La aportación teórica y crítica en el campo popular, deviene de la
reflexión tras la lectura y el estudio de los clásicos marxistas, de los
avances de las ciencias y de la aportación de intelectuales que sintetizan sus
trabajos, entre otros como Henri Houben con “La crisis de treinta años ¿el fin del
capitalismo? o “China y el capitalismo global” de Lin Chun, Juan Torres con “El
capitalismo en crisis”, Costas Lapavitsas en “El capitalismo financiarizado” o
Yanis Varoufakis en “El minotauro global”, como no, los múltiples trabajos
sobre el capitalismo global de Jorge Beinstein o Michael Roberts, Vicenç Navarro
y tantos más, algunos muy comprometidos con los procesos revolucionarios otros
menos, pero la lectura de todos, son muy necesarias para el conjunto de las
fuerzas democráticas transformadoras.
La lógica dialéctica como metodología del conocimiento, nos indica que todo
objeto de estudio tiene que estar basado en el análisis concreto del objeto, de
sus conexiones y del exterior que le influye interiormente y sólo desde aquí,
iremos relacionándolo con los principios de la teoría marxista, pero nunca
adaptando esa realidad que pretendemos conocer a los principios del marxismo, al
contrario, buscaremos en la realidad en movimiento, los principios del marxismo
superando la subjetividad.
Sobre el carácter de la actual crisis económica del
sistema capitalista. Difícilmente tendremos una visión acertada de la actual crisis del capitalismo, si su inicio la
situamos en el 2008 tras el estallido en EE.UU de la burbuja inmobiliaria,
cuando esta explosión es causa de la crisis de superproducción, una crisis
superior que arrastra sus consecuencias desde el inicio de la década de los
setenta, cuando se inicia el descenso internacional de las tasas de beneficios empresariales,
que obliga a la oligarquía dominante bajo el liderazgo estadounidense a
replantearse su estrategia. Se inicia con la desintegración de Bretton Woods y
del sistema económico global, situando el dólar como moneda de compra y cambio
internacional sustituyendo al oro como patrón, bajo el gobierno de Richard
Nixon en 1971.
En los inicios de los ochenta con Ronal Reegan presidente de EE.UU y
Margaret Thatcher en el Reino Unido, dan el salto aplicando la teoría del
neoliberalismo que desarrollaron bajo la experiencia del genocida golpe de
estado en Chile por Pinochet en 1973, que desarrolla una liberalización total
de la economía, bajo el principio de dejarlo todo en manos de la empresa
privada y el libre mercado para su regulación. Para ello desregularon todas las
leyes financieras y de mercado, dejándolo en manos de la libre competencia
financiera y comercial en un mercado internacional globalizado.
El neoliberalismo no es una salida
programada, parece más la ruta de escape encontrada gracias a la
telemática del capital ficticio acumulado, por la escasa rentabilidad del capital
industrial productivo, que cada día obliga a una mayor inversión de capital
para obtener proporcionalmente menos beneficios. La crisis del 2008 con el
estallido de la burbuja inmobiliaria en EE.UU, es provocada por la enorme cantidad
de capital ficticio concentrado (burbuja) en el mercado inmobiliario, de alto
rendimiento por la facilidad de crédito que crea un gran endeudamiento de la
familia y la empresa. El contexto de externalización de la industria a países
subdesarrollados con bajos salarios y sin derechos, más la competencia de las
potencias emergentes, provocan un fuerte aumento del desempleo y llevan a
centenares de miles de familias, a la imposibilidad del pago de la hipoteca por
estar sin trabajo o por la baja remuneración de sus trabajos, recuperándolas
las financieras como hipotecas basura.
Destacar, que lo que subyace de fondo en la crisis del sistema de
producción capitalista, sistema social hegemónico, con el que amplios sectores
de la humanidad han llegado a las más altas cotas de bienestar conocido, es que
está llegando a su fin y La financiarización de la economía, es el resquicio
encontrado por la oligarquía, en su agónica búsqueda de una salida para
continuar con su dominio. El problema que tenemos la humanidad con la salida a
la crisis del sistema de producción capitalista, generalizado en todos los
sistemas económicos de producción, bien bajo un mercado más o menos planificado
tipo socialismo chino y vietnamita o de libre mercado capitalista como el
europeo y estadounidense, es que es desconocida en la historia de las
sociedades, pero esta nos dice, que el neoliberalismo como imperialismo agresor,
buscará una salida para mantener su hegemonía y esta será la que tenga que ser,
independientemente de las consecuencias de guerras y genocidios para la
humanidad, como nos consta por lo sucedido desde siglos de guerras, muertes y
miserias por el control global del planeta.
