lunes, 31 de marzo de 2025

Trump 2.0: Operación salvar al capitalismo estadounidense


 EE.UU., EUROPA, MUNDO :: 26/03/2025

C.P. CHANDRASEKHAR

La actual política de Trump no se trata de la antigua rivalidad interimperialista que precipitó las guerras mundiales. Tampoco es una era de ausencia de dicha rivalidad

Más bien, se trata de un esfuerzo de la potencia hegemónica por subordinar a todos sus antiguos aliados imperialistas en beneficio de su propia clase capitalista, incluso si eso implica acostarse con antiguos enemigos.

Si el primer mes del segundo mandato de Donald Trump como presidente de EEUU es indicativo, parece que el capitalismo global, con EEUU como potencia hegemónica, se encuentra en un proceso de reestructuración de origen endógeno. Entre las numerosas señales tempranas de la administración Trump para modificar la política estadounidense, tanto interna como externamente, destacan cinco iniciativas en el ámbito económico.

En primer lugar, se está recurriendo a aranceles de importación más altos, por razones que van desde recuperar la producción estadounidense y acelerar el crecimiento de la producción y el empleo hasta utilizar los aranceles como arma para alcanzar objetivos de seguridad nacional.

La segunda es la descarada facilitación de la captura del Estado por parte de las grandes empresas. Una orden ejecutiva ha buscado subordinar a la Casa Blanca a las agencias gubernamentales de aplicación de la ley, anteriormente independientes, como la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Comisión Federal de Comercio (FTC).

Su funcionamiento será supervisado y sus decisiones, examinadas. El impacto inmediato sería el desmantelamiento de los esfuerzos de la SEC para controlar el comercio de criptomonedas y los esfuerzos de la FTC, bajo la excomisionada Lina Khan, para frenar el monopolio y el poder de plataformas como Amazon y Meta.

La tercera iniciativa consiste en exigir enérgicamente a los socios extranjeros el acceso, e incluso la propiedad, de territorios e instalaciones estratégicos que sustentan el comercio global, como el territorio de Groenlandia, el Canal de Panamá o la Franja de Gaza, desalojados de su población palestina. Todo esto, mientras se retira el gasto estadounidense que protege a sus aliados y fortalece su poder blando.

En cuarto lugar, en las maniobras internacionales de Trump hay un esfuerzo bastante explícito por apoderarse, mediante amenazas hoy y quizás con cierta fuerza mañana, de reservas y suministros de minerales críticos, ya sea en Ucrania, Groenlandia o en otros lugares.

Por último, la estrategia de Trump hacia el resto del mundo, ejemplificada por el giro que ha tomado bajo su mando la relación entre EEUU y Rusia por un lado, y Europa por el otro, parece puramente transaccional: llegar a acuerdos con Rusia para obtener acceso a mercados y materiales, y deshacerse de Europa, que se beneficia de los mercados estadounidenses pero no paga su propia defensa.

La historia desde principios del siglo XX sugiere que este dramático giro en la política bajo Trump 2.0 sólo puede entenderse como un esfuerzo por privilegiar el capital estadounidense como parte de la reestructuración de un capitalismo del siglo XXI que ha perdido legitimidad y no puede seguir funcionando como lo ha hecho.

Pero este giro sigue el cambio estructural del capitalismo que se produjo tras la crisis inflacionaria de la década de 1970 en EEUU y otras partes del mundo occidental. Un aspecto central de ese cambio fue el abandono de las políticas keynesianas del New Deal, basadas en una política fiscal proactiva y una fuerte regulación del capital financiero, y la adopción de la desregulación financiera, las restricciones fiscales y las medidas de política monetaria para impulsar el crecimiento basado en el crédito.

El régimen de acumulación que se basa en burbujas financieras para aumentar la riqueza de unos pocos en todo el mundo está resultando difícil de sostener. Esta política surgió tras la crisis financiera de 2008, con la hegemonía y sus aliados adoptando un conjunto de políticas inusuales: una declaración abierta de que las normas que imponen al resto del mundo no se aplican a ellos.

Esta es una nueva forma que han adoptado las relaciones interimperialistas. No se trata de la antigua rivalidad interimperialista que precipitó las guerras mundiales. Tampoco es una era de ausencia de dicha rivalidad.

Más bien, se trata de un esfuerzo de una potencia hegemónica por subordinar egoístamente a todos sus antiguos aliados imperialistas en beneficio de su propia clase capitalista, incluso si eso implica acostarse con antiguos enemigos.

La lógica parece ser que se puede prolongar un régimen insostenible de acumulación dentro de la jurisdicción del Estado estadounidense colonizando el resto del mundo de alguna forma.

La teoría y la historia nos dicen que este es un ejercicio extraño e inútil que acabará mal para el capitalismo.

* Profesor de economía de la Universidad Nehru, Nueva Delhi observatoriocrisis.com


Texto completo en: https://www.lahaine.org/mundo.php/trump-2-0-operacion-salvar

THIERRY MEYSSAN. ¿Se queda sin la OTAN la Unión Europea?



Marzo del 2025

Ursula von der Leyen, da continuidad a la política de su predecesor y compatriota, Walter Hallstein el jurista que en los años 1930 concibió el proyecto Nuevo Orden Europeo para el entonces canciller alemán Adolf Hitler.











Las numerosas reuniones de los últimos días en París, Londres y Bruselas sobre el futuro de la defensa del Occidente político han girado alrededor de que Estados Unidos decida retirarse, parcial o totalmente, de la alianza atlántica. El conflicto ucraniano, invocado como causa de esas reuniones, es sólo un pretexto que no interesa demasiado a los participantes.

