sábado, 30 de agosto de 2025

Religión, izquierda obrera y lucha de clases en el mundo islámico: entre el antiimperialismo y la manipulación política


Carlos Martinez, politólogo         El Común21/08/2025

La relación entre el Islam y la izquierda de clase ha sido históricamente ambivalente, marcada tanto por alianzas estratégicas como por profundas contradicciones. Desde las luchas anticoloniales del siglo XX hasta los movimientos de resistencia actuales, el mundo musulmán ha sido escenario de una compleja intersección entre religión, lucha de clases y antiimperialismo. Este análisis aborda: 

1. El Islam como factor de movilización antiimperialista y su relación con la izquierda obrera. 

2. La demonización europea del Islam y su uso para dividir a la clase trabajadora. 

3. El papel de Irán, Palestina y los movimientos de resistencia (Hezbolá, Hamas, Ansarolá) en la lucha contra el colonialismo. 

4. La manipulación del Islam por parte de regímenes reaccionarios, como la monarquía marroquí en España.

5. La diferencia crucial entre el yihadismo reaccionario (ISIS) y los movimientos de liberación nacional islámicos. 

1. Islam y lucha de clases: del socialismo árabe a la resistencia islamista

El socialismo árabe y sus límites

Tras la descolonización, varios países árabes adoptaron modelos de socialismo árabe, combinando nacionalismo, estatismo económico y discurso antiimperialista. Gamal Abdel Nasser (Egipto), el Baaz en Siria e Irak, y el FLN argelino promovieron reformas agrarias, industrialización y alianzas con la URSS. Sin embargo, estos regímenes: 

– Sufrieron un contexto internacional de agresiones por lo que les fue difícil crear democracias obreras e incluso fracasaron por guerras de invasión y/o burocratización interna si bien implantaron poderosos estados educativos del bienestar, dando importantes pasos en materia de igualdad y avances sociales. 

– No resolvieron la cuestión palestina, pues sufrieron derrotas militares contra Occidente y el sionismo. La expansión de Israel se debió al apoyo del imperialismo occidental y también a errores militares de los ejércitos árabes. Si bien ni nunca reconocieron los baazistas y nasseristas el estado de Israel ni cesaron en su apoyo a la causa de la resistencia palestina. Nasser es de facto el fundador de la OLP.

El vacío es decir su derrota, impulsado por el MI6, CIA y MOSSAD facilitó el auge de movimientos islamistas que, pese a su conservadurismo social, capitalizaron el descontento popular contra élites corruptas y el imperialismo. 

Islam político y resistencia antiimperialista: 

Organizaciones como Hezbolá (Líbano), Hamas (Palestina) y Ansarolá (Yemen) surgieron como fuerzas de base religiosa pero con un claro programa de lucha social y anti ocupación. A diferencia del islam tradicional pasivo, estos grupos: 

– Articulan redes de asistencia social (escuelas, hospitales) en zonas abandonadas por el Estado. 

– Combaten ejércitos invasores (Israel en Líbano y Palestina, Arabia Saudí en Yemen). 

– Mantienen alianzas tácticas con la izquierda secular (ej.: Hamas y el FPLP en Palestina, o el FLN en Argelia y el FPOLISARIO en el Sahara Occidental). 

Su inclusión en listas de «terrorismo» por Occidente responde a su desafío al orden neocolonial, no a una supuesta amenaza yihadista global. 

2. La fobia europea al Islam: racismo y división de clase

La Islamofobia puede ser una herramienta del capital 

En Europa, el musulmán es estereotipado como «atrasado» o «peligroso», ocultando que: 

– La mayoría de musulmanes europeos y/o que residen en Europa son trabajadores migrantes y que forman parte de la clase obrera en su mayoría, víctimas de guerras y pobreza generadas por el imperialismo por ejemplo: huidos de las guerras de los EEUU y la OTAN y víctimas de la destrucción por parte del imperialismo de varios estados árabes, africanos y del Oriente Próximo. Subsaharianos que terminan explotados en la agricultura española en inmigraciones favorecidas por las grandes patronales. 

– El «pánico islamista» justifica políticas represivas (leyes antiterroristas, vigilancia masiva) que afectan a toda la clase obrera. (Ej: la ley mordaza española afecta a toda la clase obrera y la sigue reprimiendo) se aplica la referida ley, tanto contra inmigrantes como contra sindicalistas, huelguistas y activistas sociales. 

– Se ignora el rol de Europa en alimentar el extremismo (apoyo a los muyahidines afganos en los 80, bombardeos sobre Oriente Medio y destrucción de Libia). En nuestros días apoyando a las guerrillas yihadistas en el Sahel y guerras civiles en África.

