lunes, 27 de abril de 2020

Aportaciones a la apuesta de Unión Proletaria por la unidad de los comunistas en España



Desde los círculos comunistas y en mi persona, agradecer a Unión Proletaria (UP) la persistencia durante todos estos años, por mantenerse firme en el largo camino por la unidad de los comunista en España, la cual siempre defenderemos. La aportación la sitúo poniendo como base la entrevista que publican en su blog para el Bloque del Este, así como los pronunciamientos públicos hechos durante el proceso de unidad de los distintos destacamentos comunistas, del que participan junto al PCPE, IC y Red Roja, abiertos al grueso de partidos. Entrevista a Unión Proletaria

Que nos encontramos en el movimiento comunista español. En el debate con las organizaciones marxistas leninistas españolas, el principal problema que hemos encontrado siempre ha estado en la concepción del marxismo para la búsqueda de la verdad y la respuesta, dicho de otra manera, el marxismo leninismo como teoría política de la clase obrera y las clases oprimidas, para transformar la realidad política, económica y social mediante lucha de clases o además añadimos la concepción materialista y dialéctica del mundo. De la respuesta nace la diferencia y la forma en que debemos enfocar el debate como por ejemplo, la relación en la construcción del partido y las organizaciones de masas las cuales los destacamentos las ponen en segundo plano, cuando Lenin lo rebatió dando todo el poder a los Soviet o la experiencia leninista en la Rusia zarista del trabajo partidista en los sindicatos incluidos amarillos, lo mismo que aquí en la España franquista. La experiencia dice que el crecimiento es en simbiosis entre las organizaciones de masas de la clase obrera y de su partido.

El uso del marxismo leninismo por muchos destacamentos, parte de no separar la concepción del mundo y la metodología que nos enseña el materialismo histórico y dialéctico, como aportación de Marx a la humanidad, de la teoría política y económica para transformar la realidad, partiendo de los principios de la teoría marxista como aportación de Marx a las clases oprimidas, de los cuales el fundamental es la lucha de clases, transversal en el desarrollo y comprensión del resto, del estado, las clases sociales o el imperialismo. De ahí viene el buscar la verdad por algunos en los libros que Marx y Lenin escribieron, convirtiendo sus palabras en dogmas con respuestas para todo y otros, partiendo de la metodología y concepción del mundo que Marx y Lenin nos legaron, analizar la realidad desde la lucha de clases y principios de la teoría política y económica marxista, buscando la verdad en los hechos mediante la práctica y el estudio de la realidad política y económica.

El motivó de estas reflexiones. Está al encontrar en el texto de la entrevista a UP un cambio clave para la unidad comunista, cuando afirman que lo importante es la unidad entorno al programa y la línea política, o “táctica” añado. Esto es poner la fe en los hechos y no en los dogmas, permitiendo así superar ese ideologismo basado en tener una única concepción del marxismo leninismo para la unidad, que creo que ha sido el principal error en los procesos en los que participó UP, desde la época de la Coordinación Comunista, con la que colaboré desde la Plataforma Comunista creada en el 2009 cuando fuimos excluidos del PCPE. Al disolverse Coordinación Comunista por el proceso de unidad de UP con el PCPE, iniciamos un proceso de trabajo, unidad y colaboración con varios destacamentos comunistas, como Red Roja, UP, PTD e Iniciativa Comunista. Los tres últimos por tener presencia en Asturias y con Red Roja, por el conocimiento que teníamos de Nines Maestro, en la formación del ala de izquierda en IU y el PCE, pero una vez rota su alianza con el trotskismo.

