Palestina histórica alcanzaría alrededor de 7,1 millones en 2022.

Varios informes fiables coinciden en que 420.000 israelíes abandonaron definitivamente Israel en los primeros 4 meses anteriores al 7 de octubre ; esta cifra se ha duplicado desde entonces según el Washington Post.

– El atentado del 7 de octubre asestó un duro golpe al concepto que Israel tenía de sí mismo como bastión avanzado del mundo occidental y como policía de la región, trastocando así los cimientos de su rol. El país que debía ayudar necesitaba ser ayudado.

– Reveló que la fuerza y el dominio de Israel no son tan esenciales, que derrotar a Israel es una idea viable, no insuperable como puede parecer, sobre todo en la percepción arraigada en la conciencia árabe-musulmana e incluso mundial.

– En su exitoso libro «La historia inventada del pueblo judío», Shlomo Sand citaba a dos sionistas declarados, Bengorian y Goldman, que afirmaban que el proyecto estaría condenado al fracaso si no lograba integrarse en la región. Por lo tanto, la propia existencia de Israel se ha visto afectada, ya que no ha logrado convertirse en una entidad normal en la región, y la gran mayoría de los pueblos árabes y musulmanes siguen considerándolo un enemigo. Los esfuerzos de normalización siguen siendo superficiales, limitados a los regímenes oficiales.

En el frente social 

– La sociedad israelí se enfrenta a una escalada de conflictos internos, y ya podemos hablar de una división vertical entre secularistas y fundamentalistas religiosos, apodados los Daech de Israel por la izquierda israelí, que tienen sus propias escuelas de Talmud y se niegan a asistir a las escuelas estatales. El hecho de que el Estado colono siga reclutando judíos de todas partes ha roto el tejido social.

– Pierre Conesa, antiguo geopolítico y funcionario del Ministerio de Defensa francés, constata que «el frente unido de apoyo a Israel se ha resquebrajado y que parece difícil una recuperación en el futuro», sobre todo tras la entrada en la arena política de países como Sudáfrica y de América Latina fuera de la esfera de ese Occidente, que contribuyó a la creación del Estado de Israel.

Situación económica en Israel

– Para Myret Zaki, reputado economista y periodista, «el sueño israelí ha descarrilado”, sobre todo en términos económicos:

– La economía israelí ya no tiene la dimensión de liderazgo que encabezó la creación y el avance de Israel en sus primeras décadas, y los inversores judíos en Israel y en todo el mundo han desplazado su capital y su atención a otras partes debido a la situación de seguridad y a la guerra en curso». Este fenómeno de fuga de capitales e inversores se remonta a antes del 7 de octubre. Las finanzas de las familias judías se ven atraídas en particular por California. Sin embargo, Israel ha dejado de ser el HOB en términos de tecnología, industria e informática, no sólo por la situación de seguridad sino también por el auge de otros países de la región como Dubai, Arabia Saudí y Turquía.

– El proyecto de Biden de un nuevo siglo para hacer frente a China y Rusia pretendía situar a Israel en el centro de este proyecto, de ahí la normalización con los Estados del Golfo. Además, el proyecto del Canal Ben-Gorian, paralelo al Canal de Suez pero con una doble dimensión, debería permitir a Israel mejorar su posición financiera y estratégica, ya que dispondría del paso marítimo más importante del mundo; pero antes había que anexionarse Gaza y vaciar sus tierras. En plena guerra de Gaza, se creó un puerto marítimo especial para deportar a los palestinos de su tierra.

– Además, Israel está pasando gradualmente de ser un activo estratégico a convertirse en una carga para Estados Unidos y las potencias occidentales que lo apoyan. Según Mohsen Saleh, presidente del Instituto El Olivo, esto puede explicar la inmensa brutalidad empleada durante la ofensiva del ejército israelí contra Gaza, así como las declaraciones de los dirigentes israelíes que presentan este conflicto como una lucha crucial por la «independencia» de Israel, destinada a recuperar el prestigio perdido o mermado. En consecuencia, los propios dirigentes israelíes han advertido de que, si no se logra aplastar a Hamás y neutralizar a la SG como amenaza percibida, se iniciaría la cuenta atrás para el declive de Israel, con sombrías perspectivas para su futuro en Oriente Medio.

  1. ¿Qué hay de la propuesta de los dos Estados que está ganando tanta aquiescencia en los círculos de izquierda europeos? ¿Se trata de resucitar Oslo y la Autoridad Palestina resultante?

Estados Unidos está empujando hacia un escenario similar al de Beirut en 1982. Phillipe Habib (1920-1992), el embajador estadounidense enviado a Beirut, tenía la tarea crucial de deportar a los combatientes lejos de las fronteras de Palestina; Túnez era el lugar elegido. Entonces, a pesar del desarme de todos los campos palestinos, asistimos a la masacre de la población civil – la famosa masacre de Sabra y Chatlla (3.000 muertos)- con el objetivo declarado de sembrar el miedo para acabar con cualquier atisbo de aparición de un nuevo movimiento de resistencia. En aquella época, los responsables israelíes no dejaban de insistir en el mensaje de que «el horror nos servirá a largo plazo para destruir para siempre la moral de las masas».

