Publicado el 27 de febrero de 2024 /
“Tenemos un problema con Rusia”- nos dice el ministro europeo de exteriores convertido en un vocero yanqui- y debemos estar preparados para una larga época de tensiones entre la OTAN y ese país”. ¿Pues no era Rusia el problema de Ucrania por haberla invadido?….¿ Y no debería decirnos que tenemos un problemón con el holocausto de Gaza por Israel? Pero no, el problema es Rusia.
¿Ahora resulta que es nuestro? ¿Y quiénes y a qué debemos estar preparados?¿Tal vez lo mejor de los pueblos de Europa para ofrecerles resistencia? Porque aquí no necesitamos las guerras, sino la paz.
¿Debemos estar preparados para la paz, o deberíamos estarlo para la guerra? Si los pueblos europeos no somos responsables de los crímenes en Ucrania o en Gaza, ¿por qué deberíamos estar preparados para afrontar las consecuencias de las malas artes de los criminales?… ¿Acaso tenemos algo que ver con sus fechorías?…Sí. Tenemos algo que ver cuando elegimos a políticos de baja talla moral y política en la ingenua creencia de que van a respetar nuestras opiniones y apoyarnos en nuestras necesidades. Ellos, ciegos sumisos; y nosotros sumisos “paganos” cada vez más pobres; nosotros tontos útiles hasta que protestamos por defender la paz, nuestros derechos o los derechos de otros, como los del pueblo palestino masacrado y abandonado por los gobiernos inmundos de este Planeta, que son casi todos menos cuatro o cinco, qué pena de mundo y qué asco de políticos deshumanizados y serviles.
Pero los pueblos no son todos tan serviles como sus gobiernos, y cuando los sumisos “pagatodo” de los pueblos dejamos de ser sumisos y protestamos aquí o allá, nos reprimen o nos ignoran. Así que ¿por qué deberíamos apoyarles cuando dicen que tenemos un problema con Rusia? ¿Lo tienen ellos? pues que lo resuelvan entre ellos y se vayan lejos. Aquí paz y después gloria. Más quisiéramos.
Pero no se van, se quedan y mandan. Y lo primero que hace el instigador EEUU es decirles a sus 27 siervos europeos que aumenten el gasto armamentista. Y los 27 siervos con sus 27 presidentes de gobiernos europeos y sus cortes de ministros correspondientes, meten sus sucias manos en la hucha de nuestros impuestos y aumentan el 2, 5 % el gasto militar. En lo que respecta a la guerra de Ucrania, España, o sea, nosotros, ya hemos dado ayudas por valor de 45 mil millones (1000 euros por cada español), aparte el gasto militar.
Ese enorme incremento del gasto, y en especial para para alimentar a la Bestia OTAN suena mal. Aumentar el gasto militar a toda velocidad da mala espina en estos tiempos y suena a preguerra, con sus consecuencias nefastas ya, pues se hace a costa del gasto social de nuestros países, con más crisis económica generalizada y más exclusión social. Los precios están disparados, como ocurre con la imparable subida del precio de nuestros alimentos básicos y del combustible. Agricultores y pescadores unidos se hallan manifestándose por todo el país. Evidentemente, se hace precisa una huelga general, una protesta total simultánea no solo en España, sino en en toda Europa.
Y en estas se nos pide que invirtamos en armas para una guerra que no es nuestra, sino de Rusia y Ucrania, alentada por los EEUU, decenas de miles de millones. Miles de millones, ¿para la paz? Claro que no: para la industria de la muerte presente y para sus inversiones iniciales cara a las próximas.
¿Deberíamos apoyar esto los pueblos europeos y arriesgar nuestra seguridad y nuestra paz? ¿Deberíamos un día poner nuestros muertos y nuestra pobreza a disposición de buitres comepatrias, fabricantes de armas, y de políticos para que aumenten en número sus riquezas y sus paraísos fiscales? Esa historia la tenemos más que aprendida. NO.
Toda la logística militar, de seguir invirtiendo en armas y más armas, culminaría un día en una presumible declaración de guerra entre bloques, que seguramente sería nuclear y devastadora. La última estupidez de una estúpida humanidad.
Ya aprendimos aquello de “si quieres la paz no te prepares para una guerra”. ¿Quieren la paz nuestros gobernantes? De ser así ahorrarían en armas para invertir en las muchas necesidades de la población, donde la guerra no es una de ellas ni de lejos. Esta de Ucrania, donde los gobiernos europeos siguen a diario con su papel de comparsas atizando la carnicería ucraniana, no nos ha traído más que calamidades. Los europeos no tenemos ningún problema con Rusia, sino con la OTAN, que nos sangra y con la UE que la sigue como monaguillo al cura.
Indiferentes a nuestras opiniones y necesidades, gobiernos y medios critican a diario “cuando toca” a determinados gobernantes, personajes o grupos terroristas perversos cuya existencia es peligrosa para la paz y la seguridad de nuestros países. Ahora “toca” el movimiento Hamas y Putin como antes Al Qaeda, Bin Laden, Saddam Hussein o Gadafi.
Seguir al sheriff tras-atlántico en su política agresiva contra Rusia, con la que existía en Europa una coexistencia pacífica y económicamente ventajosa para nuestros países, nos ha alejado de la posibilidad de la “Gran Europa” con Rusia, algo que los Estados Unidos pretenden evitar desde siempre, y de ahí su apoyo hoy a la guerra en Ucrania. No es que odien a Putin, no. Putin les da lo mismo, pero pretenden que nosotros le odiemos porque necesitan nuestra complicidad, nuestro dinero y nuestra energía negativa para alimentar la suya y seguir adelante.
Entre tanto, las naciones europeas le hemos venido cediendo cuotas de soberanía a los EEUU hasta el punto de ser un nuevo “patio trasero” yanqui en este lado el Atlántico, del que solo queda Rusia por controlar. Si lo consiguieran y en ello están, solo quedaría China, pero de momento ya nos controlan a nosotros.
Con su renovado ardor belicista, la vieja Europa, -vieja en todos los sentidos- se nos muestra hoy como el tonto que tira piedras contra su propio tejado”. Lo malo es que debajo estamos nosotros.
Por
* Imagen: OTAN de Marek Studzinski en Pixabay. Gratis para usos comerciales. No es necesario reconocimiento. Pixabay License
