viernes, 30 de mayo de 2025

¿Fortalece a la unidad de la izquierda, partido y clase obrera el abandono del gobierno?

 

Debate con el sector crítico del PCE sobre la crítica al partido sin alternativa transformadora

Aún teniendo razón en la crítica y en su derecho, los comunistas las decisiones no las tomamos por el criterio de una verdad absoluta atemporal si no, por la parte de la verdad que en ese momento concreto más defiende los intereses generales de la clase trabajadora, por eso el actual PCE, sin un proyecto de masas alternativo e independiente del resto de clases sociales, sin una línea política de trabajo e inserción entre las masas obreras, sin organizaciones de base donde trabajamos, vivimos y estudiamos y éstas, sin referente cultural y político partidario, la crítica tiene que ser constructiva con alternativas realistas a sus limitaciones y fuera de todo maximalismo. Bajo esta premisa, solo caben dos caminos en paralelo entendiendo, que los artículos más abajo indicados, siguen la estela fracasada de los comunistas portugueses, por abrir las puertas al actual gobierno fascista al negar al gobierno socialista el voto parlamentario sin el apoyo de las masas obreras. Es decir, que el partido tomó decisiones de forma mecanicista, sin prestar atención de la consecuencia sobre los intereses generales de la clase trabajadora y sin escucharla en el debate en las organizaciones de base: de ahí su abstención política y electoral y en el caso portugués por la izquierda viendo el nivel de votación.

El primero, seguir apoyando al gobierno en todas las decisiones correctas, manteniendo la crítica constructiva a sus limitaciones programáticas e incongruencias, bajo un debate social abierto según nuestras capacidades en el seno de la clase trabajadora, asumiendo todos los errores cometidos por los comunistas en el actual proceso histórico desde los años setenta, aunque estas generaciones no las haya compartido y segundo; un cambio total de la estrategia y tareas de los dirigentes, cuadros y militantes que asuman la disciplina de partido, situándolos en la necesidad imperiosa de ligarse al trabajo de masas, construyendo organización obrera en los sindicatos de clase, movimiento vecinal y asociacionismo estudiantil, para organizar lo más lúcido en el partido y recuperar la hegemonía política y cultural en su seno. Armados con esta línea política de masas de trabajo en defensa de los intereses generales de la clase obrera y asumiendo nuestras limitaciones, apoyar la confluencia de las fuerzas progresistas y de izquierda para parar el gobierno de la oligarquía neofascista, también inserta ideológicamente en la socialdemocracia y el reformismo bajo el supremacismo liberal.

Pongo de referencia este artículo de Alberto Cubero (1) y el de la UJCE (2), de los cuales recojo algunas de las frases que redundan en la afirmación de que imitan a la línea política del PCP, fruto de la asunción de forma mecanicista de un momento histórico ya rectificado por la internacional comunista en los años treinta bajo la dirección de Stalin, rectificación que permitió la victoria de los frentes populares. Ese copia y pega permitió la entrada de los reaccionarios y fascistas al gobierno portugués, bajo un planteamiento mecanicista y sin un debate a fondo, no solo en el partido que a veces la urgencia no permite, pero si antes o después con las masas obreras desde las organizaciones de base, porque a ellas nos debemos para rendirles cuenta de nuestras decisiones partidarias, y esto como cuestión de principios de nuestra táctica como línea política de masas. Todo error se paga y los de principios más porque son estratégicos y el situar los intereses partidarios por encima de los de la clase trabajadora o aparte o al mismo nivel lo es; porque es la asunción del criterio revisionista de que el partido es el único representante de la clase trabajadora, cuando nadie la puede sustituir.

Una de las cuestiones que diferencian a los comunistas de la socialdemocracia y el reformismo de izquierda, es que los comunistas siempre actuamos con visión de futuro y por lo tanto, necesitamos explicitarlo por escrito y debatirlo en el partido y la clase trabajadora, pero la socialdemocracia y el reformismo de izquierda no suelen hacerlo, porque viven un presente moldeable desde el tactismo posibilista de lo posible, siendo en general ágrafos y caen en sus propias contradicciones y trampas, al estar perdidos en los vaivenes de la táctica por carecer de estrategia y objetivos a medio y largo plazo, a los que los comunistas nos debemos en cada paso o ladrillo que ponemos en el edificio de la revolución. Entre la utopía y el realismo político está el por donde debemos avanzar los marxistas en la actual situación geopolítica de peligro de guerra total y de defensiva desorganizada de la clase trabajadora siendo realistas.

