sábado, 12 de marzo de 2022

Los círculos comunistas en modo desactivación y crítica a la rusofobia de la izquierda posmoderna

 


Alonso Gallardo marzo del 2022

El tiempo como las estaciones del año no piden permiso de llegada ni de salida y a su manera, las condiciones meteorológicas condicionan el tiempo como los años al cuerpo humano y por eso, los círculos comunistas de Unidas Podemos iniciamos un proceso de desactivación que acabará, si no hay adelantos electorales en el otoño del 2023 con las elecciones generales, hasta ese momento funcionaremos esporádicamente solo como círculo comunista, para organizar debates y apoyar la confluencia electoral, si se consigue su formación en un Frente Amplio.

Son malos momentos para la humanidad, la clase trabajadora y para una izquierda con una gran distorsión en su concepción del marxismo, fundamentalmente el occidentalizado dividido cuando no confrontado por la intervención rusa en Ucrania, por eso en esta despedida a plazos, sitúo este tema de forma personal, sintetizando nuestro ultimo debate como círculos comunistas de Unidas Podemos, sobre los motivos y causas de la intervención rusa en Ucrania y el necesario apoyo, que todos los comunistas, progresistas y demócratas debemos dar, por una salida negociada entre las partes para parar la guerra entre Ucrania y Rusia, con la retirada de la OTAN de las fronteras rusas como se acordó con la disolución de la URSS y un acuerdo bajo el auspicio de la ONU, de seguridad compartida entre Europa y Rusia, que garantice la seguridad de ambos.

Pero los marxistas no podemos ser ilusos y para que se cumpla esta salida de apuesta por la paz, primero, la oligarquía financiera industrial europea debiera hacer una ruptura con el gobierno de los demócratas de EE.UU, que representa a la oligarquía financiera industrial globalista unipolar, que dirige el destino del planeta desde la desaparición de la URSS y seamos realistas, la oligarquía financiera globalista que dirigen los demócratas estadounidenses y donde está integrada de forma subordinada el grueso de la del planeta, no van a tirar la toalla sin lucha más allá de sus divisiones y menos, dejando la dirección en manos del del Partido Comunista de China, con su apuesta de un mundo global con relaciones multilaterales entre iguales, paz, respeto y no intervención, bajo la leyes internacionales desarrollada por la ONU y no por las reglas elaboradas por los poderosos. Por eso y para situarnos ante la realidad con firmeza y no como un pollo sin cabeza, cuatro principios elementales del marxismo y nunca tanto como hoy; leninismo:

Lo primero siempre es partir de la realidad socioeconómica internacional global, donde todos los economistas y organismos internacionales, valoran el descenso de los beneficios empresariales desde los años setenta del siglo pasado. Hablamos del capital productivo, el único que crea riqueza no del ficticio, que solo enriquece al que ya es rico y que es el dinero creado por los bancos. Esto nos dice que el sistema capitalista de libre mercado, lleva más de cincuenta años de crisis global y sistémica, la cual no tiene salida estratégica de progreso desde el sistema capitalista tanto por su productivismo, como por el colapso ecológico del planeta. Esto implica para los sectores sociales progresistas y de izquierda, que tienen que asumir una realidad: el estado de bienestar social no es recuperable bajo este sistema capitalista de libre mercado, el cual se está devorando a sí mismo en su crisis por la necesidad de obtener beneficios, poniendo todas las necesidades del ser humano al libre mercado del que pueda pagárselo, por eso es más fácil la conquista del socialismo, que bajo esta sociedad capitalista en fase terminal reconquistar el estado de bienestar y por eso, la lucha por la recuperación de los servicios públicos que nos garantizaban el estado de bienestar, pagado con la plusvalía extraída de la superexplotación de los países en desarrollo, hoy es imposible por la la globalización, la superación por China con su política de beneficio mutuo y respeto entre iguales y la existencia de otras potencias emergentes, en un planeta con límites y por eso, debe ser parte del programa mínimo de lo más consciente de la clase obrera en la lucha por el socialismo y ante esto, la oligarquía de EE.UU y Occidente no cederán sin derrota económica, política y si no somos los pueblos capaces de forma pacífica, la militar.

