EUROPA :: 21/08/2024
NAHIA SANZO
A pesar de los titulares triunfalistas de los medios sobre Kursk, la tendencia del frente de Donbass no solo no ha cambiado, sino que se ha acelerado el avance ruso
Desde que las tropas ucranianas cruzaron la frontera rusa sorprendiendo al Estado Mayor de la Federación Rusa, medios y expertos han tratado de descifrar cuáles son los objetivos reales de la operación. En términos tácticos, varias fuentes occidentales insisten en que Zelensky exige al jefe de estado mayor Syrsky una ruptura profunda, lo que implicaría un control de una cantidad significativa de la región de Kursk. A ese segundo objetivo está destinada la destrucción de puentes, con lo que Ucrania quiere hacer imposible el suministro al sur del río Seim y al noroeste del pueblo de Suya, la más importante de las pequeñas localidades que Ucrania ha capturado y donde sus soldados disfrutan ahora eliminando simbología soviética o saqueando supermercados.
Empieza a configurarse un frente y Rusia decide cómo responder a la incursión. Describiendo la guerra de maniobra que las tropas de Kiev utilizaron en su irrupción, The Economist, citando a soldados sobre el terreno, afirma que “durante los primeros cinco días, fue tremendamente efectivo”, aunque se lamenta de que “con la pérdida del factor sorpresa, los éxitos ucranianos se han detenido. Los soldados ucranianos que luchan en la región de Kursk dicen que ya están empezando a ver un nivel diferente de resistencia. Los rusos han saturado el frente con unidades más instruidas, entre ellas marines y fuerzas especiales”.
“A la intemperie y en movimiento en el oblast ruso de Kursk, las fuerzas ucranianas son vulnerables y están perdiendo muchos vehículos blindados”, añade Forbes, que destaca que, al igual que en otros escenarios de la guerra, es Ucrania quien sufre más pérdidas de material y de personal, algo que solo podría justificarse en caso de obtener resultados estratégicos. A juzgar por las palabras de Mijailo Podolyak, entre ellos parece estar lograr que Rusia tenga que causar destrucción en Kursk.
“Ahora el ejército de Putin está combatiendo en el territorio de la Federación Rusa, bombardeando y asaltando ciudades y pueblos rusos. Los pilotos rusos están destruyendo la infraestructura civil en la región de Kursk con bombas de varios kilos, obligando a decenas de miles de residentes locales a abandonar sus hogares. Los soldados rusos están saqueando tiendas y viviendas civiles de sus vecinos”, escribió ayer en las redes sociales en un perfecto ejercicio de proyección, ya que es Ucrania quien realiza esos actos.
La táctica es similar a la utilizada por Syrsky en Donbass, donde Ucrania tiende a luchar durante largos periodos de tiempo por localidades que es consciente que no puede defender, garantizando así la destrucción prácticamente completa de toda ciudad que Rusia obtiene en Donetsk o Lugansk, un frente que solo es prioritario para Moscú. La actuación de Ucrania contrasta con la decisión rusa de retirarse, sin luchar, de la ciudad de Jersón, impidiendo así que la batalla fuera a suponer un coste irreversible para las infraestructuras y la población civil.
Por el momento, como en Donbass, también en Kursk Rusia ha optado por retiradas para evitar grandes bajas y permitir la evacuación de civiles, aunque la consolidación del frente implicará batalla cuerpo a cuerpo, bajas y pérdidas materiales. Según The Economist, la agrupación ucraniana en ese sector se encontraría entre los 15.000 y 20.000 soldados, número que ahora se redujo a unos 10.000 tras las batallas, una operación seria y planificada desde hace tiempo que tiene unos objetivos tácticos y estratégicos -fundamentalmente causar bajas rusas y colocar a Ucrania en una mejor posición de negociación con respecto a Rusia a la hora de exigir concesiones, pero también con sus aliados para poder demandar más armamento y financiación-, pero también conlleva costes.
Las consecuencias negativas no se miden únicamente en pérdidas de material, soldados heridos, fallecidos o capturaros o desgaste, sino en lo que implica esta operación para otras secciones del frente. Hace unas semanas, Ucrania se retiró de Krinky, una cabeza de puente en la orilla sur del Dniéper lograda por medio de operaciones suicidas y sin posibilidades de conseguir objetivos. Sin embargo, al contrario que en aquella ocasión, en la que Kiev no precisaba de grandes cantidades de efectivos, el intento de controlar una porción de una región rusa requiere un número elevado de tropas y capacidad de reponer esas filas.
