Primero
saltaron las élites neoliberales catalanas con su independentismo, como
estrategia de cambio de la dinámica social de ruptura del bipartidismo por
Podemos, IU y las confluencias. Ahora, le siguen los neoliberales del
corrupto gobierno socialista asturiano, creando el problema de la cooficialidad
en la misma línea del “derecho a decidir” que dio la victoria en Cataluña al neoliberalismo
conservador y en la línea de los demócratas yanquis liderados por Obama y
la Clinton, que dieron el gobierno al conservador neofascista de Trump antes
que dar el apoyo al socialista Bernie Sanders, como el único dirigente de
izquierdas que podía hacerle frente. La política imperialista neoliberal yanqui
practicada para Europa, si algo ha dejado claro con la política de los estados
fallidos ha sido, que antes que una Europa unida que compita por la hegemonía
con EEUU, preferirán su balcanización para dividirla, debilitarla y ponerla a
su servicio como hizo con Yugoeslavia y los antiguos países del este, dándonos
la geopolítica globalizada una explicación de las pequeñas cosas. Sin duda
también de esta.
Como todo
tiene una explicación diremos, que la crisis global del sistema capitalista
visualizada con la explosión de la burbuja inmobiliaria de EEUU en el 2008,
significó para España en el 2011 bajo el gobierno socialista de Zapatero, la
ruptura del pacto social de bienestar y el constitucional de las autonomías de
“café para todos” ideados durante la transición por el PCE-PSOE, para la
reconciliación con la oligarquía vencedora de la guerra civil tras el golpe de
estado de 1936. Para los neoliberales ahora la prioridad está en la continuidad
de las políticas de austeridad, privatización de lo público y su puesta al
servicio del libre mercado de las multinacionales, por el gobierno central y autonómicos
en manos neoliberales y para continuar con la rapiña de la austeridad y la corrupción,
que mejor que recrear el conflicto histórico sin resolver de la configuración
de España sacrificando la estructura autonómica nacida del 78, para así crear la
división de las fuerzas políticas del pueblo para la victoria neoliberal.
La
estrategia del neoliberalismo de desviar la lucha de clases hacia temas
identitarios mediante el protagonismo mediático y el liderazgo social (1)
tiene como novedad que la lucha por la defensa de la identidad burguesa
periférica en España, se promueve desde las propias filas del movimiento obrero
y popular, por la asunción como propia que han hecho de la cultura dominante durante
su desarrollo histórico los ascendientes que conformaron nuestra clase y pueblo
y por el valor teórico revisionista que le aportó el movimiento marxista
español, que incorporó el sujeto identitario como revolucionario por encima del
carácter de clase (2) analizados en varios artículos que nacen del caso
catalán, bajo el eufemismo “del derecho a decidir” posición actualmente
hegemónica en la izquierda española.
Esta polémica
construida por la oligarquía neoliberal como propietaria de los medios de
comunicación, tiene como objetivo crear la confusión y división del
pueblo allá donde peligre su hegemonía y en estos momentos cobra importancia
Asturies, como anteriormente lo fue Cataluña donde ya se tiene el gobierno
municipal de Barcelona, como territorio con posibilidades de ser gobernado en
las próximas elecciones autonómicas por la confluencia de Podemos e IU, con
un programa contra la austeridad y la defensa de lo público, que suma fuertes posibilidades
de victoria después del cambio de la dirección socialista asturiana a manos del
sanchismo, contraria a las anteriores ejecutivas socialista neoliberales.
Lo
apariencia casual de este debate en Asturies, viene de la posibilidad de la
cooficialidad del asturiano recogida por el gobierno del socialista neoliberal
Javier Fernández, con más de treinta años de gobierno con la IU de Gaspar
Llamazares, por el pronunciamiento del congreso socialista asturianos
durante la derrota de la mayoría neoliberal, de apoyo a la cooficialidad sin
definir derechos ni obligaciones de los residentes y apoyada por el resto de la
izquierda reformista y radical, poniendo en bandeja a la derecha neoliberal
y extrema del PP y Ciudadanos la iniciativa mediática, vendiéndola como una
imposición autoritaria a una ciudadanía más plural, usurpando el lenguaje de
los valores democráticos de las fuerzas del pueblo, que como en Cataluña,
vuelven a fallar situando la diferencia entre la izquierda y la derecha en la
identidad y no en la economía y la lucha de clases.
La izquierda
plantea la cooficialidad del asturiano, como una conquista del pueblo en la
recuperación de su cultura y de su país, pero creemos que parten de premisas
falsas y de arrogaciones que no son suyas, donde un pueblo por muy pasiva que
sea su actitud política, por criterio democrático, nunca puede delegar en un
parlamento la toma de la decisión de una cooficialidad que conlleva derechos y
deberes para la ciudadanía y que por lo tanto, solo ella puede democráticamente
decidir. Esto implica para la izquierda reformista y radical definir a qué obliga
a la ciudadanía y a la clase trabajadora, el tipo de cooficialidad que plantean
para Asturias para que democráticamente puedan decidir, donde muchos de los que
participamos desde posiciones de clase en este debate, situamos el límite al
asturiano o asturianos, a un derecho de la ciudadanía y ninguna obligación para
la clase trabajadora.
