viernes, 22 de diciembre de 2023

Años veinte del siglo veintiuno: con el cambio de ciclo geopolítico toca volver a empezar



Alonso Gallardo de los círculos comunistas 

diciembre del 2023

No debería haber sido así pero lo fue, a pesar de estar todo a favor para la construcción del ala de izquierda en la confluencia con Unidas Podemos; pero no fue posible por el sectarismo izquierdista e infantil de los marxistas leninistas y ahora, desarticulada la confluencia en SUMAR, es complejo confluir con el reformismo por la izquierda y el motivo de volver a empezar es evidente, vivimos un proceso de guerra mundial provocada en Ucrania con el golpe de estado del 2014, explosionando en el 2022 con la intervención rusa, continúa en el Oriente Medio, el Sahel africano, Yemen, Palestina y caminando de forma inexorable hacia Taiwán y el Mar de China, provocada por el imperialismo yanqui por la pérdida de la hegemonía económica, política y militar, por la crisis sistémica global del capitalismo de libre mercado, ante el colapso de las cadenas de suministro y sobreproducción.

Una crisis iniciada ya en los años sesenta por la reducción de los beneficios del capital productivo, agudizada en un mundo globalizado por el desarrollo económico, científico, técnico e industrial de potencias emergentes como China, India, Rusia, Indonesia, Irán, Sudáfrica, Brasil o Vietnam entre otras, compitiendo en un mismo mercado. Siendo agravada por la desindustrialización de los países occidentales, con su política de deslocalización de la industria buscando mano de obra barata para aumentar beneficios, que sumado a la robotización e informatización de la producción -que no crea plusvalía- hace que el capital productivo sea más escaso y se vuelque a la espiral especulativa del capital financiarizado, que da una mayor rentabilidad y solo hace rico al más rico sin crear valor económico social. A esto sumamos la impresión del billete verde yanqui sin base productiva real, al extractivismo de la materia prima y al pago de la deuda de los países en desarrollo y en occidente, sacando al libre mercado los derechos del estado de bienestar social y cuidados, para el que pueda pagarlo y de alternativa: un programa de recortes, despidos, privatizaciones y dolarización de la economía, que en Argentina nos ofrece como muestra la extrema derecha y el neofascista Milei.

Esto, reconocido por gobiernos y partidos comunistas de los países que construyen socialismo y los gobiernos, que sustentándose bajo el sistema capitalista respetan un orden mundial bajo el derecho internacional de la ONU, la respuesta en España de los comunistas es aislarnos más de las masas, confrontando y dividiendo a un movimiento obrero hegemonizado por la ideología reformista y la derecha, con disquisiciones infantiles sobre que todo capitalismo es imperialista y por lo tanto Rusia lo es y por sistema, los países de economía socialista planificada de China, Cuba o Vietnam también lo son o serán en un futuro y lo dicen, quienes bajo el manto de un marxismo leninismo doctrinario nacido del mecanicismo revisionista de la Unión Soviética de los años sesenta, incapaces en más de cincuenta años de haber hecho una reflexión tanto del fracaso de la URSS, como de la inoperancia de su política sectaria desde la transición, de seguir situando al reformismo de izquierda parte del enemigo principal y negarse al trabajo de masas en las organizaciones de masas, por estar bajo la ideología burguesa, negándose así en los hechos a hegemonizar la lucha de la clase obrera.

Excepciones tenemos muy pocas en el movimiento comunista español y entre ellas, agradecemos a Unión Proletaria que el debate protagonizado con ellos, nos halla permitido después de medio siglo de militancia llegar a nuevas conclusiones, como la de que es muy difícil encontrar una superioridad ideológica de los marxistas leninistas sobre la militancia del PCE, también bajo el criterio marxista leninista. Pero en la coyuntura de guerra que vivimos, vemos un mayor aporte por la unidad de la clase obrera y de las fuerzas democráticas y progresistas por el PCE, elemento clave para la victoria en la confrontación contra la guerra y el fascismo imperialista, y principio central de toda estrategia marxista leninista para el desarrollo de la táctica, programa y alianzas; más allá que por la falta de independencia ideológica del resto de clases sociales, sus dirigentes caen en el institucionalismo sin alternativa política de sociedad ni estado, pero de la cual también pecan los demás.

No hay en estos momentos tan difíciles para la clase trabajadora y los pueblos que luchan por su soberanía, que el trabajo revolucionario por mantener unido al pueblo y la clase trabajadora desde la apuesta por la opción de poder y gobierno, aunque por nuestros propios errores y sectarismos, estas alternativas se sustentan hoy en las fuerzas reformistas del pueblo, pero aún así y por muy débil que sea este gobierno, es el único con el suficiente atractivo electoral que puede impedir la victoria del fascismo, que hoy como ayer durante la guerra de liberación nacional del 1936 en España contra el fascismo internacional y en la defensa de la república, el izquierdismo infantil resulta más peligroso para la unidad del pueblo que el oportunismo pequeñoburgués, al que la derecha no le va a conceder ninguna reforma que no surja de la lucha organizada y unida de la clase trabajadora, como pasó con la anulación de la reforma de las pensiones del derechista gobierno de Rajoy.

La derrota nace de la división del pueblo y por eso la teoría marxista leninista, defiende que toda estrategia para la victoria debe sustentarse sobre su unidad y esa es la principal tarea del comunista en relación con la clase obrera, bajo la premisa de una teoría revolucionaria como estrategia entorno a tres pilares básicos como alternativa: Uno; asunción de la teoría política marxista leninista como instrumento de la clase trabajadora y clases oprimidas para su liberación, bajo la metodología del materialismo histórico y dialéctico como sistema de análisis y estudio de la realidad a transformar. Dos; la defensa de un estado republicano unitario sobre la base de los mismos derechos y deberes independientemente del lugar de residencia en la hacienda, sanidad, enseñanza, defensa, policía, justicia y dependencia incluida infancia y mayores, donde toda persona y familia, tenga derecho al conocimiento de su cultura y lengua materna en su entorno geográfico y el español por su presencia mayoritaria en todas las regiones, en todo el estado. Tres; desarrollo de una línea política de masas de trabajo en las organizaciones de masas de la clase obrera, en el centro de trabajo y sector, donde vive del barrio y pueblo y estudia en el instituto y la universidad, como bases del futuro poder del estado obrero alternativo al poder burgués del estado capitalista.

La base fundamental de la propuesta de trabajo ideológica, política y organizativa, se basa en las enseñanzas y aportaciones gramscianas, nacidas de la derrota de los comunista en Italia y Europa ante el fascismo en los años cuarenta, dándonos una visión más profunda sobre el estado burgués y la influencia social lograda como ente representativo entre las masas, confrontando victoriosamente con las tendencias insurreccionalistas del movimiento comunista europeo. Ante esta realidad que llevó a la derrota al proceso revolucionario en Europa, presenta como alternativa de lucha por el poder y de gobierno, la conquista de la hegemonía en la clase obrera como línea política de masas, para transformar el estado burgués en un estado para todo el pueblo, para la defensa de los derechos fundamentales de la clase trabajadora y del interés colectivo por encima de los individuales y como asunción cívica, de la dictadura democrática popular de la clase trabajadora en contraposición de la dictadura democrática de la élite monopolista de la burguesía.