La empresa energética noruega Equinor ha ocupado en Europa la cuota de mercado que antes tenía el gigante gasístico ruso Gazprom, al que EEUU y demás vasallos europeos acusaban de haber generado una dependencia de su gas en el bloque comunitario, especialmente de Alemania. Ahora, el GNL de EEUU tiene en Oslo a su nuevo y sorpresivo enemigo.
Golpe inesperado
Según la agencia Bloomberg, en los más de dos años transcurridos desde el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, el gigante noruego del petróleo y gas ha recogido, silenciosa y licenciosamente, la corona que alguna vez perteneció a la rusa Gazprom.
"En esto se ve, no solo los intereses globales de EEUU, sino también la falta de soberanía absoluta de una Europa que permitió efectivamente que la involucraran en una guerra de Washington usando como 'testaferro' a Ucrania contra Rusia", apunta el analista internacional Pablo Jofré Leal.
Así las cosas, Noruega suministra actualmente el 30% del gas a la Unión Europea [UE]. En este sentido, hay que recordar que Gazprom suministraba alrededor del 35% de todo el gas de Europa antes del conflicto. A esto hay que sumar que, de los más de 109 mil millones de metros cúbicos de gas que Noruega exportó a Europa el año pasado —una cantidad suficiente para abastecer a Alemania hasta el año 2026—, dos tercios fueron comercializados y vendidos por Equinor.
Pasando en limpio, Europa, y especialmente Alemania, que antes eran acusados de tener dependencia del gas ruso, y por lo que, entre otras cosas, EEUU, precisamente con la colaboración de Noruega —según las investigaciones del periodista y premio Pulitzer Seymour Hersh— hizo estallar los gasoductos Nord Stream para hacer que el bloque comunitario se hiciera dependiente del GNL estadounidense, ahora Europa se ha vuelto dependiente del gas noruego, que se convierte así en la nueva gran amenaza para las ventas de GNL del país norteamericano a Europa, y seguramente, en un enemigo a quitar del medio, como sea.
Tampoco hay que perder de vista que, el mismo día en que EEUU y Noruega hicieron estallar los gasoductos Nord Stream, en Polonia, se inauguró un gasoducto proveniente, precisamente, de Noruega, y que se convirtió, vía Polonia, en suministrador de gas para Alemania. Cualquier mal pensado diría que la coincidencia de estos dos hechos en un mismo día, hasta podría interpretarse como una burla a Rusia. Ahora la burla es de Noruega a EEUU. Ya verá Oslo qué risas cuando Washington reaccione a este 'despojo' de 'su' mercado.
La interrogante que surge es: ¿estallarán 'accidentalmente' en un momento no muy lejano el gasoducto de Noruega, que también pasa por el mar Báltico y que suministra gas a Europa vía Polonia? Al respecto, Jofré Leal advierte que nunca hay casualidades, "los accidentes no existen". El analista argumenta en este sentido que "todo tiene una causa". Por ejemplo, cuando "se habla de 'un accidente automovilístico', como si fuese algo azaroso", señala el analista.
"No, señor, quizá usted no llevaba sus neumáticos en buen estado, quizás el pavimento estaba con petróleo, o cruzó [con el semáforo] en rojo, o usted se quedó dormido al volante, o consumió algo. No son accidentes. En ese plano, básicamente y en forma coincidente se inaugura este gasoducto [entre Noruega y Polonia] de nombre Baltic, con palabras de buena ventura, donde se hablaba de entrar en una nueva era de soberanía energética, de no depender de los rusos, libertad energética, mayor seguridad nacional y europea. La seguridad en el más amplio sentido de la palabra, decían los líderes noruegos y polacos", explica el experto.
"Y mira ahora cómo son las cosas, las vueltas de la vida. Mira aquel 'accidente' lo que genera: hoy EEUU reclama, a través de Bloomberg indudablemente, que este nuevo protagonismo de Equinor —en lo que dicha agencia llama el 'espacio energético europeo'— 'genera dudas', 'suspicacias'. '¿No estarán los líderes europeos poniendo en peligro, otra vez, a sus países, por depender demasiado de un proveedor?', dice Bloomberg. O sea, Rusia, que era el máximo proveedor, era un peligro para Europa. Y ahora dice Bloomberg que Noruega, aliado de Occidente, que participó en los sabotajes contra el Nord Stream (…) 'se está beneficiando a expensas de Europa'", enfatiza Jofré Leal.