¿DE QUÉ SE HABLA CUANDO SE MENCIONA LA “RETIRADA DE ESTADOS UNIDOS”?

Durante su primer mandato presidencial, Donald Trump se planteó la salida total de Estados Unidos de la OTAN. Pero al final, se conformó con obligar los demás miembros de la  alianza atlántica a dedicar a sus presupuestos militares el 3% de su PIB. De esa manera, Donald Trump actuaba según sus principios “jacksonianos” [1] y apostaba por reemplazar la guerra por el comercio.

Lo que se planteaba en aquel momento era que cada miembro de la OTAN tenía que incrementar su aporte financiero a la alianza. Nunca ha estado claro cuánto aporta financieramente cada miembro de la OTAN pero sí se sabe que el aporte de Estados Unidos representa un 16% del presupuesto anual de la alianza y que son muchos los medios  que sólo las fuerzas armadas estadounidenses son capaces de aportar a ese bloque militar. Tratando de esquivar un incremento de la contribución financiera de Francia a la alianza atlántica, el presidente Emmanuel Macron declaraba en aquel momento que la OTAN se hallaba en estado de «muerte cerebral» [2].

La situación actual es radicalmente diferente. El presidente Donald Trump tiene que reducir a toda costa los gastos del gobierno federal –Estados Unidos ha acumulado una deuda sencillamente astronómica y quedaría en bancarrota si sus acreedores exigieran el pago. Como ya expliqué hace 2 semanas, «Trump estaría actuando de hecho como lo hicieron en su momento Yuri Andropov, Konstantin Chernenko y Mijaíl Gorbachov, quienes trataron de hacer un “control de daños” ante el derrumbe inminente del “imperio soviético” de Leonid Brejnev» [3]. O sea, como lo hizo Gorbachov con el Pacto de Varsovia, Trump va a retirarse de la OTAN y no seguirá aportando fondos a esa alianza.

Que Estados Unidos se retire de la OTAN como organización sin retirarse por completo de la alianza significa en la práctica que Estados Unidos renuncia a dirigir ese bloque bélico.

Desde la creación de la OTAN, en 1949, la alianza atlántica ha estado siempre bajo las órdenes de un Supreme Allied Comander Europe (SACEUR o “Comandante Supremo Aliado en Europa”), que siempre ha sido un general estadounidense designado directamente por el presidente de Estados Unidos. El SACEUR actual es el general Christopher G. Cavoli, quien tiene además bajo sus órdenes todas las tropas y medios militares que Estados Unidos mantiene desplegados en Europa.

Esa es la opción que el presidente Trump parece haber privilegiado el 13 de marzo, cuando recibió en la Casa Blanca al secretario general de la OTAN, el neerlandés Mark Rutte. En pocas palabras, Estados Unidos ya no sería el “jefe” de la OTAN sino un miembro más de la alianza, al mismo nivel que, digamos, Luxemburgo.

Pero, sin los medios de Estados Unidos en materia de inteligencia y de transporte militar, la OTAN perdería prácticamente todas sus posibilidades de intervención. De hecho, el  bloque atlántico ya no sería más que un grupo de pequeños ejércitos incapaces de salir cada uno de los límites de su territorio nacional.

¿QUÉ SIGNIFICA UNA “DEFENSA EUROPEA”?

Al inicio de la guerra fría, el objetivo de Reino Unido y Estados Unidos, que dirigían el conjunto de la alianza atlántica, era coordinar a sus aliados europeos para enviarlos a luchar en la península Corea. Eran los tiempos de la “Comunidad Europea de Defensa” (CED), un proyecto que los patriotas franceses, o sea la unión política de los gaullistas y los comunistas, lograron echar abajo en 1954. Los anglosajones crearon entonces la “Unión de Europa Occidental” (UEO), cuyo papel consistió esencialmente en organizar el rearme alemán.

Durante la reunificación alemana, en 1991, el Tratado de Maastricht convirtió la Comunidad Económica Europea en la actual Unión Europea. Los países miembros de la Unión Europea tienen ahora una “Política Exterior y de Seguridad Común” (PESC). Sin embargo, a pesar de la creación de el “Eurocuerpo” –para evitar que los países de Europa volviesen a enfrentarse militarmente–, durante las guerras en Yugoslavia, Alemania apoyaba a Croacia mientras que Francia sostenía a Serbia.

Pero en diciembre de 1998, en la reunión de Saint-Malo, Reino Unido aceptó la idea de instaurar una defensa europea independiente de la OTAN. Días después, la UE agregaba a su “Política Exterior y de Seguridad Común” (PESC) una “Política Común de Seguridad y de Defensa de la Unión Europea” (PCSD) y la ponía en manos del español Javier Solana… ex  secretario general de la OTAN. A partir de entonces, la Unión Europea se consideraba en condiciones de organizar, por propia iniciativa, sus propias operaciones de “mantenimiento de la paz”.

En 2003, al final de la segunda guerra del Congo, cuando milicias rivales luchan entre sí, el entonces secretario general de la ONU, el ganés Kofi Annan, lanza un llamado al que la Unión Europea decide responder. Se inicia así la “Operación Artemis”, con la participación de más de 2 000 militares de 18 países –en realidad Francia aportó casi el 80% de los soldados.

Después de la “Operación Artemis”, Francia, Reino Unido y Alemania proponen la creación de la “Agencia Europea de Defensa” (AED), encargada del desarrollo de las capacidades militares, de investigación militar y armamento de los países europeos. Siguiendo esa idea, el Tratado de Lisboa de 2009 crea el “Servicio Europeo de Acción Exterior” (SEAE), encargado de manejar los elementos civiles y militares a la disposición de la Unión Europea para enfrentar las crisis [A pesar de ser esa su misión real, el SEAE se presenta en público como un órgano diplomático].

