domingo, 8 de junio de 2025

HENRIK HERNANDEZ. Del apagón al golpe suave: la energía como arma contra Cuba


Junio del 2025








La energía es poder. Y cuando un imperio te bloquea el combustible, no solo busca que apagues una bombilla: quiere que apagues tu conciencia, tu historia, tu fe revolucionaria. Por eso, mientras nos falte luz, no puede faltarnos claridad. No puede faltarnos la verdad.

Antes de cualquier análisis, quiero dedicar estas líneas a quienes viven los apagones no como teoría, sino como agotamiento diario. A las madres que intentan cocinar sin electricidad, a los ancianos que no duermen por el calor, a los trabajadores que se levantan sin luz ni agua.
Este artículo no busca explicarles a ustedes lo que ya conocen con el cuerpo y el alma. Busca que quienes están fuera comprendan que no se trata solo de energía, sino de una guerra encubierta contra el pueblo cubano.
Mi respeto y admiración a quienes, desde dentro, siguen resistiendo. Ustedes son la razón por la que escribo

Introducción

“No basta con bloquear el combustible. Hay que convertir la oscuridad en argumento ideológico, y la necesidad en acto de traición.”

Cuba no sufre una crisis energética por casualidad. Tampoco porque el socialismo no funcione. La causa es concreta y deliberada: Estados Unidos ha convertido la energía en un campo de batalla más dentro de su guerra no declarada contra la Revolución. Y lo ha hecho con precisión quirúrgica, aprovechando cada apagón, cada fila de gasolina, cada planta parada, para torcer el sentido de lo que somos como nación.

El bloqueo energético como estrategia planificada

Desde 2019, Washington intensificó el cerco contra la importación de portadores energéticos. Buques sancionados, aseguradoras presionadas, empresas amenazadas con demandas bajo la Ley Helms-Burton. La lista negra se extiende hasta navieras extranjeras, refinerías solidarias y bancos que se atrevan a financiar una compra de crudo. ¿Resultado? Cuba no puede importar libremente ni diésel, ni fuel oíl, ni gasolina, ni siquiera lubricantes. El objetivo es claro: asfixiar el país sin disparar un solo misil.

Pero el estrangulamiento energético es solo la primera fase. La siguiente es convertir sus consecuencias en armas ideológicas.

Apagar la luz para encender la subversión

Cada apagón se transforma en un meme, una burla, una llamada a la “libertad”. Las redes sociales replican mensajes cuidadosamente dirigidos: “¿Hasta cuándo?”, “Esto no da para más”, “Este sistema no sirve.” La escasez provocada se presenta como un fracaso interno, no como lo que es: un sabotaje externo cuidadosamente diseñado.

Los medios anticubanos –financiados por la USAID y la NED– magnifican el descontento. Cada crítica individual es amplificada como si fuera un estallido nacional. Y mientras el pueblo resiste, la maquinaria del golpe blando afila sus argumentos. El desabastecimiento ya no es una dificultad, sino la excusa para justificar una transición al capitalismo.

Guerra psicológica: cuando la desesperanza sustituye a la reflexión

El asedio energético no solo afecta al sistema eléctrico. Afecta la mente. La fatiga mental por la incertidumbre, el calor, la oscuridad, genera una pérdida de confianza en la capacidad colectiva de resistir. Es una guerra silenciosa, pero efectiva. Porque no destruye infraestructuras: destruye convicciones.

La juventud es blanco preferido. Se busca que asocie el socialismo con miseria y apagones, y que idealice el “modelo occidental” como sinónimo de confort. Es la guerra cultural, cruzada con la guerra energética. Y es total.

¿Construir una casa sin luz?

En esta misma situación energética se encarece y paraliza la construcción de viviendas. Producir cemento, bloques, varillas, o incluso transportar arena y grava depende de un combustible que ya no llega. La vivienda, símbolo de estabilidad familiar, se vuelve también una víctima directa del bloqueo. Y se aprovecha la crisis para alimentar un mensaje subversivo: “Ni casa, ni futuro: váyanse del país.”

Del apagón al golpe suave

Lo que estamos viviendo no es un simple problema técnico. Es una táctica de desgaste profundo, que combina sabotaje externo con manipulación interna. Que transforma la resistencia del pueblo en mercancía propagandística. Y que sueña con ver caer a Cuba por inanición.

Pero hay una verdad que ni el apagón puede esconder: el pueblo cubano ha resistido décadas de guerra económica con dignidad, inteligencia y organización. Y esa es precisamente la razón por la que aún somos libres.

Conclusión

La energía es poder. Y cuando un imperio te bloquea el combustible, no solo busca que apagues una bombilla: quiere que apagues tu conciencia, tu historia, tu fe revolucionaria. Por eso, mientras nos falte luz, no puede faltarnos claridad. No puede faltarnos la verdad.

Glosario:

Apagón: Interrupción del suministro eléctrico. En el contexto cubano, suele ser consecuencia del desabastecimiento de combustible, problemas técnicos en termoeléctricas o sabotajes indirectos derivados del bloqueo.

Bloqueo: Conjunto de leyes, regulaciones y acciones unilaterales impuestas por Estados Unidos para restringir el comercio, las finanzas y el acceso a bienes esenciales por parte de Cuba. Incluye medidas extraterritoriales y coercitivas.

Bot (informático): Programa automatizado utilizado para difundir contenidos de manera masiva en redes sociales. En este caso, se refiere a bots empleados para amplificar mensajes anticubanos y generar percepción de caos.

Cultura de la desesperanza: Término que describe el estado emocional colectivo inducido cuando la población pierde la fe en una salida positiva. Es una herramienta psicológica clave en la guerra cognitiva.

Desmovilización: Proceso en el que sectores de la población se alejan del activismo político, el compromiso cívico o la defensa del sistema debido a cansancio, manipulación o crisis inducida.

Guerra cognitiva: Estrategia de dominación que utiliza información, desinformación y manipulación emocional para modificar la percepción y el comportamiento social sin intervención militar directa.

Guerra energética: Forma de agresión que busca paralizar un país limitando su acceso a combustibles, electricidad y medios de transporte o producción.

Golpe blando (o suave): Técnica de desestabilización que sustituye la violencia directa por una combinación de presión económica, manipulación mediática, creación de crisis artificiales y movilización simbólica para derrocar gobiernos.

Helms-Burton (Ley): Legislación estadounidense (1996) que codifica el bloqueo y permite demandar a empresas extranjeras que comercien con propiedades nacionalizadas por Cuba. Inhibe inversiones y acuerdos energéticos.

Narrativa subversiva: Conjunto de discursos y mensajes cuidadosamente diseñados para socavar la legitimidad del gobierno cubano y promover el cambio de régimen bajo apariencia de “libertad”.

Portadores energéticos: Nombre genérico para productos energéticos como petróleo, diésel, gasolina, fuel oíl o gas. Son indispensables para el transporte, la producción industrial y la generación eléctrica.

Sabotaje económico: Acción directa o indirecta destinada a impedir el funcionamiento normal de una economía mediante restricciones externas, boicots o desvíos de recursos clave.

USAID / NED: Agencias del gobierno de EE. UU. que, bajo apariencia de ayuda o democracia, financian programas y actores orientados a desestabilizar gobiernos que no se alinean con sus intereses.

(Tocororo Cubano)