Creo que los motivos de la exclusión del PCPE y de la colaboración como Plataforma Comunista con Red Roja, son claves para la comprensión del comportamiento actual de ambos partidos, al pivotar el problema sobre el mismo eje. El cambio del PCPE nació en el 2008 con la explosión de la burbuja inmobiliaria en EE.UU, con fuerte impacto en lo económico y político en España gobernada por el PSOE, que toma fuertes medidas contra la clase trabajadora para financiar a la banca y empresas, llevando a la dirección del PCPE a la toma de decisiones desde la verticalidad del ordeno y mando, excluyendo a los considerados débiles ideológicamente según sus consideraciones, para la toma del cielo por asalto como sucursales bancarias o oficinas de empleo. Salto al vacío que sustituía como partido, no solo las tareas en las organizaciones sindicales y sociales de la clase obrera, sino también como síntoma de lo más grave, a las masas por su reformismo y apatía.

Parecido sucedió con Red Roja tres años más tarde, cuando toda colaboración o trabajo dentro de los sindicatos de clase alternativos o mayoritarios y organizaciones sociales, sindicales y partidos reformistas, resultaban ser una traición a la causa, centrándose todo en la construcción interna de un núcleo militante duro. Salto al vacío motivado por las medidas tomadas contra el pueblo, por el gobierno de Zapatero en diciembre del 2011, de austeridad, recortes de derechos y privatizaciones que levantaron de forma espontanea a la clase trabajadora, por encima de los sindicatos y partidos revisionistas, del que nació un movimiento espontaneo de masas reformista, que al dotarse de forma política tres años más tarde, arrasó con el bipartidismo político heredado del proceso de transición. Entre todas las resoluciones tomadas, la de la explicación de los motivos de disolución de la Plataforma Comunista en el 2015, es la que mejor sintetiza todo este proceso de un debate siempre necesario. III Asamblea de la Plataforma comunista: disolución como paso atrás

Metodología para los procesos de unidad. La unidad no se puede situar en abstracto y debe tener un plan de trabajo y objetivos, que permitan enderezar un debate retorcido por el fracaso de los cincuenta años que llevamos los marxistas leninistas, pretendiendo dar el sorpasso al revisionismo eurocomunista, al que el movimiento reformista de Podemos ha pasado por la izquierda en solo tres años, al seguir hundidos en el fango de la corrupción del régimen del 78. Unidad son principios y planificación y cuales mejores, que los que están implícitos en la táctica política definida por UP en Por una línea de rectificación en el Movimiento Comunista de España como son la unidad con la clase obrera, la unidad del pueblo y la unidad comunista en un partido, independiente del resto de clases sociales para su emancipación.

De donde nos viene el revisionismo que nos mata. Una línea de acuerdo para el proceso unitario UP la sitúa en la visión del derrumbe de la URSS, por ser el lodo de los polvos del XX Congreso del PCUS con la vía pacífica al socialismo y la superación de la lucha de clases, bases ideológicas del eurocomunismo para el pacto social con la burguesía heredera del franquismo. Esta autocrítica no está explícita en unos destacamento y en otros, no está basada en la reflexión y la autocrítica, sino en la exclusión del revisionismo y de sus errores del campo comunista, cuando son revisionistas precisamente por eso, porque formaban parte de él y no es un juego de palabras, porque es clave para entender la naturaleza diferenciada del nuevo reformismo, que no proviene ideológicamente del marxismo, ni se reclama del comunismo. La crítica que Laclau y Mouffe hicieron al marxismo leninismo, era una crítica al dogmatismo mayoritario en la URSS y en el movimiento marxista. Del prefacio a la segunda edición española de “hegemonía y estrategia socialista” en el año 2000 “El resultado fue que nos dimos cuenta de que el campo de la teorización marxista era mucho más ambivalente y diversificado que el travestido monolítico que el marxismo-leninismo presentaba como la historia del marxismo”. El revisionismo occidental, es el padre en el marxismo leninismo del dogmatismo burocrático y la corrupción en la URSS y este reformismo, es el hijo ideológico del liberalismo eurocomunista y de sus nuevos sujetos identitarios, para anular la centralidad de la clase obrera en los cambios sociales, situándola así al nivel de los feminismos, el ecologismo y los nacionalismos progresistas surgidos por la Europa liberal de los años setenta.

