Alonso Gallardo militante comunista
La aportación la realizo a partir de lo expuesto en el periódico Mundo Obrero extracto del debate, https://mundoobrero.es/2025/05/23/la-elaboracion-del-programa-estrategico-del-pce-termina-la-fase-de-debate-territorial/ Programa Estratégico del PCE, en línea con el documento final aprobado por el Comité Central este mes de julio; debate que en lo que a mi respecta, nunca llegó a mi puerta y consciente también de otras que por falta de organicidad democrática, se mutila la participación de sectores de la militancia ajenas corrientes. Cuando el funcionamiento orgánico se desnaturaliza para mantener cuotas de influencias, lo que se mata es pluralidad de ideas, democracia y disciplina, por eso, la discrepancia debe articularse mediante una organicidad viva y el centralismo democrático.
Esta aportación no niega profundizar en aspectos del programa y de visionar el socialismo por el que luchamos, sino que intenta explicar, que la recuperación del partido empieza por el respeto a su organicidad por las distintas sensibilidades; por la recuperación de la línea política de masas perdida en los años setenta, en concretar objetivamente desde el pensamiento marxista leninista la realidad geopolítica y social que vivimos y centrar correctamente la crisis del capitalismo de libre mercado monopolizado por colapso geográfico total y competencia del mercado planificado y soberano del Sur Global y países socialistas en particular.
Se pretende con el programa estratégico superar el momento tan difícil, pero no es del momento, llevamos desde los años setenta del siglo pasado que no levantamos cabeza de escisión en escisión y pérdida de influencia social y electoral, desde la hegemonía inicial que teníamos en el movimiento obrero y para ser conscientes de esto, solo basta con mirar por encima la hemeroteca de los últimos cincuenta años. Continúa con que ahora, se trata de pasar a una nueva fase de explicación y de creación de una nueva práctica, la cual considero difícil de construir, si previamente no se da un debate profundo, que rompa con la teoría y práctica nacida de la Conferencia de Roma de 1976 de pacto social, que anuló las células por agrupaciones territoriales; del abandono del leninismo y la división internacional del movimiento comunista nacido del XX Congreso del PCUS. Sin poner un orden ideológico en estos temas que signifiquen una ruptura con la práctica anterior impuesta a plomo, cualquier pretensión de construcción de una nueva es puro idealismo.
Continúa diciendo, que el Programa Estratégico debe crear las propuestas concretas desde las que disputar la hegemonía gramsciana, pero para tal tarea, que no es una cuestión solo teórica, sino que en lo fundamental es práctica, necesitamos primero recuperar los núcleos porque la tarea no es abstracta ni individual, es en su totalidad saber y práctica colectiva y el único instrumento organizativo del partido de intervención de masas son los núcleos, antiguas agrupaciones que sustituyeron a las células, que tal como sabiamente lo sitúan los estatutos más bien por viejos, expresamente dicen: todo militante tiene que participar en una organización de masas de la clase trabajadora como sindicato, asociación vecinal o estudiantil; lugares donde disputaremos la hegemonía cultural entre las masas que comprende la ideológica, política y social, para construir desde estas bases una alternativa de clase al reformismo, a la socialdemocracia liberal economicista, a la burocracia y opciones de la derecha y el fascismo en su seno.
Comenta que el siguiente paso del Comité Central que lo aprobó será devolverlo al debate, lo cual parece correcto pero corto el proceso porque así solo cumplimos con el trámite. Para el partido, lo fundamental es que la militancia lo saque al conjunto de la sociedad con la gente que se rodea en el sindicato, la asociación de vecinos y círculo de estudiantes, pero no para soltar discursos sino explicar la propuesta del partido desde nuestra práctica, escuchar las críticas y aprender para mejorar el discurso y rectificar todo lo que sea necesario, que hay mucho y como dice más adelante, no es un documento cerrado sino un contraste con las diferentes realidades existentes, de donde salga la praxis adecuada que permita el fortalecimiento del PCE, como instrumento útil a la clase obrera y las capas populares en este momento de la lucha de clases. Como es principio el ser instrumento útil de la clase trabajadora en cualquier momento de la lucha de clases, es fundamental recalcarlo, porque es uno de los errores que ha llevado a los comunistas al descrédito entre la clases trabajadora, nacida de las tesis revisionistas del XX Congreso del PCUS y adoptada por sectores del marxismo leninismo occidental que algunos todavía mantienen en plena vigencia, basada en que el partido es quién ostenta la representación del conjunto de la clase obrera, del pueblo e incluso del Estado: es decir ni instrumento ni vanguardia.
