Por mucho
que cierta izquierda progresista desclasada por ser país antes que clase, vea en el resultado electoral de las
elecciones catalanas el fracaso del “régimen del 78”, esta no dejó de ser la
principal jugada maestra de la oligarquía neoliberal, desarrollada
mediáticamente entre las masas desde la pérdida del bipartidismo en las
europeas del 2014, al desbaratar la estrategia de las fuerzas progresistas de
lucha contra la austeridad y la corrupción y al mismo tiempo, legalizar bajo el
manto social con la complicidad judicial, la política de intervención del
gobierno en comunidades y ayuntamientos donde no gobierna, para ejecutar el
artículo 135 que reformó la constitución, con apoyo de la derecha neoliberal
nacionalista, conservadora y socialista y continuar así con su política
genocida, de austeridad, recortes y privatización de lo público, como instrumentos
de apropiación extractiva de los bienes y propiedades acumuladas por la clase
obrera, en estos últimos cuarenta años de “estado de bienestar”.
Batir
electoralmente Unidos Podemos y las confluencias, era un objetivo encubierto de la
batalla independentista catalana, como enemigo común del neoliberalismo
conservador, socialistas y la extrema derecha. Objetivo que desde la ruptura
del bipartidismo en las europeas del 2014 la oligarquía neoliberal buscaba, porque
limitaba y en muchos aspectos impedía por su influencia social, la ejecución de
las políticas austericidas. Pero bien asesorado el poder mediático neoliberal,
no tardó en construir el relato entre las masas, con el inestimable apoyo de
Esquerra Republicana, anarcos de la CUP y sectores de la izquierda reformista y
radical, que les ayudaron a ocultar el carácter oligárquico, neoliberal y
corrupto del nacionalismo catalán,
siendo de la misma internacional liberal el Puigdemont que el Rivera,
validándolo socialmente con un carácter transgresor y rupturista del corrupto
régimen del 78, sustituido desde Zapatero por un movimiento de amplio espectro
neoliberal, que abarca a todo el abanico parlamentario, en línea con el
movimiento que dio el gobierno en Francia a Macron. Situándose así la cuestión
nacional, como el eslabón débil de la izquierda reformista y radical que lo
llevó a la derrota, encumbrando a dos partidos neoliberales como victoriosos de
la contienda (1)
Legalizar
las políticas de austeridad desde el apoyo social era otro objetivo neoliberal y esto se lo ha dado en bandeja la izquierda por su sinergia
histórica de que el nacionalismo puede ser de izquierdas, cuando el todo
siempre es más que las partes. La contienda catalana nunca estuvo entre independencia
sí o no, si no, en cómo influir mediáticamente la oligarquía a las masas para
que aceptasen el dominio de los neoliberales, como lo más cuerdo en el abanico
político español, ocultando las políticas de austeridad y corrupción y aquí, el
sacrificio del PP viene definido por la derrota electoral de las confluencias
de Podemos y la construcción en la subjetividad social, de una nueva
alternativa neoliberal pura en su presentación mediática, en torno a Rivera y
Ciudadanos y la jugada les está saliendo bien, solo falta saber de qué manera
se va a sacrificar el PP y de cómo confluye todo el espectro neoliberal
presente en el parlamento, para imponer una nueva agenda de austeridad, recortes
y privatización de lo público. El caso catalán ha legalizado la intervención en
comunidades y ayuntamientos, (2) pero es insuficiente para las
necesidades de acumulación de capital y pago de deudas a cargo del erario
público, que tienen la banca y empresas y lo veremos en el futuro cercano, por
el desarrollo del gobierno de políticas sociales cero, de reducción fiscal a
las empresas y fortunas y reducción de las pensiones públicas, subsidios
sociales, salarios y empleo público.
La
inexistente independencia judicial ha permitido su colaboración con la
corrupción, permitiendo
que antes que se hiciera pública la sentencia de condena del nacionalismo
catalán como beneficiaria del 3%, se transformara en un nuevo partido detrás de
Puigdemont y que Rivera y Ciudadanos sustituyeran al PP electoralmente, antes
que la docena de tramas implicase judicialmente al PP y a Rajoy, ahora mismo
todos en el banquillo judicial y en manos de Correa, Crespo y el Bigotes como
delatores del caso Gürtel. Desde este nuevo panorama que se nos abre a las
fuerzas populares y vistas las correlaciones de fuerzas y la escasa capacidad
de lucha de sus organizaciones políticas, sociales y sindicales, solo nos queda
trazar una línea gruesa de trabajo, para la confluencia de todas las fuerzas
progresista en las próximas convocatorias electorales, para impedir la
reorganización del neoliberalismo a falta de una imposible movilización social
y sindical, donde Izquierda Unida, solo tendrá camino para andar como sujeto
que trabaja por la confluencia y la unidad popular, ya que cualquier otro, les
llevará al encuentro con los neoliberales del PSOE y a Pedro Sánchez como
Secretario General, solo le queda resolver a favor de la confluencia con Unidos
Podemos, para seguir formando parte del pueblo o será parte de la confluencia
de los neoliberales socialistas en el partido de Rivera; Ciudadanos o como
quiera la banca y la oligarquía mediática que mañana se llame.
Círculos
comunistas por la confluencia popular enero del 2018
(2) http://epuntorojo.blogspot.com.es/2017/12/en-defensa-del-ayuntamiento-progresista.html