martes, 10 de diciembre de 2024

¿Cambios en el «modelo productivo» español? (segundo intento)


ESTADO ESPAÑOL :: 28/11/2024

Como se puede ver los cambios en el modelo productivo avanzan pero lentamente, manteniéndose el clásico como dominante e indicando que esa no es la clave de la desarticulación actual de la clase obrera, tampoco el neoliberalismo en el modelo de contratación ya que históricamente bajo el franquismo, con un modelo más amplio en precariedad y represión sindical la clase obrera organizó el movimiento sindical de las comisiones obreras. ¿Entonces donde está el motivo de la gran desarticulación de la clase obrera?. 
Para entenderlo; primero ver la realidad en la que vive la clase obrera bien situada en este artículo: desde el 2011 al 2024 se han creado o salido a la luz por el hacer de la magistratura de trabajo, cerca de cuatro millones de puestos de trabajo que implica además de las mejoras salariales por la subida del SMI y la negociación colectiva, unas mejores perspectivas de organización de la vida. Bien es cierto que ante el fracaso en la aplicación del Ingreso Mínimo Vital, millones de trabajadores y trabajadoras en el desempleo crónico y la marginación social, de este avance poco se han enterado por ser su participación política bien escasa socialmente y ésta es la condición que nos diferencia de la situación de la clase obrera en el resto de Europa, que su condiciones de vida y trabajo desde los ochenta del siglo pasado no ha avanzado sino retrocedido. 
Y esto es lo que el movimiento comunista español no ha acabado de entender, porque interpreta la realidad en que vivimos exactamente igual que cuando gobernaba Felipe González, introduciéndonos de pleno en el neoliberalismo social y laboral. 
La segunda cuestión está, en que el movimiento obrero no necesita actualmente más derechos, porque es incapaz de hacer cumplir los que tiene. Lo que necesita es más organización sindical y política para avanzar en conciencia de clase, pero para eso, lo que necesita el movimiento comunista español, es hacer autocrítica de mecanicismo y copia, de la tesis revisionista de que es el partido en sí el que representa a la clase obrera cuando solo es su vanguardia, obviando la tesis leninista de trabajo en las organizaciones de masas de la clase obrera, construyendo en paralelo organización social, sindical y política en el centro de trabajo, sector, barrio, pueblo, instituto y universidad, luchando por la hegemonía ideológica y cultural en su seno. 
Si nos centramos en esto, en organizar donde trabaja, vive y estudia a la clase obrera, seremos capaces no solo de reclamar nuevos y mayores derechos laborales y sociales, sino que seremos capaces también, de organizar y luchar desde el corazón de la clase obrera contra la guerra imperialista, la solidaridad internacionalista con los pueblos que luchan por su soberanía  y la conquista mañana del socialismo y la libertad en la igualdad. Nota de Alonso gallardo

ALBINO PRADA

Las actividades más vinculadas al nuevo modelo productivo solo explicarían uno de cada seis empleos netos generados, mientras los otros cinco tienen que ver con actividades tradicionales

Texto completo en: https://www.lahaine.org/est_espanol.php/cambios-en-el-llmodelo-productivoggSi analizamos los datos detallados de afiliados ocupados a la Seguridad Social en España a lo largo de los trece años comprendidos entre 2011 y 2024 podemos hacernos una idea de cómo está cambiando nuestro "modelo productivo".

Como respuesta tanto a los profundos cambios tecnológicos de las últimas décadas como a los derivados del contexto internacional de nuestra economía (globalización, apertura, guerras comerciales, etc.).

El cuadro más resumido de esta supuesta mutación lo presento para los cuatro sectores clásicos, desglosando el incremento de empleo total -que en dicho período llegó al 21 %- pasando de 17.591.000 a 21.320.000 ocupados. Es el que sigue:

Como bien se observa el incremento total de 3,7 millones de nuevos trabajadores cotizantes coincide casi exactamente con el mayor empleo en el sector servicios, que crece casi un treinta por ciento[1].

La agricultura continúa con su reducción histórica (solo posible por el recurso a combustibles fósiles, mecanización y aportes de fertilizantes y agroquímicos). Mientras que el ligero incremento de la construcción entre 2011 y 2024 debe contextualizarse con las cotas previas a la crisis de 2008, pues entonces estaba en el trece por ciento del empleo total, y en 2024 aún apenas llega al siete por ciento. A esos dos sectores regresivos debemos añadir el grupo residual de no tipificados.

Las manufacturas y el sector de la energía (el sector industrial) anota un ligero incremento del siete por ciento en trece años, pero solo suponen cuatro de cada cien nuevos empleos generados en la economía española. La mitad de ese crecimiento tiene que ver con el sector de la alimentación. De manera que ni por su aportación absoluta ni por su tipología sectorial podemos deducir que el cambio de modelo productivo en la industria nos sirva para explicar el crecimiento del empleo en la economía española.