Continúa con el papel de los partidos comunistas en el siglo XXI señalando, que siendo importante mejorar las condiciones materiales de la clase obrera, esto no es suficiente sino, que los comunistas tenemos que articular la lucha diaria en el horizonte de la construcción de una alternativa socialista. Clave la advertencia para no caer en el economicismo y el institucionalismo, ya que solo si somos capaces de incorporarla en la mente y práctica de los sectores más avanzados de la clase obrera en las organizaciones de masas para ganarlos en la lucha y militancia comunista, seremos capaces de construir una alternativa de orientación socialista y de ahí, que la táctica como principio de la línea política de masas de trabajo en las organizaciones de masas sea clave para esta tarea, manteniendo los principios del internacionalismo y el antiimperialismo frente al peligro de guerra, base de una de las tesis principales del leninismo que sitúa al enemigo principal de la humanidad: el imperialismo hegemónico yanqui-occidental.
Ante la vieja propuesta de disolver al partido, se propone fortalecerlo con una estrategia orientada a la toma del poder y la construcción del socialismo mediante la ruptura y confrontación política con el bloque dominante. Dicho así parece, que no salimos del mecanicismo en que el partido ha vivido estos años, como cambiar la perspectiva cambiando de acera, cuando se trata de ver la realidad de la lucha de clases bajo las condiciones que la clase dominante impone, bajo el estado de derecho de su democracia limitada como dictadura del capital. Esta visión del estado es clave, para entender la respuesta de Gramsci a las derrotas de las insurrecciones proletarias de los años treinta en la Europa industrializada, donde el Estado burgués tiene una marcada influencia sobre la clase trabajadora y el pueblo y de ahí, la necesidad de trabajar en el seno de la clase obrera para hegemonizarla culturalmente y derrotar a la clase dominante, transformando el estado del capital en un Estado, donde los derechos de la clase trabajadora sean fundamentales y base democrática de la dictadura de la mayoría social.
La prioridad del trabajo de masas en las organizaciones de la clase obrera, es una cuestión básica que a pesar de que viene en los estatutos pocas veces se cumple desde los núcleos. La línea política de intervención de masas se organiza desde los núcleos y su comité, supervisado desde los comités superiores, respetando siempre la autonomía política de los núcleos organizados de forma sectorial, para el entendimiento de una realidad de la que son los únicos responsables de su transformación. Los comités superiores en cambio deben ser territoriales con una visión de conjunto de lo general, integrando en ella la visión más concreta de los núcleos, que son los que intervienen sectorialmente de forma colectiva y planificada y sobre todo evaluada posteriormente, en cada fábrica, centro de trabajo, de sector o uniendo centros de trabajo de una rama de producción o servicios hasta dar el número de militantes, igual que en barrios, pueblos, institutos y universidades. Los cuales desde una visión global, deben intentar aplicar la línea política del partido en lo concreto del centro de trabajo, sector, barrio, pueblo, instituto o universidad, siendo este el único lugar desde donde interactuamos con la clase trabajadora de tú a tú, buscando el debate directo y atentos a la crítica a nuestro hacer más que el alago, que aunque nos haga estar más satisfecho con lo realizado, solo se aprende de los errores que ayudan a rectificar la táctica y el programa.
