El Lince mayo 21/2024
Todo va a tal velocidad que estamos entre lo muy importante, lo importante y lo otro. Así que voy por partes, de mayor a menor.
Lo muy importante es la visita de Putin a China. Ver cómo se ha despachado en el estercolero mediático y “político” occidental ya tendría que haber dado una pista de que Occidente no tiene ni puñetera idea de lo que está pasando entre estos dos países. Y lo que está pasando es crucial, para ellos y para el resto del mundo, en donde estamos nosotros.
El que Putin se haya dirigido a China 10 días después de su toma de posesión como presidente de Rusia indica la importancia trascendental de una relación que es ya de entendimiento estratégico y que refuerza en grado sumo la alianza entre los dos países que comparten un mismo objetivo: contrarrestar a EEUU. Este entendimiento estratégico no es militar, como viene insistiendo un Occidente que analiza el mundo en función de sus propias actuaciones, pero no se descarta este aspecto. Porque este entendimiento estratégico entre los dos es también de una ambigüedad estratégica: actúan juntos donde consideran y de forma independiente donde consideran, en función de sus intereses como país. Pero tienen un objetivo común: el nuevo mundo multipolar.
Esta es la síntesis que aparece en el documento final: “Las partes señalan que la evolución de los grandes cambios en el mundo se está acelerando, el estatus y la fuerza de las potencias emergentes en los países y regiones del “Sur Global” están creciendo y la multipolaridad del mundo se está acelerando. Estos factores objetivos aceleraron la redistribución del potencial, los recursos y las oportunidades de desarrollo en favor de los mercados emergentes y los países en desarrollo, y contribuyeron a la democratización de las relaciones internacionales y la justicia internacional. Sin embargo, los países que adhieren al hegemonismo y a la política de poder se oponen a esto, tratando de reemplazar y subvertir el orden internacional universalmente reconocido basado en el derecho internacional por un “orden basado en reglas”. Las dos partes enfatizan que el concepto de construir una comunidad de destino humano y una serie de iniciativas globales presentadas por China son de gran importancia.
Como fuerzas independientes en el proceso de construcción de un mundo multipolar, China y la Federación de Rusia explotarán plenamente el potencial de sus relaciones, promoverán la realización de un mundo multipolar igualitario y ordenado y la democratización de las relaciones internacionales, y unirán sus esfuerzos para construir un mundo multipolar justo y racional”.
Es muy largo y recoge múltiples temas, no en vano la palabra “cooperación” aparece 130 veces. No hablan de ellos solos, sino también del resto del mundo. Especialmente del no occidental. Porque una de las cosas que recoge el documento es la condena expresa a la “rehabilitación del fascismo en toda Europa”. China está dando otro toque de atención a Europa. No solo a Europa: también se critica expresamente a EEUU diciendo “Estados Unidos todavía piensa en términos de Guerra Fría y se guía por la lógica de la confrontación de bloques, poniendo la seguridad de ‘grupos estrechos’ por encima de la seguridad y la estabilidad regionales, lo que crea una amenaza a la seguridad de todos los países en la región. Estados Unidos debe abandonar este comportamiento”.
Estas dos cosas, la rehabilitación del fascismo y la guerra fría, tienen que ver con el país 404, antes conocido como Ucrania. El que Rusia recoja lo de “las iniciativas globales presentadas por China” es muy importante. Todas fueron presentadas en febrero de 2023, las dos primeros tituladas “La hegemonía estadounidense y sus peligros” y “Documento Conceptual de la Iniciativa de Seguridad Global”, y la última “Posición de China sobre la solución política de la crisis de Ucrania”. Sobre esta última, la declaración conjunta chino-rusa es bastante explícita y China considera que sirve para “dar forma a una nueva arquitectura de seguridad equilibrada, eficaz y sostenible” mientras que Rusia dice que “da testimonio del sincero deseo de nuestros amigos chinos de ayudar a estabilizar la situación”. Y esto se hace un mes antes de la reunión que Occidente está preparando en Suiza para “avalar” el plan de “paz” del bufón Zelenski y escenificar el “aislamiento” de Rusia.
Porque hay otro dato muy importante: la profundización de la relación estratégica, mencionando planes para intensificar los vínculos militares y cómo la cooperación en el sector de defensa entre las dos naciones ha mejorado la seguridad regional y global.
Occidente debía leer las señales que se le están lanzando. Pero no hay manera. Encerrado en su burbuja neocolonial, sigue pensando y actuando como si controlase el mundo. Y no, ya no. China y Rusia han dado una buena muestra de ello, y no serán los únicos a medio plazo porque si lo que se va avanzando de la cumbre de los BRICS es cierto (que ya hay 40 países pidiendo su adhesión), en octubre el mundo será otro.
