miércoles, 30 de octubre de 2024

Los BRICS del desarrollismo al desafío geopolítico frente al dólar

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                      Juan López Páez  
 22/10/2024
 

"El todo es más que la suma de las partes". (Aristóteles, Metafísica)

Los BRICS del desarrollismo al desafío geopolítico frente al dólar

Mandatarios de Brasil, China, Sudáfrica, India y Rusia en la XV Cumbre de los BRICS celebrada en Sudáfrica del 22 al 24 de agosto de 2023 | Foto: 15th BRICS SUMMIT / flickr.com / Dominio Público

El desarrollo y la cooperación de los BRICS se ha ido acentuando en los últimos años. Más países han solicitado ingresar en este club de países. El Nuevo Banco de Desarrollo y la cooperación financiera que están poniendo en marcha suponen una amenaza para un orden monetario internacional que estaba hecho a la medida del dólar.

Arrancamos del fenómeno geopolítico iniciado en el siglo XX, la hegemonía del dólar americano, una moneda fiduciaria1, convertida en la principal moneda de reserva mundial y referencia a nivel internacional para los pagos internacionales, y sus implicaciones para el liderazgo global de EEUU. Para comprender el contexto seguiremos el método holístico, referido a la manera de ver las cosas enteras, en su totalidad, en su conjunto, en su complejidad, pues de esta forma se pueden apreciar interacciones, particularidades y procesos que por lo regular no se perciben si se estudian los aspectos que conforman el todo, por separado.

Desde la década de 2000, a medida que el polo dinámico de la economía mundial se ha inclinado hacia el Este, los países BRICS han aumentado su presencia en términos geoeconómicos, mientras que la relativa fortaleza de EEUU y la UE como centros de poder tradicionales retroceden.

Con la pandemia como catalizador, los países en desarrollo tuvieron que afrontar la amarga verdad de que los países ricos de Occidente no estaban dispuestos a reconocer las vacunas contra el Covid-19 como un «bien común global», tal como exigían dos miembros de los BRICS, la India y Sudáfrica. Por el contrario, Occidente protegió las patentes de sus corporaciones farmacéuticas multinacionales, a pesar de los efectos graves e inciertos de una pandemia global.

En 2022, la cuestión de la deuda nuevamente emergió en la agenda de un gran número de países en desarrollo con motivo del conflicto armado de Ucrania y las interrupciones en la cadena de suministro y escasez en varios mercados globales (alimentos, materias primas, energía, etc.), que provocaron aumentos de precios y mayores tasas de interés e inflación.

En agosto 2023 cuando EEUU y la UE intentaban arrinconar con sanciones económicas a la Federación Rusa, en la 15ª Cumbre de los BRICS en Johannesburgo, 5 países no occidentales sorprendieron, solicitaron integrarse, cosa que hicieron el 1 de enero de 2024 (Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos). Países emergentes y en desarrollo tomaron conciencia que no estaban adecuadamente representados en el sistema multilateral hegemonizado por el dólar y que no se reflejaba el porcentaje de la población mundial que sumaban ni su creciente importancia política y económica en su conjunto.

Los BRICS como una coalición hacia la desdolarización

El ex secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew, en 2016, advertía del malestar, que “cuanto más condicionemos el uso del dólar y nuestro sistema financiero a la adhesión a la política exterior estadounidense, más crece el riesgo de migración a otras monedas y otros sistemas financieros en el mediano plazo”. Los BRICS componen un grupo en fase de extensión que ha desarrollado múltiples iniciativas de desdolarización para reducir el riesgo cambiario y eludir las sanciones estadounidenses.

El compromiso del NDB (Nuevo Banco de Desarrollo) de los BRICS, creado oficialmente el 15 de julio de 2014 con motivo de la 6ª Cumbre de los BRICS celebrada en Fortaleza (Brasil), de utilizar la financiación en moneda local en lugar de depender únicamente del dólar estadounidense es apenas la punta del iceberg de las iniciativas de desdolarización de los BRICS.

Una infraestructura crítica para un posible sistema financiero global alternativo no basado en la hegemonía del dólar. Buscando corregir y evitar lo que el Gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney expresó en 2019: «el dominio del dólar es la “asimetría desestabilizadora” que crece en el corazón del sistema monetario y financiero internacional». La pregunta recurrente es: ¿pueden los BRICS desdolarizar el sistema financiero global liderado por los Estados Unidos?.

La dinámica asociativa de los BRICS en el ámbito monetario genera narrativas compartidas para reducir el privilegio del dólar, pero los intereses divergentes de sus miembros y los desacuerdos sobre las posibles soluciones socavan los esfuerzos de coalición.