Por eso, no se trata solo de mejorar y ampliar la presencia del partido en los sindicatos para generar conciencia y articulación social; es que es un principio de nuestra estrategia que de forma sabia lo recoge los estatutos para ser militante del partido, porque es en el mundo del trabajo donde debemos centrar lo fundamental del esfuerzo militante y base, para recuperar la hegemonía cultural y política suficiente para la acumulación de fuerzas y con una mayor movilización, poder dar el puñetazo en el tablero para desestabilizar el mapa político español, demostrando la organización y correlación de fuerzas necesaria para confrontar los obstáculo legales e ilegales, que la dictadura democrática de la oligarquía española impondrá desde los aparatos policial, judicial o militar, como actualmente ponen al gobierno progresista, partidos y personas que lo forman.
En el análisis geopolítico solo centra generalidades, lejos de la tesis leninista sobre el imperialismo que sitúa al enemigo principal de la humanidad al simplificarlo como un conflicto entre bloques, lejos de la realidad y cerca del ninismo mecanicista del trotskismo, anarcoliberales y posmarxistas. No es un conflicto entre bloques, es del Sur Global liderado por China, Rusia, Irán y otros países, contra la práctica autoritaria del libre mercado monopolizado con sus reglas, por el imperialismo yanqui-occidental, que las impone por encima del derecho internacional y de la ONU, de forma violenta y chantajista. Vivimos una fase del imperialismo de la oligarquía estadounidense desde los años sesenta, que se reduce el beneficio del capital productivo por exceso de producción y colapso de un mercado geográfico limitado monopolizado, por la competencia de países del Sur Global con un mercado planificado al servicio de la población como los socialistas o de la soberanía nacional como Rusia e Irán y otros. Que sumado a la pérdida de hegemonía militar por Rusia y China, más la económica, científica y tecnológica por China, para recuperarla inicia desde el crack de las subprime del 2008 la estrategia de caos y guerras y para justificarla, en su país demolió las Torres Gemelas y después destrozó Iraq, Afganistán, Libia, Europa, Asia, África, América Latina, Caribe, para recuperar la hegemonía del monopolio económico y militar perdido bajo la amenaza de la destrucción nuclear, antes que rendir cuenta del genocidio cometido los últimos quinientos años por Europa y EEUU por colonialismo del conjunto de la humanidad.
Tampoco considero centradas las siete contradicciones principales del capitalismo que expone. La principal será la crisis global por sobreproducción y colapso del capitalismo de libre mercado monopolizado, por competencia económica y productiva de los países del Sur Global como Rusia, India o Irán y por los que construyen el socialismo como China y Vietnam mediante un mercado planificado al servicio del pueblo o bien, por un mercado al servicio de la nación y la soberanía que genera la reacción imperialista a la guerra, esta es la realidad que condiciona y determina las demás y el relato posmarxista sobre feminismo y ecologismo, como los movimientos sociales sustitutos identitarios de la identidad de clase del movimiento obrero como sujeto y de la lucha de clases como motor de las conquistas y libertades en España, sean quienes impugnan el sistema capitalista cuando ninguno de ellos se declara alternativo ni propone ningún otro, hablando solo de mejorarlo y democratizarlo, sin entender, que la base de existencia del sistema capitalista es el máximo beneficio individual mediante la propiedad privada de los medios de producción, la tierra y su herencia, base histórica ideológica y material del patriarcalismo y supremacismo liberal y madre, de las dictaduras autoritarias y clasistas que vivimos bajo los poderes de los instrumentos fácticos del Estado del capital. El mismo del que antes hablábamos de destruir para construir de forma gramsciana, uno democrático para todo el pueblo.
El segundo tema fundamental desde los intereses generales de la clase trabajadora, es la ruptura del pacto social de la transición con la oligarquía española dominante, pactado por el PCE y PSOE con el apoyo de CC.OO y UGT a cambio de la entrada en Europa y de su estado de bienestar, roto en el 2011 por Zapatero como Presidente del Gobierno del PSOE bajo las presiones del poder financiero, asumiendo los mayores recortes del estado de bienestar de la clase obrera y financiación pública de la banca privada, provocando con su dimisión nuevas elecciones y formación del nefasto gobierno de Rajoy, que continuó la labor. Ruptura social que provocó el nacimiento de una movilización ajena a los sindicatos obreros y partidos de izquierda históricos y nacimiento de movimientos como el 15 M y otros, que acabaron con la corrupción del régimen del 78 y pérdida de valores democráticos y libertades, dando pie a una nueva correlación de fuerzas y a la formación del primer gobierno progresista desde la dictadura con la participación de Unidas Podemos en el 2020. Concreción local de la situación geopolítica global de que los cambios y rupturas en España son fruto de la crisis y colapso del sistema capitalista.