También se planteó un escenario similar al de la deportación de combatientes afganos para Gaza. En Irak el escenario era diferente porque había que disolver el ejército iraquí: 360.000 soldados fueron despedidos de la noche a la mañana y los oficiales considerados próximos a Sadam fueron masacrados o encarcelados; muchos de ellos fueron reclutados posteriormente por Daech.

Israel no ha renunciado a ninguno de sus objetivos desde el 7 de octubre:

  1. Liberar a los rehenes
  2. Liquidar a Hamás,
  3. Ocupar Gaza
  4. Vaciar Gaza de sus habitantes, incluso mediante una limpieza étnica.

El hecho de que la heroica resistencia de Gaza haya impedido alcanzar estos objetivos, a pesar del apoyo incondicional del imperialismo occidental, ha avivado las diferencias entre Biden y Netanyahu, no en los objetivos, por supuesto, sino en la gestión de la guerra.

Biden está convencido:

 En primer lugar, de que hay que salvar a Israel de sí mismo, dado que su imagen de marca ha sido mancillada y se corre el riesgo de arrastrar a Estados Unidos con él.Ø

 Que podemos conseguir mediante la negociación lo que ya no podemos ganar mediante la guerra, porque la escalada ha llegado a la fase final sin resultado. Aquí se citó el ejemplo de Beirut 82.Ø

 Que la continuación de la guerra en Gaza no permitiría una solución política al estilo de Oslo, que establecería en Gaza y Cisjordania una entidad política cuya tarea sería preservar la seguridad de Israel y poner fin a cualquier atisbo de resistencia para «Ømañana» (es decir, otros 75 años).

La hoja de ruta anunciada por Biden es fruto de las reuniones celebradas en París hace tres meses entre los servicios de seguridad estadounidenses, israelíes, egipcios y qataríes. Se divide en tres fases

  1. a) Un cese de las hostilidades de 6 semanas durante el cual se liberará a decenas de ancianos, enfermos y mujeres detenidos en Gaza, a cambio de la retirada israelí de las zonas superpobladas, la liberación de cientos de prisioneros palestinos y la entrada de ayuda humanitaria… Es en esta fase cuando comienzan las conversaciones para la segunda fase.
  2. b) La segunda fase será la liberación del resto de detenidos, soldados y mujeres a cambio de los prisioneros palestinos, y la entrada de ayuda y conversaciones en la tercera fase.
  3. c) Fin de la guerra, reconstrucción de Gaza, solución de dos Estados y gobernanza de Gaza.

Netanyahu, que está empeñado en volver a la situación anterior al 7 de octubre, considera que cualquier tregua es una ganancia para Hamás y una amenaza inevitable a la existencia de Israel y socava incluso el proyecto sionista. Como solución política, rechaza cualquier entidad palestina, incluso una como la Autoridad Palestina, y apuesta por continuar la guerra todo el tiempo que haga falta, para restablecer el renacimiento de Israel dentro de 5 a 10 años, tras volver a poner Gaza y Cisjordania bajo su control, sobre la base de una autoridad títere que denomina «régimen civil» compuesto por notables de aldea y jefes de clan.

 Afirmando así su soberanía territorial y restaurando su honor mundial perdido al atribuirse un papel en la lucha contra el terrorismo (sic) y el antisemitismo, podrá entonces impulsar la extensión de la guerra al sur del Líbano para desarmar a Hezbollah.

Esta apuesta es considerada por la administración Biden como inviable, incluso suicida, pues llevaría a la desintegración de Israel desde dentro, amenazando su existencia y su influencia regional e internacional, avivando las llamas de la resistencia y conduciendo al declive del control estadounidense y europeo en la región y en el mundo.

A cambio, la administración estadounidense también quiere la eliminación de Hamás, pero en el curso de un proceso más largo, mediante operaciones quirúrgicas y asesinatos de dirigentes de Hamás, mientras avanza en una estrategia política destinada a implicar a sus peones en los países árabes en el mantenimiento del statu quo en Gaza y Cisjordania y en la búsqueda de una solución negociada con Israel en la «solución de los dos Estados»: Israel junto a un «Estado desmilitarizado con bandera», que protegería la seguridad de Israel y sus fronteras.

Según Biden, esto conduciría a la integración de Israel en la región, a la normalización con Arabia Saudí, al fin de la resistencia en Palestina, a frenar la resistencia de Hezbolá y del eje de resistencia, y a un nuevo renacimiento de Israel en la región y en el centro del mundo.

 Hamás, que necesita aliviar a su pueblo, ha aceptado la primera fase de Biden, sin abandonar el anuncio de las condiciones tal y como se presentaron antes de la ocupación de Rafah:

Ø El fin de la guerra,

Ø Retirada israelí de Gaza,

 ØReconstrucción

 ØPor una solución política de un Estado viable, con Jerusalén como capital, sin ningún control israelí, con garantías internacionales que impliquen a países amigos.

Hamás exige un documento escrito y un compromiso estadounidense, egipcio y qatarí para detener la guerra, retirar las tropas y reconstruir Gaza.