Esto obliga a regresar y desagregar el sector clave: los servicios. Que explican 95 de cada 100 empleos generados en esos trece años (2011-2024), haciendo que este sector haya pasado de concentrar 72 a 77 empleos de cada cien. Presento en un nuevo recuadro coloreado las actividades (CNAE) que más crecieron en términos absolutos (en la parte superior) o que más empleo perdieron (en la parte inferior).

A la vista de este recuadro comprobamos que el modelo productivo del sector servicios en España en esos trece años se refuerza por dos motores básicos que coloreo en rojo y en verde. En verde las actividades asociadas a la hostelería, restauración y servicios asistenciales para visitantes o para residentes (CNAE 55, 56, 81, 87, 88 y 93) que suponen más de un millón de nuevos empleos, casi un tercio del empleo generado por el sector. En rojo las actividades vinculadas al sector y los servicios públicos (CNAE 84, 85, 86) que totalizan casi otro tercio del total. Son actividades tradicionales en nuestro modelo productivo y, al menos en el segundo caso, a preservar en su cobertura pública por recursos humanos altamente cualificados. También deben considerarse tradicionales las actividades asociadas al comercio y al transporte (CNAE 46, 47, 49 y 52) que con casi medio millón de nuevos empleos añadidos a las actividades anteriores nos permiten explicar el 67 % del total del empleo generado en los servicios y, en consecuencia, del conjunto de la economía.

De manera que el supuesto cambio hiper tecnológico y digital de nuestro modelo productivo, de haberlo, solo podría explicar ya el 33 % restante. Sin embargo, en este recuadro las actividades asociadas a la informatización y la digitalización o a las TIC (CNAE 58, 62, 64, 71, 77, 82, 95) coloreadas en marrón presentan una doble cara, y por esa causa solo explican al final un 10 % del nuevo empleo en los servicios (unos 400.000 empleos netos). Las nuevas actividades más vinculadas al nuevo modelo productivo solo explicarían uno de cada seis empleos netos generados, mientras los otros cinco tienen que ver con actividades tradicionales.

Vemos que, por un lado, dicho cambio tecnológico crea empleos, pero, por otro, los hace desaparecer en no pocas actividades directas (y en otras que no pueden detallarse tan fácilmente). En la parte positiva tenemos (62) Programación y actividades relacionadas con la informática y (82) Actividades administrativas y otras actividades a empresas, pero en la parte negativa tenemos (64) Servicios financieros, (77) Actividades de alquiler o (95) Reparación de ordenadores.

El caso de servicios financieros y de actividades de alquiler nos enfrentan a una disyuntiva problemática: evaluar si en muchos servicios otrora de base personal y trato directo sale a cuenta (no, desde luego, en términos de empleo) su digitalización y prestación online. Porque se acumulan las razones, además del empleo destruido, para suponer que muchos usuarios salen perdiendo, cuando no son directamente excluidos, mientras al mismo tiempo se abren las puertas a otros oferentes (el caso de las viviendas de uso turístico online) que podrían colisionar con otros usos (residenciales en alquiler de larga duración) y otros oferentes (establecimientos reglados).

Lo mismo sucede en el comercio online que estaría provocando una corrosión del comercio físico minorista. Y, aún más, podría afectar toda esta mutación tecnológica a la naturaleza de servicios públicos preferentes (sanitarios, educativos, asistenciales) que de momento se vienen moviendo (y generando empleo) con parámetros de trato personal directo.

Mi conclusión es que, al menos para el caso español, habría que poner bajo sospecha las propuestas de los tecnófilos de la digitalización y del mantra de la productividad en el sector servicios abanderados por las GAFAM globales (en comercio o servicios públicos), y, en paralelo poner en cuarentena de crecimiento actividades tradicionales (alimentarias o turísticas, por ejemplo) basadas en el uso y abuso de recursos energéticos, químicos o naturales que ponen en jaque nuestra sostenibilidad. Ambos serían en mi opinión dos criterios clave para una cabal hoja de ruta de nuestro modelo productivo[2], siempre avanzando en paralelo con una reducción sustantiva de la jornada laboral[3].


Notas

[1] En un primer intento analítico también comprobaba esto recientemente con datos de horas trabajadas entre 1995-2021: https://www.sinpermiso.info/textos/esta-cambiando-nuestro-modelo-productivo

[2] Me ocupo de este dilema en el tercer capítulo (Disyuntivas sobre la transición digital) de mi reciente ensayo “¿Sociedad de mercado o sociedad decente?” (Universidade de Vigo, 2023)

[3] https://sinpermiso.info/textos/trabajo-produccion-y-jornada-laboral-en-el-reino-de-espana y https://sinpermiso.info/textos/productividades-del-trabajo-y-menor-jornada-laboral

Sin permiso


Texto completo en: https://www.lahaine.org/est_espanol.php/cambios-en-el-llmodelo-productivogg