En 2015, a raíz de los atentados cometidos en París –orquestados por Turquía [4]– Francia invoca la cláusula de defensa mutua de la UE, el Artículo 42.7 del Tratado de Lisboa.

En 2016, cuando Reino Unido se separa de la Unión Europea, la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, la italiana Federica Mogherini, propone una “Estrategia Global para la Política Exterior de Seguridad de la Unión Europea” (SGUE, también denominada “Estrategia Global de la Unión Europea”). Al año siguiente (2017) se activa la “Cooperación Estructurada Permanente” (CEP o PESCO), prevista en el Tratado de Lisboa. La CEP incluye la creación de un “núcleo duro” de varios Estados alrededor de varios proyectos que deberían concretarse como complemento de ciertas acciones comunes. Simultáneamente se crea un “Fondo Europeo de Defensa” para financiar esta cooperación reforzada.

Con el conflicto en Ucrania, donde la Unión Europea toma partido contra Rusia, alineándose junto a los nacionalistas integristas ucranianos, todo se acelera: Bruselas asigna decenas de miles de millones de euros a la producción de armamento para el régimen de Kiev. Simultáneamente, la OTAN coordina los ejércitos europeos alrededor del campo de batalla para recoger datos de inteligencia militar y aportar ayuda a las tropas de Kiev. La reelección de Donald Trump en Estados Unidos da al traste con todo este montaje.

¿QUÉ OPCIONES LES QUEDAN A LOS EUROPEOS DE OCCIDENTE?

Cuando ciertas potencias europeas –sobre todo Francia, Alemania y Dinamarca, pero no  Polonia, las repúblicas bálticas y Rumania– percibieron que Estados Unidos abandonaba a los nacionalistas integristas ucranianos y se preparaba para llegar, por separado, a un acuerdo de paz con Rusia, los líderes europeos de Occidente (incluyendo a los de Reino Unido, que ya no es miembro de la Unión Europea) se vieron súbitamente ante sus propias responsabilidades.

En las reuniones improvisadas últimamente en París, Londres y Bruselas se elaboró un plan tendiente a prevenir el caos ante una repentina retirada de las tropas estadounidenses estacionadas en Europa. Todos los participantes coincidieron en que:

  1. sus países tendrían que dotarse del armamento que actualmente no tienen . 2) y que tendrían que formar más militares.
    Es importante tener en cuenta que eso exigiría entre 5 y 10 años de trabajo e inversiones antes de que se vean los primeros resultados [5].

Por el momento, los dirigentes europeos de Occidente ven todos, o casi todos, a Rusia como un peligroso enemigo potencial. Pero, el hecho es que no existe peligro alguno de que veamos a Rusia invadir a sus vecinos.

De hecho, la Federación Rusa no ha “invadido” Ucrania, sino que sólo ha iniciado una «operación militar especial» contra los nacionalistas integristas ucranianos, en aplicación de la resolución 2202 del Consejo de Seguridad de la ONU.

Sí existen actualmente los siguientes peligros: que Polonia decida invadir la Galitzia oriental –actualmente ucraniana–; que Rumania decida invadir Moldavia y que la República Spreska decida separarse de Bosnia-Herzegovina e incorporarse a Serbia [6].

También se plantea la difícil interrogante de saber quién encabezaría una coalición para “defender” a Ucrania de Rusia. Francia y Reino Unido, las dos únicas potencias nucleares de Europa, se disputan ese puesto.

Pero todos olvidan que tener la bomba atómica no sirve de nada sin una defensa convencional creíble. Dicho claramente, la ventaja que París y Londres creen tener es inexistente, tanto para sus países como para sus aliados europeos.

En todo caso, Rumania ya hizo saber que no le interesa el “paraguas nuclear” que Francia propone a Europa [7], lo cual quiere decir que prefiere seguir contando con el de Estados Unidos. Mientras tanto, en Londres, buena parte del personal del ministerio británico de Exteriores estima que es inútil hacer castillos en el aire y que sería mejor concentrarse en establecer una alianza con China frente a Rusia.

Tenemos que recordar que la Comisión Europea de hoy es la lejana heredera de la Alta Autoridad de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). De hecho, la presidente de la Comisión Europea de hoy, la alemana Ursula von der Leyen, da continuidad a la política de su predecesor y compatriota, Walter Hallstein. Ese alto funcionario europeo fue el jurista que en los años 1930 concibió el proyecto del Neuordnung Europas (Nuevo Orden Europeo) para el entonces canciller alemán Adolf Hitler.

Hoy, la señora von der Leyen trata de crear un ejército europeo para asumir la defensa de la Unión Europea. Pero esa visión tiene todavía menos posibilidades de llegar a concretarse que las del presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro británico Keir Starmer. ¿Por qué? Porque es imposible hacer una OTAN… sin los medios de la OTAN.

Notas

[1] Referencia a Andrew Jackson, el 7º presidente de los Estados Unidos de América (1829-1837).

[2] “Emmanuel Macron warns Europe: NATO is becoming brain-dead”, The Economist, 7 de noviembre de 2019.

[3] «¿Está Donald Trump haciendo control de daños ante el posible derrumbe del “imperio estadounidense”?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 11 de marzo de 2025.

[4] «El inconfesable proyecto de creación de un seudo Kurdistán», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de diciembre de 2015; «Amenaza de Erdogan contra la Unión Europea», por Recep Tayyip Erdogan, Red Voltaire, 18 de marzo de 2016; «Turquía reivindica el baño de sangre de Bruselas», por Savvas Kalenderides, Red Voltaire, 24 de marzo de 2016; «El “terrorista del sombrero” es informante de los británicos», Red Voltaire, 28 de junio de 2016.