Estados Unidos y Egipto intentan actualmente convencer a Israel de que se retire del paso fronterizo de Rafah y asigne una fuerza multinacional (marroquí, emiratí y europea) para supervisar la entrada de ayuda.

Es importante señalar que la exigencia de una solución de Dos Estados da lugar a una amalgama entre la visión estadounidense-israelí de un Estado palestino como el que salió de los Acuerdos de Oslo, que era un Estado tapón al servicio de Israel y que condujo al cercenamiento de Palestina, a la judaización de Jerusalén y al aumento del número de asentamientos de 120 antes de Oslo a 780 en la actualidad.

Pero históricamente, el reconocimiento de la solución de los dos Estados, tal como la reconoce la OLP, significa un Estado palestino soberano sobre todo el territorio ocupado por Israel en 1967, con Jerusalén como capital. Los países que han reconocido recientemente un Estado palestino, entre ellos España, han vuelto a la versión histórica, de ahí la importancia de su acto.

  1. El apoyo a la Resistencia palestina podría ser el comienzo de un nuevo internacionalismo radicalmente antiimperialista… la demostración por parte del pueblo palestino de la posibilidad de resistir e incluso vencer a un enemigo, en teoría, mucho más poderoso…».

La saludable resistencia del pueblo palestino es legendaria, hasta el punto de que te deja sin palabras, si no nos remontamos a Homero y a la tragedia griega. ¿Puede la batalla que se libra a distancia cero desde hace 9 meses ser algo más que un mito? la batalla de los gazatíes es “la batalla victoriosa más increíble que jamás se haya visto«, según Chris Hedge.

En Gaza, no son sólo los combatientes los que resisten, es el pueblo gazatí el que nos está dando un ejemplo de heroísmo poco conocido en la historia. Este pueblo mártir está dispuesto a soportar el genocidio y el horror. Bombardeo continuos cuyos efectos sobrepasan en tres veces los efectos de la bomba de Hirosima.

Y sin embargo, los supervivientes, incluso los niños, salen de debajo de los escombros para anunciar al mundo: «No nos arrodillaremos, no abandonaremos nuestra tierra, aunque todos vayamos a morir». Esta « Ribat» [fortaleza que resiste] es ya una victoria en sí misma. 

Los palestinos ya han sido bautizados como el pueblo de titanes;

Esta resistencia es salutífera porque demuestra, en vivo esta vez, hasta dónde puede llegar el capitalismo en la fase del imperialismo depredador en su salvajismo y negación de todo lo que es humano.

Toda la retórica de la 2ª Guerra Mundial sobre la supuesta defensa de la civilización, la democracia y los derechos humanos ha sido barrida… Todas las filosofías de la ilustración y el acervo de los filósofos de la lógica han sido pisoteados.

Diluvio  de las masas

 Hay que decir hoy que lo ocurrido en Gaza ha llegado al corazón mismo del sistema internacional y se ha señalado con el dedo al enemigo de clase.Ø

 Es evidente la división del mundo entre los regímenes imperialistas, los países de la OTAN, los países serviles al sistema capitalista y los que quieren liberarse del yugo imperialista y aspiran a un mundo más humano.Ø

 La movilización masiva en todo el mundo en apoyo del pueblo palestino ha alcanzado un nivel nunca visto en la historia.Ø

 Esta movilización se ha levantado valientemente contra la represión de los regímenes de «democracia policial» que se empeñan en defender al Estado genocida de Israel, que ha practicado el macartismo y todo tipo de abusos, incluido el encarcelamiento.Ø

 Esta movilización al servicio de un movimiento internacional de apoyo a Palestina puede vincularse a la actual campaña contra el apartheid, el racismo y la islamofobia.Ø

 Invita a reflexionar sobre los vínculos entre movilización colectiva y procesos históricos, y puede servir de base para estrategias de descolonización.Ø

 Esta movilización también pone de relieve la importancia de forjar alianzas que trasciendan las fronteras nacionales.Ø

 Esta solidaridad, desde el corazón del Imperio, tiene el potencial de ejercer una presión significativa sobre los gobiernos occidentales para que pongan fin al genocidio perpetrado en Gaza y al proyecto colonial en Palestina.Ø 

 Esta presión puede ejercerse a través de organizaciones o incluso de grupos que representen a determinadas comunidades o diásporas.Ø

 Esta tremenda solidaridad no es sólo simpatía con las víctimas, ha habido una identificación con la lucha en Gaza, contra los mismos enemigos de clase; la gente sigue movilizándose porque se ha convertido en su lucha.Ø

«En todas las ocasiones, los gazatíes han conseguido sobrevivir y volver a vivir de una u otra manera guerra tras guerra,

pero esta vez es diferente. “Si esta vez Gaza es exterminada, el mundo se acabará inevitablemente«, declaró el sábado el ex futbolista y activista Eric Cantona.

«El mundo ha desarrollado sus formas de matar, su codicia ha crecido y la profanación de los inocentes se ha expandido. Si Gaza no sale airosa esta vez, significará que la victoria será para los más violentos y los más bárbaros».

-Junio de 2024

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