Las fuerzas
políticas, sindicales y movimientos sociales que dan esta batalla identitaria, lo
hacen desde una concepción histórica revisionista, abrazando como un dogma
metafísico y subjetivo, una cultura dominante que les da identidad histórica
sin haber cotejado empíricamente a quién representa y situándola por encima
del concepto de clase, al parecer anticuado y superado por las nuevas
realidades sociales, que han creado nuevos sujetos como el precariado o el
feminismo entre otros movimientos, siempre dando la batalla aislados unos de
otros y en su conjunto de la clase obrera, sin poner en cuestión el sistema
capitalista y sin profundizar en la existencia de una cultura histórica de
siglos, que sí representa a la actual clase obrera y demás clases sociales que
conforman el pueblo oprimido y explotado desde el nacimiento del esclavismo y
la lucha de clases, hace unos diez mil años.
Olvida esta
izquierda el análisis concreto de la realidad concreta, al no situar de qué
sujetos históricos provenientes está formada la clase obrera moderna y las
clases medias burguesas, profesionales e intelectuales, incluido el del pequeño
sector autónomo de agricultores y ganaderos asturianos, que pueden mantener una
relación histórica con el viejo campesinado que cultivaba su tierra y cuidaba
ganado, pagando los impuestos al feudal y a la iglesia de turno, como ahora el
moderno pero falso autónomo esclavizado a un empresario, que como al feudal,
poco le importa si gana o no para comer, incluyendo a la mujer campesina, fácilmente
heredera genética por la retención que la esclavitud romana, feudal,
eclesiástica y patriarcal, ejerció violentamente sobre ella.
Olvida esta
izquierda por partir del populismo simplista inducido entre las masas por las
oligarquías dominantes, que la historia y la cultura escrita trasmitida es
siempre la de los vencedores y que los vencedores hasta ahora siempre han sido
las élites de la clase dominante, que sí han trasmitido generacionalmente,
junto con sus propiedades y riquezas, su cultura ideológica y política
esclavista y feudal a través del saber de la iglesia católica romana desde hace
más de mil quinientos años, incluida la del asturiano y sus variantes. Cómo
hablamos y los iconos e instituciones que actualmente se defienden en Asturies
o Cataluña, forman parte de la cultura y lengua del colonialismo imperialista y
patriarcal inculcada durante siglos; son sus historias, estandartes y sus
cruces, que conforman el actual estado burgués. Breve historia de la humanidad
de los últimos 13.000 años (3)
Olvida esta
izquierda, que la clase obrera asturiana junto con el resto de la sociedad
española, tienen raíces históricas y modernas suficientes, para la construcción de una identidad de
patria común y todas tienen una relación con un proyecto de construcción
nacional popular de España, que se construye con la suma de identidades
individuales y colectivas en acciones históricas como las ligadas a la guerra
de independencia española, con un fuerte impacto en Asturies el 25 de mayo de
1808 confrontando el pueblo con la oligarquía feudal monárquica, aliada al
colonialismo francés o la resistencia civil y armada al golpe de estado
fascista contra la república en 1936, que tiene previamente como asonada en Asturies
la revolución de octubre del 34, que construyen desde la modernidad al nuevo
sujeto social de la clase obrera, migrante de esclavos, siervos y pequeños
campesinos.
La
construcción de una patria para la clase obrera y el pueblo español, tiene que venir
de la asunción por el imaginario obrero y popular, de los hechos y gestas
históricas colectivas e individuales del pueblo realizado por el bien común, completamente ajenas a los
objetivos e intereses de la clase dominante, siempre desde el interés privado.
La hegemonía social de la cultura obrera y popular debemos crearla uniendo
nuestros referentes históricos y modernos, en una línea política de masas de
creación orgánica del poder obrero y popular. El imaginario popular de la
patria cubana no está formado por la defensa y la exaltación de la lengua
española ni el descubrimiento de América, ni la cristianización forzosa, ni la
esclavización del pueblo negro, ni ninguno de los estandartes que las fuerzas
imperialistas coloniales cristianas impusieron mediante la esclavitud y el
genocidio. Pero sí las personas y las gestas que con sus actos construyeron un
imaginario popular latino, de la igualdad, liberación e independencia de los
pueblos de América del imperialismo colonial occidental.
círculos
comunistas por la confluencia popular febrero del 2018
(3) Armas, gérmenes y acero por Jared Diamond de la
editorial DEBOLSILLO