[5] “European military powers work on 5-10 year plan to replace US in Nato”, Henry Foy y Ben Hall, Financial Times, 20 de marzo de 2025.

[6] «La posición de la República Srpska sobre la actual crisis constitucional en Bosnia-Herzegovina», por Zeljka Cvijanovic, Red Voltaire, 6 de marzo de 2025.

[7] “Romania does not need France’s nuclear umbrella – adviser to acting president”, TASS, 17 de marzo de 2025.

(Red Voltaire)

El fin de la democracia en Europa y la nueva forma de coerción


EUROPA :: 24/03/2025

ANDREA ZHOK

Esta vez la democracia ha sido desbordada por la conquista de las instituciones y de los medios de comunicación, desde dentro, por la oligarquía financiera y sus empleados

Con el voto favorable del Parlamento Europeo al plan de rearme (419 votos a favor, 204 en contra y 46 abstenciones), creo que podemos decir que, simbólicamente, hoy la democracia en Europa ha desaparecido. Antes marchitos, hoy han caído los pétalos secos.

No ha sido reemplazada, como muchos temían, por una dictadura.

La historia siempre toma formas diferentes y sorprendentes.

No, esta vez la democracia ha sido desbordada por la conquista de las instituciones y de los medios de comunicación, desde dentro, por la oligarquía financiera y sus empleados.

La maniobra de bypass ahora está completa.

Todos los canales disponibles para que la población se exprese en términos políticamente significativos han sido cerrados o neutralizados. En parte, esto ocurrió con cambios en las leyes electorales, en parte haciendo que el proceso democrático fuera cuestionable sólo por aquellos que tenían fondos significativos disponibles, en parte ocupando el sistema de medios de comunicación en todos los niveles (y expulsando a quienes no se conformaban con escribir al dictado) y en parte suprimiendo el carácter de tercerista por parte del poder judicial, que estaba completamente politizado.

Ahora los golpes pueden sucederse de forma progresivamente más violenta y descarada. Evitar los debates parlamentarios mediante decretos ya es, y será cada vez más, la nueva normalidad. Así como se impide que personas externas participen primero en el debate público y luego en los procesos electorales.

Sea por diseño o simplemente por casualidad, la pandemia ha sido de facto un ensayo general para la militarización de la sociedad y la información: una especie de ley marcial sin guerra.

Este punto de inflexión había sido precedido por muchos pasos intermedios, por muchas quejas sobre la ineficacia de los tiempos políticos, de los rituales de la democracia.

Desde 2022, la guerra ruso-ucraniana se ha convertido en la ocasión para clavar los últimos clavos en el ataúd de la democracia.

A partir de ahora, podéis esperar que los pasajes sean cada vez más rápidos.

Habían pasado unos diez años entre la gran expropiación de recursos públicos de la crisis subprime (2008-2011) y la gran expropiación de recursos públicos de la crisis del Covid (2020-2022). Ahora, y sólo han pasado 3 años, estamos pasando a una tercera expropiación colosal en nombre de la emergencia bélica.

El resultado de este paso es transparente y muy claro.

Se destruirán pilares sociales fundamentales como el sistema de salud y el sistema de pensiones.

Para cubrir el golpe, gran parte del ahorro privado restante será desviado de los ciudadanos hacia activos defensivos (seguros privados, pensiones privadas, etc.).

El sector inmobiliario privado, allí donde, como en Italia, todavía es relevante, se convertirá en primer lugar en la garantía necesaria para la provisión de financiación indispensable para satisfacer necesidades esenciales (salud, educación de los hijos, supervivencia una vez que hayan abandonado la esfera productiva).

El último paso será, por supuesto, la retirada efectiva de los inmuebles, que pasarán a servir de garantía para la concesión de préstamos con intereses por parte de grupos financieros.

Al final del proceso, una ciudadanía diversamente endeudada estará de hecho encadenada, aunque formalmente sea libre: condicionada y sujeta a chantaje en cada paso. Fin de la frase, jamás.

El endeudamiento económico irreversible será la nueva forma de coerción. Ya no se trata de los modelos anticuados de servidumbre violenta, de esclavitud, sino de un sistema limpio, contractualmente impecable y, sin embargo, mucho más estricto y detallado que cualquier relación amo-esclavo del pasado.

Si entonces con esta palanca se decide enviar a los deudores/culpables (Schuld) a ser carne fresca en la guerra o engranaje vitalicio de una multinacional, esos serán los detalles de toda esta historia.

Éste es el futuro que llama a nuestras puertas, y los espacios en los que aún hay posibles márgenes de reacción –si es que aún existen– se están cerrando rápidamente.

sinistrainrete.info. Traducción: Carlos X. Blanco


Texto completo en: https://www.lahaine.org/mundo.php/el-fin-de-la-democracia 

domingo, 30 de marzo de 2025

Los medios «independientes» eran los que financiaba la USAID

  •                                       

    Pascual Serrano
  •   
 23/03/2025 


La izquierda internacional sabe que la USAID era, básicamente, una agencia de intervención y desestabilización contra gobiernos y países que no eran del gusto de Estados Unidos

La decisión de Trump de cerrar la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha generado un terremoto global. A muchas personas les parecerá que su decisión se enmarca en la línea neoliberal de suspender el apoyo a proyectos de cooperación o humanitarios, pero la izquierda internacional sabe que la USAID era, básicamente, una agencia de intervención y desestabilización contra gobiernos y países que no eran del gusto de Estados Unidos. De hecho el presupuesto de la USAID en lo que ellos llaman gobernanza era de 16,8 mil millones frente a los 10,5 de gasto humanitario.