Como segundo, este análisis de la fase terminal del sistema capitalista de libre mercado, sitúa quién es el enemigo principal de la clase trabajadora internacional y de todos los pueblos del planeta: la oligarquía financiarizada globalista de EE.UU y el resto (incluida Europa) subordinadas, que provocan guerras y destrucción por todo el planeta para mantener su hegemonía, mediante la fuerza, la amenaza y la agresión y ahora, es el gobierno fascista de Ucrania puesto mediante un golpe de estado cruento organizado por EE.UU y sus subordinados europeos, pero antes la hicieron con Irán, Siria, o Irak, destruyeron en Europa Yugoslavia y siguen bloqueando a Cuba, Nicaragua o Venezuela. Ese comportamiento imperialista, nos sitúa con claridad quienes son los que provocan guerras saltándose la legalidad internacional y quienes como Rusia, no le queda más remedio que la intervención militar para salvar sus intereses y la seguridad de su nación.

Tercero; cuando situamos a una superpotencia que tiene la mayor capacidad militar de fuego convencional y nuclear del planeta, la lógica como marxismo puro, nos obliga a entender y en ésta época de imperialismos el leninismo, que es tarea estratégica la construcción de un frente lo más amplio posible de acumulación de fuerzas a nivel internacional, para derrotar con seguridad y el menor daño posible al enemigo principal de la humanidad. Aquí, no se trata de juzgar a cada país, porque los revolucionarios somos solidarios con todos los que defiendan su soberanía, como lo hicimos con Irán o Siria, se trata de confluir el máximo de países en la defensa internacional por la paz y contra las guerras imperialistas y esta de Ucrania, ha sido provocada y planificada por el imperialismo estadounidense, para que confronte Europa y la OTAN contra Rusia, por eso, toda la solidaridad con el pueblo ucraniano, el pueblo ruso y su gobierno, obligado a la fuerza a intervenir militarmente para defender su existencia, su soberanía y los derechos de la etnia rusa en Ucrania.

Cuarto y último lugar; la intervención imperialista militar de la oligarquía financiarizada yanqui-occidental, no va a parar hasta que no sea derrotada económica y militarmente y aunque ahora se le derrotase en Ucrania, por una ruptura del bloque europeo y un acuerdo entre Ucrania y Rusia y entre ésta y una parte de Europa, el objetivo fundamental de la oligarquía yanqui-occidental está en concentrar todas sus fuerzas en el frente asiático contra China, por eso ha construido con las oligarquías subordinadas de Japón, Australia y el Reino Unido, una alianza militar donde como es costumbre por el imperialismo yanqui, Taiwán y Japón pondrán los muertos y EE.UU las armas. Y de esta confrontación final si no se evita con un acúmulo de fuerzas enormes, saldrán las nuevas condiciones de la normalidad de vida para la humanidad y de ahí, que el grito revolucionario en los países que construyen socialismo y soberanía y conscientes del tramo en que vive la humanidad, en múltiples formas condensan el grito de rebeldía de Cuba ¡¡socialismo o muerte!!.

Si la izquierda occidental es incapaz de partir del análisis marxista concreto, y sigue dejándose de arrastrar por el discurso posmoderno incapaz de unir pasado y presente en la propuesta de futuro, difícil es que sea capaz de diferenciar el explotado del explotador, el abusado del abusador o el agredido del agresor, ocultándolo todo detrás del discurso relativista y la antipolítica, manifestada cuando se dice que todos son iguales para no confrontar con el poder dominante, por eso China no es socialista para este progrerío, porque existe la propiedad privada y la lucha de clases y menos entender, que no todos los capitalismo son iguales y que necesariamente no acaban todos en el imperialismo y otras muchas cosas más y todo, por la influencia del marxismo revisionista soviético de los sesenta. Difícil va a ser, que su papel actual en los inicios del siglo XXI, sea muy diferente al jugado en los inicios del siglo XX por la socialdemocracia occidental apoyando a sus burguesías imperialistas, cosa que la mayoría de la izquierda occidental ahora mismo está haciendo, por falta de conciencia de clase y de alternativa al sistema y este es el triste papel que están cumpliendo.


Alonso Gallardo militante comunista