Dentro de este proceso se avanza de forma rápida en la precarización del trabajo y de la vida social, que si bien la movilización generada por los recortes del 2011 continuada tras el gobierno de Rajoy, permitió un gobierno progresista que paralizó nuevos recortes, no evitó los firmados por sindicatos y la izquierda con el gobierno de Zapatero, centrados en su mayoría en la reforma de la Seguridad Social y pensiones. Desarrolló mejoras en derechos laborales, pensiones, subsidios o igualdad de géneros, pero no fortaleció la organización de la clase obrera donde trabaja, vive o estudia, con lo cual, la clase obrera en estos momentos tiene más derechos que capacidad de hacerlos cumplir. La uberización o precarización de la vida laboral jurídicamente en lo fundamental está contemplado en la legislación laboral, pero el empresario no se siente obligado al cumplimiento de la ley por la caracterización de clase del estado que vivimos, por la propia debilidad de los sindicatos obreros y la débil conciencia y organización de clase. Todo trabajador por Ley está obligado a tener una relación jurídica con el empleador, pero si el trabajador no lo denuncia, nadie ni los sindicatos pueden hacerlo por él, queda la denuncia a Inspección de Trabajo que además del empleado pueden hacerla los sindicatos, pero existe un problema, que el empresario puede despedir al trabajador aunque sea improcedente y un poquito más caro, pero barato como sistema para impedir precedentes de denuncias. No es la falta de la Ley por mucho que se pueda mejorar, es la falta de sindicatos obreros en los sectores precarizados para responder colectivamente desde el sector luchando por el convenio colectivo, denunciándolo jurídicamente y ocupando la calle.
Los comunistas sobre los territorios con su propuesta de autonomía federal para todos, no revierte la confederalidad de facto del fuero navarro, del cupo vasco y por el coño de la Bernarda en Madrid. Los comunistas carecemos de propuesta concreta de Estado al servicio del pueblo trabajador, que centre lo fundamental de los intereses de la clase trabajadora, garantizando los mismos derechos y deberes del estado de bienestar y las mismas imposiciones fiscales, independientemente del territorio donde se viva y sin menoscabo del derecho cultural y lingüístico materno de cada persona y de la solidaridad con la España vaciada, fruto del desarrollo salvaje del capitalismo de libre mercado monopolizado. La propuesta de un estado republicano y soberano, debe hablar de los territorios, demografía y movilidad, apostando por el desarrollo del campo y por la ruptura de los acuerdos de la UE, sin lo cual, no hay posibilidad de un desarrollo sostenible del campo, ni de soberanía alimentaria, ni de llevar el desarrollo tecnológico a los pueblos, ni los derechos del estado de bienestar en sanidad, enseñanza o transporte público.
Sobre la democracia y la vida segura, debemos aclarar que España no es una sociedad donde la clase trabajadora vive en democracia, ni la constitución centra como derechos fundamentales los derechos de la clase trabajadora, de hecho, solo blinda los de la oligarquía propietaria de los monopolios empresariales y financieros. Por lo tanto, la democracia por la que luchamos es la de las mayorías que representa la clase trabajadora que vive exclusivamente de su trabajo, por eso la democracia por la que luchamos debe ser republicana y blindar los derechos de la clase trabajadora como fundamentales y como política de defensa, una neutralidad activa en defensa de la igualdad de todos los países bajo el derecho internacional de la ONU y acuerdos que lo desarrollan. Tampoco podemos plantear bajo el capitalismo de libre mercado monopolizado en su crisis final por colapso, sobreproducción y competencia del Sur Global un desarrollo sostenible, por ser cien por cien antagónico para el beneficio del capital, único interés del capitalista en la inversión y el desarrollo. Debe plantearse dentro de la propuesta y práctica de gobierno de la izquierda y de apuesta por un mercado planificado al servicio del pueblo ecosocial y sostenible.