Sobre la explosión robótica y automatización telemática. En gran parte la
crisis, es la responsable del rápido desarrollo de la robótica y la
automatización telemática, pero para el sistema político capitalista (no para el
sistema de producción que es un gran avance) solo es una ventaja circunstancial,
que dura el tiempo que sus competidores tardan en imitarlos. La velocidad de los
adelantos científicos y técnicos, viene dada por la necesidad imperiosa de
obtener ventajas empresariales y aumentar el beneficio, en un mercado global
muy competitivo y en retroceso de consumo, por la imposibilidad material por
cada vez más amplios sectores de masas de pagarlo, dejando un mercado en crisis
saturado por sobreproducción.
Por eso las amplias inversiones en innovación tecnológica, no están creadas
para el aumento de la producción, porque el capital es consciente por las
estadísticas que manejan, de la saturación del mercado y del descenso del
consumo. Son para obtener una mayor plusvalía inmediata, aunque cada día más
efímera en tiempo y beneficio, porque se da la circunstancia, de que la
robotización y la automatización telemática no crean plusvalía, una vez
amortizado su coste se iguala al conjunto de medios como máquinas que son, anulan
puestos de trabajo humanos que encarece el producto por el coste de la mano de
obra, pero reducen la capacidad de consumo de masas, por la irresponsabilidad del
libre mercado que solo sirve para el beneficio individual empresarial.
El drama del sistema político capitalista, bajo el sistema de producción de
libre mercado en una situación globalizada, es que ha llegado a su tope y la
única salida que conoce es la destrucción de los límites comerciales y de
producción. Donde el arte de la guerra está, en que sean destruidos tanto los de tus enemigos
como los de tus aliados, dejando el máximo de posibilidades del tuyo.
El neoliberalismo movimiento político social de carácter
globalizador, totalitario y genocida. Cuando la totalidad de los medios
occidentales de comunicación están en manos como ahora del neoliberalismo,
debemos cuidarnos mucho de la aceptación de los criterios que lanzan o como
decía Malcolm X, acabarás amando a tu enemigo, por eso el actual presidente
estadounidense Trump, representante del sector proteccionista de la oligarquía
dominante estadounidense, denuncia al grueso de las principales medios yanquis
de comunicación, como los principales enemigos del pueblo.
La cultura extendida por las potencias europeas y EE.UU, históricamente
ligada a los imperialismos coloniales victoriosos, que ocuparon el espacio como
potencias militares y económicas de la China imperial y de otros pueblos y países de Eurasia a lo
largo de la mitad del primer milenio, construyeron mediante la fuerza y la
represión, su propia visión del proceso histórico desde un egocentrismo
unipolar sobre aquellas otras culturas, que visionan un mundo multipolar y
diverso. Poder que nace de la propiedad y el control ideológico que tienen de
los medios de comunicación, proyectando así su exclusiva visión a las masas,
dentro de un sistema de enseñanza de adoctrinamiento ideológico de falsas
libertades individuales, basado en la propiedad privada y el amasamiento de
fortuna, mediante la cultura religiosa y el patriarcalismo como medio de
control ideológico y represión de las masas.
Esta trasmisión de una visión cultural única, que nos proyectan a través
del dominio casi global que poseen de los medios de comunicación, nos inculca
lo que es fascismo o democracia y lo que no es. A Trump presidente
estadounidense nos lo presentan como un fascista machista, homófobo,
racista, putero… cosa que niega y no está
demostrada (no como lo de Clinton y las becarias) Pero curiosamente, esta
cultura que construyen y moldean sin apenas críticas desde la mayoría crítica
de la intelectualidad, oculta que tanto los neoliberales progresistas como
Clinton o Obama y conservadores como Reagan o Bush, fueron los que crearon los muros
de segregación en EE.UU, Palestina, Europa o África.
Los conservadores y progresistas neoliberales, son considerados en
occidente como demócratas con pedigrí y pacifistas de relumbre con premios
nobeles, independientemente de que sus políticas neoliberales hayan cometido el
mayor genocidio de la humanidad, tanto en sus vecinas América Latina o África,
donde millones de personas han muerto en la indigencia o han tenido que migrar,
fruto de las políticas neoliberales impuestas mediante dictaduras y guerras,
para ejecutar una tremenda expoliación de sus bienes, creando sociedades sin
derechos y sin sustento, como en el resto del planeta.