Gracias a una denuncia de Reporteros sin Fronteras, destinatarios de gran cantidad de ayuda de la USAID, hemos sabido que el presupuesto para “respaldar a medios independientes y redacciones en el exilio” era de 268 millones de euros

Pero había un apartado curioso, el destinado a periodistas y medios de comunicación. Gracias a una denuncia de Reporteros sin Fronteras, muy dolidos porque parece que eran destinatarios de gran cantidad de ayuda de la USAID, hemos podido conocer algunos detalles. Por ejemplo que el presupuesto asignado para “respaldar a medios independientes y redacciones en el exilio, y garantizar el libre flujo de información” era de 268 millones de euros.

Y no solamente son periodistas y medios, RSF señala que “hay también grandes ONG internacionales que respaldan a los medios independientes (es el caso del International Fund for Public Interest Media), como pequeños medios locales que sirven a audiencias en países represivos como Irán o Rusia”.

Lo del uso de calificativo de “independientes” precisamente cuando se están quejando de que se quedan sin fondos los medios que dependen del dinero del gobierno de Estados Unidos, resulta muy elocuente.

Los programas de USAID mantenían a medios de comunicación en más de 30 países. Según una nota informativa de la agencia que ya ha sido retirada de Internet, en 2023 financiaron la formación y el apoyo a 6.200 reporteros, asistieron a 707 medios no estatales y respaldaron a 279 organizaciones de la sociedad civil dedicadas a “fortalecer el periodismo independiente”. De nuevo “independientes” si les pagas tú. Para 2025, el presupuesto de ayuda exterior para periodistas y prensa incluía 268.376.000 dólares.

Muchas organizaciones y medios están expresando su desesperación y zozobra, pero otros muchos están callados porque quedaría en evidencia que sus ingresos procedían del gobierno estadounidense.

Es curioso que algunos de los medios y periodistas que se quedan sin dinero de la USAID, por ejemplo de Bielorrusia o de Irán, planteen que ahora, sin su trabajo, se generará un vacío que será llenado por la propaganda de esos gobiernos. Como si lo que ellos hacían no fuese propaganda del gobierno estadounidense.

RSF se queja de que “la entrada de nuevas fuentes de financiación en estos medios supone un riesgo, pues podrían intentar influir en su línea editorial y su independencia”. ¿Acaso no lo hacía el gobierno de Estados Unidos cuando los financiaba? Si precisamente está señalando que sus directivos podrían dejarse influir por las nuevas fuentes de financiación es porque también dejaban a la anterior fuente, la USAID.

En Ucrania, 9 de cada 10 medios dependían de la financiación de USAID. Cuando entra dinero ruso llega propaganda gubernamental, cuando entra dinero estadounidense llega libertad de expresión

Hemos sabido que, en Ucrania, 9 de cada 10 medios dependían de la financiación de USAID. Imagina la pluralidad informativa en un país en el que el 90% de los medios viven del dinero de una potencia extranjera. Y, encima, cuando ese dinero desaparece, denuncias que se acaba la libertad de expresión. Es de lo que se quejaba la directora general de Slidstvo.Info, que señalaba que el 80% de su presupuesto se veía “afectado” por el cierre del grifo de la USAID. «Algunos podrían cerrar o ser comprados por empresarios u oligarcas. Creo que el dinero ruso entrará en el mercado, y la propaganda gubernamental, por supuesto, se intensificará», decía. Cuando entra dinero ruso llega propaganda gubernamental, cuando entra dinero estadounidense llega libertad de expresión.

No deja de ser curioso que, en el comunicado de RSF, se señale que con la suspensión abrupta de estas ayudas se está “asestando un duro golpe a la libertad de prensa”. Es asombroso que la financiación de unos medios de comunicación públicos por parte de cualquier Estado se denuncie como una intervención gubernamental que atenta contra la libertad de expresión, pero cuando el financiador es el gobierno de Estados Unidos comprando periodistas y medios en más de 30 países, lo que hacían era garantizar la libertad de prensa.

Sería muy interesante que, ese mensaje de advertencia que ponen las redes sociales alertando de que estás ante un medio de comunicación financiado por el gobierno de Cuba, Venezuela, Rusia o China, también lo pusieran cuando se trata de alguno de los 707 medios y 6.200 periodistas financiados por el gobierno de Estados Unidos.

Trump aumenta las tensiones con Irán


MEDIO ORIENTE, EE.UU., EUROPA :: 25/03/2025

M. K. BHADRAKUMAR

El 15 de marzo, con el inicio de su ataque a Yemen y la poderosa respuesta yemení, Trump perdió el terreno moral para liderar con la paz a través de la fuerza en su política exterior

El sábado 15, Trump ordenó al Pentágono “lanzar una operación militar decisiva y poderosa” contra Yemen con “fuerza letal abrumadora” en la acción militar más significativa de su segundo mandato hasta la fecha.

Los ataques estadounidenses comenzaron el sábado y continuaron el domingo en la capital yemení, Saná, y otras zonas, en los que, según se informa, han muerto más de 50 personas, la mayoría de ellas niños y mujeres.

Esta matanza gratuita de mujeres y niños indefensos solo puede considerarse un acto de cobardía. Trump tiene las manos manchadas de sangre. Trump escribió en Truth Social dirigiéndose a los yemeníes:

Se os ha acabado el tiempo y vuestros ataques deben cesar, a partir de hoy. Si no lo hacen, el infierno caerá sobre vosotros como nunca antes habéis visto.

Acto seguido, Trump se desvió abruptamente para dirigirse a Irán y decirle que debía dejar de apoyar inmediatamente a los yemeníes. Trump amenazó:

¡EEUU os hará plenamente responsables y no seremos amables al respecto!