Y hablando de señales, otra vez los chinos con el lenguaje de las flores. Si con el “crotón” Blinken fueron eso, crotones (una planta venenosa), con Putin han sido anturios, en China símbolo de la atmósfera amigable y pacífica, además de hospitalidad y abundancia.
La otra cosa importante es la muerte del presidente de Irán en lo que, hasta ahora, hay que considerar como un accidente, dado que la situación climatológica era muy mala y se habla de “depresión térmica” que, en síntesis, consiste en ráfagas de viento de 21 metros por segundo (muchísimo, ya es complicado con 15) porque eso supone ráfagas de viento de 50 km por hora y en esas condiciones los altímetros del helicóptero podrían haber sobrestimado la altitud en unos 30-50 metros, suficientes para estrellarse.
Digo hasta ahora porque los chinos -y yo siempre considero que es a quienes hay que leer, principalmente- dicen que podemos estar en la “teoría del juego sucio” dado que están pasando cosas muy, pero que muy extrañas, como el atentado contra el ex primer ministro japonés en junio de 2022, un hombre que no era partidario del enfrentamiento directo con Rusia y China, como sí es su sucesor; el atentado contra el primer ministro eslovaco, que es muy crítico con la postura occidental en el país 404, y ahora la muerte de Raisi. Todos ellos tenían en común, en menor o mayor grado, que se oponían a la postura occidental con Rusia y China, sobre todo.
Entramos en la teoría de la conspiración, aunque aún no hay elementos claros para ello. Pero no es necesario ser un conspiranoico para ver cómo esta práctica, junto con el asesinato de poblaciones civiles, es la norma de Occidente y, en concreto, de EEUU (y del IV Reich sionista, antes conocido como Israel). A buen seguro que en Occidente hay un respiro de alivio con esta muerte, al igual que en algunos “progres” por la represión y demás.
Pero no se puede olvidar nunca cuál es el principal adversario: el imperialismo, o lo que queda de él, occidental. Porque al igual que la alianza chino-rusa mantiene sus diferencias, abunda en sus semejanzas: entenderse y negociar frente a un adversario depredador y genocida. No es nada descartable que Occidente intente avivar el fuego interno en Irán en esta situación, aunque también los aliados de Irán estarán prestos a salir en su ayuda.
Porque esta ha sido siempre la apuesta occidental desde el primer momento, e incluso, como con los talibanes afganos, es el principal culpable de que hoy gobiernen los clérigos en Irán: solo hay que entender un poco de historia y remitirse a Giscard d’Estaing, ex presidente francés, que fue quien promovió el retorno y apoyo a Jomeni (exiliado en Francia) cuando se dio cuenta de que la insurrección popular que derribó al sha podía terminar en una “insurrección comunista”, dada la fuerza que tenía el Tudeh, el partido comunista de Irán que fue duramente reprimido por los islamistas.
Ha pasado mucho tiempo y ahora Irán forma parte indispensable de la tríada que en Eurasia se está afianzando en contra de la hegemonía occidental, en especial por la apuesta iraní para deshacerse del dólar y en apoyo constante a la resistencia palestina. Y solo recordar unas frases emblemáticas de Raisi, dichas en la Asamblea General de la ONU el año pasado: “El viejo orden liberal que servía a los intereses de los capitalistas insaciables y de las potencias gobernantes ha quedado de lado. En una palabra, el proyecto de americanización del mundo ha fracasado”.
La muerte de Raisi adelanta las elecciones en Irán, que estaban previstas para 2025 y no da tiempo para que la oposición se organice, por lo que es más que probable que todo siga igual tanto a nivel interno como externo. De ahí que haya que seguir muy, pero que muy atentamente los movimientos occidentales tanto a corto como a medio plazo.
Lo otro es la reciente cumbre de la Liga Árabe (día 16) en Bahrein donde se ha visto cómo no hay el menor intento por parte de los “hermanos árabes” de ir más allá que de la solidaridad verbal con los palestinos. No me voy a extender mucho, pero esta cumbre se ha celebrado después de otra (29 de abril) entre EEUU, Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Qatar y la mal llamada Autoridad Palestina en la que se habló de cómo la AP volvería a Gaza y con qué requisitos.
Básicamente, en el documento del día 16, se habla de todo esto añadiendo la petición de fuerzas de paz de la ONU “hasta la solución duradera de los dos Estados” (sin poner fecha para ello), de “una conferencia internacional auspiciada por la ONU” (también sin fecha) para ello, del alto el fuego inmediato, el fin del desplazamiento forzado (sic) y de que todos los grupos palestinos tienen que integrarse en la OLP como “único representante del pueblo palestino”. Esto último es un llamado claro a Hamás y a la Yihad Islámica para que vuelvan al redil y se desarmen.
FUENTE: El Lince