viernes, 10 de mayo de 2024

Sobre si el análisis que el movimiento comunista hace de la realidad sirve para transformarla



Alonso gallardo militante comunista … mayo del 2024

Recientemente leí este artículo sobre sindicalismo -base de la lucha económica- y la reforma laboral en Insurgente que recupero para análisis y crítica: ARGIA KORTABITARTE, DANI ASKUNZE. Dos años de la reforma laboral: otra vuelta de tuerca a la ofensiva capitalista por suponer que está bajo la influencia de la nueva formación comunista que surge desde Euskadi, con opción de extensión nacional. Del nacimiento de nuevas opciones comunistas en España estamos curados, pero ésta con aciertos mediáticos nace fuerte y con capacidades de extensión y donde de momento a falta de hechos se valora sobre las palabras, en este caso las escritas.

Hablando sobre los dos años pasados de la última reforma laboral comentan que "Unos resultados que son, en su gran mayoría predecibles y, lejos de solucionar los problemas evidentes del mercado laboral del Estado español, esta reforma no ha hecho más que disfrazarlos estadísticamente". Cosa muy curiosa ya que más abajo en el artículo manifiesta lo contrario a su pesar "Fuera de todo tipo de contexto y sin ningún otro dato que acompañe, negar que la tasa de temporalidad ha descendido sería negar una obviedad. Es así como presenta el gobierno esta tasa, y aprovecha cada ocasión para poner en valor su provecho". Ya puestos, no encuentro ninguna razón de crítica para que en cada momento que viene a cuento, pongan en valor algo que ha transformado la vida de muchos trabajadores, dando continuidad a sus contratos y permitiéndoseles una mayor planificación de su vida y más confianza en su futuro; por otra parte ya lo dicen el resto de destacamentos comunistas.

Continúan los compañeros con la euforia del ministerio por los datos estadísticos, cuando todo el mundo observa, que objetivamente los veintiún millones actuales en España de trabajadores activos es un récord y los 11,5% de desempleo, nos sitúa en el espacio previo a la catarsis producida a partir del 2008 "Esta sensación de euforia que desde el ministerio trasmiten contrasta con la realidad de una clase trabajadora que ve como sus condiciones laborales apenas han mejorado en los últimos años". Produce perplejidad esta afirmación, cuando todo el mundo sabe que el salario mínimo interprofesional tuvo una subida estos últimos años, bajo la presencia de Unidas Podemos en el parlamento y posterior en el gobierno, desde los 736 euros del gobierno de Rajoy a los 1134 euros actuales, por debajo del cual no se puede contemplar ningún convenio colectivo o individual de empresa por Ley; para superarlo está la negociación colectiva y los sindicatos de clase, aunque para el grueso de los destacamentos comunistas -al contrario que Lenin- los desprecian y no participan en ellos por estar dirigidos por socialdemócratas, abandonando a su suerte a la clase obrera.

Como los datos estadísticos no coinciden con la crítica, el arte de ver la botella medio llena para incidir críticamente en las reformas del gobierno, deslizan de paso el bulo de que nada que salga del reformismo puede ser bueno. Confundiendo la práctica empresarial con lo legislado, por lo tanto o desconocen la ley o la desprecian porque el empresario no la cumple, responsabilizando al gobierno y callando ante la falta presencial de sindicatos de clase sobre el terreno. "Entonces, ¿qué es lo que ha ocurrido realmente?... Básicamente, de nada sirve que se reduzcan los contratos temporales si sus efectos y características se mantienen inalteradas bajo otras modalidades de contrato. Los patrones de creación, destrucción y duración de los contratos laborales son prácticamente idénticos antes y después de la reforma". Decir, que el Estatuto de los Trabajadores después de la reforma sigue siendo mejorable, pero partiendo de la actual correlación de fuerzas y de que debe ser negociado por Ley con los agentes sociales, a riesgo de que lo tumben en los tribunales y que, para transformar la realidad lo primero que hay que hacer es conocerla, comento: que lo que se eliminó fue el contrato estrella de Felipe González por obra y servicios de 1984, base de la precarización y movilidad del empleo hasta la entrada en vigor de la reforma laboral del 2021 y las modalidades contractuales que quedan, se cuentan con los dedos de una mano.