Una de las principales tesis del posmarxismo eurocomunista fue la teoría de diversidad de identidades individuales y sujetos transformadores, diluyendo la única identidad ajena a un deseo o ilusión individual independiente del género, sexualidad, color de piel o religión: ser clase obrera por el lugar que ocupas en las relaciones de producción, por el salario que recibes a cambio de la venta de tu fuerza de trabajo y no tener responsabilidad de mando y dentro del marxismo occidental, las tesis feministas de género de los liberales demócratas estadounidenses con un interseccionalismo mal entendido, cuando no conscientemente tergiversado, por un progresismo liberal mecanicista y metafísico, ajeno a toda lógica dialéctica. Es idealismo subjetivo pretender un cambio cultural en la mujer sin incorporarla al mundo del trabajo, único instrumento de valor como derecho y obligación existente de empoderamiento e independencia individual: el vivir del salario de su propio trabajo, exactamente igual que el hombre que desde su conciencia de clase se empodere de forma voluntaria y se incorpore a la lucha política, organizándose en sindicatos obreros; donde colectivamente con sus compañeros, defiendan la igualdad de derechos, trabajo y salario en el centro de trabajo, sector de producción o servicios y en la calle y también, que desde el partido y las organizaciones obreras de masas, luchemos para que el hombre participe en las tareas del hogar y de cuidados. Cuestión cultural que no solo la padece el hombre, también la sufre la mujer, por eso su liberación solo podremos lograrla desde su voluntariedad, acabando con la mentalidad patriarcal y machista inserta durante milenios en la sociedad.
Considero que poco lograremos con una actitud paternalista y protectora ante la mujer, y así nos lo cuenta el problema del machismo en sociedades que construyen el socialismo, donde los cambios de modelo económico y de relaciones de producción dentro de la lucha de clases son insuficientes, que debe contener en paralelo cambios profundos desde la edad temprana en la enseñanza, formación, trabajo, legislación, familia y relaciones sociales para acabar con un machismo patriarcal de milenios y los últimos dos mil años en Occidente, bajo la hegemonía cultural de la iglesia católica que impuso el patriarcalismo como ley, para perpetuar la propiedad privada mediante la herencia de los bienes acumulados, de la tierra y medios de producción, durante los siglos de esclavismo, feudalismo y de capitalismo colonial e imperialista.
Al tiempo debemos reconocer, que los limitados derechos existentes fueron conquistados bajo los gobiernos socialdemócratas liberales y que en la actualidad, todo lo incorporado no ha mejorado en absoluto las condiciones sociales y laborales de la mujer, excepto, que por necesidades del mercado laboral la mujer ha tenido un notable ascenso en el empleo, pero como siempre en peor condiciones que el hombre en el ámbito de la empresa privada, centrada mayoritariamente en trabajos precarios y de cuidados con menores salarios. La pregunta a contestar de por qué no han mejorado las condiciones sociales y laborales de la mujer, esencialmente es porque están fuera del marco de la capacidad social de incorporarla a la vida práctica, no por falta de cobertura legal, sino por falta de fuerza social organizada para imponerla en el mundo del trabajo, relaciones sociales y aparatos de dominio y control esenciales en el estado burgués: policía y judicatura. También decir, que con los avances legales vinieron retrocesos con el reconocimiento de la diversidad de género ligándolos a la diversidad sexual, que significó un retroceso legal en el reconocimiento histórico de la opresión social y laboral de la mujer, dividiendo al movimiento feminista y dando armas por su radicalidad sectaria en la responsabilización solo del hombre en la violencia machista, favoreciendo a la extrema derecha y fascismo en ridiculización del feminismo de clase; hoy en su mayoría burgués de género, supremacista liberal con una tendencia antiobrera que no cuestiona el sistema capitalista.
