lunes, 12 de agosto de 2024

Los trotskistas, como siempre, haciendo el juego al imperialismo


PACO AZANZA TELLETXIKI   agosto del 2024












Como no puede ser de otra manera, ya que los trotskistas siempre han sido lo que son: peones no declarados (aunque probados) del imperialismo en todos los lugares y tiempos, han vuelto a dejar su huella en Venezuela.

En este caso concreto se trata de Barricada-Juventud Revolucionaria Anticapitalista (jóvenes pueden ser, lo de revolucionarios y anticapitalistas…). Por supuesto, también defienden el fraude en las elecciones, igual que la oposición pro yanqui, y acusan al Gobierno bolivariano de desplegar “una brutal represión”.

Subrayan, sobre todo, la detención de cuatro estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV) cuando protestaban “pacíficamente” contra el “fraude” electoral. Ahí, mezcladitos con la derecha más fascista, sin romper ni un solo plato de buenos que son.

Sí, acusan al Gobierno bolivariano de fraude electoral, pero, igual que el sanguinario  Edmundo González Urrutia y la golpista María Corina Machado, no presentan ni una sola prueba que sostenga su grave acusación. El mismo proceder que el sanguinario y la golpista. ¿Casualidad o es que, aunque con matices, son más de lo mismo?

Sobra decir que aseguran no estar “ni con Maduro ni con María Corina”, que no es otra cosa que escudarse en el ninismo más burdo para justificar lo injustificable. Una actitud muy habitual del trotskismo que, finalmente, siempre coincide con el imperio. En Libia, por ejemplo, justificaron los bombardeos de la OTAN; en Nicaragua, durante el intento de golpe de Estado de 2018, su posición fue crítica con el Gobierno, al que tacharon de dictatorial, entre otras “lindezas”; en Ucrania la defensa del gobierno neonazi contra Rusia, aunque ellos dicen ser solidarios con el pueblo ucraniano (¡Tremendo el sarcasmo!). Y el 11 de julio de 2021 en Cuba, cómo no, también defendieron a los violentos agitadores, lacayos de quienes imponen un genocida e ilegal bloqueo desde hace más de seis décadas a la Isla irredenta. En este caso, dijeron apoyar al “pueblo”, cuando todo el mundo vio cómo el pueblo (sin entrecomillar) salió a las calles a defender su Revolución, la misma que lidera el Gobierno y el Partido que, según los trotskistas, son dictatoriales.

No me sorprende, pues, que ahora se pronuncien de la manera mencionada contra el Gobierno bolivariano. Este gobierno habrá cometido errores, habrá podido tener actitudes criticables, pero de ahí a tacharlo de represor y electoralmente fraudulento…

Se le acusa de represor cuando golpistas y responsables de asesinatos, que deberían estar en la cárcel, están en la calle; se le acusa de fraude electoral cuando la única vez que perdió el chavismo (el 6 de diciembre de 2015, en las elecciones a la Asamblea Nacional), este, reconoció de inmediato su derrota.

Otra actitud muy diferente ha tenido siempre la oposición pro yanqui. Esta, con unas siglas o con otras, nunca han reconocido sus derrotas o, lo que es lo mismo, las victorias chavistas. Siempre han denunciado fraude, excepto (¡qué casualidad!) cuando ganaron. Entonces no cuestionaron el sistema electoral; todo les pareció correcto. Sus rostros rebosaban sonrisas, igual que los de los inquilinos de la Casa Blanca y los países occidentales.

Decía al inicio de este texto que el trotskismo ha sido, y es, peón no declarado (aunque probado) del imperialismo en todos los lugares y tiempos.

En la clausura de la Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América, celebrada el 15 de enero de 1966 en el teatro Charlie Chaplin de La Habana (desde 1975 se llama Karl Marx), el compañero Fidel expresó: “Porque si en un tiempo el trotskismo representó una posición errónea, pero una posición dentro del campo de las ideas políticas, el trotskismo pasó a convertirse en los años sucesivos en un vulgar instrumento del imperialismo y de la reacción”.

El comportamiento del mencionado grupo trotskista, estos días en Venezuela, es el enésimo ejemplo que certifica las palabras del Comandante.

 

(Baraguá / @maceobaragua)