Irán ha reaccionado con fuerza. El ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, dijo que Trump no tiene autoridad ni capacidad para dictar la política exterior de Irán.

Araghchi señaló que los yemeníes solo están reaccionando al “genocidio y terrorismo israelíes”. El comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, el general Hossein Salami, advirtió de que Irán daría “una respuesta destructiva” a cualquier ataque.

La beligerancia de Trump se produjo dos días antes de la visita de Anwar Gargash, ministro de Estado de Asuntos Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos, a Teherán el jueves para entregar una carta de Trump dirigida al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, en la que proponía conversaciones sobre el programa nuclear de Irán y el apoyo de Irán a los grupos de la Resistencia.

Teherán sigue abierta a las conversaciones nucleares, pero ha rechazado cualquier vínculo con sus políticas regionales.

Mientras tanto, Teherán ha comenzado a cerrar filas mientras comienza una nueva fase en las políticas exteriores de Trump, con tensiones que aumentan constantemente debido al tema nuclear. La fecha límite de octubre para invocar la cláusula de restablecimiento rápido en el JCPOA (el acuerdo nuclear con Irán de 2015) y reinstaurar las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU se acerca día a día, y, por otro lado, el programa de enriquecimiento de Irán aparentemente ha alcanzado un punto en el que ya tiene un stock suficiente para fabricar «varias» bombas nucleares, según el Organismo Internacional de Energía Atómica.

El 14 de marzo, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, organizó una reunión conjunta en Pekín con los viceministros de Asuntos Exteriores de Rusia e Irán, en la que propuso cinco puntos “sobre la solución adecuada de la cuestión nuclear iraní”, que, a todos los efectos, respaldaban la postura de Teherán. Fue una rotunda victoria diplomática para Irán.

Curiosamente, la reunión de Pekín se programó para que coincidiera con la conclusión de un ejercicio naval de seis días en el puerto iraní de Chabahar con el tema Crear juntos paz y seguridad entre las armadas de Irán, Rusia y China.

Un informe del Ministerio de Defensa chino afirmaba que el ejercicio naval mejoró las capacidades operativas conjuntas de las tres armadas para responder a diversas emergencias y mantener la seguridad marítima, profundizó la confianza militar y la cooperación práctica entre las armadas de los países participantes y sentó una base sólida para la cooperación futura.

Teniendo en cuenta todos estos acontecimientos, Trump se enfrenta a múltiples desafíos a nivel diplomático en relación con la cuestión nuclear iraní, con Teherán, Moscú y Pekín coordinando sus enfoques en el crucial período de seis meses que se avecina y Teherán dando señales confusas sobre la carta de Trump a Jamenei.

Trump no puede estar satisfecho con la situación que se está desarrollando en la vía diplomática y se le hace necesaria alguna táctica de presión contra Irán. En pocas palabras, la mente egocéntrica de Trump tomó la ruta fácil de golpear a los yemeníes con tanta fuerza para enviar un mensaje indirecto a Teherán (y a Moscú y Pekín) de que no se debe jugar con él.

Aunque parece que le está saliendo el tiro por la culata, ya que Yemen, con sus misiles y drones, hizo retroceder al todopoderoso portaviones estadounidense USS Harry Truman. A tal punto que ahora Trump envía un segundo portaaviones, el USS Carl Vinson

De hecho, Moscú se ha metido últimamente en la cuestión nuclear de Irán y se está posicionando para desempeñar potencialmente un papel mediador, así como proveedor de tecnología.

El ministro de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, se pronunció recientemente en contra de vincular cuestiones ajenas (por ejemplo, acuerdos verificables por parte de Teherán para garantizar el cese de su apoyo a los grupos de resistencia en Irak, Líbano y Siria) a las negociaciones nucleares.

Lavrov dijo con franqueza:

Es poco probable que algo así dé resultados.

Lavrov también ha hecho hincapié en el apoyo de Moscú a la postura básica de Teherán de que cualquier reanudación de las negociaciones entre EEUU e Irán debe basarse en el acuerdo nuclear de 2015 conocido como JCPOA, que cuenta con la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU (que, por supuesto, Trump rompió en 2018).

No debe sorprendernos si Moscú se está metiendo en el enfrentamiento nuclear entre EEUU e Irán con gran deliberación cuando está abordando en una pista paralela las intrusivas llamadas de Trump para el cese de las operaciones militares especiales rusas en Ucrania, incluso cuando hay muchos asuntos pendientes por completar y Ucrania no ha mostrado ningún interés genuino en las negociaciones con Rusia – y de hecho ha promulgado una ley que prohíbe expresamente tales negociaciones.

En concreto, Trump sabe que no está en posición de conseguir que Zelensky acceda a una entrega de armas por parte de las tropas ucranianas en Kursk, aunque Putin ha ofrecido que “Si deponen las armas y se rinden, se les garantizará la vida y un trato digno”.

El plazo ruso para la rendición pacífica expiró hace unos días, y Moscú sigue reconquistando terreno. Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia , escribió en el canal Telegram que en caso de que se nieguen a deponer las armas, todos ellos serán eliminados sistemáticamente y sin piedad.

Los nervios de Trump deben de estar a flor de piel, ya que entre las fuerzas de ocupación ucranianas hay también mercenarios occidentales.

Dadas las circunstancias, uno sentía lástima por los yemeníes, a quienes Trump está utilizando como saco de boxeo para descargar sus frustraciones y su furia reprimida contra Teherán. Pero resulta que tienen capacidad de atacar y hacer retroceder a portaaviones y al mismo tiempo bombardear Tel Aviv.