Hay varias restricciones principales que impiden que los BRICS formen una coalición unitaria de desdolarización. En primer lugar, algunos miembros de los BRICS tienen relaciones más estrechas con los Estados Unidos que con otros miembros del BRICS. Esto es evidente en el caso de la India. Si bien esto impide que los miembros del BRICS adopten una estrategia de desdolarización formal y cohesiva en el corto plazo, aún pueden buscar informalmente iniciativas de desdolarización.

En segundo lugar, Brasil y Sudáfrica, son menos vulnerables a las sanciones estadounidenses y tienen economías que están más integradas al sistema del dólar que otros. Por lo tanto, los miembros del BRICS no tienen ni un consenso a nivel de grupo sobre la desdolarización ni comparten el mismo sentido de urgencia para priorizar la desdolarización. Todos ellos están interesados en reducir su dependencia del dólar estadounidense, pero no todos quieren separarse del sistema financiero global liderado por EEUU.

Tercero. El intento fallido de los BRICS de crear su propia agencia de calificación crediticia es una demostración de la capacidad limitada del grupo para transformar el orden financiero global a través de la innovación institucional colectiva.

Cuarto. Se enfrentan a un dilema: la depreciación del dólar disminuiría el valor de sus grandes tenencias de activos denominados en dólares como en el caso de China.

Quinto. Aunque los BRICS han ejercido una “estadística financiera colectiva” para desafiar el orden internacional liberal existente, se ve socavada por la heterogeneidad política, económica e ideológica del grupo.

Un proceso de desdolarización acelerado en Rusia y China, desencadenado por las crecientes tensiones con Estados Unidos, puede ocasionar un cambio de paradigma más amplio en las finanzas globales (la liquidación en dólares del comercio bilateral entre Rusia y China cayó de casi del 90% en 2015 al 46% en 2020). El ministro ruso de Finanzas, Antón Siluanov, anunció que más del 90% de los pagos en los intercambios comerciales entre Rusia y China se realizan ahora en rublos y yuanes.

La construcción del hegemón

El final de la Segunda Guerra Mundial marcó el comienzo de una nueva era de supremacía política, económica, militar y cultural estadounidense a nivel mundial. Dada su base industrial altamente competitiva, su competencia en nuevas tecnologías y sus reservas de capital, EEUU se convirtió en el hegemón indiscutible del sistema mundial capitalista y dictó los términos del orden mundial de posguerra.

Este orden hegemónico de posguerra tenía dos objetivos principales: promover la expansión del capitalismo y el libre comercio y prevenir la propagación de las ideas comunistas que abogan por la superación del modo de producción capitalista dominante. Establecieron instituciones regulatorias globales como el FMI y el Banco Mundial, la OMC que proporcionaron estructuras legales e institucionales para bienes públicos internacionales como la seguridad, el libre comercio, la estabilidad financiera, la salud pública global y la producción de conocimiento con el acaparamiento de la propiedad intelectual y apropiación de patentes. También era de suma importancia impedir la expansión soviética y promover la democracia liberal centrada en los valores de Occidente excluyendo el marxismo. Se formalizó un pacto defensivo internacional (OTAN) y una institución intergubernamental (la ONU) comprometida con la paz y la seguridad mundiales.

Ejes comunes

Especialmente desde mediados de la década de 2000, los países BRICS se han transformado en una poderosa plataforma política y diplomática influyente en los asuntos globales y han buscado remodelar la gobernanza global hacia una configuración más equilibrada y multipolar. Impulsados por las quejas contra el orden económico global liderado por Estados Unidos, los países BRICS han traducido su poder económico en influencia política, frenando el dominio occidental sobre la arquitectura económica, política y financiera global.

Como se explícitó en varios comunicados de las Cumbres BRICS y documentos oficiales, los países miembros a menudo se unen en torno a estrategias políticas comunes diseñadas para obtener una voz más fuerte y una mayor autoridad de toma de decisiones en las instituciones económicas y financieras de la arquitectura de gobernanza global. Por ejemplo, hubo un llamado explícito en la cumbre BRICS de 2019 para una transformación de la arquitectura comercial/financiera internacional y las estructuras de gobernanza global hacia un orden internacional multipolar justo, equitativo y representativo; el objetivo era aumentar el poder de voto y la representación de las economías emergentes en plataformas de gobernanza global como el FMI, el Banco Mundial y la ONU. De manera similar, durante la 9ª Cumbre en Xiamen en 2017, líderes del BRICS atacaron el predominio del dólar estadounidense como moneda internacional. Putin dijo: “Estamos listos para trabajar junto con nuestros socios para promover reformas de regulación financiera internacional y superar el predominio excesivo del número limitado de monedas de reserva”.

