Este dato estadístico de desempleo igual que su contraparte el de empleo en España, es el único que nos puede servir al movimiento comunista y al sindicalismo de clase español a la hora de valorar la situación de la clase obrera, para no errar en los análisis y no quedar como marcianos cuando nos dirigimos a ellos con nuestros análisis nacidos de nuestra imaginación, fruto de tantos años de retroceso continuado en salarios y derechos, muchos nacidos de la mano de la socialdemocracia y la burocracia sindical. ¿Pero esto es suficiente? evidente que no porque por una parte, existe un tercio de la clase obrera que no sale en estas estadísticas por encontrase en situación de exclusión y marginación social, que ante el fracaso del Ingreso Mínimo Vital por falta de un Estado fuerte que lo garantizase, independientemente de donde viviese y de quien gobernase en esa comunidad autónoma o ciudad, invita a seguir la luchar y dirigirse directamente a los implicados, pero en absoluto tenemos instrumentos para llegar a ellos, porque el único existente, los comunistas y el sindicalismo de clase pasa de él, el movimiento vecinal en los barrios y pueblos principal instrumento donde vivimos y dormimos, dedicado hoy en general al baile, juegos de mesa y a los viajes, en vez de coger por los cuernos el problema de la vivienda, el abandono de la sanidad y la enseñanza o a recuperar los instrumentos perdidos del Estado que ayudan al pueblo a superar las dependencias en la infancia y de mayores, que son los que nos hacen ser seres humanos.
Y por otra parte, porque si algo falla en las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera española, no está en la falta de más derechos que siempre serán pocos bajo el capitalismo, sino en la capacidad de hacer cumplir al patrón, al capitalista y a los gobiernos los que ya tenemos, porque la falta fundamental de la clase obrera hoy está en la falta de conciencia de clase y de organización y ésta no cae del cielo, hay que llevarla de la mano y explicarla mediante la lucha de clases en los centros de trabajo, de estudio y donde vivimos y dormimos. Siendo este actualmente el mayor problema de la clase obrera y el mayor fracaso del movimiento comunista y el sindicalismo de clase en España desde la transición, despreciado actualmente por un mecanicismo revisionista y posmoderno de que el partido lo es todo, abandonando el principio leninista del partido militante como vanguardia de la clase trabajadora y perdiéndose en el movimentismo interseccional de las identidades. Nota de Alonso Gallardo
El mercado laboral en noviembre de 2024
03/12/2024
El empleo en España muestra avances estructurales, con una mejora en la calidad de los contratos y un descenso de la estacionalidad en el mercado laboral.
El mercado laboral español mostró señales positivas en noviembre, con una disminución del desempleo y un aumento en la ocupación y contratos indefinidos. Sin embargo, persisten desafíos, como la estacionalidad y la pérdida de empleo en hostelería. La mejora en la calidad del empleo y la cobertura del desempleo son alentadoras.
El mercado laboral español cerró noviembre con señales positivas en varios frentes. El paro registrado cayó en 16.036 personas respecto al mes anterior, un descenso moderado pero significativo si se considera la estacionalidad de este periodo, marcado por el final de la temporada turística. Con un total de 2.586.018 desempleados, se trata de la cifra más baja en este mes desde 2007, antes de la Gran Recesión.
En paralelo, la ocupación alcanzó máximos históricos, situándose en niveles nunca vistos para un mes de noviembre. La cifra de contratos indefinidos también reflejó una tendencia alentadora: en el mes se firmaron 1,30 millones de contratos, el 42% de ellos con carácter indefinido, consolidando la estabilidad del empleo tras los cambios derivados de la reforma laboral.
Aunque los datos generales son positivos, persisten algunos retos. La pérdida de 120.000 afiliaciones en el sector de la hostelería, ligada al cierre de la temporada turística, fue el principal factor de caída del empleo este mes. Sin embargo, este impacto fue parcialmente compensado por incrementos en la educación y el comercio, reflejando una leve diversificación sectorial.
El descenso del paro benefició especialmente a las mujeres, con una reducción de 10.811 desempleadas, aunque siguen representando 6 de cada 10 personas en situación de desempleo. Entre los jóvenes, el paro bajó en 3.796 personas, situándose por debajo de los 200.000, un dato que refuerza la importancia de las políticas orientadas a la inserción juvenil.
La calidad del empleo sigue mejorando: los contratos indefinidos permanentes aumentaron en 450.075 personas respecto al año anterior, mientras que la afiliación con contratos fijos discontinuos y temporales descendió en 71.940 y 26.062, respectivamente. Este cambio estructural apunta a una menor rotación y mayor estabilidad para los trabajadores.
Por otro lado, la tasa de cobertura del sistema de protección por desempleo alcanzó el 72,2% en octubre, lo que evidencia una mejora en la protección social de los desempleados.
Pese a los avances, expertos y sindicatos coinciden en que la estacionalidad sigue siendo un desafío. Para reducir su impacto y avanzar hacia un modelo más resiliente, es clave seguir impulsando la diversificación económica y mejorar la especialización sectorial. Además, propuestas como la reducción de la jornada laboral máxima de 40 a 37,5 horas podrían contribuir a consolidar el empleo y aumentar la productividad.
El mercado laboral español ha mostrado signos de fortaleza estructural en noviembre. Sin embargo, consolidar esta tendencia será esencial para que los beneficios lleguen a todas las familias trabajadoras del país.