En las primeras horas de la ofensiva ucraniana, la prensa insistió en especular sobre el efecto que la necesidad de defender Kursk tendría en las tropas rusas y la retirada del frente de Donbass de algunas unidades confirmó lo evidente: los recursos son finitos y Moscú se había visto obligada a desviar tropas para evitar un rápido avance ucraniano que se aproximara a la capital regional o a la central nuclear. Sin embargo, al menos por ahora, la tendencia del frente de Donbass no solo no ha cambiado, sino que se ha acelerado el avance ruso.
“Soldados ucranianos que entrevisté ayer cerca de la frontera Sumy-Kursk que han sido reubicados allí desde el frente de Donetsk para participar en la incursión ucraniana en Rusia dijeron que esperaban que Niu York sea capturada. «Podría pasar incluso mañana», afirmó uno”, escribió la semana pasada Christopher Miller, corresponsal de Financial Times. El domingo, fuentes rusas afirmaban que las topas ucranianas habían abandonado ya las trincheras de 2014 ante el irreversible avance ruso en la localidad que, pomposamente y con gran espectáculo, Poroshenko descomunizó para que pasara a llevar el nombre de la ciudad norteamericana. La captura de Novgorodske -y la recuperación de su denominación anterior a la intervención del régimen ucraniano- se da por hecho y se une al anuncio de la captura de Artyomovo, una ciudad de tamaño similar a Suya, que se confirmó ayer, aunque sin los titulares que estos días da cada captura ucraniana en Kursk.
Todo ello complica aún más la situación de las tropas ucranianas en el frente al oeste de Gorlovka, en dirección a Dzerzhinsk, Toretsk, una localidad mucho más poblada (30.000 habitantes antes de la guerra) y que es de esperar que Ucrania trate de defender. La importancia de este sector del frente radica en el cambio de tendencia: pese a los numerosos intentos, ni las tropas republicanas ni las rusas habían conseguido avanzar en esa dirección desde que el frente se aproximara peligrosamente a la ciudad de Gorlovka, que en julio de 2014 quedó prácticamente sitiada y aislada de Donetsk.
Sin embargo, la situación más preocupante para Ucrania se encuentra en Krasnoarmeisk (Pokrovsk), un nudo de comunicaciones imprescindible para la continuación de la lucha en el frente de Donetsk. La tendencia a exagerar los éxitos propios de Ucrania hace que demasiadas localidades sean calificadas de estratégicas, lo que puede llegar a devaluar el término. Por su posición en el frente y como base central para la logística ucraniana en el frente del este y, en parte, también en el frente sur, y por su valor como nudo de comunicaciones, Krasnoarmeisk es, ahora mismo, el punto más importante del frente.
Desde hace semanas, medios ucranianos como DeepState dan cuenta del lento pero seguro avance ruso en esa dirección, un camino que comenzó con la captura de Avdeevka, continuó con la rápida toma de Ocheretino y que se ha acelerado estos días. Rusia comenzó este proceso a 30 kilómetros de la localidad y se encuentra ahora a una decena, una distancia aún suficiente para la defensa, pero que ya resulta peligrosa para Ucrania. De ahí que las autoridades locales hayan dado la orden de evacuación a la población civil, obligatoria para las familias con menores (4000 niños y niñas aún permanecen en la ciudad según las fuentes ucranianas) y recomendada para el resto de la población de la ciudad de más de 60.000 habitantes.
La captura de Krasnoarmeisk complicaría seriamente la capacidad de Ucrania de mantener la efectividad en la lucha por la parte más occidental de la región de Donetsk y minaría seriamente todo el esfuerzo bélico de un gran sector de la parte más importante del frente. Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos y la forma en la que Rusia está avanzando desde Ocheretino, de forma semicircular, no en línea recta hacia el objetivo final, indica que no se busca un asalto directo a Krasnoarmeisk, una ciudad excesivamente grande para aspirar a atacarla desde una única dirección. No parece buscarse una cabeza de puente, sino el movimiento de todo el frente hacia el oeste.
Es de esperar así que, el mando ruso trate de avanzar desde la zona de Ocheretino hacia el sur, concretamente hacia Krasnogorovka, donde la lucha continúa, y las afueras occidentales de Marinka. Un progreso en esas tres direcciones implicaría alejar definitivamente el frente de la ciudad de Donetsk, principal aglomeración urbana de Donbass, y provocaría un avance sostenido de Rusia hacia el objetivo más importante, Krasnoarmeisk, donde podría darse una batalla comparable a las que se han vivido en Artyomovsk o Chasov Yar, por lo que no se prevé una resolución rápida.
slavyangrad.es
Texto completo en: https://www.lahaine.org/mundo.php/en-direccion-a-krasnoarmeisk