Altos funcionarios de la administración Trump han reconocido abiertamente que se está notificando a Teherán que “ya basta”, expresión utilizada por el asesor de Seguridad Nacional de Trump, Mike Waltz, para interpretar el mensaje matizado del ataque aéreo y con misiles contra Yemen.

Los yemeníes han acusado a la administración Trump de exagerar la amenaza de embargo marítimo, que se limita únicamente a la navegación israelí hasta que se entregue ayuda humanitaria a la población de Gaza según el acuerdo de alto el fuego entre Hamás e Israel.

Evidentemente, los yemeníes no buscan un enfrentamiento con Trump ni deben ser considerados como títeres iraníes. Yemen detuvo por completo los ataques con drones y misiles cuando se declaró el alto el fuego en Gaza en enero. Incluso el mejor argumento de Trump es que los yemeníes habían atacado barcos estadounidenses con Biden.

No obstante, el Mando Central estadounidense describió los ataques como el inicio de una operación a gran escala que puede continuar indefinidamente.

El secretario de Defensa, Pete Hegseth, escribió en X:

No se tolerarán los ataques de los yemeníes a barcos y aviones estadounidenses (¡y a nuestras tropas!); e Irán, su benefactor, está sobre aviso. Se restablecerá la Libertad de Navegación.

Detrás de esa retórica ficticia, Hegseth probablemente entiende que Trump espera que mantenga la olla hirviendo en la región del Golfo durante los próximos meses, a medida que la cuestión nuclear iraní se acerca a un punto de criticidad.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, en un comunicado ese sábado, declaró que el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio llamó a Lavrov y le informó de la decisión de EEUU de atacar a los yemeníes.

En respuesta, Lavrov subrayó la necesidad del cese inmediato del uso de la fuerza y la importancia de que todas las partes entablen un diálogo político para encontrar una solución que evite más derramamientos de sangre.

Bueno, ahora el zapato está en el otro pie, ¿no? El 15 de marzo, con el inicio de su ataque a Yemen y la poderosa respuesta yemení, Trump perdió el terreno moral para liderar con la paz a través de la fuerza en su política exterior.

Indian Punchline / observatoriodetrabajad.com


Texto completo en: https://www.lahaine.org/mundo.php/trump-aumenta-las-tensiones-con

DE NUEVO EL REARME Y LA OTAN EN EL PARLAMENTO

                                                                                              

 











                Néstor Rego, Secretario General de Unión do Povo Galego, BNG.

En varias de las votaciones se ha visto la sintonía total del PSOE con el PP, con VOX, JUNTS y PNV, consiguiendo obviar los aspectos más progresistas de la moción gracias a que ha sumado sus votos a todas las derechas y a la extrema derecha del Congreso.

El pasado jueves día 20 de marzo se ha escenificado en el Congreso de los Diputados un importante posicionamiento político sobre la cuestión más candente de la actualidad política, tanto en España como en Europa en estos momentos: el asunto del rearme de la Unión Europea -recordemos que por un montante de la extraordinaria cifra inicial de 800 mil millones de euros-, al que en nuestro país se ha añadido el de la continuidad o no de la pertenencia a la OTAN.

Dicha carrera armamentística se está llevando a cabo a uña de caballo, con una rapidez inaudita, incrementando un aumento de la   financiación y endeudamiento que tan tajantemente se negaron cuando se sufrió la gravísima crisis económica de años atrás, y cuya puesta en práctica entonces habría evitado innumerables sacrificios para los países del sur de Europa. No había fondos para atender las necesidades humanas más perentorias, pero sí los hay ahora para beneficiar a las empresas de armamento.

Ha sido una iniciativa parlamentaria del diputado del BNG Néstor Rego -Secretario General de Unión do Povo Galego- BNG- el que ha promovido con inteligencia y firmeza  una proposición no de ley que ha monopolizado  gran parte de la actualidad política -aunque la prensa “oficialista” esté tratando de ignorarlo- sobre el rearme europeo y la OTAN, que a grandes rasgos, ha conllevado que el PSOE se haya opuesto a ella y que SUMAR [1], Podemos y Bildu  la hayan apoyado. [2]

Como dice el señor Rego, «es una decisión de gran calado, que orienta que papel quiere jugar el Estado español en el contexto europeo en este momento» , en el que, a su juicio, se está equivocando al reafirmar una política belicista que se empeña en mantener la guerra e incluso incrementar el esfuerzo bélico.

En una entrevista al citado parlamentario publicada el día 21 de marzo en el diario Público,  aclara alguno de los aspectos de la iniciativa:

De la moción del BNG tres de los seis puntos han sido aprobados, «en concreto los que tienen que ver con la condena a las amenazas de TRUMP a terceros países, incluido por cierto territorio de la UE como es Groenlandia, que sorprendentemente no suscitó una reacción de condena de la propia UE, también el rechazo a esa pretensión  de cometer un crimen de lesa humanidad como viene cometiendo Israel, con el anuncio  de tomar el control de Gaza para producir una limpieza étnica y desalojar a toda la población palestina convirtiendo el territorio en un resort  gestionado no se sabe si por EEUU o directamente por las empresas de TRUMP, y además salió adelante una posición genérica pero relevante,  como es que el Estado español debe apostar por la vía del diálogo y de la negociación para mantener la paz y una situación de estabilidad en Europa que haga innecesario el rearme

Sin embargo ha habido otros aspectos nucleares de la proposición del BNG,  en el que se ha producido una división entre los socios de Gobierno, como es la relativa al rechazo al  Plan de Rearme de la UE, que ha traído consigo el apoyo de Sumar y de Podemos y la negativa del PSOE, “siendo además de destacar”–añade Rego «que  el aludido rearme no implica avanzar en la autonomía estratégica de la que tanto se habla en Europa porque lo que en realidad va a suceder es reforzar a la OTAN ACCEDIENDO A LO QUE PIDE TRUMP que es que los países europeos  destinen incluso un 5% del PIB a gasto militar, lo que va a beneficiar directamente al complejo militar industrial norteamericano».

