sputniknews.lat marzo 26/2024
La dramática decisión del entonces primer ministro ruso, Evgueni Primakov, de cancelar su visita a EEUU tras el inicio de los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia fue un punto de inflexión en las relaciones entre Moscú y Washington. Expertos explican a Sputnik cómo el incidente propició la decepción de Rusia de un mundo unipolar.
A finales de marzo se cumplen 25 años del famoso giro sobre el Atlántico del entonces primer ministro ruso Evgueni Primakov, un acontecimiento que acaparó la atención mundial en aquel tiempo.
El 24 de marzo de 1999, Primakov volaba hacia EEUU para negociar un préstamo de 5.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional para Rusia. Pero tras ser informado por el entonces vicepresidente norteamericano, Al Gore, de que la OTAN había lanzado una campaña de bombardeos contra Yugoslavia, Primakov decidió dar la vuelta a su avión y regresar a Moscú.
El testigo de la conversación entre Primakov y Gore fue el ahora vicepresidente del Consejo de la Federación (o Senado, Cámara Alta del Parlamento) de Rusia, Konstantín Kosachov, que fue ayudante de asuntos internacionales del primer ministro a finales de los años noventa. Kosachov se encontraba entre los miembros de una delegación del Gobierno ruso a bordo del avión de Primakov cuando ocurrió el incidente.
El jefe adjunto del Senado ruso recordó más tarde que Gore informó a Primakov del comienzo de los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia “en estos mismos minutos”.
Primakov reaccionó diciéndole a Gore que tal acontecimiento significa que la visita de la delegación rusa a EEUU “se hace imposible”, recuerda Kosachov. El legislador añadió que el avión dio media vuelta después de que Primakov recibiera la aprobación del entonces presidente de Rusia, Borís Yeltsin.
“[La medida de Primakov] era la primera señal del desacuerdo de Rusia como Estado con las políticas que EEUU y sus aliados de la OTAN estaban llevando a cabo en un mundo que parecía haber cambiado desde el final de la Guerra Fría, pero que en realidad no había cambiado en absoluto”, destacó Kosachov.
Al responder por qué el llamado bucle de Primakov era tan significativo para la historia, el legislador señaló que “la decisión resultó ser un punto de inflexión tanto literal como figurado en las relaciones entre Rusia y Occidente, algo que reflejaba el total desacuerdo de nuestro país con la línea de Occidente de construir un mundo unipolar”.
Predeterminó todo el curso de los acontecimientos posteriores, opina Kosachov, afirmando que Rusia y Occidente “podrían haber salido de todo esto preservando la asociación en aquellas cuestiones que unen a ambas partes”.
“Sin embargo, ambos siguieron avanzando en direcciones opuestas porque Occidente se negó a reconsiderar su línea política con respecto al mundo exterior y a Rusia. Además, en muchas situaciones Occidente agravó aún más la situación”, indicó el vicepresidente de la Cámara Alta del Parlamento ruso.
Primakov, por su parte, quedó conmocionado al enterarse de que un país europeo era bombardeado por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de los desesperados intentos de Gore por persuadir a Primakov de que diera marcha atrás en su decisión y acudiera a Washington, el primer ministro ruso se mantuvo impertérrito. “Si hubiera aceptado las condiciones de Gore, habría sido un auténtico traidor”, declaró Primakov más tarde.
En cuanto a la decisión de dar la vuelta en U a su avión, el jefe del Ejecutivo ruso no la consideró heroica, calificándola de “comportamiento perfectamente normal de una persona que cree que no necesita alentar la agresión con su presencia en el momento y con su visita”.
“Simplemente cumplí la misión que cualquier otro primer ministro debería haber cumplido. Creo que ahora podemos decir con seguridad que hemos adoptado la posición correcta”, afirmó Primakov.
Este giro de 180 grados supuso un “punto de inflexión” crucial en las relaciones entre Moscú y Washington, señaló a Sputnik en una entrevista el profesor de Historia en la Universidad Americana y coautor del libro La historia silenciada de Estados Unidos, Peter Kuznick.
“Los lazos entre EEUU y Rusia habían sido muy tensos antes de eso. Toda la década que siguió al final de la Unión Soviética [en 1991] fue muy problemática. Así que este fue uno de los principales acontecimientos que marcaron el continuo y cada vez peor deterioro de las relaciones ruso-estadounidenses. Las cosas ya empezaban a torcerse en 1998 con la expansión de la OTAN, y luego con el bombardeo de Yugoslavia por la alianza en 1999”, afirmó Kuznick.
El lanzamiento de la campaña de bombardeos contra el país del sudeste europeo “enviaba un mensaje directo, además de la expansión de la OTAN, sobre la visión estadounidense de Rusia y su desprecio por los intereses de Moscú y su posición en el mundo”, explicó el experto.
“Así que sin duda puede verse como un importante punto clave en cuanto al deterioro de la amistad potencial entre Washington y Moscú y la creación de un tipo de mundo multipolar mucho más positivo”, subrayó Kuznick.
Refiriéndose a las relaciones actuales entre Estados Unidos y Rusia, “la falta de confianza” y “una polarización” entre ambos, el profesor dijo que “los signos de ello ciertamente surgieron con la misión de Primakov en 1999”.
“Lo que comenzó allí de forma relativamente suave y benigna, ha sucedido ahora de forma muy extrema, con las dos naciones nucleares más poderosas del mundo amenazando realmente con el uso de armas nucleares y con la posibilidad de la Tercera Guerra Mundial. Así pues, la situación ha ido de mal en mucho peor y es muy peligrosa en estos momentos”, opina el profesor.
Añadió que el “dramático” gesto de Primakov de dar la vuelta al avión y regresar a Rusia tenía tanto “un significado simbólico como muy concreto y práctico”, dada su gran popularidad en su país, donde el entonces presidente de Rusia, Borís Yeltsin, se encontraba “frágil” y “enfermo” en ese momento.
El profesor emérito de Historia y Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de Delaware, Samuel Hoff, destacó la gran expansión de la OTAN tras el incidente de marzo de 1999.
“Es un hecho que en 1999, la OTAN tenía 16 países. Y mientras estamos aquí sentados en 2024, hay 32 miembros. Y [en cuanto al] primer ministro Primakov, uno de sus objetivos estratégicos finales era tener una relación más multilateral con otros países y quizás incluso una alianza estratégica, en última instancia, contra la OTAN si se producía la expansión”, explicó Hoff.
Moscú ha advertido repetidamente a la OTAN contra su expansión hacia el este, que de acuerdo con el Kremlin podría avivar aún más las tensiones en Europa. En una entrevista con la televisión china el 2023, el presidente ruso Vladímir Putin señaló que la alianza llevaba desde 1991 haciendo promesas vacías sobre su compromiso de no expandirse hacia el este.
El mandatario añadió que se han producido “cinco oleadas” de expansión desde que el Gobierno estadounidense aseguró a Rusia en 1991 que la OTAN no se expandiría en la dirección este.
“Cada vez que expresábamos nuestras preocupaciones, nos decían: bueno, sí, os prometimos no ampliar la OTAN hacia el este, pero eran promesas verbales, es decir, ¿dónde hay un papel con nuestra firma? No existe tal papel, así que adiós. Como ven, es muy difícil dialogar con gente así”, afirmó Putin.