Actualmente se recuperó la prevalencia al convenio sectorial sobre el de empresa individual. Se recuperó la negociación colectiva recobrando vigencia sin límite temporal hasta que se negocie uno nuevo. Las contratas y subcontratas para evitar su desarrollo abaratando costes, se le establece la obligación de aplicar el convenio colectivo de la actividad principal entre otros temas positivos para la clase trabajadora. Terminar este capítulo diciendo, que existe el contrato indefinido y el temporal por circunstancias de la producción o de sustitución de la persona trabajadora, además del contrato formativo de dos tipos y todas las demás circunstancias, son fruto del incumplimiento de la ley por el empresario, pero en base a la actual Ley, todos los contratos tienen que formalizarse para adquirir legalidad ante el INEM o Inspección de Trabajo y que falla?; pues fallan los sindicatos de clase que o no están constituidos en los centros de trabajo o sectores, que son los que tienen que arropar al trabajador en la denuncia ante magistratura, ya que solo el interesado puede presentarla o bien quien si puede hacerlo el sindicato ante inspección de trabajo, pero para eso se necesitan comunistas en los sindicatos de clase cumpliendo esa función clave de organización para la lucha y la solidaridad.

Aparte de desconocer la Ley, se adapta la coyuntura a una visión mecanicista de la realidad además de forma metafísica, pues es la misma que tienen el grueso de destacamentos comunistas desde la derrota política del movimiento obrero en la transición de los años setenta del siglo pasado. "Es fundamental situar la reforma bajo el contexto en el que fue concebida: la crisis de acumulación del sistema capitalista. De este modo, podemos observar cómo en parte de una lógica más amplia, cuyo objetivo es seguir debilitando las condiciones de vida de la clase trabajadora y, para ello, flexibiliza aún más el uso de la fuerza de trabajo". Esto que aquí se dice, es repetir mecánicamente un discurso correcto en su momento, en unas circunstancias completamente contrarias a las de la transición y derrota de la izquierda rupturista en los años setenta, porque sucedió en una situación defensiva del capital con la ruptura del bipartidismo PSOE-PP del régimen del 78, con la irrupción de Podemos en alianza con IU y las confluencias autonómicas en el parlamento nacional, fruto de una movilización social ajena a los sindicatos y la izquierda clásica, generada desde el 2011 por la ruptura del pacto social de la transición del estado de bienestar por el gobierno de Zapatero, bajo la presión de la oligarquía financiera española y europea (por española se incluye a la residente en las distintas comunidades autónomas), realizando los mayores recortes y reformas contra los derechos económicos, sociales y libertades desde la transición. Presión social que continuó bajo el gobierno de Rajoy del PP, confluyendo en la movilización social de pensionistas de sindicatos y movimientos en una unidad de acción en paralelo con el apoyo parlamentario de Unidas Podemos, que logra la reforma de las pensiones, la reforma laboral y la subida del SMI bajo el gobierno progresista dando la primera victoria histórica del movimiento obrero en los últimos cincuenta años.

Definir la persistencia en negar el avance obvio de la reforma como infantil, por los criterios que plantea de crítica y en especial, por la visión que tiene lejos de la realidad en relación a un gobierno reformista y al acuerdo programático de gobierno, limitado por la correlación de fuerza dependiente del apoyo o abstención de partidos burgueses y pequeñoburgueses nacionalistas e identitarios, para poder gobernar y era esto o un gobierno de la extrema derecha y el fascismo. Por eso, la siguiente crítica y otras más contempladas en el escrito, no se corresponden con la realidad de este gobierno progresista. "La reforma laboral no ha puesto en duda, bajo ningún concepto, la ganancia capitalista; en todo caso, se ha reformado en base a las necesidades que esta demanda. No ha representado ni siquiera un tibio intento para limitar el poder de los empresarios a la hora de definir las condiciones de trabajo".