El socialismo por el que luchamos. De este dogmatismo revisionista surgen afirmaciones que no necesitan explicaciones, como “la teoría marxista leninista desde el punto de vista bolchevique” que nadie puede poner en duda por ser una verdad absoluta, cuando no deja de ser una frase que cae sola al ampliar el campo de visión y ver, que leninistas son también los comunistas chinos, coreanos, vietnamitas o cubanos. En los procesos revolucionarios triunfantes vemos los errores y los aciertos en la construcción del socialismo y que a pesar de las experiencias distintas, todas son complementarias al no encerrar ninguna la verdad absoluta, teniendo que descubrirlas cada uno al calor de su realidad, desde la base experimental del error y acierto.

Los procesos de construcción socialista nos dicen, que cuanto más se desarrollan más se integran y homologan, como dejan manifiesto las experiencias de China, Vietnam o recientemente Cuba, la que por ser coincidente con el desarrollo industrial y cultural occidental, su experiencia desde la caída de la URSS es crucial en nuestro estudio, para dotarnos de una idea del socialismo por el que luchamos amplia e integral, al estar creando las formas de funcionamiento del sistema socialista de producción más humano, racional e integrado en la naturaleza. Los marxistas leninistas tenemos la alternativa para las masas de una sociedad superior en su funcionamiento, basada en la economía socialista de mercado planificada, como ha demostrado la lucha del estado socialista, poniendo los instrumentos públicos al servicio del pueblo, para vencer la pandemia y la crisis global capitalista de libre mercado, manteniendo empleo, producción y el bienestar social común. Esta es la verdad demostrada en los procesos de construcción del socialismo en países soberanos y a ellos debemos también, lo fundamental en la lucha contra la guerra imperialista yanqui-occidental, al situarse con otros países soberanos en la primera línea de combate. La crítica siempre es necesaria pero nunca subordinada y a la cual Fidel Castro dijo “dentro de la revolución todo, contra la revolución nada”.

Si la unidad del pueblo es un principio, definamos quién lo forma. Unidas Podemos representa sociológicamente a una clase media española, que ve que sus condiciones de vida y trabajo peor que las que vivieron sus padres, visibilizándose esta conciencia política a partir de los procesos de movilización del 2011, por las políticas de austeridad impuestas por el bipartidismo neoliberal dominante en el gobierno de España. Pero por encima de esa definición ecléctica nada marxista, todos en general forman parte de la clase obrera por la venta que hacen de su fuerza de trabajo, por el lugar que ocupan en las relaciones de producción y por los beneficios económicos que obtienen por su trabajo y aquí entra cerca del ochenta por ciento de la población. Si son clase obrera, que lo somos todos independientemente de nuestras ideas, forman parte del pueblo junto con el resto de clases sociales que tienen intereses antagónicos con la gran burguesía neoliberal financiera y si entrásemos a definirlos, veríamos incluso al burgués patriota. La clave está en situar las línea de demarcación en los campos de confrontación económica y política, no en la ideología y la unidad, en las coincidencias de programas que defendemos cada uno.

Sobre la crítica y la autocrítica. Siempre es clave en los procesos revolucionarios en cualquiera de sus fases, pero las críticas a los errores de los aliados que forman el pueblo, tienen que partir de hechos reales no de nuestra subjetividad, ser constructiva y servir a la declaración de principios de fortalecer la unidad y la organización del pueblo, a la clase obrera y a su partido. Pero las que realizamos actualmente están dividiendo a la clase obrera y al pueblo de forma sectaria, sin haber hecho un mínimo esfuerzo de análisis marxista para definir quienes lo formamos y cual es la táctica comunista para trabajar por su unidad. Podemos es un movimiento reformista que por su programa es de izquierdas, al confrontar con lo fundamental de la estrategia neoliberal y eso es lo que le convierte en revolucionarios ante la oligarquía y ante el pueblo, al contrario que nos pasa a nosotros, que el maximalismo excluyente nos convierte ante el pueblo en una secta.