Afirma el aludido político que contra lo que dice Sánchez, más gasto militar no implica más seguridad, debiendo apostarse por la vía del diálogo y la negociación creando un clima de estabilidad que haga innecesario pensar en que la solución tiene que ser comprar más armas.

Ha resultado de gran relevancia política la fractura que se ha producido en el Gobierno de coalición  con motivo de  esta la primera votación que ha abordado la política de defensa tras la propuesta de la UE, al oponerse SUMAR, Podemos y Bildu a entrar en la carrera armamentista, adhiriéndose a la propuesta del BNG de rechazar  los planes de la Comisión Europea de elevar la inversión en Defensa hasta los 800 mil millones de euros,  entre los 27 países de la UE, la renuncia al hilo de esto de que España  incremente  el gasto militar  y por último, la exigencia de que se produzca la inmediata salida de España de la OTAN.

Sumar, Podemos y Bildu han votado a favor de estos tres extremos de la moción , y el PSOE, en contra, y aunque no tiene efectos jurídicos,  sí  conlleva una gran repercusión política al votarse por separado cada uno de los puntos, lo que ha permitido ver las posiciones y diferencias de cada uno de los partidos sobre cada uno de los extremos sometidos a votación.

En varias de las votaciones se ha visto la sintonía total del PSOE con el PP, con VOX, JUNTS y PNV, consiguiendo obviar los aspectos más progresistas de la moción gracias a que ha sumado sus votos a todas las derechas y a la extrema derecha del Congreso.

En concreto, el aspecto en el que la moción pide “oponerse” a la propuesta de la Presidenta de la Comisión Europea de crear un fondo de 800 mil millones de euros para gastos de defensa y compra de armamento, ha sido rechazado con el voto del PSOE, PP, VOX, JUNTS y el PNV (302 diputados),y el voto a favor de SUMAR, BNG y PODEMOS, además de BILDU, sumando un total de 36 disputados.

El aspecto relativo a renunciar a cualquier incremento del gasto militar con el argumento de que ello implicaría reducir los recursos disponibles para políticas sociales, también ha sido rechazado con los votos del PSOE, PP, VOX, JUNTS Y PNV, (302 votos), frente a los votos a favor de SUMAR, ERC, EH BILDU, BNG Y PODEMOS, (44 DIPUTADOS).

Finalmente, el relativo a la salida de España de la OTAN y su disolución ha sumado 37 diputados, entre los que se encuentran SUMAR, BILDU, BNG y PODEMOS, siendo rechazada la moción por los votos sumados de PSOE, PP. VOX, JUNTS y PNV. ERC se ha abstenido.

Debe destacarse entre los entresijos del planteamiento de esta moción el que SUMAR intentó presentar enmiendas a la misma para matizar sus términos para rebajarla y diluirla, pero la firmeza y pericia del diputado Néstor Rego ha evitado entrar en una negociación para aceptar tales cambios, y así poder pedir la votación clara de cada uno de los puntos propuestos.

Esta posición diferenciada de sectores de la izquierda española rechazando la súbita y enorme carrera armamentística planteando la necesidad de un análisis más detallado de la situación y de las exigencias que la nueva realidad  ha traído consigo, insiste en priorizar la vía del diálogo y de la negociación frente al rearme tan querido por los halcones, y resulta mucho más eficaz si de verdad se busca la seguridad en Europa y en el mundo, ante unas negociaciones en lo relativo a la guerra en Ucrania que no van a ser ni tan fáciles ni tan rápidas, como vuelve a poner de manifiesto el nuevo artículo del General José Enrique de Ayala publicado ayer en El Diario.es, “La Paz en Ucrania: ni tan fácil ni tan rápida”, en el que aboga por que «los dirigentes europeos deberían ponerse a la labor de articular un plan coherente  para una paz duradera  en Europa, que no solo afectará al futuro de Ucrania, sino a la seguridad de todo el continente, y al encaje en ella de Rusia que, cuando termine mejor o peor el proceso de paz, seguirá estando donde está».

El interesante posicionamiento conjunto obtenido en el Congreso por sectores de la izquierda del Estado Español no debe hacernos olvidar que la ola que empujan las fuerzas de la guerra, generosamente financiadas por las empresas armamentísticas, no va a detenerse ante los gigantescos beneficios que esperan obtener de estas políticas, y que para hacer frente a las mismas, junto a las necesarias iniciativas parlamentarias, hay que impulsar la más amplia y unitaria movilización de masas que sea posible para evitar que continúe la destrucción del estado de bienestar, ya escaso, que aún queda en Europa, para evitar que disminuya el gasto social, y su inevitable correlato paralelo, como es la limitación de las libertades civiles y los derechos democráticos.

Igualmente es imprescindible poner sobre la mesa las relaciones que existan entre dicho rearme y su relación con la continuidad del apoyo por activa o por pasiva del genocidio del estado de Israel sobre los palestinos, que incluye la venta y compra de armas al estado genocida. Sin duda, el imperialismo y la OTAN (con la complicidad de los dirigentes de la UE) están presentes también en el genocidio del pueblo palestino. Son los peores enemigos de la humanidad.

NOTAS

Grupo Parlamentario Plurinacional SUMAR

Proposición no de Ley del Grupo Mixto en el que se integran BNG y Podemos, Boletín General de las Cortes Generales, Congreso de los Diputados, 21.03.25. Páginas 20 y 21.