Marruecos y el control de la diáspora musulmana en España:

Un caso paradigmático es el uso político del Islam por la monarquía alauita: 

– El gobierno marroquí financia mezquitas y asociaciones islámicas en España para vigilar a su diáspora y evitar críticas al régimen. 

– Espionaje a autoridades, empresarios y ejército español. Casos como el uso del software Pegasus para espiar al gobierno y represión contra independentistas saharauis y periodistas muestran esta injerencia. 

– Instrumentalización del conflicto migratorio: Marruecos chantajea a Europa con abrir/cerrar fronteras (ej.: crisis de Ceuta en 2021), mientras explota a sus propios migrantes. 

La izquierda debe diferenciar entre el musulmán trabajador y el Islam como herramienta geopolítica de regímenes reaccionarios. 

-3. Irán y Palestina: antiimperialismo en tensión 

Irán: ¿Teocracia o resistencia? 

La Revolución Iraní (1979) derrocó al Sha pro estadounidense, pero impuso un sistema teocrático que: 

– A pesar de control e incluso represión en ocasiones de minorías  izquierdistas, feministas y laicos, mantiene una política exterior antiimperialista (apoyo a Hezbolá, oposición a Israel). 

Este doble rol exige una crítica, en aspectos de laicidad pero solidaridad con su resistencia a EE.UU. Defensa solidaria de su soberanía y oposición a cualquier contra revolución o injerencia imperialista.   

Palestina: símbolo de la lucha global 

La resistencia palestina une a islamistas (Hamas) y marxistas (FPLP) en un frente común contra la colonización israelí. Claves: 

– Hamas no es ISIS: Gobierna Gaza porque ganó elecciones (2006) y resiste bloqueos genocidas. 

– La izquierda debe apoyar la liberación palestina.

– La izquierda solo puede apoyar un solo estado palestino con capital en Jerusalén y en ello coinciden Hamas, la Yihad Islámica y laicos socializantes o directamente socialistas como el FPLP. FDLP y facciones chiticas de Al Fatah.   

4. ISIS vs. Movimientos de liberación: una distinción vital 

ISIS/Daesh versus Hezbolá/Hamas/Ansarolá, veamos algunos aspectos fundamentales que les diferencian:    

-El ISIS es un Proyecto yihadista transnacional. Mientras que los restantes son Movimientos de liberación nacional 

-El ISIS está financiado por EEUU, el sionismo y Gran Bretaña, más las  petromonarquías (Qatar, Arabia Saudí). Mientras los otros movimientos resistentes se nutren de su base popular en territorios ocupados y apoyos de estados y sectores civiles antiimperialistas. 

-Mientras el ISIS ejecuta atentados contra civiles (ej.: París, Madrid, Bagdad). Los movimientos resistentes combaten a ejércitos invasores (Israel, Arabia Saudí)

-El ISIS fue y es un “instrumento del caos controlado” para dividir Oriente Medio; Hezbola y Hamas son actores políticos con legitimidad popular. 

5. Por un internacionalismo sin prejuicios 

La izquierda debe en mi opinión: 

1. Rechazar la islamofobia que divide a la clase obrera. 

2. Apoyar las luchas antiimperialistas sin blanquear regímenes pero defender su derecho a la soberanía. 

3. Denunciar la instrumentalización del Islam por potencias extranjeras (Marruecos, EE.UU. Gran Bretaña).

4. Ver y comprender, acercarse a los movimientos resistentes del mundo árabe y musulmán que actúan en Europa desde la solidaridad y el internacionalismo, no desde la caridad o el orientalismo. Rechazando cualquier discriminación o intolerancia religiosa, fomentar el encuentro y abrir las puertas a la participación política y en la lucha de clases a personas de origen musulmán que son trabajadoras y trabajadores y cuya llegada a nuestros estados europeos y España en particular no es fruto de su voluntad, sino apremiados por su necesidad o víctimas del neocolonialismo.    

4. Tejer alianzas con musulmanes de izquierda y partidos obreros marginados, sindicalistas y sindicatos de clase, movimientos feministas que trabajan en condiciones difíciles y con los movimientos de mujeres palestinas, saharauis, africanas… 

La consigna sigue siendo «¡Trabajadores del mundo, uníos! “ Sin exclusiones por religión ni fronteras. La lucha contra el capital y el imperialismo es una sola, de Sevilla a Gaza. 

Los condenados de la tierra que diría Franz Fanon no son el enemigo sino quienes los utilizan en su beneficio.