Comienzo con esta frase de su escrito "No, no es verdad. No es verdad que salirse del gobierno suponga que haya un gobierno de derecha y ultraderecha". En Portugal solo se apoyaba desde afuera para que se mantuviera, pero cuando se le quitó el apoyo, los socialistas para gobernar solo podían aliarse con la derecha y ante la encerrona por la izquierda, solo quedaba para mantener el voto social la dimisión y la jugada salió mal a todos, incluidos comunistas y radicales de izquierda, saliendo victoriosos el espantajo. Y aquí en España si IU y también PCE, participando del gobierno en alianza con otros reformistas, abandonasen el gobierno sin más, solo porque la dirección de IU y PCE lo adoptaron ¿que diferencia hay con la encerrona portuguesa por la izquierda?.

No parece extraño pensar que a lo mejor Pedro Sánchez, el PSOE y Sumar considerasen, que ante una encerrona por la izquierda lo mejor será dimitir ¿acusando a IU y al PCE de traición al gobierno progresista?. Y pensar, que ante esta situación íbamos a quedar al mismo plano político que ERC, Bildu y el BNG, tal como dice el artículo "No es cierto, apoyar la investidura del PSOE es frenar también un gobierno de derechas. ERC, Bildu o el BNG impiden un gobierno de la ultraderecha igual que Sumar", es ingenuidad política. Para llegar al nivel de apoyo al gobierno de estas fuerzas políticas les costo años de esfuerzo táctico y programático, solo con la ruptura del bipartidismo por Unidas Podemos y las confluencias en el parlamento, más la coherencia con el programa programa de Anguita en su inicio, permitió el apoyo de estas fuerzas progresistas.

Continúa "De hecho, la ultraderecha crece cuando la izquierda que deberíamos jugar un papel rupturista nos situamos en la máxima institucionalidad de un gobierno y más, en un contexto donde la inflación o la imposibilidad de acceso a la vivienda sitúa ya a un 26% de la población española en riesgo de pobreza. Esos 13 millones de personas excluidas del bienestar material buscan referentes rupturistas, y si la izquierda no jugamos ese papel, lo encuentran en una ultraderecha que se hace pasar por rupturista oponiéndose, no a los elementos centrales del régimen del 78, sino a esos consensos logrados por luchas populares como el feminismo, la diversidad cultural o afectivosexual". Cierto, pero esto es solo una parte del problema, ya que el fascismo ocupa el espacio político de la izquierda y de los comunistas, cuando estos lo abandonan y el abandono no está solo en el parlamento, de hecho en lo fundamental, viene de años el abandono organizado y militante del trabajo en las organizaciones de masas de la clase obrera, por haberlo centrado en las instituciones, críticas que ya desde el XIII Congreso del PCE de la mano de Julio Anguita, eran la base de referencia para la recuperación del PCE.

Pero nada se avanzó y lo peor que fue a peor y como constancia de ello, lo escrito en este artículo sobre "los consensos logrados por luchas populares como el feminismo, la diversidad cultural o la afectivosexual" cuando la lógica de estas batallas culturales en el seno de la clase trabajadora ha servido solo para dividir la clase obrera y al feminismo de clase, con la superposición de la lucha interseccional de las identidades individuales por encima de la lucha económica y de clases, base de la crítica leninista al reformismo posmarxista y a la socialdemocracia, como parte de la estrategia política de la oligarquía financiera de la mano de la socialdemocracia liberal del partido Demócrata de EEUU y sus medios de comunicación. Los cuales también forman parte del enemigo principal de la humanidad como oligarquía dirigente del imperialismo genocida yanqui.

Insisto en este tema, porque es el fundamental que impide le reorganización de la intervención del partido entre las masas, que es lo que ha conseguido la estrategia revisionista socialdemócrata con el movimentismo de las identidades como nuevos sujetos revolucionarios, cuando para lo único que ha servido es para lo que fue creado el feminismo de género: para dividir al movimiento obrero y al feminismo de clase con un economicismo místico, para superponer las identidades individuales por encima de la identidad que nos identifica a todos por igual: ser clase obrera. No ha surgido ninguna lucha popular del consenso institucional en las movilizaciones del feminismo pequeño burgués de género, al ser ideas introducidas mediáticamente por los mecanismos de poder del Estado burgués, bajo la influencia de la oligarquía financiera globalista occidental dependiente del imperialismo yanqui y sí, este pensamiento woke que la militancia comunista no ha confrontado, es el que se ha conformado como principal arma de la ultraderecha y el fascismo y ha sido, porque los comunistas abandonamos la lucha económica en los centros y sectores de trabajo, en barrios y pueblos donde vivimos e institutos y universidades donde estudiamos, siendo el espacio ocupado por fascistas y el individualismo pequeñoburgués trasmitido por los medios de comunicación de masas. Oriol Sabata en La izquierda posmoderna y la desconexión con los trabajadores lo explica certeramente.