Cuando sitúa propuestas concretas ante la situación geopolítica, sitúa propuestas estratégicas fuera del contexto real y de la solidaridad internacionalista; las propuestas concretas de los comunistas pasan por el derecho de Rusia a defender su seguridad y soberanía, exigiendo al gobierno una posición clara ante la agresión a Rusia por la OTAN y élites que representan a la oligarquía europea imperialista; por el cese de la financiación y apoyo militar de España y la UE a la guerra de la OTAN en Ucrania contra Rusia. Todo apoyo a la resistencia palestina en lucha por su soberanía denunciando el genocidio; solidaridad con Irán ante la agresión yanqui-sionista, con el Líbano y Yemen asediados y bombardeados, con la Cuba socialista bloqueada junto junto con Nicaragua y Venezuela amenazadas y apoyo a la multipolaridad, ante el caos y las guerras que la unipolaridad yanqui-occidental crea en el planeta.
Suscribo superar el modelo organizativo del PCE federalizante por disgregador, para fortalecer el centralismo democrático y de paso, centrar ideológicamente el concepto único de clase en todo el Estado y su carácter universal y desde este principio, dar cuerpo al carácter de clase de la propuesta de Estado que representa a la clase trabajadora como mayoría social. Estando recogido esta máxima por el partido, considero que no está bien articulada desde la defensa del Estado Autonómico que se hace con derechos y deberes diferenciados, como anteriormente ha quedado dicho. Esto ha llevado ha que en el partido existan muchos métodos de debate y quién lo tiene que garantizar sobre la base del cumplimiento de los estatutos son los comités superiores. Pero no solo debate, lo fundamental es que se reúnan y debatan los núcleos y comités, todo lo relacionado con la vida del partido y del trabajo de masas, dando una orientación y dirección colectiva al trabajo y aunque sea reiterado, no podemos tener discursos parcializados por temáticas identitarias, debe haber uno integral donde cada cuestión ideológica, económica, política o social, debe estar definida desde una perspectiva de clase las definiciones feministas, ecologistas, pacifistas, sexuales, de género, antifascistas, antirracistas o animalistas que nos definen como comunistas.
El documento se cierra con una serie de objetivos articulados en tres bases. El primero sobre la formación donde nada sobra, pero lo fundamental es que sea bajo la experimentación y práctica del trabajo colectivo de masas desde los núcleos, dirigiendo o cuando menos participando del debate de las luchas y tareas diarias en la organización de masas en que participa, ya que el objetivo final de todo revolucionario es transformar la realidad y en este caso, del entorno del que trabajas, vives o estudias. El segundo sobre el modelo organizativo, lo primero que funcione orgánicamente y más que aplicar está en experimentar mediante el trabajo de masas, la política del partido, programa y alianzas, siempre para mejorar rectificando desde la perspectiva de los intereses generales de la clase obrera y solo así lograremos el punto tercero de acumulación de fuerzas.
Pero para el desarrollo de estos pilares, debemos ser conscientes de que el partido no tiene la fuerza ni la militancia suficiente para atender y participar de las instituciones y reorganizarse en el seno de la clase trabajadora; por lo cual, es necesario hacer un debate profundo para una aplicación de prioridades estratégicas, partiendo de un hecho claro, de que si no logramos recuperar la hegemonía en el seno de la clase obrera, mediante la recuperación de sus organizaciones de masas para la lucha por su emancipación e incorporando su vanguardia al partido, difícil será no solo cualquier avance sino mantenerlo y mucho más, en la actual situación de crisis global en Europa por colapso del capitalismo de libre mercado monopolizado por la competencia económica, política y militar del Sur Global, que no bloque, dirigidos por China, Rusia e Irán y sus aliados del BRICS y la OCS en lucha por un mundo multipolar entre iguales unidos por la ONU y el derecho internacional, principios todos ellos antagónicos con la estrategia del imperialismo yanqui y aliados y sus reglas de mercado libre monopolizado.