Que no se identifiquen ideológicamente con la clase obrera, no quita que en el proceso de la lucha de clases ante la imposibilidad del capitalismo de aceptar reformas por la crisis global sistémica, no puedan evolucionar a posiciones revolucionarias y esa debe ser nuestra tarea en estos momentos, en la unidad de acción con el reformismo y los sectores más avanzados de la clase obrera. Y esto es lo que nos exige la actual situación económica y política y de la que debemos partir con la táctica a aplicar, al ser conscientes de la imposibilidad de la oligarquía de hacer concesiones importantes al reformismo, como con los revisionistas en los Pactos de la Moncloa, bajo el señuelo del estado de bienestar europeo. Cualquier parecido con aquel momento en sujetos y de realidad económica y política, es un invento para seguir justificando el error de no ver dos realidades diferentes y seguir confundiendo así al reformismo de izquierdas, con el revisionismo eurocomunista, demostrándose una vez más con los hechos, que quien más nos divide y debilita es el infantilismo de izquierdas.

El objetivo es ser hegemonía entre la clase obrera no la alternativa a Podemos. Porque no son nuestros enemigos, son nuestros aliados y porque ser la mayoría, solo lo lograremos mediante la demostración empírica de que la burguesía dominante, no va admitir ninguna reforma que pueda poner en peligro su control de la economía y del estado como instrumento de represión para mantener su hegemonía ideológica, política y cultural. Y la clave la tenemos en nuestro programa mínimo, que debe servir para unir a la clase obrera y al pueblo entorno a una movilización de masas, que ante la negativa constante a ceder a las exigencias democráticas de la mayoría, se imponga la necesidad de tomar el poder del estado burgués, para sustituirlo por un estado soberano y democrático, cuyas características las determinarán las correlaciones de fuerza internas dentro del campo popular y donde la república sera el instrumento para resolver las variables históricas del desarrollo de España como estado y nación, desde una perspectiva de clase con el nacionalismo periférico burgués, en lo ligado a los derechos históricos de lengua y costumbres. El derecho de autodeterminación de los pueblos los comunistas solo lo podemos apoyar, desde los intereses estratégicos de la clase trabajadora que son quienes construirán con su trabajo y sudor la España como estado y nación soberana. El resto de las culturas de reinados con sus historias de poder absolutista, feudal y religioso, sera a destruir junto con el estado burgués.

Programa, programa, programa. El camino republicano y socialista, lo marcará la capacidad que tengamos de imponer con la movilización popular, la soberanía de un estado que garantice la igualdad, mediante el desarrollo de unos servicios públicos contemplados constitucionalmente como derechos fundamentales, en los ámbitos de la sanidad, enseñanza, justicia, dependencia, servicios sociales, vivienda, electricidad, gas, agua, transporte, comunicaciones. Todo garantizado con impuestos progresivos sobre las entidades financieras, banca, multinacionales, empresas, grandes fortunas y profesionales junto con la nacionalización de la industria y servicios estratégicos y una banca pública, gestionado todo mediante una economía de mercado planificada al servicio del pueblo y la naturaleza. Esto es lo que urge como programa en la actual batalla del pueblo contra la pandemia y la crisis global del capitalismo de libre mercado, con un estado roto por diecisiete burocracias autonómicas al servicio de la oligarquía neoliberal europea, que en absoluto significó descentralización democrática, sino que fueron creadas para dividir al pueblo, al estado y privatizar los servicios públicos del bienestar. Solo si recuperamos las funciones normales de un estado soberano e independiente al servicio del pueblo, garantizaremos un futuro de “pan, trabajo y libertad” para nuestros hijos e hijas, de trabajo con derechos y de vida en igualdad, seguridad y libertad y solo desde esta seguridad y estos derechos, podemos entre todas y todos, enfrentar el reto de la unidad de la Europa del trabajo y los pueblos.
Alonso Gallardo de los círculos comunistas de Unidas Podemos abril del 2020