Continuamos con una crítica parcialmente correcta excepto en lo de evitar "lo engorroso de las movilizaciones y la construcción del poder popular", porque es bastante fantasioso querer crearlo desde las instituciones, habiendo abandonado ya en1976 el trabajo organizado de las células en las organizaciones obreras de masas. "Tal es así que años después no hay más plan que el gobierno permanente con el PSOE y salirse de él sea impensable". Cierto, pero el problema está en cómo salir fortalecidos en la actual situación geopolítica, siendo minoría este planteamiento en el seno del partido y mucho más en IU. La crítica en su momento fue correcta, pero las minorías deben respetar las decisiones mayoritarias y hacer la crítica de forma que sea constructiva, no solo porque se puede tener razón como aquí creo, sino también para ganar la mayoría sin romper al Partido Comunista y recordar, que posiciones similares están en otros destacamentos comunistas sin éxito ninguno.

Pero antes de terminar, que nadie piense que IU y el PCE pueden cambiar de posición en este tema clave para el reformismo de izquierda de tocar gobierno, sin que existan consecuencias internas de disensos y rupturas en el PCE y en IU, saliendo todos debilitados y lo que es peor sin el apoyo de las masas obreras. Solo saldremos fortalecidos en lo político y organizativo, si esa salida se hace de forma que beneficie en lo concreto a la clase obrera y si no, bajo la base de un fuerte debate en el partido y en el seno de las organizaciones de masas con la militancia que las sostiene y sabiendo, que el grueso de la militancia política y sindical entiende el paso atrás que el partido tiene que dar y el coste para la clase trabajadora, si la respuesta del PSOE y Sumar nos lleva a unas elecciones con una izquierda dividida y una victoria de la derecha y el fascismo. Solo con una línea política de masas podríamos salir de ésta fortalecidos, si no, cometeríamos el mismo error que los comunistas portugueses, al darle el gobierno a la derecha y al fascismo sin el apoyo movilizado de las masas.

Hay muchas formas de ver y entender una cosa, pero ocultar lo fundamental no sirve ante la clase trabajadora ni la militancia. Esto viene a cuenta de esta frase del artículo de la UJCE "El plan de rearme puesto encima de la mesa por Ursula von der Leyen y apoyado por el gobierno de Pedro Sánchez -con la connivencia de Yolanda Díaz, Sira Rego, Antonio Maíllo o Enrique Santiago entre otros- no es más que la punta de lanza de un programa militarista que la socialdemocracia y los liberales europeos llevan años imponiendo en las instituciones de nuestro estado". A esto decir, que todo lo argumentado es cierto -menos que el Estado sea nuestro cuando está en manos de la burguesía dominante- pero que esa batalla fue perdida en conferencias y congresos del PCE y de IU. Entonces, tendremos que hacer la crítica desde otras posiciones y formas donde se respeten los acuerdos de la mayoría, porque todas esas personas que responsabilizáis de forma nominal, ganaron todos los debates en pos de acuerdos con el gobierno y construyeron las alianzas que posibilitaron, que en España no gobernara la derecha reaccionaria y el fascismo.

Lo que como comunistas no acabamos de entender, es que la apuesta mayoritaria de la dirección y cuadros del partido e IU, fue por las reformas políticas y democratización del sistema capitalista en el que vivimos, por lo tanto, los cambios tienen que tener una base democrática y participativa de cuadros y militancia comunista, basada en el respeto a los estatutos y centralismo democrático, pero para dar esa batalla, los comunistas que somos críticos con centrarnos exclusivamente en reformas, deberemos unificarnos entorno a una línea política de trabajo de masas para transformar la realidad como leninistas que nos presuponemos, y no para utilizarla de látigo contra un reformismo que no ha perdido la dirección del partido desde la Conferencia de Roma del 1976, de ahí, que la disputa principal con los dirigentes del PCE no es sobre alianzas y programa, sino, sobre como recuperar la línea política de masas perdida en los años setenta, que nos había elevado como partido hegemónico en la clase trabajadora acabando con la dictadura fascista, pero con un final que significó la derrota ideológica y política, la que ningún comunista al servicio de la clase trabajadora soñó: asumiendo la monarquía y una amnistía que no solo liberó al obrero represaliado y exiliado, también blindando a fascistas en los aparatos del Estado bajo la dictadura de una democracia burguesa limitada.


(1) Izquierda Unida debe salir del Gobierno   


(2) https://diario-octubre.com/2025/04/26/ujce-ante-la-actual-situacion-del-gobierno-progresista/