En la ONU, los países BRICS han adoptado con frecuencia una retórica política común en torno a las nociones de multilateralismo, equidad y mayor participación del mundo en desarrollo. Como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, China y Rusia consultan rutinariamente sobre votaciones e iniciativas sobre temas como la promoción de la soberanía nacional, la crítica a la doctrina dictada por Occidente de la responsabilidad de proteger, la oposición a las intervenciones occidentales y los llamados a un cambio de régimen en Libia y Siria, y el veto de las propuestas patrocinadas por Estados Unidos sobre el programa nuclear de Irán y las sanciones a Venezuela, Yemen e Irán. Entre 2006 y 2018, Rusia y China votaron en la Asamblea General de la ONU de la misma manera el 86% de las veces, mientras que China y EEUU estuvieron de acuerdo solo el 21%

Al abogar por la desdolarización, estos países pretenden mitigar los diversos riesgos que plantea el dólar estadounidense, no enfrentarse a él. Los países del Sur Global están tratando de limitar el uso del dólar en el comercio internacional reforzando la soberanía monetaria y la seguridad económica nacional. El sistema financiero internacional desde el final de la Segunda Guerra Mundial ha estado estrechamente vinculado a la moneda clave, el dólar estadounidense. En el pasado, esta divisa, como moneda de reserva de los países del sistema financiero internacional, se utilizaba no sólo para la fijación de precios de los productos básicos, sino también para las liquidaciones comerciales transfronterizas y los préstamos interbancarios, lo que aumentaba enormemente la eficacia y la conveniencia de las liquidaciones en el sistema comercial multilateral regido por el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (el GATT) y la Organización Mundial del Comercio (OMC). Sin embargo, la militarización del dólar estadounidense por parte de Occidente con las sanciones impuestas ha impulsado a los países del Sur Global a buscar liquidaciones en monedas locales. Esta dinámica probablemente alterará el sistema de pagos y liquidaciones comerciales internacionales dominado por el dólar, lo que debilitará o incluso acabará con su estatus de moneda mundial clave y remodelará un nuevo orden financiero internacional

Las lecciones del conflicto armado de Ucrania

El impacto de las sanciones económicas occidentales a Rusia en la dinámica del Sur Global está entrelazado en tres áreas: el mercado energético, la cadena de suministro y las finanzas internacionales.

Cambios en el mercado energético internacional: en diciembre de 2022, la Unión Europea (UE), el Grupo de los Siete (G7) y Australia implementaron un embargo sobre el petróleo ruso con lo que provocó cambiar su enfoque exportador con el desplazamiento de las exportaciones energéticas hacia la región de Asia y el Pacífico. Como grandes consumidores de energía, India, China y Turquía han aumentado significativamente sus importaciones de crudo ruso. En 2022, las importaciones chinas del recurso se dispararon un 8% y Rusia se convirtió en el segundo mayor proveedor de petróleo crudo a China. Las importaciones de carbón de China desde Rusia también crecieron un 20% ese año.

Reestructuración de la cadena de suministro. La retirada masiva de empresas estadounidenses, europeas, japonesas y surcoreanas de Rusia ha creado oportunidades para que empresas de otros países entren en el mercado ruso.

Los bancos europeos y estadounidenses congelaron hasta 300.000 millones de euros de las reservas de divisas del banco central ruso. Muchos países en desarrollo, incluidos aliados tradicionales de Estados Unidos como Arabia Saudita, han comenzado a preocuparse de que si algún día se ubican en el lado opuesto de Estados Unidos en disputas geopolíticas, los activos en dólares que poseen ya no estarán seguros.

La utilización del dólar como arma y las contramedidas de Rusia han dado a los países del Sur Global una nueva comprensión de la relación entre el sistema financiero internacional y el sistema de comercio internacional.

En primer lugar, el valor del dólar estadounidense como moneda para los acuerdos internacionales ha perdido importancia para los países que enfrentan sanciones occidentales y se encuentran en una crisis geopolítica o en una guerra, porque no pueden comprar lo que quieren incluso si tienen reservas en esa divisa.

En segundo lugar, en entornos tan extremos, un país sólo puede comerciar con otros para obtener recursos clave si dispone de energía, recursos o capacidad de fabricación industrial.

En tercer lugar, para reducir el riesgo de no poder comprar cosas en condiciones de guerra o enfrentar sanciones, es necesario establecer relaciones de cooperación sólidas en tiempos de paz con varias economías que puedan proporcionar suministros importantes.

Finalmente, si el comercio entre los principales productores de energía, recursos y productos industriales puede liquidarse en monedas locales, es posible reducir en gran medida su dependencia del dólar estadounidense.

Como corolario el nuevo orden económico internacional promovido por China y los países del Sur Global se basa en el comercio: intercambio de energía y recursos por productos industriales e infraestructura. Este nuevo orden económico internacional se basará menos en las divisas y más en las materias primas, lo que provocará mayores tasas de inflación en Occidente.

  1. Es la moneda que es utilizada en las transacciones comerciales, gracias a la confianza de pago de la entidad emisora, el emisor debe liquidarla con los bienes de valor que la respaldan.