¿En serio se puede creer, que un gobierno progresista que existe gracias al apoyo de nacionalistas pequeñoburgueses y burgueses como el PNV, que puede legislar leyes que afecten directamente al beneficio capitalista, más allá de los que imponga la lucha de clases en la negociación colectiva o la correlación de fuerzas en las instituciones para mejorar el SMI o las pensiones?. Aún así, la reforma laboral y SMI sí condiciona al empresario a contratar según la Ley y al salario estipulado en el convenio correspondiente. Esto lo sabe cualquier trabajador aunque los articulistas lo desconozcan, pero hay un problema; al vivir bajo un sistema de dictadura democrática del capital es la correlación de fuerzas en la lucha de clases la que impone las reglas y una, es la de exigir el cumplimiento por parte de los empresarios de la legalidad mediante denuncia en los juzgados, la inspección de trabajo o la movilización pública y para eso, se necesitan sindicatos en los centros de trabajo y sector y para que existan sindicatos, se necesitan comunistas y revolucionarios que de forma altruista se dediquen a organizar a la clase obrera en sindicatos para desarrollar conciencia política solidaria de clase, con la necesidad del socialismo como alternativa porque por si sola no es revolucionaria, aunque sea la mayor beneficiaria del socialismo y como nada de esto hay en la base económica, la lucha de clases la gana el empresario y la crítica que aquí se hace es infantil, al pedir a papá gobierno que nos salve del sistema de explotación capitalista y no con la organización y solidaridad de la clase obrera.

Como conclusión después de una retahíla de incomprensiones y de echar la culpa al reformismo de todos los males de la explotación de la clase obrera bajo el capitalismo -como si los comunistas y demás revolucionarios no tuviéramos responsabilidades por nuestros errores, en la situación de defensiva desorganizada en la que vive la clase obrera- cometen el mismo error que la mayoría de marxistas leninistas desde la derrota del movimiento obrero rupturista con el franquismo en los años setenta: dividir más a la clase obrera, abandonar los sindicatos en las fábricas y sectores, barrios y pueblos y crear estructuras propias impolutas sin participación de reformistas, socialdemócratas ni clase obrera, unos con minisindicatos movimentistas posmodernos unidos por las identidades nacionales, género y sexo y otros como en este caso de instrumento ligado directamente al partido, recuperando lo más retorcido del revisionismo soviético posStalin, donde sólo el partido puede representar los intereses de la clase trabajadora, del pueblo y del Estado, pero ambos abandonando los sindicatos y el movimiento vecinal para interseccionlizar de forma individual las luchas. "Ante esta situación, nos toca trabajar para reforzar y extender la organización comunista, también en el ámbito laboral. Promoviendo la organización independiente de clase y la autodefensa frente a la ofensiva burguesa, y conectando las luchas inmediatas con la construcción de una alternativa socialista frente a un capitalismo y sus gestores que no ofrecen más que miseria". Esto último cierto para más de un tercio de la clase obrera por el dogma posmarxista del derecho al subsidio antes que al trabajo, pero no para los que apoyan de momento sin fisura el sistema: la clase media conformada por sectores de la clase obrera con convenio colectivo en el sector privado y público así como profesionales, técnicos, autónomos y pequeños empresarios.

Como dato mata relato esta muestra: El sueldo medio sube más de 2.000 euros anuales con la reforma laboral, la bonanza y las mejoras salariales | Público (publico.es) que explica mu bien lo trasnochado del análisis de la mayoría de las fuerzas comunistas y lo muy lejano que están de las principales tesis del marxismo leninismo, tanto en metodología del análisis de la realidad concreta siempre en movimiento y cambio, por lo tanto continuamente hay que estar actualizándose y en especial en los tiempos convulsos como los actuales, como en los principales principios de la táctica experimentada desde las reflexiones críticas del VII congreso de la internacional comunista, sobre el frente unido de todo el pueblo contra el enemigo principal, sumado al frente único de las fuerzas obreras, que lleva en el programa de conquista del socialismo la unidad de todo el pueblo, mediante el respeto a los derechos e intereses del pueblo antifascista aliado del frente unido, fortaleciendo la unidad popular y el partido único de la clase trabajadora, bajo una línea política leninista de trabajo en las organizaciones de masas, en combate ideológico desde la unidad obrera y popular como principio, contra el reformismo, burócratas y oportunistas, hasta lograr la hegemonía en el seno de la clase obrera y la conquista de un estado que como defendía Gramsci: represente al pueblo a todos por igual, sin identidades nacionales que lo dividan y sin recorte de cultura y lenguas originarias.