En su geoestrategia de defensa de su hegemonía mundial, el neoliberalismo
coordinado por el FMI, el BM, los bancos centrales de EE.UU, la CE, Japón, su
brazo armado la OTAN y el silencio cómplice de la ONU, lanzan una ofensiva en
los años noventa por el desmantelamiento de la URSS y la debilidad China. Destrozan
Centroeuropa arrasando los Balcanes, Yugoslavia y Ucrania, otra vez más África,
Oriente Medio, Afganistán y partes de Asia, con sus políticas genocidas por el
control de las materias primas y rutas de comunicación internacional, para el
acoso y derribo de las potencias emergentes de China, Rusia, India, Brasil,
Sudáfrica o Vietnam. Ya han causado el mayor genocidio de la humanidad y al
epicentro de la lucha por la hegemonía mundial no hemos llegado. Si este genocidio
de millones de personas expulsadas de sus casas destruidas por las guerras, la
miseria, el hambre y la explotación por el neoliberalismo progresista y conservador
no es fascismo genocida ¿Qué es? ¿Cómo
lo describimos?
El pensamiento débil en la intelectualidad política de
izquierdas. El fracaso de la URSS por su adoctrinamiento dogmático,
revisionista y los errores de construcción del socialismo en otros, abrieron la
puerta al neoliberalismo ideológico progresista en el campo de la izquierda
occidental, para el pacto con la burguesía dominante de la socialdemocracia y
el eurocomunismo por el Estado de Bienestar y así construyeron su hegemonía, con
la participación en la gestión política de la superestructura del sistema
capitalista, en un proceso de evolución hacia neoliberalismo progresista
autoritario y genocida actual.
Nancy Fraser, filósofa y feminista estadounidense, relaciona la pérdida de
influencia por el progresismo neoliberal de amplios sectores de la clase obrera,
con la estrategia de utilización del pensamiento débil con el consentimiento de
las élites de los nuevos movimientos sociales, subsidiados por las
instituciones gubernamentales y fundaciones neoliberales, que confunden y ocultan a las masas, con su
lucha contra el patriarcalismo, igualdad de género, sexo o color de piel, las
luchas de las clases trabajadoras contra la explotación y guerras que provoca
la globalización neoliberal y el sistema capitalista. Luchas que están bien,
pero que no ayudaron al cambio de la correlación de fuerzas porque ocultan el
enemigo principal, el cual utiliza estos movimientos, contra la fracción de la oligarquía
conservadora reaccionaria proteccionista a la que ligan al fascismo, en su
lucha por el poder hegemónico global.
En la confrontación contra los triunfos electorales de Trump, Le Pen o el
Grillo italiano, como representantes políticos de las oligarquías conservadoras
proteccionistas, la oligarquía neoliberal progresista lanza su ofensiva con la
utilización de los movimientos sociales subsidiados y del pensamiento débil en
su intervención imperialista, teorizando límites en la defensa de la
independencia de los países bajo el don de la autoridad democrática del
neoliberalismo, ocultando la historia, cultura y derecho de estos pueblos, para
acometer la agresión imperialista y el apoderamiento de sus materias primas,
bienes y recursos. Por eso el neoliberalismo en sus dos facetas progresista y
conservadora por su autoritarismo militar genocida, son el principal enemigo
del pueblo en esta primera fase contra la guerra global imperialista.
Pero el pensamiento débil también se visualiza, en la ocultación por
amplios sectores de intelectualidad, de los distintos procesos de construcción
de la soberanía popular y el socialismo, obviando la cuestión de que cuando nos
quedamos sólo en la crítica de los males del capitalismo, la única alternativa
que damos es la mejora social y democrática del mismo, sin querer entender, que
el sistema crea la crisis y que la desigualdad
que genera, las guerras y el autoritarismo que ejerce, son sustanciales a su existencia para el
mantenimiento de su riqueza y hegemonía.
No se puede ocultar por perjuicios burgueses, que la alternativa al sistema
capitalista existe y tiene su alternativa social funcionando en los distintos
países que desarrollan el socialismo bajo el control público de la banca, las
industrias estratégicas y el desarrollo público de los servicios esenciales de
sanidad, enseñanza, pensiones o alimentación, bajo una planificación del
mercado y una producción al servicio de las necesidades del pueblo y de la
protección del medio ambiente. China, Vietnam, Cuba, Bielorrusia, Corea del
Norte y otros países menos avanzados en los procesos de construcción del
socialismo como Venezuela, Bolivia, Nicaragua o Ecuador, dentro del equilibrio
del mantenimiento de su soberanía, lo están logrando mejor que el sistema
capitalista y el neoliberalismo lo sabe. Podemos y debemos ser críticos con sus
procesos y errores, pero nunca negar el tremendo avance que significa para sus
pueblos, en libertades reales como el trabajo, la sanidad, la enseñanza o
servicios sociales.
Debe ser también ineludible para la intelectualidad crítica del sistema
capitalista, el reconocimiento de que la única posibilidad de desarrollo
estable del planeta, debe estar basado en el servicio a la humanidad, incluido
el desarrollo cientificotécnico para la liberalización del ser humano del
trabajo y la vida en armonía con la naturaleza, bajo una sociedad de democracia
participativa socialista.
Círculos comunistas por la confluencia popular marzo de 2017